Sobre nuestros mayores y cómo podemos cambiar su futuro este fin de semana

Ayer recibí un aviso para colocar un pasamanos en el hogar de una mujer mayor que acababa de romperse la cadera al tropezar bajando las escaleras. Esta anciana había sido operada y ya estaba en casa, aún convaleciente, y pude charlar con ella un ratito cuando llegué y otro antes de despedirme, una vez el trabajo estaba terminado.

Ella misma no sabía describir bien cómo se había producido el accidente, y es que en la mayoría de los casos se trata de una situación perfectamente habitual que en cuestión de un segundo se convierte en un tropiezo, una caída, una fractura, una operación. De la normalidad al hospital en ese maldito segundo.

Y lo hace igual al volante o al manillar en la carretera, en nuestro puesto de trabajo y en el lugar donde más seguros deberíamos sentirnos, nuestro propio hogar.

Por esto, y porque uno de los grupos de población más sensibles a estos segundos fatídicos son nuestros mayores, en este post no os voy a descubrir grandes secretos revolucionarios que jamás se os hubieran pasado por la cabeza. No. Sirva esto como disclaimer para que luego no me digáis que “eso ya lo sabía”. Mi intención hoy no es sorprenderos, sino concienciaros de tomar precauciones que precisamente todos conocemos y que sin embargo siempre dilatamos “para cuando tenga un rato libre”.

El hijo de la mujer de cadera rota me abrió la puerta, y repitió sacudiendo la cabeza y mirando al suelo una de las frases que más he oído en todo mi tiempo como profesional del hogar: “Si es que tenía que pasar, si es que tenía que haberlo puesto antes, me cagüen #€@&!”. Y es que eso es lo que más rabia da: saberlo, y no hacer nada hasta que ya es demasiado tarde.

Sumemos a esto una realidad demográfica: España envejece, y por ello tenemos cada vez más mayores en casa. A veces viviendo con nosotros o, lo que entraña aún más riesgo, solos. Y en cualquiera de los dos casos, debemos responsabilizarnos de ellos, seamos hijos, nietos, sobrinos o incluso simplemente sus amigos.

Así que os propongo una idea a todos los que os paséis estos días por este post: inventémonos el fin de semana de la seguridad en el hogar para nuestros mayores. ¿Cómo? Muy sencillo: les compramos algo bonito –esta parte es un bonus extra para ellos, lo agradecerán infinitamente- como unas flores, una rica comida o ese detalle que sabes que les hace ilusión. Nos plantamos en su casa para visitarlos, y nos damos una vuelta por la misma mientras les preguntamos si no necesitan alguna pequeña ayuda con algo en cualquier estancia.

Analicemos cada espacio pensando que los mayores pierden con más facilidad el equilibrio, tienen mayores dificultades para andar y ven cada vez peor. Pongámonos en sus cansados pies y busquemos cada peligro, cada oportunidad de tropezar, cada posible mejora de su calidad de movimientos.

Caídas

Las caídas se asocian a traumatismos graves y en algunos casos alertan de enfermedades aún no diagnosticadas. De hecho, solemos pensar que la cadera rota es consecuencia de la caída, cuando en realidad muchas veces la luxación o la rotura de la cadera es la que produce la caída en sí.

Las caídas se producen principalmente por la existencia de suelos poco limpios o muy pulidos y resbaladizos, mala iluminación de la vivienda, escaleras y cuartos de baño no adaptados, alfombras mal situadas o arrugadas.

Recomendaciones generales para evitar caídas

· Mantener el suelo limpio y libre de obstáculos.

· Fijar las estanterías a la pared, incluso las de pie y no sobrecargarlas.

· Disponer de buena iluminación en los baños, cocina, dormitorios y escaleras, pues son las zonas de la casa donde más accidentes se sufren.

· Guardar las cosas que se emplean con frecuencia al alcance de la mano. Evitar utilizar los altillos, estantes y zonas altas de forma frecuente, así como tener que agacharse reiteradamente.

· Utilizar escaleras de mano que se encuentren en buen estado; en su defecto, no emplear sillas.

· Evitar que los mayores transporten objetos pesados o voluminosos sin ayuda.

· Emplear pasamanos para subir o bajar las escaleras.

· Fijar los cables a la pared, evitando así tropezones.

· Utilizar zapatos de suela de goma y tacones bajos para mejorar la adherencia.

· Seguir controles médicos periódicos (visión, audición, huesos…).

· Acompañar a los mayores cuando bajen las escaleras para evitar posibles caídas.

· Proveer las escaleras de interruptores al principio y al final para que en todo momento se encuentren iluminadas mientras se hace uso de las mismas.

· Dotar a la vivienda de un número suficiente de enchufes para evitar tener que utilizar alargaderas.

En el baño

· Adecuar el cuarto de baño: colocar barras de sujeción en la bañera y el inodoro.

· Mantener los suelos secos, recogiendo inmediatamente el agua derramada y ventilando el baño si se ha acumulado vaho y humedad, y lavarlos con productos antideslizantes.

· Poner delante de la bañera y de las zonas que puedan resultar salpicadas con agua alfombrillas antideslizantes para evitar resbalones y sujetarlas al suelo.

· Dejar la toalla y el albornoz que se vaya a emplear para secarse lo más cerca posible y a una altura conveniente.

· En caso de viviendas de personas mayores la ducha es más recomendable que la bañera evitando así posibles caídas al entrar o salir en la misma.

En los dormitorios

· Comprobar periódicamente la fijación de cabeceros, espejos y estanterías.

· Poner interruptores de luz a ambos lados de la cama para evitar levantarse o tumbarse de la misma a oscuras.

Primeros auxilios en caso de caídas

· Tranquilizar al accidentado y no levantarlo inmediatamente, comprobar primero que no se hayan producido fracturas o aturdimientos.

· En caso de posible fractura, no moverlo más de lo estrictamente necesario evitando que se agraven las lesiones producidas y pedir ayuda sanitaria.

· Llamar al servicio médico de su localidad y explicar lo ocurrido; en ese caso sólo resta esperar la llegada de personal especializado que procederá a la correcta inmovilización de la víctima y su posterior traslado a un centro sanitario.

· En caso de desmayo por parte del accidentado, asegurarse de que tiene pulso y respira. Aflojarle la ropa para que respire más fácilmente, tumbarlo y elevarle las piernas cuarenta y cinco grados.

· Recordar que tras un desmayo es posible que al recuperar la consciencia la persona vomite; si es así, girar su cabeza hacia un lado para evitar que se ahogue.

· No dejar sola a una persona inconsciente, quien siempre debe acudir al médico para una evaluación.

· En caso de golpe fuerte, inmovilizar la zona y aplicar compresas frías o hielo y acudir al médico.
¿Recordáis que siempre hay un momento después de un accidente en el que pensáis “si solo hubiese… antes”? Bueno, pues este fin de semana podemos cambiar el futuro historial médico de nuestros mayores como en una versión española de Marty McFly (Michael J. Fox) y ‘Doc’ Brown (Christopher Lloyd) en “Regreso al Futuro”.

Y para todos aquellos que comienzan las vacaciones estos días, os digo exactamente lo mismo pero aplicado al volante: cosas que ya sabéis pero que no hay que olvidar nunca, como “mejor llegar media hora antes que no llegar nunca” o “para a descansar y refrescarte cada par de horas”. Ya lo dice uno de mis compañeros más sabios: “está todo inventado, sí. Pero cuántas veces lo olvidamos”.

Feliz fin de semana, felices mayores y felices vacaciones.

 

3 comentarios

  1. Dice ser JC

    Buen post, me a gustado mucho, hay que cuidar a los abuelos!

    29 junio 2012 | 14:01

  2. Dice ser Lola

    Cuando llevé a mi madre a vivir con nosotros adecué la casa para ella, plato ducha en lugar de bañera, agarraderas en la ducha y al lado del inodoro, el suelo de la terraza antideslizante, una luz auxiliar en la pared al lado de su cama, las puertas suficientemente anchas para que pudiera pasar con la silla de ruedas, enchufes suficientes en su habitación por si volvía a necesitar el aparato del oxígeno. Las personas mayores, sobre todo cuando tienen enfermedades crónicas necesitan de muchos cuidados y hay que ofrecérselos y sobre todo no olvidar que algún día nosotros también seremos «los mayores»
    Muy buen artículo.

    30 junio 2012 | 10:50

  3. Hola Chicos,

    Como muy bien dice Lola, antes o después también nosotros seremos “los mayores” de alguien. Así que hay que empezar a cuidar a nuestros “seniors” desde hoy mismo como es su derecho y como nos gustaría que lo hiciesen con nosotros algún día, anticipándonos a sus problemas y necesidades.

    Es nuestro deber acercarnos periódicamente a su hogar para comprobar que no les falta absolutamente de nada y que están seguros en su entorno. Y sobre todo, lo que menos en el mundo debería faltarles: cariño y atención. Bueno, y si me apuráis, también melón con jamón 😉

    Muchas gracias a todos por vuestras bonitas palabras y vuestros gestos. Os deseo lo mejor que alguien puede tener en su edad dorada: unos nietos como vosotros.

    Un abrazo

    Salva

    02 julio 2012 | 14:37

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