Un cuento corriente Un cuento corriente

Se llama a la Economía (más aún en estos tiempos de crisis) la "ciencia lúgubre". Aquí trato de mostrar que además es una de nuestras mejores herramientas para lograr un mundo mejor

El fraude en los principales impuestos cuesta en España entre 35.000 y 40.000 millones

En este blog y en el diario 20minutos en general prestamos una especial atención al fraude fiscal, a sus causas y sus consecuencias. No es para cabrear al personal o para fustigarnos por lo malos ciudadanos que somos. No, al menos para mi el asunto va más allá. El asunto tributario es, en mi opinión, uno de esos marcadores que señalan el verdadero patriotismo. No hablo de llevar una banderita en la muñeca; no hablo de sentirse tal o cual. No. La prueba del algodón de un ciudadano o una empresa responsables es pagar los impuestos que le corresponden, asumiendo que este es, parafraseando al gran Francisco de la Torre, «el coste de la civilización».

El caso es que la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) acaba de publicar un informe académico —El hueco que deja el diablo— demoledor y muy documentado, en el que analiza el montante total del fraude fiscal en el principal impuesto español, el IRPF. Según concluyen los autores (Félix Domínguez Barrero, Julio López Laborda y Fernando Rodrigo Sauco), a partir del análisis minucioso de medio millón de declaraciones, el coste de los defraudadores de la renta para las arcas públicas es de unos 20.000 millones de euros. ¿Dónde se produce? La gráfica inferior, elaborada por estos investigadores, da una idea.

estimacion irpf

«Si sumamos a estas cifras las calculadas recientemente en otros trabajos para el IVA y el Impuesto sobre Sociedades cabe afirmar que el fraude en los grandes impuestos de nuestro sistema fiscal puede situarse entre el 3,5% y el 4% del PIB [unos 40.000 millones de euros]«, añaden los autores, que destacan lo preocupante de estos datos «por sus negativas consecuencias en términos de eficiencia, equidad, moralidad y confianza en las instituciones públicas», que se agravan más aún con los actuales problemas para cumplir con los objetivos de déficit público.

Precisamente la imposibilidad —o mejor la falta de voluntad— de los poderes públicos para atajar el fraude fiscal les ha dirigido siempre en la dirección de subir impuestos y aumentar la carga fiscal de aquellos que no se pueden escapar: Los asalariados y la clase media en general, que desde hace años sufre los niveles impositivos más altos de Europa mientras España es de los países que menos recauda en relación a su PIB. Una lamentable forma de actuar del Ejecutivo, que muestra sus prioridades y para quién gobierna.

comparacion rentas

Otras conclusiones del informe son demoledoras. Y es que los asalariados, las rentas del trabajo, sobredeclaran por encima de lo que les corresponde; en concreto un 5% más de lo estimado por estos académicos. En el otro lado del espectro, las rentas del capital mobiliario tributan apenas un 39% de lo que les toca. Una gran mayoría de ciudadanos, dicen, cumple con sus obligaciones fiscales, por lo que a este nicho habría que ponerle las cosas más fáciles, en el sentido de cambiar el paradigma desde la coacción hacia el servicio y la asistencia. Ponérselo fácil, en esencia. Al contrario, en aquellos sectores (capital mobiliario) en los que el fraude y la infradeclaración son casi la norma, se tendrá que emplear un mayor control tributario y fortalecer las inspecciones.

¿Qué os parece? ¿Creéis que el Gobierno está dispuesto a introducir alguna de estas ideas en su inminente reforma fiscal? La comisión de expertos y otras organizaciones como Funcas, que han hecho sus propias propuestas, han incidido siempre mucho en que la lucha contra el (gran) fraude ha de ser una verdadera prioridad nacional. Sin embargo, decisiones como la amnistía fiscal de 2012 y otras, invitan a pensar que el Ejecutivo tiene otra agenda. Ojalá me equivoque.

8 comentarios

  1. Dice ser Antonio Larrosa

    En este pais gente honrada solo quedamos cuatro; y somos viejos que conocemos el valor de las cosas como el honor y el respeto, y eso es por la educación que tuvimos basada en el cumplimiento de los diez mandamientos de la ley de Dios, aunque no nos gusten los curas ni sus manipulaciones económicas.

    Clica sobre mi nombre

    06 junio 2014 | 13:00

  2. Dice ser lolo

    Cuando los impuestos son confiscatorios y encima de dedican en parte, a financiar a una casta política corrupta y a sus ejércitos de lameculos y enchufados que han parasitado todas las instituciones del estado, defraudar es casi una obligación.

    Un españolito con nómina está trabajando hasta mayo para pagar un estado monstruoso por triplicado, a eso no lo llamo yo «coste de la civilización» a eso lo llamo yo latrocinio.

    06 junio 2014 | 13:17

  3. Dice ser kanguro

    Claro que se defrauda, a ver como llegas a fin de mes con estos sueldos y pensiones. La diferencia es que el pueblo lo hace para sobrevivir y la casta para hacerse aun mas ricos.

    Que se diga tambien el dinero publico que se llevan politicos, sindicatos, ongs y demas chupones.

    06 junio 2014 | 13:33

  4. Dice ser LolailosLalalas

    Igual de «patriota» que los sobres del PP, sobrecostes en obras públicas, adjudicaciones a dedo, etc.

    06 junio 2014 | 14:04

  5. Dice ser Elestel

    Luego que «no hay dinero», y tal.

    06 junio 2014 | 15:12

  6. Dice ser WALLBERTTO

    NADA es más fácil que engañar a un hombre honrado, dice un refrán. Y tiene cierto grado de verdad, pues todos los días se estafa a gente honrada. Pero la buena fe no es un factor exclusivo en el engaño. Algunas de las mentes más brillantes del mundo se dedican a maquinar y ejecutar planes para despojar a la gente de su dinero. De hecho, cierto escritor afirmó hace más de cien años: “Existen estafas tan bien tramadas, que sería una estupidez no caer víctima de ellas”.
    http://blobic.com/entry/la-corrupcion-un-mal-generalizado

    06 junio 2014 | 16:24

  7. DETERMINISMO BIOLÓGICO

    El resurgimiento de los discursos sobre la «desigualdad natural» y el determinismo está relacionado con el retroceso político y el aumento de las desigualdades.

    «El hombre es desigual biológicamente, nadie duda hoy que se heredan los caracteres físicos como la estatura, color de piel… y también el cociente intelectual. La igualdad biológica no es pues posible. Pero tampoco lo es la igualdad social: no es posible la igualdad del poder político, tampoco la de la autoridad, o de la actividad, o la del premio, o la de oportunidades, ni si quiera la económica. […] Demostrada de forma indiscutible que la naturaleza, que es jerárquica, engendra hombres desiguales, no tratemos de explotar la envidia y el resentimiento para asentar tan negativas pulsiones la dictadura igualitaria. […] La igualdad implica siempre despotismo y la desigualdad es fruto de la libertad». No, no me estoy alucinando. El más avispado rápidamente reconocerá la pluma y asomará en su mente un nombre; y reirá por no llorar. Para aquellos que todavía no lo tengan claro, decirles que estas palabras fueron escritas por Mariano Rajoy el 24 de julio de 1984 en el “Faro de Vigo” al realizar una crítica “cualificada” de una obra titulada “la envidia igualitaria”. Ahora comprendemos mejor lo que está ocurriendo, ¿verdad? Stephen Jay Gould denomina a estos momentos actuales en los que vivimos como “momentos de retroceso político” y escribía en 1996: “los resurgimientos del determinismo biológico se correlacionan con episodios de retroceso político, en especial con las campañas para reducir el del Estado en los programas sociales, o a veces con el temor de las clases dominantes, cuando los grupos desfavorecidos siembran cierta intranquilidad social o incluso amenazan con usurpar el poder”. Hay abundantes escritos sobre la relación entre la ciencia, en este caso el determinismo biológico que cita Gould, y que podemos leer y sentir en nuestro presidente, y la legitimación del poder. Por ejemplo, el historiador de la ciencia aragonés Mariano Hormigón y el ruso Sergey Kara-Murza, en 1990, escribían que “cualquier régimen político que pretenda lograr la más mínima estabilidad precisa demostrar su legitimidad, su correspondencia con ‘el orden natural de las cosas’, utilizando argumentos que sean convincentes para una parte de la población suficientemente grande”.

    Gould identifica tres “momentos de retroceso político” en la reciente historia de EE.UU. que, por añadidura, podríamos situarlos en un contexto también global; a saber, el crac de 1929 donde las tesis del determinismo biológico triunfan en EE.UU, Alemania y Gran Bretaña, la década de los 70, donde se implementan los programas neoliberales y, (y este exclusivo de EE.UU) un tercer momento en la década de los 90. La historia va demandando incorporar un cuarto “momento de retroceso político”.

    Creo, firmemente, que existe una dimensión que, pese a estar considerada en los debates actuales sobre las hipótesis que mejor explican la situación actual, no se le ha dado la importancia que tiene: el odio de clase; de aquellos que poseen cantidades ingentes de dinero, propiedad y poder, frente a los que todos los días batallamos con la vida. Nos hacemos un flaco favor si no entendemos bien esta perspectiva; si no entendemos que los que actualmente ostentan el poder no sienten ningún tipo de empatía frente a un desahucio, frente a un suicidio, frente al drama del paro, frente a las muertes en las fronteras del “paraíso”. ¡No sienten nada! No hay otra explicación posible a frases como “¡Que se jodan!” pronunciada por Andrea Fabra, diputada del PP e hija de Carlos Fabra, durante la convalidación del decreto que incrementaba las condiciones para acceder a la prestación por desempleo. Qué otra cosa que el racismo, la sensación de superioridad y el odio al pobre pueden llevar a decir al directivo de la multinacional Bayer, Marijn Dekkers, “No creamos este medicamento para los indios, sino para los occidentales que pueden pagarlo”. Esta frase contiene, condensada en ella, toda la lucha que deberemos de librar durante las próximas décadas: neo-imperialismo, los derechos de propiedad intelectual y el monopolio del conocimiento que suponen, la desigualdad social, la privatización de la sanidad (“occidentales que puedan pagarlos”), etc.

    En una situación, que el politólogo Robert Jessop define como una transición del “Estado de bienestar keynesiano” al “Estado competitivo Schumpeteriano o Estado trabajista”, y que un mortal denominaría “retorno al esclavismo”, cabe dotar al proceso de una justificación, y esta no va ser otra que el “determinismo biológico”. La propia reforma de educación planteada por el ministro Wert encaja como anillo al dedo en este marco conceptual. Según lo que se conoce hasta ahora, los institutos pasarán a financiarse dependiendo del rendimiento escolar de los alumnos. Aquellos institutos con menores notas, recibirán menor presupuesto. ¿Alguien duda en que barrios se situaran estos institutos? Para ellos es la “envidia de la igualdad”, para nosotros es “un sueño de igualdad”.

    Un fantasma recorre el mundo, es bigotudo y se esconde tras trajes, dinero, poder y corbatas».

    Álvaro González Molinero
    Es biólogo
    diagonalperiodico.net 03/04/14

    ( «Es la lucha de clases, estúpido!» )

    07 junio 2014 | 00:38

  8. Dice ser La enésima reforma fiscal

    ¿Otra agenda?, ¿que la Comisión de expertos persigue evitar el gran fraude fiscal?, nos imaginamos que es una pregunta retóricano, si acaso, un sarcasmo, muy duro de encajar es cierto en los tiempos que corren, porque la realidad es que al comienzo de esta legislatura ya se llevó a cabo una verdadera «autoenmienda» a la totalidad en este tipo de tributos…si, ¿recuerdan aquella amnistía fiscal a los grandes defraudadores elaborada por Hacienda?, ¿cuánto se recaudó, no era oficialmente ése el «objetivo de la medida»?, y lo que es peor, ¿qué se dijo después, que a los españoles no se les había recortado el sueldo?, ¿qué se llegó a decir, tb, que el fraude a la SS afectaba a todos los perceptores de prestaciones por desempleo?, y como colofón ante el «supuesto» descubrimiento que dicha amnistía fiscal no persiguía en realidad tales objetivos habida cuenta de la escasa recaudación fiscal, alguien recuerda qué es lo que se hizo para responder ante tan alarmante y sangrante evidencia?, muy fácil, una vez rescatadas las entidades financieras que han hecho posible el desencadenamiento de esta «crisis» con dinero público (todo un ejemplo de coherencia científica con el modelo neoliberal), se está alentando desde esas mismas autoridades «científicas», la subida de impuestos indirectos, como el IVA (el que más incide en el consumo de las clases populares), lo cual en el fondo vuelve a reincidir en ese profunda patología crónica que padece este decadente y desigual país nuestro: en España de facto, los impuestos son regresivos, y ese Estado de Bienestar que algunos utilizan para mantener esa ficción llamada pacto social, ha sido mantenido a duras penas a lo largo de esta pseudodemocracia nuestra por la clase media y trabajadora, la misma a la que luego se le aplaude por mantenerse en estado de anestesia colectiva, mientras se la asfixia mediante la subida de impuestos indirectos, para conservar los privilegios de quienes son el origen de todas las crisis sistémicas sufridas hasta la fecha, y que este estudio vuelve a demostrar. La única reforma tributaria posible es aquella que persiga el fraude fiscal de los grandes defraudadores, pero la misma no se va a producir (no se ha hecho antes, ahora con los ideólogos de la misma, resultaría otro mal chiste más), ya que quienes tienen que llevarla a cabo defienden los mismos intereses de quienes la patrocinan de forma más o menos implícita, en todos los foros públicos donde se han auspiciado (ya sea académicos y/o mediáticos). Cuando alguien es parte del problema, no se le puede pedir que lidere solución alguna que beneficie un interés general que nunca han defendido, y que jamás defenderán, ya lo insinuó muy acertadamente el propio Mtro de Hacienda, no se puede perseguir el fraude fiscal de quienes nos «dan de comer». Dicho y hecho.

    07 junio 2014 | 04:29

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