Cantabria, es de las pocas comunidades autónomas que este año ha convocado oposiciones de educación. Yo me apunté en la especialidad de matemáticas. Había una plaza para la reserva de discapacidad. Nos inscribimos unas trece personas. El cinco de octubre nos convocaron al acto de presentación.
Allí que fui con una amiga. Había dos tribunales para casi ochocientos opositores. Según la convocatoria, el llamamiento que se hace en ese acto, debe ser público y debería haber empezado por la letra O. Pero no fue así. Un tribunal empezó por la O y otro por la C. Mi apellido empieza por BOR. Conclusión: iba a ser de las últimas. Nos presentamos quinientas personas aproximadamente.
Eran las cuatro de la tarde de un viernes soleado y caluroso (pese a estar en Octubre). Como lo veía venir, me senté en el suelo. Me levantaba. Me enfadaba y me volvía a sentar. Hablaba con algún conocido. Me volvía a sentar. Hablaba por whatsapp. Me sentaba. Me volvía a levantar. Así 90 minutos.
Mi amiga, que había entrado relativamente pronto (su apellido empieza por D), me cuenta que están empezando a sentar a la gente en el suelo porque no entran. Increíble.
Después de pasar mi culo por todo el suelo de la calle, ahora me tenía que sentar en el suelo del edificio donde nos citaron. De chiste.
Empezaron a llamar a los de la B. Estaba enfadada, muy enfadada. Mis piernas parecían dos flanes. Me dolían y me temblaban. Me ponía nerviosa la situación. No daba crédito a lo que estaba viviendo.
Por fin, escuché mi nombre. Cuando enseñé mi DNI a dos miembros del tribunal, les solté «¿Os parece normal tener a una persona con esclerosis múltiple hora y media en la calle?«. Así, con un par y de sopetón. Su respuesta: Silencio. Me interese por saber cual era el inspector que llevaba la oposición. Y me fui hacia donde iba todo el mundo. Por el camino, otro miembro del tribunal se interesó por lo que me pasaba, a lo que le respondí que se lo preguntara a sus compañeros. Y seguí mi camino.
Había que subir escaleras (aunque no sabía cuantas), y yo con dos flanes como piernas. Cuando llegue al primer piso me pare. No sabía donde tenía que ir. Me di la vuelta. Pregunte a una chica que subía detrás de mi. Me contesto que había que subir otro piso. Dos pisos, perfecto. Esto ya superaba mis fuerzas. Empece a subir con lágrimas en los ojos, y explote. Lloraba, gritaba, lloraba, gritaba, lloraba, gritaba … Y así hasta que conseguí llegar al segundo piso.
Entre mis lindezas, gritaba frases como: que no me podía creer que después de todo tenía que subir dos pisos, que si hubiera tenido una muleta que hubiera pasado, … Y frases semejantes, haciendo referencia a la poca accesibilidad que me habían ofertado.
Al ver el panorama, dos miembros del tribunal se me acercaron para calmarme. Me fui a un rinconcito, me senté en el suelo (para variar), y seguí llorando y desahogandome. Estaba con las rodillas dobladas y agarradas con los brazos. Como una niña pequeña, lo sé. Me sentía humillada y vulnerable.
Una señora miembro del tribunal, se quedó conmigo para calmarme, o al menos intentarlo. Me pidió disculpas muchas veces, me dijo que me tranquilizase que estaba poniendo nerviosa al resto de opositores, que si quería agua, que luego ella me acompañaba al ascensor (parece que el edificio era accesible), y lo mejor de todo, que se lo tenía que haber dicho!
Ahora resulta que me tengo que poner un post-it en la frente poniendo que tengo esclerosis múltiple. El colmo.
Después de unos minutos, me tranquilice. Abrieron otro aula para que nos pudiésemos sentar en algún sitio. Todo un detalle. Me acompañó la señora hasta el aula, me fije que tenía una pequeña cojera. Desde luego, la empatía no era una de sus virtudes.
Terminó la presentación. Otra vez, la señora se interesó por mi. Al final, resulto ser bastante amable. Estuvimos charlando cinco minutos sobre como se deberían este tipo de actos.
Dos horas después, acabo el acto de presentación. Y con mi cabreo me fui. Estaba cansada, cabreada y tenía las piernas temblando.
Un día antes del examen, me llamaron para ver si necesitaba algo. Pedí hacer el examen en una planta baja. ¿Es necesario que tenga que pasar por todo esto para que se hagan las cosas como se deberían haber hecho desde un principio? Parece que sí.
Hola!!Me llamo Beatriz, tengo EM como tú y era profesora de Dibujo. Aún no he pasado ningún tribunal de oposiciones con mi diagnóstico hace ya año y medio.Mi último brote fue en Agosto de este año y me afectó al ojo derecho.Ahora estoy en trámites del grado de discapacidad.Dicen que está muy difícil, dime cómo has conseguido el 33% porque para entrar en las plazas de profesorado ese es el mínimo.Comprendo tu lucha y lo peor de todo es lo difícil de hacerlo ver a los demás.Por cierto, ¿conseguiste la plaza?Besis, espero tu respuesta
10 octubre 2012 | 12:28
Hola Beatriz, te cuento mi historia por si te sirve. En Agosto 2008 me diagnosticaron EM, en Diciembre me dio un brote. En Febrero 2009 tramité el grado de discapacidad, tres meses después me dieron un 45%. Yo creo que no tendrás problema para que te den un 33%.Referente a las oposiciones, suspendí. Ir por reserva en las oposiciones tiene sus ventajas y sus inconvenientes, ya explicaré en otro post por qué.Cuídate! Espero haberte ayudado! Un beso 🙂
10 octubre 2012 | 21:19
Mucho ánimo,Rezo para que consigas sacar las oposiciones.Resiste cariño.
10 octubre 2012 | 19:01
Muchas gracias, a ver si alguien nos oye y lo consigo! Muchos besos 🙂
10 octubre 2012 | 21:22
Deberías haber puesto «Vergüenza» como título porque me parece una vergüenza que NADIE tenga que pasar por esto… Al igual que me parece una vergüenza que tengas que ir por la vida demostrando con un carnet que somos minusválidos… Como si fuera algo de lo que nos gusta alardear!!Sabes que hace tiempo hice un viaje al Reino Unido y NI UNA VEZ me pidieron que demostrara ningún documento? ASÍ deberían ser las cosas.Y si opositas como minusválida debería haber una atención especial porque algunos tenemos requerimientos como que necesitamos ascensor, no aguantamos más de 10 minutos de pie y las piernas no nos dan para levantarnos del suelo.En fin… Yo también intenté opositar, pero tuve que dejarlo por el maldito lupus y la fatiga y el estrés y… En fin! :p Pero tranquilos todos, que ahora hago mantas de lana cuando las manos me dejan jajaja :p.Espero que las saques!!! De verdad!!!Un beso enorme!!!P.D. Has visto la buena lectura que he buscado para mi sábado tranquilo? 😉
20 octubre 2012 | 21:51
La verdad es que en España no esta normalizada la discapacidad, algunos piensan que tenemos demasiadas ventajas. He tenido ya varios problemas con la administración pública y este tema me quema mucho. Si tengo ganas y fuerzas lo contaré en algún post, pero me da tanta rabia que sean así las cosas!Yo sigo trabajando de momento, pero me resulta muy difícil. No se si me sacaré la oposición algún día, lo veo bastante complicado, pero nunca se sabe…Haces mantas de lana?? Jajajajaja, yo soy muy muy muy mala haciendo esas cosas, las manualidades no son mi fuerte. Ya me ensañarás alguna foto con alguna que hayas hecho!Un besazo!
21 octubre 2012 | 17:07