El neurólogo nunca me ha dicho que no podía ser madre, siempre insistía en que había que planificar el embarazo y que había que elegir un momento en que la enfermedad estuviese estable. Nuestros tratamientos están contra-indicados durante ese periodo y tenemos que abandonarlos. Y aunque a priori, durante los nueve meses estamos sin noticias de la enfermedad, el post-parto es todo lo contrario. La probabilidad de brote aumenta, y tenemos que volver cuanto antes al tratamiento.
Desde que se lo planteé al neurólogo, ya han pasado más de seis meses y estoy embarazada de tres. Dejé mi medicación habitual para iniciar un proceso de limpieza de tres meses, mientras tanto, me pusieron otro tratamiento para intentar que mi cuerpo aguantase durante esos meses. Pero me dio un brote, seguramente a causa del efecto rebote del tratamiento que he seguido durante el último año y medio. Y cuando parecía que iba a tener que esperar un mes más, porque primero, había que averiguar mediante resonancia que había pasado y decidir como proceder, entonces llegó Garbancito.
Durante este año, he aprendido mucho sobre la manera que hay que enfrentarse a la enfermedad con retos nuevos y diferentes. Este es el último vídeo que he dedicado a esta etapa que bauticé como pre-embarazo, en él, encontraréis como Garbancito llegó a nuestras vidas.