Es la ciudad de la torre Eiffel, la de la catedral de Notre Dame, la del cabaret Moulin Rouge, la del Louvre y su famosa Mona Lisa; aunque también es la de millones de turistas, infinidad de colas y múltiples escaleras. Tiene un no sé qué, una mezcla entre bohemio y moderno con un gran río de por medio, pero que en mi vista navideña se ha visto deslucida por mi agotamiento y mis ansias de verlo todo.
Tenía ganas de viajar, me encanta pasar la Noche-Vieja en una ciudad diferente y ver la Navidad en otro país. Desde que compré los billetes de avión en septiembre, fui haciendo mis planes: adquirí una guía, reservé el hotel, prioricé los lugares que quería visitar y demás consideraciones que suelo hacer cuando preparo un viaje, (escribí este post con algunos consejos para viajar).
París me ha sacado los colores, ha sacado a relucir todas las limitaciones que ya sabía que tenía y que han pasado a un primer plano sin yo quererlo. Ha sido un querer y no poder, no por ganas, sino por calambres, cansancio, dolor,… por la maldita esclerosis múltiple.
Sin duda, he aprendido a viajar mejor de lo que ya sabía, de otra manera. Las siestas y los descansos han sido fundamentales, la compra anticipada de entradas por internet también, no ir demasiados días, evitar las colas en todo momento o elegir la época del año en la que no haya tantos turistas, son algunas de las mejoras que ya tengo apuntadas y que quiero compartir.
A veces, se cumple lo de menos es más. Pero aún así, París merece una visita.
Me suena mucho tu historia. 🙂 Mi luna de miel fue en Amsterdam, y ya había sido elegida teniendo en cuenta las limitaciones en cuanto a distancias y «cosas para ver». Aún así, gracias a un maravilloso calambre que me dio en el «pequeño» aeropuerto de Schipol, se convirtió en un pequeño infierno. 300 metros ya era caminar demasiado 🙁 En fin, de todo se aprende ¿verdad? Un saludo desde Asturias!
02 enero 2013 | 12:01
Es que la amiga esclerosis es muy oportuna y siempre anda pensando en nosotros 🙂 Espero que por lo menos disfrutaras un poco en tu luna de miel.Estoy segura que el viaje a París se ha desvirtuado por la enfermedad y que no hubiese sido lo mismo sin ella, pero bueno, de todo se aprende y la experiencia es un grado. Aunque seguiré viajando porque me encanta!Un saludo desde Cantabria!
03 enero 2013 | 19:38
Ooooh París es genial!! yo tuve la suerte de visitar esta mágica ciudad cuando aun no me acompañaba mi compañera esclerósis y siempre he tenido ganas de volver, esta vez con mi chico, pero siempre me pasa por la cabeza como tendría que plantearme semejante viaje porque es una ciudad que impone aun más cuando se tiene esta enfermedad..Espero que a pesar de todo hayas tenido momentos maravillosos en tu visita a París, Feliz Año y mucho ánimo . Besines ^_^
03 enero 2013 | 13:11
Y tanto que impone! Pues yo hubiese ido menos días (fui una semana), no hubiese ido a Eurodisney (ese día sin siesta me mato), y me lo tomaría con una tranquilidad enorme. Además si ya has estado, no tendrás esas ganas de verlo todo todo todo.Pero a pesar de todo, es una ciudad preciosa que hay que visitar, volvería encantada. Feliz año a ti también. Un besazo.
03 enero 2013 | 19:43
Salvando las distancias me acordé mucho de ti en Zaragoza, sólo dos días para ver todo lo que deseaba, con el aliciente de estar solos mi chico y yo, con la peque en casa de las abuelas. Quería ver museos, pasear, ir a cenar…todo! Pero sobre todas las cosas, no defraudar a mi marido, disfrutar de él y con él. Resultado: mi pierna derecha dejó de servir para lo que fue creada y, como diría nuestra amiga de milupusestulupus, quemé cucharas como si no hubiera mañana! El problema es que sí lo hay, y mi cuerpo me pasó factura, y de qué manera! He tomado nota de todas tus recomendaciones y mi próximo viaje (Nueva York!) estará muchísimo más preparado. Que el 2013 te traiga todo lo mejor, sigue con esa grandisima ilusión que nos transmites a todos. 🙂
08 enero 2013 | 07:54
Al final da igual la ciudad, son ganas de querer ver o hacer al algo. El año pasado estuve en Punta Cana por Navidades, y allí no moví un dedo, descansé tumbada en un hamaca todo lo que quise y más. Esas sensaciones las vivimos todos, pero hay que tener la sangre fría y no dejarse llevar por el momento, que luego se paga con creces. Incluso se te pueden quitar las ganas de ir por ahí otra vez.Yo también quiero ir a NY, pero no se cuando… es mi viaje pendiente! Espero que te sirva alguna de las recomendaciones y que lo pases estupendamente! Esperemos que el 2013 sea un gran año para todos. Un besazo
08 enero 2013 | 09:56