Por Eduardo Olmos Mas
Me encuentro en una cola de más de medio kilómetro que casi da la vuelta a la manzana de la Escuela Oficial de Idiomas de Valencia. Vengo a matricular a mi madre a quien, a pesar de haber obtenido la plaza en el sorteo oficial, se le ha negado la matrícula en el periodo ordinario alegando motivos arbitrarios e injustos.
No imagináis cuál ha sido mi sorpresa cuando, aun llegando 1 hora antes de la apertura, me he encontrado semejante cola.
He tenido un flashback a hace 15 años cuando yo me matriculaba… Es de absoluta vergüenza que, en los tiempos que corren, el procedimiento de asignación de las vacantes siga siendo por acampada, cola y entrega de papelito. Un poco de interés y profesionalidad por favor, hay recursos humanos y tecnológicos más que suficientes para hacerlo mejor.