Un cuento corriente Un cuento corriente

Se llama a la Economía (más aún en estos tiempos de crisis) la "ciencia lúgubre". Aquí trato de mostrar que además es una de nuestras mejores herramientas para lograr un mundo mejor

El optimismo (esquizofrénico) de las agencias de calificación con España

La agencia de calificación crediticia, Standard & Poor’s, ha publicado este viernes sus nuevas estimaciones sobre la solvencia de la deuda soberana española. Buenas noticias, porque S&P ha decidido mejorar nuestra nota en un escalón, desde la BBB- hasta la BBB a secas y con perspectiva «estable». Seguimos aún lejos de los puestos de máxima fiabilidad de cara a los inversores internacionales (la famosa triple A, o al menos doble A), pero esta decisión viene a confirmar lo que venimos contando desde hace algunos meses: Que el clima económico ha cambiado en el sur de Europa y que parece haber un cierto consenso respecto a que las proyecciones de crecimiento serán mucho mejores en un futuro próximo.

El Gobierno no ha tardado en apuntarse el tanto de esta mejora crediticia. Normal, yo hubiera hecho lo mismo. Lo que me cuesta más entender es el papel de unas agencias que se dicen independientes pero que, al menos en mi opinión, unas veces parecen actuar como notarios —dando fe de cosas que ya todo el mundo percibe— y otras como pirómanos, acentuando las crisis o las burbujas incipientes con una actitud preocupantemente procíclica. Muy optimistas durante las alzas del ciclo, y muy pesimistas durante las crisis.

Y es que en definitiva no acabo de entender qué ha llevado a las agencias de rating internacionales a modificar su calificación sobre los bonos españoles. No lo entiendo, la verdad, porque si bien es cierto que han mejorado algunos indicadores (prima de riesgo, paro, crecimiento…), como ya sabíamos la semana pasada, la deuda pública del Tesoro ha superado recientemente el 96,7% del PIB, y se acerca a pasos agigantados a superar el 100%. Es decir: Más de un billón de euros (sí, con be) con sus respectivos vencimientos e intereses.

deuda pública

Con estos niveles de deuda, aunque la caída de la prima de riesgo y la vuelta al crecimiento los harán más fáciles, el pago de intereses supone cada vez un gasto mayor para las arcas públicas. Y no olvidemos que aunque hemos alcanzado, por los pelos, la reducción de déficit acordada con Bruselas, seguimos lejos aún, muy lejos, del equilibrio presupuestario. Es decir, que tendremos que seguir endeudándonos durante unos cuantos ejercicios más. Y cuanta mayor es tu deuda, más insostenible se vuelve su mantenimiento. Entonces, ¿cómo es que ahora S&P, Moody’s y Fitch nos ven más guapos que antes?

Un misterio para mi, y supongo que para muchos de los ciudadanos, ya que los modelos con los que trabajan estas agencias son realmente complicados y tienen en cuenta, en teoría, una enorme maraña de variables para llegar a sus calificaciones.

Que conste una vez más que me parece una excelente noticia que nos hayan mejorado la nota. Lo que me parece menos bien es la sensación de que, quizás, las anteriores calificaciones no eran tan ajustadas a la realidad, sino que se veían contaminadas por el clima de aversión a la periferia del euro entre todos los inversores internacionales. Los mercados nos veían mal, muy mal. Probablemente peor de lo que en realidad estábamos (financieramente, me refiero), y las agencias, en teoría independientes, no solo no establecieron unos juicios al margen de este clima, sino que participaron del mismo, y acabaron siendo uno de los arietes con los que se forzó la aplicación de recortes presupuestarios como los que hemos sufrido hasta ahora. Algunos dirán que las agencias son soberanas y que ellas harán lo que les plazca y les pidan los clientes. Bueno, quizás, pero al menos para mi no han jugado un papel precisamente brillante.

6 comentarios

  1. Dice ser Antonio Larrosa

    Ya no se a quien creer .

    Clica sobre mi nombre

    23 mayo 2014 | 23:55

  2. «Cuando termine la recesión habremos perdido 30 años en derechos y salarios.
    Un buen día del año 2014 nos despertaremos y nos anunciarán que la crisis ha terminado. Correrán ríos de tinta escritos con nuestros dolores, celebrarán el fin de la pesadilla, nos harán creer que ha pasado el peligro aunque nos advertirán de que todavía hay síntomas de debilidad y que hay que ser muy prudentes para evitar recaídas. Conseguirán que respiremos aliviados, que celebremos el acontecimiento, que depongamos la actitud crítica contra los poderes y nos prometerán que, poco a poco, volverá la tranquilidad a nuestras vidas
    .
    Un buen día del año 2014, la crisis habrá terminado oficialmente y se nos quedará cara de bobos agradecidos, nos reprocharán nuestra desconfianza, darán por buenas las políticas de ajuste y volverán a dar cuerda al carrusel de la economía. Por supuesto, la crisis ecológica, la crisis del reparto desigual, la crisis de la imposibilidad de crecimiento infinito permanecerá intacta pero esa amenaza nunca ha sido publicada ni difundida y los que de verdad dominan el mundo habrán puesto punto final a esta crisis estafa —mitad realidad, mitad ficción—, cuyo origen es difícil de descifrar pero cuyos objetivos han sido claros y contundentes: hacernos retroceder 30 años en derechos y en salarios.

    Un buen día del año 2014, cuando los salarios se hayan abaratado hasta límites tercermundistas; cuando el trabajo sea tan barato que deje de ser el factor determinante del producto; cuando hayan arrodillado a todas las profesiones para que sus saberes quepan en una nómina escuálida; cuando hayan amaestrado a la juventud en el arte de trabajar casi gratis; cuando dispongan de una reserva de millones de personas paradas dispuestas a ser polivalentes, desplazables y amoldables con tal de huir del infierno de la desesperación, entonces la crisis habrá terminado.
    Un buen día del año 2014, cuando los alumnos se hacinen en las aulas y se haya conseguido expulsar del sistema educativo a un 30% de los estudiantes sin dejar rastro visible de la hazaña; cuando la salud se compre y no se ofrezca; cuando nuestro estado de salud se parezca al de nuestra cuenta bancaria; cuando nos cobren por cada servicio, por cada derecho, por cada prestación; cuando las pensiones sean tardías y rácanas, cuando nos convenzan de que necesitamos seguros privados para garantizar nuestras vidas, entonces se habrá acabado la crisis.

    Un buen día del año 2014, cuando hayan conseguido una nivelación a la baja de toda la estructura social y todos —excepto la cúpula puesta cuidadosamente a salvo en cada sector—, pisemos los charcos de la escasez o sintamos el aliento del miedo en nuestra espalda; cuando nos hayamos cansado de confrontarnos unos con otros y se hayan roto todos los puentes de la solidaridad, entonces nos anunciarán que la crisis ha terminado.
    Nunca en tan poco tiempo se habrá conseguido tanto. Tan solo cinco años le han bastado para reducir a cenizas derechos que tardaron siglos en conquistarse y extenderse. Una devastación tan brutal del paisaje social solo se había conseguido en Europa a través de la guerra. Aunque, bien pensado, también en este caso ha sido el enemigo el que ha dictado las normas, la duración de los combates, la estrategia a seguir y las condiciones del armisticio.

    Por eso, no solo me preocupa cuándo saldremos de la crisis, sino cómo saldremos de ella. Su gran triunfo será no sólo hacernos más pobres y desiguales, sino también más cobardes y resignados ya que sin estos últimos ingredientes el terreno que tan fácilmente han ganado entraría nuevamente en disputa.
    De momento han dado marcha atrás al reloj de la historia y le han ganado 30 años a sus intereses. Ahora quedan los últimos retoques al nuevo marco social: un poco más de privatizaciones por aquí, un poco menos de gasto público por allá y voilà: su obra estará concluida. Cuando el calendario marque cualquier día del año 2014, pero nuestras vidas hayan retrocedido hasta finales de los años setenta, decretarán el fin de la crisis y escucharemos por la radio las últimas condiciones de nuestra rendición».

    por Concha Caballero.
    18 ENE 2013

    24 mayo 2014 | 01:33

  3. Dice ser David Habita

    Hola,

    pero vamos a ver pollo, ¿pero que tiene que ver en tu análisis, el optimismo con la esquizofrenia, y la esquizofrenia con las agencias de calificación en España (o donde sea)?

    ¿Tienes alguna noción de lo que es la esquizofrenia? ¿Sabes qué siente una persona con la enfermedad? ¿Qué pasa por su cabeza?

    Aunque tuvieras nociones de ello, cosa que dudo, aquí ese término no pinta nada.

    Como tú muchos otros, de periodistas no teneis nada. Un periodista para informar, antes tiene que estar informado.

    Además creo que ya existe un código sobre la utilización de términos relativos a la enfermedad mental, que lo único que hacen es seguir propagando el estigma que sobre nosotros pende.

    Nosotros sí, porque no padezco esquizofrenia sino un trastorno esquizoafectivo y sé de lo que hablo. Aunque normalmente cuando leo cosas como éstas paso, aunque en este momento se me han hinchado un poco los … y me he puesto a escribir.

    Saludos, y como decía Felipe González «sin acritud».

    Saludos.

    24 mayo 2014 | 02:12

  4. Dice ser elnotas

    Es decir, por un lado se dice que nos explotan que nos quitan derechos que nos hacen descender al siglo 18 en explotacion laboral y que nos frien a impuestos.

    Y luego resulta que cuando eso atrae empresas y inversion (que raro, sueldos bajos, menor proteccion del trabajador, condiciones favorables para la empresa…) y la economia va a mejorar a medio largo plazo, es mentira.

    Es decir que se supone que es mentira que nos han jodido vivos a los curritos y ahora resulta que españa es atractiva al inversor.

    nada todo mentira, que no estamos mejorando (a costa de que mejoramos es algo complicado y ode al trabajador, es cierto), pero noooo , la economia no esta meorando, decir eso es antipatriot… ups que deja vu, eso de negar lo que ocurre, pero bueno antes estaba super fashion negar la crisis en 2008 y comprar una barraca inmunda por 400.000€ que ahora la PAH ya hara algo para que no tengas que pagar por tus errores, la moda ahora es decir que no hay recuperacion, no, to mentira, mentras de antipatriotas peperos fascistas franquistas casposos y estooo, que mas machistas si, machistas. Una agencia de rating americana es pepera y machista.

    24 mayo 2014 | 10:10

  5. Dice ser Alex

    Los que en realidad gobiernan este mundo, que son los grandes oligarcas, han dado órdenes a los políticos (que son los intermediarios entre el pueblo y ellos) para que se proceda a la destrucción de Occidente, básandolo todo en la incultura, el mestizaje y el control fácil de masas a través de espectáculos deportivos y mediáticos.
    Ello es posible gracias a una incultura de ese pueblo tan brutal, que asume y traga todo lo que se le meta con la condición de que no le quiten su partido de fútbol o su Sálvame (en el el caso de nuestro país).
    Por cada persona dispuesta a luchar por lo suyo, hay cien mil más que se conforman y se callan. Esas son las bases sobre las que se apoya la nueva sociedad, unas bases muy sólidas. Solamente hay que tener acceso a utilizar esas bases, el resto es sencillo.

    24 mayo 2014 | 12:29

  6. Dice ser Sicoloco Del Castin De Foolyou

    Dicen que se avecina otra crisis internacionál en breve porque hay muchos indicios económicos bajistas y siempre despues de un mundiál de futbol hay una crisis.la basura financiera americana,la desaceleración de los paises emergentes latinoamericanos,la desaceleración china,la crisis rusa….hay montones de peligros acechando a «la recuperación».

    Solo sabemos que nos van a caer una lluvia de collejas pero no sabemos ni cuando ni por donde.los especuleadores están siempre con todos los sentidos alerta para oler el bajón y salir corriendo salvando su dinero.hay miedo en los mercados financieros.algo huele mal en los mercados financieros.se están haciendo caca.

    24 mayo 2014 | 13:13

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