"El deseado bien último se alcanza mejor mediante el libre comercio de ideas".(1919) Juez O. Wendell Holmes del Tribunal Supremo de EE UU

Archivo de febrero, 2008

Los jóvenes como los mayores

Sergio, Alejo, Andrés, tres jóvenes entre 25 y 27 años, suficientemente preparados, comprometidos en la política por cada uno de los partidos nacionales (PSOE, PP IU) debatieron ayer en la tribuna del club Siglo XXI sobre sus respectivas ofertas electorales. Tenía interés por conocer como razonan estos jóvenes seducidos por la política y tuve la oportunidad de escucharles y, antes, de charlar media hora con ellos.

Sergio (PSOE) y Andrés (IU) se han licenciado en derecho en la Complutense, el primero es concejal en el ayuntamiento de Escalona (Toledo) y secretario general de las juventudes socialistas, afiliado desde los 14 años. Andrés ejerce de abogado laboralista en la órbita de CCOO. En el caso de Alejo (PP) dedica las horas libres que le deja la política, pocas, a acabar derecho y administración de empresas en la Universidad de Comillas y está en la puerta del ayuntamiento de Madrid a poco que corra la lista, es probable que sea concejal esta legislatura.

La relación entre ellos es cordial, incluso han jugado al mus alguna vez, se conocen y se respetan, o eso me pareció. Subidos a la tarima del debate usan las fichas de sus partidos y aparatos, reproducen el discurso y los argumentos de los mayores, de tal manera que cerré los ojos y me pareció que era más de lo mismo. Los mismos datos más o menos tramposillos sobre becas, paro… y los mismos eslóganes de laboratorio. Andrés, el de IU, va más por libre, sin papeles oficiales.

Les pedí que nos dijeran algo positivo de sus adversarios, de los otros partidos. Alejo (PP) aceptó que Zapatero es muy buen comunicador, sin entrar en detalles; me pareció que quería decir que por eso dice más mentiras y es más tramposo, pero quizá no era eso, quizá era un elogio sincero. Los otros no tuvieron tiempo de contestarme.

No dio para más, me hubiera gustado escucharles más tiempos, discutir, proponerles algún pensamiento lateral. Pero no hay tiempo, todos andamos muy ocupados.

Me fui a casa pesimista, esperaba aire fresco, algo nuevo, pero solo noté más de lo mismo con fundamentos muy débiles. Y parecen buenos tipos, prometedores, pero… Quizá sea que la edad nos vuelve pesimistas.

Violencia machista…¿qué hacer?

Cuatro mujeres asesinadas en un solo día y en distintas ciudades han devuelto a primer plano el problema de la violencia contra las mujeres, la violencia machista. Este fue un asunto de la pasada campaña electoral, uno de los argumentos de Zapatero que, en cuanto se hizo cargo del gobierno, envió una ley al Parlamento para afrontar el problema. Cuatro años después tenemos ley y tenemos el mismo problema.

Todos los candidatos destacaron ayer que les preocupa el tema, que cuando gobiernen se van a ocupar, que van a dedicar medios y procedimientos, juzgados y policías especializados, ayudas… pero suena a tópico, a que dicen lo que hay que decir, lo correcto, pero poco más. Y no por mala voluntad o insensibilidad, más bien por impotencia.

He participado en varias sesiones de debate sobre este asunto, con referencia al tratamiento en los medios; en el Consejo del Poder Judicial y en otros foros especializados; también he convocado a profesionales vinculado a estos casos, conocedores de los detalles, que lo viven, para escuchar sus opiniones referentes al tratamiento en los medios de este tipo de violencia; he participado en algunas reuniones en La Moncloa, con la vicepresidenta de la Vega que está especialmente sensibilizada en esta materia.

Y después de escuchar y reflexionar no tengo nada claro cual es la mejor alternativa. Evidentemente hay que crear unidades especializadas en la policía, en la justicia y en los servicios sociales, para el tratamiento a la medida de estos temas. Se está haciendo, se está haciendo bien, pero requiere tiempo, maduración, generar confianza, acreditar eficacia.

Con respecto al tratamiento en los medios entiendo que hay que insistir en las redacciones, con cada periodista, para aclarar ideas, para tener criterio. Y especialmente con los responsables de las redacciones, los que deciden espacios y tratamientos. Cuanto se ha hecho ha sido insuficiente, estos hechos entran por la ventanilla de los sucesos y se tratan como sucesos y con el vértigo de la urgencia.

Algunos reclaman un modelo específico de autorregulación en los medios. Creo que es utópico, los medios no están por la autorregulación en nada, hay que empezar más atrás, un trabajo más individual y más sincero y contundente frente a los editores, especialmente los de las televisiones que son bastante caraduras.

Hace unos días pregunté al responsable editorial de la BBC como se planteaban ellos este tema. Mostró sorpresa, no se lo plantean, su libro de estilo no dice nada, propone que como los demás temas, con seriedad, con las reglas básicas. Y me parece que tiene razón, que las singularidades no concluyen en un mejor tratamiento. Pero hay opiniones en sentido contrario. ¿Cómo le ven ustedes?

Atrae la televisión, no la política

El medio o el mensaje, ¿cual tiene más fuerza? Por lo visto estos días el medio se impone. Los mensajes de los dos candidatos a presidente del gobierno (sin descartar otra hipótesis poco probable en caso de empate) no tuvieron nada de nuevo, fue más de lo mismo. La novedad vino por el medio, por el espectáculo televisivo. Eso explica los trece millones de audiencia media y 22 en algún momento.

Una vez más queda claro que la fuerza de la televisión es abrumadora, multiplicadora. En una sociedad fatigada de política y de políticos, desconfiada, el duelo a las 22:00 alcanzó cotas máximas de audiencia y no se habla de otra cosa, no hay forma de sustraerse al fenómeno.

El debate es más emocional que racional, más sobre el cómo que en el qué, los sentimientos y actitudes antes que las aptitudes y pretensiones. Por eso han ganado o perdido los dos contendientes porque han convencido a sus respectivas parroquias. Acebes puede decir que el suyo ganó por goleada porque así lo percibe y así le conviene. Y los otros lo mismo.

De lo que he leído me ha interesado el trabajo que ha publicado EL País esta mañana, firmado por uno de sus periodistas más brillantes. Aunque faltan referencias, el trabajo es sugestivo. Por ejemplo falta una tramposa-tramposa que utilizó Zapatero sobre el precio de la vivienda, con un gráfico en el que bajaban los precios durante su mandato. ¿Quién habrá propuesto semejante manipulación? El grafico se refería al ritmo de crecimiento de los precios pero presentado de una forma tan grosera que atufaba.

Es lamentable que estos personajes, líderes, no sean más serios en las argumentaciones; en un entorno académico les darían calabazas, pero la televisión tolera esas simplificaciones que entusiasman a la grada.

Conviene no despistarse, el éxito fue del medio, de la televisión, más que del mensaje, del prestigio de la política.

Rajoy convenció a los suyos

El debate probablemente no movió un solo voto indeciso, transitó por el mismo camino que ha caracterizado toda la legislatura: desprecio recíproco sin ninguna concesión. Lo más interesante ha sido la salida en bloque de todos los amigos y próximos al PP para establecer que Rajoy ganó el debate, que es líder indiscutible y que gane o no las elecciones (demasiados enemigos enfrente) es el jefe indiscutible de la derecha, de esa esforzada y solitaria derecha.

De manera que lo más interesante de anoche va a ser el fervor que Rajoy ha producido entre los suyos, ya no le ven ni acomplejado, ni prudente, ni reservón, ahora sienten que hay líder. Por ejemplo La Vanguardia, que suele ser medio equidistante de la política nacional y que la trata sin pasión partidista, titula en primera “Rajoy acorrala a Zapatero”.

Entre los socialistas no se nota esa sensación de acorralamiento, más bien de tranquilidad, se sacuden la impresión de empate y perciben la diferencia suficiente como para seguir gobernando con minoría y con alianzas.

Dicen que Zapatero salió tranquilo, seguro, que pretendía, fundamentalmente, contener las acometidas de su adversario del que esperaba ataques perseverantes y duros y que considera que cumplió su objetivo, que se sacudió los abrazos del pretendiente y que sin noquearlo le ganó a los puntos.

Las encuestas de salida dieron ganador a Zapatero, pero el estado de opinión creado a las pocas hora del debate, lo que se oye en la radio y se lee en los periódicos, se aproxima más a un empate, algo así como que cada uno convenció a su parroquia, pero ni a uno más.

El debate fue muy táctico, muy ajustado al guión de cada uno. Toda la campaña es táctica, técnica. Ganará el que gane y entre los del PP predominan los que pretenden que si pierde Rajoy todo siga igual, otra oportunidad para un líder que han ido construyendo durante la legislatura como construyeron a Aznar entre 1989 y 1996.

El debate: todo listo, todo previsto

El espectáculo está listo y todo parece previsto; a mayor gloria de los actores del debate, pero también a su cargo. Ganará uno y perderá el otro, aunque entre los de Rajoy apuestan por tablas, por un empate. Dicen que las encuestas suelen dar ganador a Zapatero, como si se tratara de una conspiración demoscópica, como si los de la sociología fueran de izquierdas.

El diseño es el de un combate a dos vueltas. Los pugilistas llegarán al plató pasadas las nueve de la noche con intervalo de diez minutos, para no tropezar entre ellos. Maquillaje y al plató, a sentarse para empezar e inmediatamente dar paso a la publicidad (hay que pagar el circo, que es caro). Y luego sucesivos monólogos entre las 22:09 y las 23:45, con corte publicitario de seis minutos a las 23:01. Una especie de recitado de temas de oposición, con mezcla de aquellas trincas entre los candidados a cátedra que, a veces, hacían las delicias de la audiencia. Recuerdo la trinca de los catedráticos José Terceiro y Ángel Viñas en la Autónoma y hay memoria de otra histórica: la de Angel Rojo frente a un profesor que llamaban «el peseta» de cuyo nombre ahora no me acuerdo (¿Echevarría o de la Puente?), que venía de Bilbao.

La obsesión de los dos de esta noche es no meter la pata, que la meta el otro, no pasarse de listo y quedar mejor que el otro. Más que a la excelencia, apuestan a tener ventaja. Para la televisión lo recomendable es «ni sudar, ni gritar, ni insultar…». Un medio frío, un electrodoméstico, cuestión de matices.

Va a ser un espectáculo, así está pensado y a ellos les gusta. Llegan entrenados y se tienen ganas. Lo de esta noche es a cara o cruz. Todo previsto y calculado, pero todo por hacer. Seguramente no dirán nada de provecho, no será una lección, simplemente un espectáculo de confrontación. No moverán votos, pero parecerá que lo que salga el día 9 será por estos debates.

Pizarro prueba la dureza del plató

El debate de los de la economía, no ha deparado titular, ni incidente que llevarse a primera; ha ido bien, sólido y serio; para algunos quizá aburrido. A mi me ha resultado interesante, no diré que soberbio, ni emocionante, más bien burocrático, de carril. Aprecié más consistencia y experiencia en Solbes, que pese a su dañada espalda aguantó perfectamente los noventa minutos en pie y en serena tensión.

Conozco bien a Pizarro desde hace más de veinte años, estuvo mucho peor de lo que cabía esperar, por debajo de sus posibilidades, embarullado y disperso. Ha buscado el cuerpo de Solbes y sólo ha conseguido abrazarle pero sin moverle un milímetro. Sospecho que Solbes ha gustado a los suyos.

Las opiniones sobre el debate serán diversas, matizadas por las preferencias de cada cual, por la simpatía; pero se apreció un razonable respeto recíproco, que no estuvo reñido con algunos sopapos que se atizaron uno a otro, sin dejarse llevar hacia las bajas pasiones.

Me sorprendió que Pizarro no se atreviera a defender un discurso mucho más liberal, mucho más reformista y novedoso; quizá le ha atrapado el partido, el aparato, lo convencional y lo correcto. Y en ese terreno el adversario le lleva mucha ventaja.

Considero que en este debate Solbes se ha gustado a si mismo y a los suyos, más que Pizarro a los del otro lado. Y Sospecho que el abogado del estado-agente de cambio-notario se sintió en el plñató más incómodo frente al técnico comercial que ante los tribunales de las sucesivas oposiciones ante las que compareció con éxito.

No se si habrán ganado o perdido algún voto para sus partido, pero tengo la impresión de que para Pizarro el debate no fue gratificante, no se gustó y que Solbes va a dormir más tranquilo, que su ojo dañado no le ha hecho perder ni un gramo de crédito.

¿Qué busca Zaplana zurrando al sistema financiero?

A las gentes que andan en la cosa pública, los «declarativos» que cuando hablan tienen cámaras, micrófonos y bolígrafos prestos a reproducir e interpretar, hay que suponer inteligencia media y habilidad para buscar algo y conseguirlo. ¿Qué pretende ¿Qué busca Zaplana zurrando al sistema financiero? zurrando al sistema financiero?. El portavoz parlamentario popular, que esta campaña electoral anda un poco desdibujado en la lista de Madrid, declaró en TVE, no en un mitin de estos calentitos qie propician excesos, que alguitas entidades financieras pasan por problemas y que el banco de España, obediente al gobierno que no quiere sobresaltos en las próximas semanas, lo tapa.

No entró en más detalles, ni nombres, ni datos, sólo tirar la piedra y esconder la mano. Se podría dar al asunto carácter de anécdota irrelevante y pasarlo por alto. Pero Zaplana tiene seguidores, una especie de claque que sigue y jalea sus pedradas. Así que han tenido que salir a responderle, entre otros el presidente de las Cajas de Ahorro, el señor Quintas, que ayer tenía cita con los medios para presentar los resultados del año.

Salir a responder insinuaciones de esta naturaleza es fastidioso, como disipar humo y niebla; las audiencias, a falta de hechos, juzgan las hipótesis a su conveniencia.

El comentario de Zaplana es irresponsable, entre malvado e infantil. ¿Qué gana? ¿A quien favorece? ¿Tiene fundamento? De hecho no gana nadie, no propicia más allá que sembrar desconfianza ( ¿tensiòn…?) que suele tener consecuencias imprevistas e incontrolables.

No hay ningún dato que avale que alguna entidad financiera española pase por dificultades extraordinarias que se estén tapando. Pero pudiera haber casos de dificultades como es posible que alguien tropiece y se descalabre.

Reclamar que los supervisores hagan público que no hay problemas en una entidad financiera es bastante insólito, los supervisores, por su propia naturaleza, deben hablar poco y no hacer olas. Están para prevenir y resolver, no para enredar. Y no es ese el caso de Zaplana, le va el enredo.

Adiós Fidel, bienvenido Obama

La señora Clinton ha perdido la primera de las tres oportunidades que le quedan para seguir en la carrera presidencial. Las encuestas decían que los dos precandidatos demócratas llegaban a Wisconsin empatados, pero el resultado final en ese estado ha otorgado clara ventaja al senador por Illinois, al señor Obama, 58% vs 42%, más de seiscientos mil apoyos frente a cuatrocientos mil cosechados para la senadora por Nueva York.

A los demócratas les quedan las primarias de Ohio y Texas para dirimir candidato. El próximo 4 de marzo se celebrarán en ambos estados, que pueden dejar fuera de juego a una candidata que arrancó como ganadora, pero que no levanta cabeza desde el supermartes (5 de febrero) cuando de los 23 estados convocados trece se decantaron por Obama. Desde aquel día los nueve estados que han votado lo han hecho por este candidato de forma abrumadora. El resumen del New York Times me parece el mejor para seguir esta larga carrera.

La madrugada del jueves al viernes (a las dos de la mañana) Clinton y Obama mantendrán en la CNN un debate de 90 minutos que permitirá medir el tono muscular de ambos candidatos. Un buen aperitivo de los aparatosos debates montados en España, al modo de los americanos.

Por mucho que a algunos les cueste imaginar y aceptar, el senador Obama, de color y sin experiencia, puede llegar a comandante en jefe del primer ejército del mundo; una hipótesis cada vez más verosímil.

Un poco más al sur, en la pequeña Cuba, Fidel Castro, decano de los dictadores en ejercicio, se agota lentamente; abandona el poder por incapacidad para ejercerlo. El pos-castrismo es incierto, los cubanos lo están pasando muy mal, la revolución ha sido un timo, aunque la magia de Fidel se nota en todos los medios que siguen rendidos al mito del guerrillero de Sierra Maestra que tomó el poder a la fuerza, para no soltarlo nunca. Cederá el mando a su hermano y se morirá satisfecho tras hacer la pascua a sus compatriotas durante medio siglo.

Inmigrantes sin papeles, ¿cuántos?

Les decía días atrás que la propuesta Rajoy de un “contrato” para inmigrantes era interesante y merecía análisis detenido, que podría ser una oportunidad. El señor Arias Cañete la abarató a los diez minutos con unos comentarios de taberna de las de antes. Los socialistas rechazaron la propuesta sin entrar en detalles.

Más tarde Rajoy insistió en dos consideraciones de brochazo grueso, de titular grande pero sin notas a pie de página, las que explican los fundamentos: la primera es la del lema “regularizaciones jamás” y la segunda pretende que los “sin papeles” vuelven a superar el millón, especialmente por el “efecto llamada” de otra posible “regularización”.

El País publica hoy un artículo de uno de sus periodistas con fuste, Tomás Bárbulo cuya lectura les encarezco. Les ahorro comentarios adicionales.

El “contrato” de Rajoy podría ser una buena idea para encauzar la integración, para incorporar derechos y deberes a todos, Como lo es la idea de crear una Agencia del Estado con profesionales especializados en el tema para gestionar uno de los fenómenos más novedosos e importantes que han ocurrido en la reciente historia de España. Por favor con la inmigración pocas bromas.

P.D. Y puestos a recomendar artículos no es menos interesante el del antiguo director de Le Monde, Jean-Marie Colombani, sobre la figura de Sarkosy y su primera cabalgada como presidente, antes de cumplir un año en el trono. Complicado personaje este Sarkosy que corre el riesgo de quedarse en muy poco. Francia no ha cambiado nada, sigue leal a su dulce descanso en la riqueza heredada. El activismo del presidente apenas ha movido un obstáculo.

De la Gran Serbia al pequeño Kosovo

El gobierno vasco ha emitido una declaración sobre la independencia de Kosovo: dice que supone una “lección sobre el modo de resolver de manera pacífica y democrática conflictos de identidad y pertenencia”. Y añade que “excepto Serbia, Rusia y el Estado español (sic) la práctica totalidad de los estados asumen con normalidad la independencia de Kosovo…”

Veinte años atrás Yugoslavia era una compleja federación con 24 millones de habitantes y una renta per cápita equivalente a 6.000 dólares. Un gobierno déspota y ultranacionalista (el de Milosevic) arrastró a buena parte de la población con al idea de la gran Serbia, impuso su ley de la fuerza, se lanzó a la guerra civil y a la limpieza étnica criminal, todo lo cual empujó a las democracias a intervenir, a lo que Blair y Clinton calificaron de “guerra humanitaria” para parar la masacre; la detuvieron pero las fuerzas internacionales no han salido de la región.

Hoy Serbia (la principal república de aquella federación) está humillada y hundida; su población no llega a diez millones y la renta per capita ha caído más de la mitad, por debajo de tres mil dólares. De las otras repúblicas Eslovenia forma parte de la Unión Europea y progresa adecuadamente, mientras que los demás nuevos estados Croacia, Bosnia, Macedonia, Montenegro, hacen lo que pueden.

Kosovo, la provincia de mayoría albanesa, es un territorio imprescindible para el imaginario nacional Serbio, pero también pozo de tensión; por eso las fuerzas internacionales administran la provincia y la mantienen como pueden. Desde anoche es un nuevo estado, probablemente otro estado fallido. Con bandera recién estrenada y sostenido por las fuerzas internacionales. Para Estados Unidos y la Unión Europea es el mal menor, un nuevo estado autoproclamado, pero no aceptado por el vecino al que estaba unido. En el PNV lo ven ejemplar.