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Entradas etiquetadas como ‘referendum’

El efecto Mireia

Por Miguel Ángel Loma

Del aparente desastre olímpico que por ahora significa nuestra participación en los Juegos de Río de Janeiro, sólo nos están salvando unos cuantos y, sobre todo, cuantas. Entre estas sobresale la brillante actuación de la ejemplar nadadora Mireia Belmonte y su medalla de oro en 200 metros mariposa.

Mireia Belmonte gana la medalla de oro en los 200 mariposa (GTRESONLINE).

Mireia Belmonte gana la medalla de oro en los 200 mariposa (GTRESONLINE).

Ejemplar también porque ha dejado gestos que van más allá del oro. Como fuera que, nada más bajar del podio tras escuchar emocionada el himno, saltándose literalmente el protocolo y las mil prohibiciones de rigor, subiera a las gradas buscando a su padre y, tras abrazarle, recogiera de este una bandera de España que mostró durante todo su recorrido triunfal alrededor de la piscina.

Ahora que vivimos un momento difícil de nuestra historia, cuando una parte de españoles pretende separarse del resto porque se sienten superiores y diferentes, un acto tan valiente y generoso como el que hizo esta mujer portando alegremente la bandera de España, es algo que va más allá que ese oro que tan merecidamente se ganó.

Una mujer que sí que ha demostrado su superioridad y diferencia en capacidad de sacrificio, superación, esfuerzo y méritos. Si según el denominado «efecto mariposa», el simple aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo, cuando Mireia batió en Río sus alas de campeona, en este lado del mundo nos provocó el desbordamiento de un orgullo: el de ser españoles, como ella.

Creo en los que día a día hacen el cambio

Por Alejandro López Parejo

2014 es ya Historia, pero como afirmaba el escritor mexicano Carlos Fuentes «el pasado está escrito en la memoria y el futuro está presente en el deseo». Y el deseo hizo que irrumpieran con fuerza nuevas formaciones políticas, ideas frescas y declaraciones insólitas hasta el momento en un panorama político hasta entonces desolador. Sobre la memoria del pasado poco queda por decir, aquellos que entonces fueron «molt honorables» se postulan hoy como «molt sobornables», al tiempo que la sociedad civil arguye la necesidad de un cambio no sólo de rostros, sino también de ideas.

Y hay quien decía que el 15M no sirvió de nada. Llegaron los que no querían, los indeseados, los “frikis” a fin de cuentas. «¡Viva la democracia!», proclamaban quienes al tiempo alentaron el miedo a lo nuevo en una muestra, otra más, de incoherencia democrática y sociológica como sólo ellos nos tienen acostumbrados. Pero el hartazgo era (y es) sublime. Cambiaron caras para seguir diciendo lo mismo y haciendo lo propio. Felipe VI demostró nada más llegar que no estaba dispuesto a ceder ante quienes le reclamaban un referéndum que a todas luces habría reforzado su autoridad y respaldo. Pero en la España democrática los referéndums son sinónimo de inconstitucionalidad; preguntar a la ciudadanía constituye delito para quienes durante décadas ampararon cajas, regalos y cuentas en B.

Una urna en un colegio electoral J. L. Cereijido / EFE

Una urna en un colegio electoral. J. L. Cereijido / EFE

Frente al shock inducido por los continuos casos de corrupción cabría preguntarse por qué ahora. Torres-Dulce dimitió al mismo tiempo que en el Supremo se firmaba un escrito exigiendo mayor independencia con la Justicia por parte del Gobierno; todo mientras Ruz apura como puede sus últimas semanas al frente de la trama Bárcenas, de la que pronto será relevado. Del 2014 algunos hemos confirmado nuestras sospechas de que la transparencia de la que hablaban, la regeneración que prometían y los cambios que proclamaban no eran más que palabras vacías. No entienden nada.

Pero yo hoy creo. Creo en quienes día a día hacen el cambio, en quienes frente a las palabras vacías, responden con épicos actos de valentía, acciones que transforman y cohesionan una sociedad empachada de la retórica y avaricia de (no lo olvidemos) unos pocos muy notables. Sólo cuando la ciudadanía toma conciencia de su poder, las instituciones caen en la cuenta de su debilidad. Es entonces, y únicamente entonces, cuando el cambio deja de ser un deseo futurible y pasa a convertirse en un hecho formidable. Feliz 2015.

El ‘no’ de Escocia, el futuro de Europa

Por Íñigo Villacieros

El ‘no’ de Escocia ha supuesto un alivio para la UE. El sentido común y la sensatez han logrado imponerse en medio de un ambiente hostil y viciado por políticos ansiosos de poder.

La diferencia también fue mayor de lo que las encuestas vaticinaron, más de 10 puntos (55´7%, el NO;44´3%, el SÍ), lo cual significa que los ciudadanos escoceses han optado por la seguridad que les da pertenecer a un país ya consolidado, dentro de Europa y que ofrece todas las garantías, en lugar de lanzarse a la aventura de la secesión y sufrir las consecuencias.

Escocia elige la unión. (EFE/Andy Rain)

Escocia elige la unión. (EFE/Andy Rain)

Consecuencias como mayores impuestos, quedarse fuera de la UE –lo que significa perder el acceso a sus ayudas- o mayor desempleo, debido a la desbandada que anunciaron ya sus principales empresas y bancos.

No obstante, durante el referéndum el miedo, mejor dicho, el pánico cundió en la zona euro. El fantasma de la ruptura ensombreció durante horas el cielo europeo, y regiones como Flandes, el norte de Italia o Córcega saborearon, durante aquellas escasas horas, las mieles de la victoria: ellos también aspiran a la independencia.

En España la nota la dieron los de siempre, CiU, ERC, PNV y BNG. Mientras algunos descerebrados montaban un paripé en el Congreso de los Diputados, otros se presentaron en Edimburgo –viajes pagados con los impuestos de todos los españoles- a la caza y captura de cualquier televisión que enfocara sus patéticas enseñas. Dicen representar a una “gran mayoría de ciudadanos”, pero lo cierto es que sólo piensan en ellos mismos y en cómo mantenerse asidos a su sillón, aunque ello suponga el fraccionamiento de sus respectivas comunidades, como está ocurriendo.

Este viernes se aprobó la Ley de Consultas en Cataluña, el sábado se reune el Consejo de Ministro para recurrirla y el martes el TC admitirá el recurso y la convocatoria se paralizará. Eso no es lo importante, es lo que toca en estos momentos.

Lo realmente grave es que se ha llegado a esta situación porque a ningún gobierno anterior le interesó poner freno a estas pretensiones, ya conocidas por los distintos inquilinos de la Moncloa, ahora ya es demasiado tarde.

¿Y ahora qué?

Por Fernando Guerrero

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE).

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)

El señor Rajoy ha declarado en Barcelona que no habrá consulta ni independencia en Cataluña mientras él sea Presidente. Así de tajante se ha mostrado sobre el proyecto soberanista impulsado por Artur Mas y ERC aludiendo al artículo 2 de la Constitución sobre la indisolubridad de la nación.

Y yo le pregunto al señor Más, ¿y ahora qué? ¿Va a seguir en su negativa de cumplir con lo que establece la Constitución, y seguir sin explicar a los ciudadanos la verdad sobre una posible independencia, como el pago de pensiones, la deuda pública, la salida de la UE, etc?

Después de casi tres años de Gobierno perdidos por sus ansias de poder, que no de solucionar los problemas de Cataluña, ya es hora, señor Mas, de dejar de gastar más dinero en la consulta y la independencia. Abandone este proyecto que no le lleva a ninguna parte, y evite otro descalabro electoral de su partido, dedíquese a crear empleo, a adelgazar la administración pública e imponer la austeridad en su Gobierno. ¡Que no seamos solo los ciudadanos los que paguemos la crisis y sus proyectos sin futuro!

Si quiere realizar la consulta proponga un referéndum donde voten todos los españoles y así podrán saber en Cataluña quién está a favor o en contra de la independencia. Es la única forma legal para hacer una consulta. Deje de crear falsas expectativas independentistas a los ciudadanos de una vez, que este tema ya empieza a hacerse insoportable para los que queremos ser catalanes y españoles.

Felicidades, Rubalcaba

Por Pablo D. Escolar

Creo que es la primera vez que observo en el jefe de la oposición un gesto de cordura y sensatez. Pero la verdad es que me alegra y para él es un éxito mayor del que le puedan dar los gallineros que montan en el Congreso o sus pasillos a diario para desacreditar todo lo que hace el gobierno: lo bueno, lo malo y lo regular. Tenga usted por seguro, sr. Rubalcaba, que su decisión de estar junto al gobierno en materia de defensa de la legalidad y contra la aventura y el desatino de los políticos catalanes le dará muchos más votos que sus dislates contra los muchos aciertos de nuestro gobierno.

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, en una reunión con el presidente catalán, Artur Mas, y el líder del PSC, Pere Navarro. (EFE / ARCHIVO)

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, en una reunión con el presidente catalán, Artur Mas, y el líder del PSC, Pere Navarro. (EFE / ARCHIVO)

Pero la situación a la que han llegado los políticos independentistas no es algo que se les haya ocurrido ahora: lo venían gestando desde hace muchos años, desde que Tarradellas se retiró de la política, y preparando con la manipulación educativa desde entonces, y que les conducía irremediablemente a esto; el control de la información (recordemos el cierre de algunos medios), la imposición del catalán en todas las situaciones, etc. Todo esto fue consentido por los gobiernos centrales, para no complicarse la vida, sabiendo a donde les iba a llevar; desde Felipe González, José M. Aznar y luego muy acentuado su apoyo por Zapatero, todos por acción u omisión han colaborado en el desatino independentista, del que Artur Mas (Arturo Mas hasta el año 2000), el pelele de Junqueras, no sabe ni cómo salir.

Un país sin proyecto nacional

Por Moisés Gómez

137502Tras décadas de investigación, la psicología social ha llegado a la conclusión de que las personas nos convencemos mediante argumentos emocionales, y sólo después de estar ya convencidos buscamos argumentos racionales para sentirnos mejor. Pese a esto, políticos y creadores de opinión han coincidido en afirmar que el apoyo social a la separación de Cataluña respecto al resto de España disminuiría en el caso de que el Gobierno informara de los réditos económicos y sociales que Cataluña obtiene de la permanencia en España, así como de las consecuencias que tendría su salida.

Aunque podría ser interesante la puesta en práctica de esta iniciativa, hay que tener claro que el debate soberanista catalán se disolverá únicamente cuando los partidos que defienden la unidad nacional tengan un proyecto nacional que implique emocionalmente a aquellos catalanes que por razones emocionales quieren la separación de Cataluña respecto al resto de España. Mientras no lo tengan, el nacionalismo seguirá ganando la batalla de la opinión pública; pero no porque su proyecto sea interesante y adecuado para Cataluña, sino por incomparecencia del adversario.

Los catalanes del exterior queremos votar

Por Raquel Baulenas

139852Si finalmente los catalanes somos llamados a las urnas para decidir sobre el futuro de Cataluña dentro del Estado español, hay una pregunta que me ronda por la cabeza desde hace muchos días: ¿los catalanes y catalanas que vivimos en el extranjero podremos votar desde nuestros países de residencia? ¿Nos dejarían votar en los consulados y embajadas españolas?

Todos sabemos que esta opción es improbable; por lo tanto, se tiene que empezar a pensar que somos muchos los que vivimos lejos pero también queremos participar en el referéndum. Algunos pueden pensar que si cogemos un avión en esas fechas y venimos a votar ya estará, pero no, porque cuando eres residente en el extranjero te registras en las listas de residentes de los consulados y embajadas españolas, eso significa, que no salimos en las listas del censo, un requisito indispensable para poder ejercer el derecho de voto. Así pues, se tiene que pensar en una solución para nosotros, para asegurar el .

Arturo y sus remeros

Por L. (alumno de 4º de la ESO, Barcelona)

No era el hombre más honesto ni más piadoso pero era un hombre valiente. Ese hombre se llamaba Arturo. Era quien gobernaba el 16% de los remeros de un gran barco llamado La Española. Ese hombre y parte de sus remeros se quejaban porque creían que trabajaban más que los demás y les daban a cambio menos comida.

Un buen día, Arturo y parte de sus remeros decidieron ir al camarote del dueño del barco y le expusieron sus quejas. Mariano, el dueño del barco, les respondió que no podía darles más comida, ya que fuera había una gran tormenta y la comida no llegaba con tanta abundancia como en años anteriores.

Arturo y sus remeros se enfadaron y decidieron hacer una consulta interna para decidir si quedarse en aquel barco o coger unos botes y adentrarse en mar abierto. Finalmente, los remeros decidieron hacer caso a Arturo y se fueron con los botes a adentrarse en la tormenta en mar abierto. Dice la leyenda que murieron ahogados, pero yo estoy seguro de que murieron de hambre.

Independencia frente a interdependencia

Por Emilio Alquezar Lorca

Para empezar diré que soy catalán por nacimiento y cultura aunque soy de los que estudiaron solo en castellano en la era franquista. Soy bilingüe, aunque solo escribo correctamente en castellano. Jamás fui “independentista”, ni “nacionalista”, ni siquiera “catalanista”. En realidad nunca me ha gustado ser “ista” de ningún “ismo”. Más bien un poco ácrata por considerarme simplemente “ciudadano del mundo”. Pero soy de los que me siento igualmente catalán, que español, que europeo, ya he dicho “ciudadano del mundo”. Y ¿por qué me siento así?, pues porque mi madre, nacida en Catalunya, tenía padres murcianos; mi padre, nacido en Francia, tenía madre valenciana y padre aragonés. La casualidad hizo que mis padres residieran y se conocieran en Barcelona, así que yo soy barcelonés. A veces pienso que si se hubieran conocido en Francia yo sería francés. Dicho de otra manera, soy catalán por casualidad, y si busco en mis raíces (las ya expresadas), ¿qué soy?, pues español, ya que es la única nacionalidad que reúne todas ellas en un plumazo, incluso la de mi nacimiento.

Y esto que lo he tenido tan claro toda mi vida, parece que algunos me lo quieren arrebatar. Cuando oigo a los políticos nacionalistas españoles hablar de Catalunya y menospreciarla me transformo en un independentista en caliente. Cuando oigo las respuestas de según qué políticos catalanes me sobreviene una fiebre antinacionalista, y en medio de unos y otros está mi propia identidad, con la que no se juega. Y yo desde aquí les pediría por favor a unos y a otros que dejen de jugar con nuestros sentimientos, que no me hagan elegir entre mi padre y mi madre, que dejen de venderme una moto que no funciona, o cuando menos no sabemos ni si se fabricará, que se les ve el plumero a ambos, que dejen de engañarnos a todos desde un lado y el otro del Ebro. Por favor, tengan más respeto y no falten a nuestra inteligencia, porque encima de ser ustedes incapaces -señores políticos – de ponerse de acuerdo y trabajar por el bien común (que es su verdadero cometido) pretenden minar nuestro cerebro ilusionándonos con falsas esperanzas, haciéndonos votar antes de hora (otra vez) para intentar tener la mayoría que no tuvieron en las urnas la vez anterior. ¿Y después qué sr. Mas?, ¿nuevos recortes en la Educación y la Sanidad?, ¿o se sacará del bolsillo una varita mágica para crear empleo?

Pero vamos a la conclusión. Se nos habla de independencia y me pregunto yo. Si cada día somos más interdependientes unos de otros, si el capital está globalizado y las deslocalizaciones a la orden del día, si la realidad europea nos empuja cada vez más hacia una mayor unión política con cesión de soberanía de cada estado si queremos progresar, y si la evidencia nos hace ver que con el capital globalizado debería globalizarse también la política si se quiere controlar, ¿cómo se nos puede ocurrir ahora precisamente hablar de independencia? ¿O es que la oligarquía catalana es mejor que la española?, ¿o será que la derecha política catalana es menos derecha que la española? ¡Pero si en Europa votan juntos por los mismos ideales! ¿De qué independencia nos están hablando? Nuestros hijos serán independientes cuando se puedan valer por sí mismos pudiendo trabajar y ganarse la vida, y mientras tanto serán dependientes de nosotros, sus padres. Y cualquier nación o estado será independiente también cuando se lo pueda pagar. Si no hay “money” no hay independencia.

Cabría preguntarles a muchos de esos jóvenes que se consideran independentistas tan entusiastamente si estarían dispuestos a hacer la mili catalana gratuitamente y seguir en la reserva durante algunos años por si su nueva patria les necesita, tal como hacen en otros estados independientes, o si estarían dispuestos a pagar ejército y armas con sus impuestos. O mejor, le pagamos una cuota de defensa a España para que nos preste su ejército profesional cuando nos haga falta (inundaciones, terremotos, grandes incendios, etc.), y mientras tanto usamos la misma moneda (si nos dejan), permanecemos en Europa dependiendo de Bruselas en vez de Madrid (si nos dejan), aportando fondos netos a la UE en vez de aportarlos a España. En fin, Sr. Artur Mas y compañía, ¿de qué tipo de independencia o de estado nos habla? ¿Va a continuar en la ambigüedad del derecho a decidir?, ¿ cual es su hoja de ruta creíble?

O me contestan a todo esto o yo el 25 de noviembre no voto. Ya le voté al Sr. Mas hace 2 años y deposité en él mi confianza, pero no creo que su única solución deba ser convocar elecciones de nuevo. Póngase de acuerdo con otras fuerzas políticas, que las hay, y trabaje para sacarnos adelante, pero no. Tal parece que la derecha (sea catalana o española) no sabe trabajar si no es con mayoría absoluta, está claro. Ahí lo dejo para la reflexión y concluyo que no me molestaría estar en un nuevo estado “independiente”, confederado, federado e interdependiente si ello fuera posible y siempre por la vía pacífica, pero no es eso lo que me quita el sueño. Supongo que ya se imaginan qué es lo que me lo quita.

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