Un cuento corriente Un cuento corriente

Se llama a la Economía (más aún en estos tiempos de crisis) la "ciencia lúgubre". Aquí trato de mostrar que además es una de nuestras mejores herramientas para lograr un mundo mejor

La batalla subterránea entre Economía y el Banco de España por controlar el FROB

No hay tiros, ni bombas, ni declaración de guerra, pero desde hace meses el Ministerio de Economía y el Banco de España libran una batalla subterránea que se ha hecho más explícita que nunca en la última semana. Se trata del futuro diseño institucional del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancario (FROB), cuando pase a ocuparse de la resolución bancaria a nivel español, dentro del llamado Mecanismo Único de Resolución, y cuya fecha límite será el 31 de diciembre de este año.

Banco de España

Banco de España

La labor de Autoridad Nacional de Resolución consiste en, una vez identificadas aquellas entidades financieras que pudieran ser inviables por sí mismas, intervenirlas con el fin de liquidarlas con el mínimo coste para el contribuyente y siguiendo un estricto orden de prelación en el caso de que hubiera que imponer pérdidas a los distintos acreedores (accionistas, bonistas, preferentistas…). Todas estas cuestiones se han venido definiendo a lo largo del último año, en el que se han determinado tanto el Mecanismo Único de Resolución como el Mecanismo Único de Supervisión (que será básicamente el Banco Central Europeo, en colaboración con los distintos bancos nacionales).

Pero vamos al motivo de conflicto. Que no es otro que el control último sobre el FROB. Tal como dejó entrever el ministro Luis de Guindos en una comparecencia parlamentaria de la pasada semana, su idea es mantener la estructura y diseño actual del Fondo. Es decir, que permanezca controlado por el Gobierno. Actualmente tanto la gobernanza como la Comisión Rectora de este organismo público están dominados en una proporción de 5 a 4 por miembros del Ejecutivo, frente a los miembros del Banco de España. Por si cabe alguna duda sobre la decisión directa de De Guindos en la labor del FROB, quizás conviene recordar las medallas que se ha puesto él mismo ante el envío a la Fiscalía Anticorrupción de las presuntas irregularidades detectadas en BFA-Bankia, Catalunya Caixa y Novacaixagalicia.

Por si fuera poco, el pasado lunes, y tal como ha hecho constar en un reciente artículo el periodista de El País Iñigo de Barrón, el Banco de España ha contraatacado, de forma elegante, pero no por ello menos descarada. En su último Informe de Estabilidad Financiera, publicado el pasado lunes, el BdE incluye un breve artículo añadido analizando el «reparto de competencias de resolución entre autoridades en países europeos». Es decir, analiza cómo están diseñando el resto de países europeos sus autoridades nacionales de resolución y, sobre todo, sobre quién está recayendo su responsabilidad.

Y el Banco de España, como no podía ser de otra forma, arrima el ascua a su sardina, reclamando para sí un mayor control sobre la futura Autoridad Nacional de Resolución (es decir, sobre el FROB), justificándose en que es lo que están haciendo el resto de Estados: «En el conjunto de los países de la UE, solo la mencionada Finlandia y Dinamarca contemplan designar a una autoridad de resolución independiente del supervisor bancario. En otros dos supuestos (Polonia y Suecia) se prevé un reparto de las funciones entre la autoridad de supervisión (fase preventiva y/o activación del trigger o desencadenante de la resolución) y otra autoridad con funciones de resolución designada al efecto», concluyen.

En opinión del BdE, a pesar de que hay un potencial riesgo de conflicto de intereses por el hecho de que la supervisión y la resolución dependan de una misma institución (cosa que de hecho ha ocurrido a lo largo de esta crisis financiera en España), son mayores las ventajas que justificarían que el FROB dependiera del supervisor bancario: sinergias, más eficiencia, menores problemas de coordinación y de duplicidades

No sé finalmente sobre quién recaerá la responsabilidad de dirigir la Autoridad Nacional de Resolución, pero en los próximos meses se resolverá todo. Y no es un asunto menor: Si bien un banco central corre el riesgo de verse inmerso en un conflicto de intereses, lo cierto es que los Gobierno tienen quizás aún más posibles incentivos para hacer un uso partidista del mecanismo. Solo hay que ver el uso electoralista que está haciendo el Ejecutivo a raíz de las irregularidades investigadas en las antiguas cajas de ahorros.

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