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¿Cuántas veces has deseado tener una pared interior de ladrillo visto como las de los lofts neoyorquinos o las revistas de decoración de aire nórdico?
Pues enhorabuena: crearla tú mismo es muy fácil y económico.
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Toc, toc… ¡este ladrillo tiene truco!
Además, para presumir de estilo industrial no hace falta que la estancia pierda todo el grosor de los ladrillos tradicionales: existen placas de imitación de ladrillo que te ayudarán a conseguir el mismo efecto con menos de 2 cm. de grosor.
¿Tamaño? ¿Color? ¿Forma? Tú elijes, existen muchos modelos de paneles con acabado de ladrillo, con sus correspondientes imperfecciones, para que optes por un color más o menos arcilloso o apagado, o unas grietas más naturales.
Este revestimiento puede ser porcelánico, y según los fabricantes puedes encontrar hasta una docena de piezas ligeramente diferentes entre sí en cada colección, para darle un realismo total a tu obra.
Con una rápida visita a tu tienda de bricolaje habitual, te traerás todos los materiales necesarios a casa (más ligeros de lo que crees) y, respetando los tiempos de secado de los distintos pasos, tendrás tu pared de ladrillo nueva, lista para sorprender en un par de días.
Prepárate, porque en menos de 3 minutos vas a aprender lo fácil que es instalar ladrillo visto en un muro, de manos de nuestros expertos albañiles:
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¿Qué necesitas? Materiales:
– Serrucho de escayolista
– Cepillo de acabado
– Plaquetas de ladrillo
– Mortero / Pasta para juntas
– Espátula
– Nivel
– Perfil (2,5cm, para medir distancia entre placas y separar las filas)
– Varilla batidora
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Paso a paso:
1. Asegúrate de que la pared está limpia y bien nivelada.
2. Presenta las placas de imitación de ladrillo sobre la pared, en un replanteo que te ayudará a visualizar cómo quedará el efecto definitivo. Ten en cuenta que, a la hora de adherirlas a la pared, deberás dejar un espacio entre placa y placa.
3. Coloca la primera fila de ladrillos a ras del suelo. Ten cuidado para dejarla perfectamente nivelada, pues será la referencia para el resto del “muro” que vas a construir.
4. Con la ayuda de la espátula, coloca una capa generosa de pasta para juntas en la cara trasera de cada ladrillo, y ve pegándolas una por una.
5. Cuando llegues a las esquinas, te puedes encontrar con dos posibilidades: que llegues con una pieza entera, o que tengas que realizar un corte (para lo cual puedes ayudarte del canto de la espátula, dando un golpe seco a la altura del ladrillo que necesites romper: en el vídeo verás lo fácil que es).
Recuerda hacer que las juntas verticales no coincidan una sobre otra, tal y como se hace en las paredes de ladrillo reales: la línea debe estar paralela en las filas 1ª, 3ª, 5ª… y a su vez en las filas 2ª, 4ª, 6ª…
6. Una vez hayas cubierto toda la superficie deseada de ladrillos, deja secar durante al menos 24 horas.
7. Prepara el rejuntado (un mortero para juntas) siguiendo las instrucciones del fabricante en el envase.
8. Rellena los huecos con la espátula y deja secar durante 15 minutos.
9. Perfila las juntas con la punta de la espátula, y deja secar durante el tiempo recomendado por el fabricante.
10. Limpia la pasta sobrante y el polvo que se haya quedado sobre los ladrillos con una esponja ligeramente húmeda.
11. Deja secar durante 24 horas y aplica una mano de barniz para proteger las plaquetas de imitación de ladrillo.
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¿Verdad que es una idea muy molona que nunca te habías planteado para reinventar el interior de tu hogar o de una oficina?
¿En qué pared te imaginas una capa de ladrillo visto como esta?
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Si quieres más inspiración, echa un vistazo a nuestro post sobre las 5 tendencias de interiorismo y decoración de 2015: