Un cuento corriente Un cuento corriente

Se llama a la Economía (más aún en estos tiempos de crisis) la "ciencia lúgubre". Aquí trato de mostrar que además es una de nuestras mejores herramientas para lograr un mundo mejor

Diez razones por las que ya no veo fútbol español

«Solo se tomarán medidas cuando pase algo gordo». Este comentario general me ha venido acompañando desde hace tantos años que no sé atribuir exactamente quién me lo dijo por primera vez. Poco importa. Lo cierto es que el domingo por la mañana volvió a pasar, desgraciadamente, «algo gordo». Lo peor: Una persona muerta a manos de ultras del equipo rival. Pero lo peor no acaba ahí. Lo peor continúa cuando oyes las justificaciones de los presidentes de los clubes —que se lavan las manos—, cuando compruebas la falta de prevención de las autoridades, o cuando simplemente escuchas los cánticos del Vicente Calderón apenas unos minutos después de la tragedia.  ultras

Pero a mi esta vergüenza no me va a volver a pasar. A pesar de que durante muchos años fui aficionado al fútbol (abonado del Sporting una temporada) y todavía de vez en cuando quedo con amigos para ver finales y esas cosas, lo cierto es que ya no quiero más. No quiero saber más del balompié nacional mientras siga dispuesto a acoger algunos de los peores aspectos de la sociedad. Aquí va mi particular decálogo de por qué, al menos mientras siga como hasta ahora, boicotearé personalmente el fútbol español.

1) Porque ampara y no echa a los intolerantes. Seguro que en todas las organizaciones ultras de equipos españoles hay gente pacífica y no violenta. Pero esa es precisamente la excusa que están encontrando los violentos y los intolerantes para poder seguir acudiendo a los estadios y sus aledaños. Los clubes de fútbol llevan años condenando la intolerancia con la boca pequeña y colaborando con los ultras por la puerta grande: les consiguen las entradas, los medios de transporte, les facilitan locales… ¿Cómo es posible que se permita cada fin de semana en campos de toda España que se cuelguen carteles que incitan, si no al puro odio, como mínimo a la confrontación ideológica? No lo entiendo y no me gusta. Mientras convivan con esto los clubes de fútbol, que conmigo no cuenten.

2) Porque se juegan partidos incluso aunque haya muertos. Resulta que muere un hombre de 43 años después de una pelea callejera salvaje con más de cien personas implicadas y a las autoridades del fútbol español no se les ocurre que esto no puede quedar en nada. La Liga (LFP) alega que sí que pidió la suspensión del partido, pero que nadie de la Federación (la competente para ello) les dio respuesta. Sea como sea, personalmente me parece impresentable que el partido se celebrara así como así. Estoy seguro de que si se restara puntos a los clubes cuyos ultras protagonizaran reyertas veríamos cómo la mayoría dejaba de meterse en esos líos, o por lo menos tendría toda la condena que se puede esperar de sus propios correligionarios.

3) Porque no se hace pedagogía contra la intolerancia y la violencia en los estadios. El mismo domingo que sabíamos que Jimmy acababa de morir, pocos minutos después, parte de la afición del Atlético de Madrid coreaba cánticos macabros bromeando sobre el asunto. Otro motivo de cierre. Cierto es que parte del resto de la grada silvó dichos cánticos, pero es que las muestras de intolerancia, de nulo respeto a los derechos humanos o de puro y duro odio al contrario son el pan nuestro de cada día en los campos de fútbol. Parece como si alguno fuera al estadio a desahogarse contra todo y todos. Hay cientos de ejemplos: Los «uh uh» racistas cada vez que un jugador negro del equipo rival toca el balón, los «Dubovsky profesor de natación» que se cantan en El Molinón de Gijón (aludiendo a la desgraciada muerte del exjugador eslovaco del Oviedo), los «Viva España» cada vez que juega un equipo percibido como próximo al nacionalismo o al independentismo… A mi, con estos mimbres, como que no me apetece, la verdad.

4) Porque los precios son prohibitivos. Una entrada en lo más alto del estadio por 49 euros, una camiseta de juego por 66 euros… Son solo dos ejemplos. Los precios en los que se ha situado el fútbol han provocado que acudir a ver el espectáculo en directo se haya convertido en un gusto caro, casi de lujo. Difícil llegar así a un público masivo y crear una afición entre los jóvenes, ahora que las rentas de millones de españoles se han desplomado por los recortes y el paro.

5) Porque los clubes están endeudados hasta las cejas «con todos». Una de las razones que explica este incremento de los precios de las entradas está en la crítica situación financiera que vive el fútbol español actualmente. Los clubes en su conjunto están endeudados en más de 2.700 millones de euros, si bien lo que es especialmente indignante es la deuda con Hacienda. Es decir, con todos nosotros. Una deuda conjunta que ronda los 500 millones de euros, y que si bien es cierto que por fin se han decidido a atajar, no ha sido precisamente por voluntad propia.

6) Porque la Liga consiente los comportamientos antideportivos en cada partido. Al margen de los descerebrados. Al margen de los violentos. El espectáculo en la Liga española está lejos de ser edificante por muchos motivos. Basta recordar algunos de los últimos Barça-Madrid de la era Mourinho: entradas violentas, intentos de engañar y presionar al árbitro, teatro de los jugadores, insultos, tanganas… hay quien dirá que es que el fútbol es así. Pues no, mire. En la Premier League inglesa, por poner un ejemplo, los piscinazos están muy mal vistos. Conozco y soy aficionado a otros muchos deportes similares en muchos otros aspectos (competitividad, tensión…) y los jugadores aceptan mayoritariamente las decisiones de los árbitros y no se dedican a protestar y volverle loco todo el rato.

7) Porque los futbolistas, entrenadores y directivos del fútbol no entienden su papel social. Reconozco que he admirado y admiro a muchos futbolistas. Pero si me detengo a pensar en su imagen de cara a la sociedad, la verdad es que es algo que se me quita pronto: Un grupo de millonarios ególatras que son capaces de decir que si les critican es porque les tienen envidia o que son capaces de lanzar un balonazo intencionado contra la grada. Esa que les da de comer. Porque sí, amigos futbolistas: Lo que hacéis no vale ABSOLUTAMENTE NADA por sí mismo. Si tiene algún valor es solo porque el público, la afición, está dispuesta a valorarlo. Pensadlo por tanto dos veces cuando negáis un autógrafo o no os paráis con un fan que lleva horas esperando para poder hacerse una foto con vosotros. Los futbolistas de élite son millonarios, o como mínimo asalariados muy muy por encima de la media. Deberían, como en otras competiciones (pienso en la NBA) e implicarse de lleno en devolver algo de lo que la sociedad les ha dado a ellos. No es demasiado pedir, toda vez que tienen jornadas laborales de 3 o 4 horas como mucho.

8) Porque los palcos del fútbol son un foco de tráfico de influencia. El palco del Bernabéu es quizás el paradigma de un tipo de élite española (ministros, empresarios, directores de medios…), pero es algo que, en una escala proporcional, se repite en todos los estadios de Primera División (y parte de Segunda): Las zonas nobles de los estadios se convierten cada fin de semana (y por semana si hay competición europea) en áreas donde colarse para hacer contactos, en atajos para llegar al BOE o donde poder conseguir un chollete en confianza. En la medida que son empresas con una gran repercusión social, creo que estaría bien que hubiera transparencia en los palcos: que se sepa quién ha sido invitado y en función de qué puesto o responsabilidad. Lo siento, pero es que hay personas demasiado influyentes como para pensar que ahí no puede incubarse un gran riesgo de tráfico de influencias.

9) Porque hay otros países y otros deportes que sí que dan ejemplo. Pienso en el rugby (deporte inmensamente popular en Reino Unido, Francia, Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda, por ejemplo) o en el fútbol americano. Son deportes con un nivel de profesionalismo tan alto o más que el fútbol español. Pues ahí, con sus defectos, muchas de las cosas que se denuncian en este blog ni se llegan a plantear. Son deportes con un espíritu diferente, lo que hace pensar que aquello que no nos gusta del fútbol no es inevitable. Más bien al contrario.

10) Porque si no hacemos nada, nada va a cambiar. Pues eso. Que desde aquí no quiero promover ningún boicot ni pienso que tenga que hacerse. Solo explico por qué yo, a título personal, he dejado de verlo.

9 comentarios

  1. Dice ser Javier

    Yo añadiría:

    Porque es amoral que los jugadores y entrenadores cobren lo que cobran
    Porque los jugadores se creen dioses cuando la mayoría dan la impresión que son unos incultos y analfabetos
    Porque muchos presidentes y directivos están en sus cargos solo para su propio beneficio profesional
    Porque hoy en día los campos de fútbol se ha convertido en un escenario donde muchos descerebrados desahogan sus fustracciones y complejos
    Porque hay mucha falta de respeto y honestidad entre los jugadores, las aficiones,…
    Etc….

    Y por cierto a mi también me gusta el futbol

    01 diciembre 2014 | 23:51

  2. Dice ser Kelly

    Pues me parece bastante razonable el decálogo.

    Aunque se podría discutir el papel pedagógico y ejemplarizante de deportistas y administradores del negocio deben tener.

    http://t.co/9O6k3ZetrL

    02 diciembre 2014 | 15:40

  3. Dice ser Mike

    – Porque el fútbol es una mierda.
    – Porque el fútbol repite en TV tonterías de jugadores y entrenadores más tontas que las de Gran Hermano.
    – Porque ver patas peludas que se rascan los huevos es de mariquitas, mejor ver nadadoras o corredoras que se les mete el microbikini por todo el ojal.
    – Porque 1 o 2 goles en 90 minutos es una mierda de deporte, mucho mejor el baloncesto.
    – Porque es inmoral que por el mismo esfuerzo estos deportistas ganen cientos de millones y en otros deportes ni llegan a miles de euros.
    – Porque no echan nada más que esta mierda en TV a todas horas.
    – Porque me cago en el puto fútbol.
    – Las de waterpolo, y en especial las españolas, tienen unos culos de infarto.
    – Aaaanda yaaaaa gooool gooolgoool menudaaaa mierdaaaaa, y no lo veo, es que no hacen otra cosa por la tele y cambie donde cambie gooool goool mariquitas peludos y millonarios puaj.

    02 diciembre 2014 | 16:23

  4. Dice ser Mike

    Ah, y retrasados, sobre todo futbolistas retrasados mentales. Se me olvidaba.

    02 diciembre 2014 | 16:25

  5. Dice ser Leim

    Porque los niños imitan las actitudes chulescas y de divos que llevan algunos.

    02 diciembre 2014 | 16:37

  6. Dice ser Abel

    Porque hay gente que se muere de hambre, joder.

    02 diciembre 2014 | 16:38

  7. Dice ser antonio

    Porque nos mantienen distraidos de la cruda realidad de la corrupción y el paro.
    Y nosotros, como memos, nos dejamos llevar en volandas.
    Ganando los tres puntos tu equipo ya no falta pan.
    ¿Pero como podemos ser tan estúpidos?.
    !Que nadie se moleste!, lo digo por mi, aunque hable generalizando.

    02 diciembre 2014 | 19:14

  8. Dice ser Dave

    Porque da asco ver como se publican en prensa las fotos de los cochazos que les regala una marca conocida a cada jugador de ciertos club cada año sin ninguna razon, es un gesto que desmoraliza a las personas que no tienen casi nada, una falta de respeto. Y menciono tambien lo leído arriba, unos salarios fuera de lugar a esta gente cuando las mayoria son unos lerdos e incultos que solo saben hacer el chulito con las gafitas de Sol y los cascos junto a bonito móvil. Los peor de todos son los periódicos deportivos y programas de TV que alimentan todo eso sacando las mismas imagenes 200 veces de una estupida jugada durante 2 horas y analizando jilipolladas, que si Ronaldo se ha sacao un moco ji ji jaja, que messi se ha tropezao con un bordillo en la calle ja ja. Asi nos va, un saludo a todos!!!

    02 diciembre 2014 | 19:20

  9. Dice ser Alejandro

    Estoy de acuerdo con prácticamente todo lo que dices, salvo por el tema del dinero. Es normal que esa gente gane el dinero que gana, porque lo generan. Quiero decir, si un comercial de publicidad de un periódico o de una fábrica de tornillos genera unas ventas de 500 millones es lógico que se lleve un porcentaje proporcional y sus beneficios serán muy, muy altos. Piensa que en la NBA, el SALARIO MÍNIMO está en 800.000 euros y que un tipo como Pau Gasol ganó el año pasado 19 millones, casi el doble que Cristiano Ronaldo (publicidad aparte). Y no era ni mucho menos el mejor pagado. Este año habrá 8 o 10 jugadores que pasan de los 20 millones en esa liga americana. Tres cuartos de lo mismo podríamos decir de la NFL de fútbol americano o del béisbol. De hecho, entre los 20 o 30 deportistas mejor pagados del mundo sólo aparecen Messi y Cristiano. Habría que ver, pues, si se trata de un deporte económicamente desproporcionado. Entradas carísimas (yo flipo con los precios del Murcia y está en 2ª B), camisetas… todo lo que huela a fútbol. Pero también supongo que, aunque se queje, la gente lo paga, y ahí está el problema.

    Por cierto, el tema de que les regalen coches. Es una mera inversión publicitaria más que rentable: tú le regalas un Audi a Cristiano, a todos los jugadores del Madrid o del Barça y te garantizas que tu Audi va a salir todos los días en el telediario. ¿Cuándo valen los 25 Audis que les regalan… o los 50 que en total entregarán al club? ¿4 o 5 millones? El retorno publicitario que se obtiene vale al menos 10 veces más.

    03 diciembre 2014 | 16:06

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