Una dipoplía, unos movimientos involuntarios en el ojo izquierdo, media cara paralizada y un estado de embriguez permanente, bastaron para que me diagnosticasen esclerosis múltiple. Como sabéis, todo empezó en Groenlandia.
Durante la semana que estuve ingresada me hicieron: un TAC, una radiografía abdominal, una resonancia magnética con contraste, una punción lumbar y unos potenciales evocados; y quizás hubiesen sido alguna menos si el radiólogo hubiese visto las lesiones desde un primer momento.
Era una mujer joven y fuerte así que, excepto las dos lesiones que vieron los neurólogos en la resonancia, el resto de pruebas dieron negativo. Además, el día antes a que me pusieran mis primeros chutes de corticoides, mi brote empezaba a remitir, la dipoplía iba desapareciendo y la cara empezaba a tener su gesto habitual.
Han sido los únicos chutes que me dejaron un buen sabor de boca. En ese momento, solo quería un tratamiento, solo quería que desapareciesen todos los síntomas y volver a ser la de antes. Lo que no sabía es que nunca más volvería a ser la de antes.
Cuando los neurólogos me dieron un diagnóstico, me sentí aliviada. Mis síntomas tenían un origen. A pesar de que fueron los típicos para esta enfermedad, a mí me parecieron los más raros del mundo, pero fueron el comienzo de una larga convivencia.
1decada1000.
Leyendo lo que has escrito he recordado mis inicios, ¡qué tiempos aquellos!
16 diciembre 2012 | 14:08
Yo me acuerdo mucho de estos primeros momentos, antes parece como si fuera otra persona 🙂
16 diciembre 2012 | 18:14
Leyendo lo que has escrito he recordado mis inicios, ¡qué tiempos aquellos!
16 diciembre 2012 | 14:08
Yo me acuerdo mucho de estos primeros momentos, antes parece como si fuera otra persona 🙂
16 diciembre 2012 | 18:14
Jo, mi primer brote fue idéntico al tuyo… Bueno lo de la embriaguez creo que yo no lo tuve…En algún lugar leí que había mucha gente que vivía casi una vida normal con em, pero que en todos ps casos el impacto emocional es muy fuerte. Ya te digo!Tanto notas que te ha cambiado? Yo supongo q iré x el mismo camino tambien…
16 diciembre 2012 | 18:45
Era como estar borracha, me oscilaba el mundo como un péndulo, era horrible, me agarraba a las paredes para andar y todo.Mi impacto emocional fue muy muy fuerte, rompí con mi novio de aquel entonces, me dejaron de lado mis amigas y mi estado de ánimo estuvo unos meses por los suelos. Eso hizo que lo de antes, me resultara ficticio. No te preocupes, que se vive con EM, unos pequeños cambios y una medicación adecuada y listo.
16 diciembre 2012 | 19:08
Jo, mi primer brote fue idéntico al tuyo… Bueno lo de la embriaguez creo que yo no lo tuve…En algún lugar leí que había mucha gente que vivía casi una vida normal con em, pero que en todos ps casos el impacto emocional es muy fuerte. Ya te digo!Tanto notas que te ha cambiado? Yo supongo q iré x el mismo camino tambien…
16 diciembre 2012 | 18:45
Era como estar borracha, me oscilaba el mundo como un péndulo, era horrible, me agarraba a las paredes para andar y todo.Mi impacto emocional fue muy muy fuerte, rompí con mi novio de aquel entonces, me dejaron de lado mis amigas y mi estado de ánimo estuvo unos meses por los suelos. Eso hizo que lo de antes, me resultara ficticio. No te preocupes, que se vive con EM, unos pequeños cambios y una medicación adecuada y listo.
16 diciembre 2012 | 19:08
«Han sido los únicos chutes que me dejaron un buen sabor de boca. En ese momento, solo quería un tratamiento, solo quería que desapareciesen todos los síntomas y volver a ser la de antes. Lo que no sabía es que nunca más volvería a ser la de antes.»Como si lo hubiera escrito yo. :-)Recuerdo que cuando llegué a casa la primera vez, tras 10 días ingresada (pruebas, tratamiento, etc) me sentía tan distinta, que cuando me miré al espejo y vi mi cara de siempre le dije mentalmente «Eh, tú, ¿dónde estás? ¡Vuelve aquí!». Se lo pedí tantas veces. Me llevó un tiempo acostumbrarme a que sí, que por fuera era la misma de siempre, pero yo ya no era la misma, un sentimiento que sé que entiendes perfectamente.
22 enero 2013 | 01:19
Me alegro que te sientas tan identificada! Sí que es cierto que cuando sales del hospital, te sientes distinta, pero tampoco sabría explicar en qué, es como si te hubiera pasado algo muy importante pero que no se ve ni se te nota. Pero ya no soy la de antes, ni de lejos, pero ahora me gusta más como soy, distinta, pero mejor :)Al principio, opté por hacer que no pasaba nada, luego según iban apareciendo síntomas me iba acostumbrando. He de reconocer que no me gustan los cambios, pero me he ido acostumbrando poco a poco. No nos queda otra…Un besazo!
23 enero 2013 | 09:41
«Han sido los únicos chutes que me dejaron un buen sabor de boca. En ese momento, solo quería un tratamiento, solo quería que desapareciesen todos los síntomas y volver a ser la de antes. Lo que no sabía es que nunca más volvería a ser la de antes.»Como si lo hubiera escrito yo. :-)Recuerdo que cuando llegué a casa la primera vez, tras 10 días ingresada (pruebas, tratamiento, etc) me sentía tan distinta, que cuando me miré al espejo y vi mi cara de siempre le dije mentalmente «Eh, tú, ¿dónde estás? ¡Vuelve aquí!». Se lo pedí tantas veces. Me llevó un tiempo acostumbrarme a que sí, que por fuera era la misma de siempre, pero yo ya no era la misma, un sentimiento que sé que entiendes perfectamente.
22 enero 2013 | 01:19
Me alegro que te sientas tan identificada! Sí que es cierto que cuando sales del hospital, te sientes distinta, pero tampoco sabría explicar en qué, es como si te hubiera pasado algo muy importante pero que no se ve ni se te nota. Pero ya no soy la de antes, ni de lejos, pero ahora me gusta más como soy, distinta, pero mejor :)Al principio, opté por hacer que no pasaba nada, luego según iban apareciendo síntomas me iba acostumbrando. He de reconocer que no me gustan los cambios, pero me he ido acostumbrando poco a poco. No nos queda otra…Un besazo!
23 enero 2013 | 09:41