Cuando tienes una espina, lo mejor es quitársela. Y yo, tenía una con las que fueron mis amigas durante muchos años. Creces, sigues madurando, ves la vida de otra manera, tus prioridades cambian, y me di cuenta que no merecía la pena seguir sin hablar con personas que fueron tan importantes en mi vida. Además, es que soy incapaz de describir concretamente qué fue lo que pasó, solo sé que todo empezó a raíz del diagnóstico. Ese espero cosas de la gente, ese humor de perros, esa lucha de supervivencia que uno tiene consigo mismo cuando dicen que tienes esclerosis múltiple. Pero no me acuerdo de casi nada, no era yo; no era ni de lejos, la persona en la que me he convertido ahora.
Demasiados años juntas, demasiadas experiencias, tenía que intentar arreglarlo. No quería recuperar el tiempo perdido, ni echarnos cosas en cara, ni que de repente fuésemos amigas del alma, pero por lo menos, recuperar cierta comunicación. Pretendía que pasásemos todas página.
Después de pensar cuál sería la mejor manera de hablar con ellas, decidí hacerlo de la forma más sencilla posible: llamando por teléfono a cada una de ellas y proponer una charla para contarles cómo me sentía en ese momento. Todas accedieron y ese momento se produjo hace un año. Aunque el resultado final no ha sido el que deseaba.
Hice lo que sentía que tenía que hacer, y no me arrepiento ni siquiera del mal trago que pasé cuando cogí el móvil y empecé a llamar, o cuando empecé a desnudar mis sentimientos en una cena. Me siento mucho mejor desde entonces, no quería quedarme con la duda de que la esclerosis múltiple me hubiese arrebatado otro aspecto más de mi vida.
1decada1000.
Después de desahogarte te sentiste mejor ¿no?, pues eso es lo importante. Cuando una expone las cosas con el corazón en la mano, seguro que te tienes que sentir mejor, más relajada y más tú, porque los que te ven y escuchan comprueban que vas de frente, que no tienes tapujos y eso es bueno para los que te rodean y sobre todo para ti. Que las cosas no se pueden reprimir, que eso no es nada bueno, que luego vienen las úlceras y lo que no son las úlceras. Mucha fuerza !!!!!!
15 septiembre 2014 | 11:00
Muchísimo mejor, por lo menos, tenía que intentarlo. No me podía quedar con la duda de que podía arreglar las cosas, aunque finalmente no fuese así. Muchas gracias por los ánimos!
Seguimos en las trincheras 😉
15 septiembre 2014 | 12:31
Aunque el resultado no haya sido el que esperabas, has sido muy valiente y no te has quedado con la duda, las cosas de las que mas nos arrepentimos son las que no hacemos.
15 septiembre 2014 | 11:59
Muchas gracias, pero no podía quedarme con la duda de que podía haberlo arreglarlo y no lo hice por miedo. Pero no pudo ser, aunque tampoco me arrepiento pese al resultado. Sentí que tenía que hacerlo y así lo hice 🙂
15 septiembre 2014 | 13:04
No veas lo bien que me ha sentado,leer esas palabras.Un beso,y gracias Paula.Toñi.
15 septiembre 2014 | 14:24
Me alegro Toñi! Un besazo 🙂
18 septiembre 2014 | 11:43
A veces no somos nosotros los que erramos sino los demás que no son capaces de comprender una situación que se nos puede ir de las manos. En algunos momentos somos demasiado egoístas y no queremos implicarnos demasiado en las cosas sobre todo si se trata de enfermedad. Bravo por ti que tuviste la valentía de enfrentarte a tu fantasma pero lastima por ellos que no supieron ver más allá. Besicos muy fuertes y así es como se hacen las cosas si se quiere conseguir algo.muak.
16 septiembre 2014 | 13:04
No lo podría haber descrito mejor con tan pocas palabras! Entiendo que sea complicado entender una situación así, hasta que uno no lo vive en primera persona, no sabe a qué se enfrenta ni cómo va a reaccionar. Siempre hay que dar una oportunidad a las personas, pero si no quieren, pues ya está. Por lo menos, no me he quedado con la duda de que hubiese pasado si una de las dos partes hubiese tendido una mano amiga…
Un besote!
18 septiembre 2014 | 11:57
Yo soy de la opinión de que a veces hay que dejar el pasado en el pasado. Eso sí, aún soy más de la creencia que no hay nada como hacer lo que uno siente y eso es exactamente lo que hiciste de manera muy valiente. Si la respuesta no fué la esperada entonces ya eso no depende de tí. Ahora es por tanto el momento de centrarte en los amigos de verdad, los de ahora que te quieren y apoyan. Un abrazo de los de verdad, Sx
16 septiembre 2014 | 14:23
Yo también soy de lo que esta en el pasado, pasado está. Pero llegó un punto, que la situación me parecía algo surrealista. Hablando se entiende la gente, y era lo que sentía en ese momento. No me arrepiento para nada, hice lo que me decía el corazón!
Un gran besote 🙂
18 septiembre 2014 | 12:00
Me pasó lo mismo. Retomé el contacto este año y mis amistades continuaron con la frialdad de las personas que «mientras a mi no me pase, no me importa». Una pena, pero ¿qué más se puede hacer?
Saludos desde Chile!
09 abril 2015 | 07:43