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Entradas etiquetadas como ‘sacrificios’

Lo que más duele de la corrupción

Ángel Villegas Bravo

Es agobiante el clima de corrupción que se vive en este país. No nos da tiempo de espantarnos de un asunto feo, cuando ya tenemos otro peor encima. Se suceden, casi sin tregua, asuntos que afectan a casi todos los estamentos de la vida pública, desde las más altas instituciones hasta el alcalde o concejal de una pequeña población. La corrupción parece no tener fin y todo esto sucede mientras una gran parte de los ciudadanos se ven afectados gravemente por una crisis económica que no han causado, pero que se ceba en ellos, mientras unos pocos permanecen al margen de los grandes sacrificios y hasta de las privaciones que muchos están soportando. Se recorta todo: sanidad, educación, Dependencia, derechos laborales y sociales y, todo ello, mientras hay empresas que han aumentado sus beneficios, empresarios que no pagan a la Seguridad Social o a Hacienda, o están en la cárcel acusados de graves delitos; políticos que siguen (como si aquí no pasara nada) con sus buenos salarios, complementos, dietas, coches oficiales, viajes en clase especial, uso gratuito de autopistas de peaje y un sinfín de privilegios cuyo relato se haría interminable.dinero

Mientras este Gobierno no muestra la menor intención de aliviar a la ciudadanía pidiendo un esfuerzo a los que más tienen, se oprime cada vez más a los más desfavorecidos, exigiendo más y más sacrificios y amargándonos la existencia con la letanía de que lo hacen por nuestro bien, «para arreglar lo que otros han dejado tan mal». Y lo peor es que, cuando uno se fija en los que se han corrompido, presuntamente en algunos casos y en otros ya probado, se encuentra con que ¡ninguno de ellos lo necesitaba!; podían vivir bien, la mayoría de ellos muy bien, y sin embargo estaban (presunta o probadamente) llevándose el dinero público, ese dinero que ahora dicen que falta y que hacen pagar al común de los mortales porque, dicen, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Ese cinismo, esa desvergüenza, es lo que más duele.