Que tu papel es más importante de lo que tú piensas es algo que no han dejado de contarte desde hace muchos años. Pero que es una verdad como una casa solo se lo cree uno cuando conoce algunos datos que le ayudan a comprenderlo de verdad.
- Por ejemplo, que un papel puede reciclarse hasta 7 veces, dependiendo de la longitud de las fibras.
- O que para fabricar 1.000 kg de papel de calidad superior se necesitan 3.300 kg de madera.
- Y ahora, solo te falta saber que un árbol adulto vivo puede producir anualmente oxígeno para 4 personas. Así que haz cálculos tú mismo sobre cuántas personas podrían respirar con lo que habéis consumido en la oficina el último año.
¿Buenas noticias sobre qué puedes conseguir tú al reciclar? Pues claro:
- El papel y el cartón suponen el 25% del total –en peso- de los residuos domésticos, y son las materias más fácilmente reciclables (nosotros, por ejemplo, reciclamos en la compañía 7.500 Kg de papel al año).
Si hasta aquí he conseguido que te conciencies de un uso racional del papel (imprime por las dos caras, aprovéchalo al máximo y, una vez sea inútil para ti, deposítalo en un contenedor azul para papel y cartón), ahora te propongo ir un pasito más allá: plantar un árbol.
Para ello te ofrezco estos consejos que te servirán de forma general, independientemente del tipo de árbol y la temporada del año.
1. Prepara el trasplante echando agua en la tierra que rodea a las raíces la noche anterior, para compactar el conjunto y que no se suelte.
2. Prepara el hoyo, calculando el doble de ancho y hondo que tiene el árbol actualmente.
3. Emplea una pala recta o ‘de piquete’.
4. Ahora corta la bolsa que contiene el árbol y echa un vistazo a las raíces. Si muchas de ellas están enredadas entre sí, puedes ayudar a la naturaleza a expandir sus posibilidades realizando algunos cortes que las liberen.
5. Coloca el árbol en el hoyo. Debe quedar 5 cms por debajo del nivel del suelo. Para abonarlo y reforzar su salud desde el principio, coloca abono orgánico o uno procedente de compostaje. Coloca unos 10 cms de abono en la base del hoyo, antes de plantar el árbol.
6. Si colocar un cuadro en la pared es un ejercicio de vista, plantando un árbol esto tiene aún más importancia: ¡asegúrate de que queda recto!
7. Rellena el hueco con tierra, alrededor del árbol. Cuidado aquí: la tierra no debe tener basura ni piedras, y debe estar completamente deshecha. Si tiene terrones, desmorónalos con mimo.
8. Compacta delicadamente la tierra que acabas de colocar con el pie o con la pala.
9. Riégalo bien con agua, preferiblemente durante las primeras horas de la mañana.
10. Una vez transcurridos unos 6 meses puedes ponerle un par de puñados de abono.
¿A que es más fácil de lo que pensabas? Y te aseguro una cosa: la satisfacción de plantar algo que, con un poco de suerte, seguirá vivo aún muchos años más que tú y servirá como herencia a las próximas generaciones… es indescriptible.
Nosotros participamos recientemente en la campaña “100 millones de árboles en la Península Ibérica”, de la Fundación + Árboles, reforestando un pequeño terreno con 13 plantones en la comarca del Garraf (a 35 kms de Barcelona) y terminamos más que encantadísimos con la iniciativa de la compañía.
Os invito a replicar la iniciativa en vuestras respectivas empresas, porque durante una jornada compartiréis algo tan bonito como tierra, sol y plantas con vuestros compañeros, y esa sensación de que dejáis juntos algo valioso y duradero.
Ya sabéis: guantes, abono, palas… ¡y a reforestar!
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