Te miraste en su reflejo y pediste un trabajo mejor pagado. ¿O dijiste “más reconocido”? Pediste más tiempo libre para disfrutar con los tuyos. Pediste un coche más bonito y, quién sabe si también, una pareja que bailase como John Travolta o Jennifer López. Pero si además le pediste una casa más grande, para aquí el carro, que es donde yo te puedo ayudar.
Porque si bien me piso los pies yo solito en las bodas, de ganarle espacio a las casas sé un rato. Y aquí entra en acción el truco del día, al que la malvada bruja de Blanca Nieves sacaba tanto partido por las mañanas, antes de salir hacia el Bundestag: sus espejos, espejitos mágicos.
¿Qué tus habitaciones parecen pequeñas y oscuras? ¡Tachán! Magia: luz y amplitud que tienden hacia el infinito. ¿Qué hay un rincón de la casa que odias y otro cerquita que te gusta ver siempre al pasar? ¡Abracadabra, pata de cabra! Esconde el primero duplicando el segundo sobre él.
Los espejos nos dan acceso a nuevas dimensiones de nuestro propio hogar. Nos ofrecen puntos de vista de nuestro propio espacio que no imaginábamos. ¿Cuántas veces te has asombrado al entrar en una discoteca, y no te has dado cuenta de lo realmente pequeña que era hasta que te ibas? Los espejos son una de las soluciones más prácticas y baratas frente a la falta de superficie, y además resultan un punto de fuga muy relajante para distraer la vista en la distancia.
Asómate a ellos, verás cuántas cosas harán por ti:
1. Hasta el infinito, y más allá
En una habitación minúscula, coloca dos espejos enfrentados (por ejemplo, uno en el suelo, y otro integrado en un armario). Multiplicará tu espacio de tal manera, que tendrás que llamar a la doncella para guiarte de camino al salón.
2. Trae p’acá la luz, Caroline
Quien tiene una ventana, tiene mucho más que un tesoro: potencia esa fuente de luz natural colocando un espejo a su lado y angulándolo de forma que la reparta por toda la habitación. Si tienes una terraza, crearás un cálido corredor de luz.
3. Presume de salón
Si sientes pasión por la decoración o la distribución de tu sala de estar, preséntala de un vistazo con todos sus matices colocando un gran espejo al fondo, sobre una chimenea, cerca del techo, inclinado… busca la fórmula que ofrezca una mejor panorámica desde tu sofá, o desde la entrada. Olvida los límites: los espejos no tienen y tú nunca los has necesitado.
4. Descomprime tu habitación.zip
Si tienes un dormitorio muy pequeño, prueba a sustituir una de las mesillas de noche o algún mueble cercano a la cama por un espejo en diagonal. Verás cómo acrecienta la sensación visual del espacio y potencia la luz. Por no mencionar cuántas miradas buscarán el espejo en este rincón tan íntimo de la casa…
5. De pasadizo de Indiana Jones a pasillo de Champions League
El grosor de un espejo continuo pegado a la pared de un corredor es de apenas unos cuantos milímetros. Su efecto, aplicado a ese hall de entrada que parecía un callejón peligroso sin salida, es duplicar aparentemente el ancho del camino para que lo recorras bien henchido de orgullo. Si levantas el espejo desde el suelo hasta al techo y lo dejas libre de marcos y objetos, potenciarás aún más el efecto.
6. Introduce curvas, juega con las formas
No solo existen los espejos planos. Si experimentas con espejos curvos, recortados o montajes con distintos ángulos comprobarás cómo nacen nuevos conceptos visuales a partir de la realidad de tu espacio.
7. Juega al Tetris
Si una habitación es cuadrada, puedes convertirla en un rectángulo con un espejo. O incluso en esa pieza con planta de L que nos traía locos en el videojuego, y que ahora quedará genial en tu comedor.
8. Atrapa el exterior en tu hogar
Si te gusta ver el cielo, la vista que tienes desde una ventana, o a la guapa vecina de enfrente, captúralos con un espejo. Los espejos conectan cosas. También tu casa a su entorno exterior.
9. El baño es el espejo de tu alma
Y todos nos hemos quejado alguna vez de cuánto nos gustaría que fuese más grande, casi insondable. Un gran espejo te regalará un baño nuevo y apetecible. Y forrar una de las paredes puede convertirlo en tu rincón favorito de la casa. Cuidado, es adictivo.
Bueno, ¿qué te parece? ¿Intentamos sacar un piso nuevo de dentro del tuyo, a fuerza de reflejos? ¿Se te ocurre el truco #10 para conseguirlo? ¡Seguro que sí!
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