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Entradas etiquetadas como ‘precios’

El desorbitado precio de las entradas de conciertos

Por Tania Coronado Moreno

Aunque es cierto que han bajado los precios de los conciertos de hace unos años a ahora, algunos de ellos siguen siendo exagerados.

Es entendible que debido al descenso en la compra de discos y la piratería, entre otros, la vía para que los artistas puedan sobrevivir a esto sea ofrecer conciertos a precios más elevados.

Coldplay, de gira por Australia (EFE)

Coldplay, de gira por Australia (EFE)

Desde mi punto de vista me parece una muy buena opción que los artistas preparen cada vez más conciertos y nos deleiten con espectáculos que realmente merece la pena ver y merece la pena pagar, aunque si bien, debido a esto tienes que seleccionar los artistas o conciertos que vas a poder ver ya que el bolsillo no va a poder permitirte ir a más.

Me parece una pena porque creo que es en los conciertos donde se ve la calidad de los artistas y por lo menos para mi, donde realmente se disfruta de la buena música.

Entiendo que el caché que tienen los artistas no es el mismo para unos ni para otros y que unos cobren a 20 euros la entrada y otros la cobren a 50 euros, pero sinceramente pedir más de 100 euros o 200 euros por una entrada me parece una locura, un lujo que hoy en día casi nadie puede permitirse.

Hace unos meses leí un articulo en el que Dani Martín dejaba las entradas de su concierto a 20 euros diciendo que ponía las entradas a ese precio para que la gente pudiera ir a verle, o por dar otro de los ejemplos más destacados el concierto que ofreció el año pasado Bon Jovi en el Calderón donde bajo los precios de las entradas a lo “mínimo”.

Con esto quiero decir que está muy bien que artistas como Beyoncé, Rihanna o Coldplay tengan unos precios más altos pero entiendan la situación actual por la que pasan las familias españolas y sean conscientes de que cuanto más barata sea la entrada más posibilidad hay de que consumamos más y vayamos a más conciertos.

La leche como arma comercial

Por Domingo Martínez Madrid

Un hombre de mediana edad, bebiendo un vaso de leche. (GTRES)

Un hombre de mediana edad, bebiendo un vaso de leche. (GTRES)

La interprofesional láctea francesa, CNIEL, ha pedido un «alto el fuego» en la guerra de precios que mantienen las cadenas de distribución gala, que vienen utilizando la leche como «arma de ataque«.

No importa que las víctimas sean los ganaderos, las cooperativas y las industrias, por este orden, que entran en márgenes de rentabilidad reducidos o negativos. La CNIEL solicita que la distribución respete el resultado de las negociaciones y las condiciones pactadas en los contratos anuales.

Tal situación ha llevado a reunirse con el sector a los ministros de Agricultura y de Economía y al secretario de Estado de Consumo galos. Algo que, por ahora, la reunión de los ministros con el sector, es impensable que ocurra aquí, aunque sucede lo mismo o incluso más.

Reconozco que es muy duro para los productores ver como aquel producto por el que lo das todo, hasta la ilusión, las distribuidoras lo devalúan, lo trivializan y lo venden a pérdidas.

La quiebra del sentido común

Por Robertti Gamarra

Transcurrido ya un tiempo desde que se descubrió el fundamento de esta crisis económica, que tanto argumento ha dado a los expertos para verbalizar realidades que incluso desconocían, por lo visto todo se debe al desequilibrio del gasto y la capacidad para asumir los pagos. No es fácil, sin embargo, recorrer los puntos que llevaron a padecer este desgaste económico capaz de acabar con infinidad de buenas iniciativas. En resumen, asumir la quiebra del sentido común es un principio para encarar la posible recuperación.

Por desgracia, los momentos amargos no acaban para las pequeñas empresas. Puedo afirmar con rotundidad que la abrumadora mayoría de situaciones desagradable siempre se impone a las pocas alegrías que dan en estos tiempos las iniciativas comerciales. Pero, de cualquier tropiezo hay que sacar conclusiones positiva. Yo viví en primera persona el inicio de esta crisis, al mando de tres pequeñas empresas. Recuerdo cuando empezó el desbarajuste de los precios, que pronto se trasladó al ámbito de los trabajadores especializados de nuestro sector.

Leía un comentario al final de un artículo del periódico sobre el empleo, donde un lector se quejaba de la acusación infundada, según decía, de que muchos parados no quieren trabajar, de que rechazan el trabajo por considerarlo indigno por la falta de equilibro entre la dedicación o esfuerzo exigido a la remuneración que se ofrece. Yo recuerdo haber vivido la misma situación cuando estalló la burbuja, pero a la inversa. InemEntonces los candidatos a un puesto de trabajo, no la mayoría, rechazaban de plano el compromiso porque no consideraban adecuada la remuneración derivada de las tareas a realizar. Querían cobrar más, y si no lo hacían preferían buscar una oferta mejor en otro sitio.

Analizados desde la lejanía, esos acontecimientos cobran ahora una importancia capital para entender dónde y cuándo se originó todo. Resultó que de repente empezaron a subir los precios de las viviendas, los alimentos, y en poco tiempo esta burbuja se trasladó al ámbito profesional, por lo que empresas como la nuestra se encontraron con la necesidad de cubrir sus plantillas y sin capacidad para hacer frente a los costes. Pero ¿cómo se solucionó eso? Al final ese desajuste derivó en la asunción de compromisos imprevistos que acabaron con los recursos de las empresas, obligándolas a cerrar al no encontrar ayuda siquiera en los bancos.

Esa es la realidad que yo viví aquel entonces. Cuanto más crecían los precios, más necesidad había de subir los ingresos, lo cual obligaba a las pequeñas empresas a contratar por encima de sus posibilidades. Sin embargo, mientras esta situación crecía, empezaron a proliferar los anuncios, sobre todo políticos, de que se estaba viviendo la mejor situación social de la historia, sembrando en la gente la falsa idea de que todo era posible, que adquirir deudas no debía preocupar a nadie, ya que difícilmente se perdería el puesto de trabajo.

Ahora, pasado un tiempo desde el descubrimiento de la realidad que generó la crisis, existe una verdadera posibilidad de que se relajen los precios en todos los sectores, quizá sea ese el principio de la recuperación que tanto falta nos hace.

 

Matrículas con notables diferencias

Por Alejandro Prieto Orviz.

Según la información aparecida hace unos días en la prensa acerca del coste de las matrículas en las universidades públicas de las distintas comunidades autónomas, el precio de, por ejemplo, la carrera de Derecho, puede variar entre los 591 euros de Galicia y los 1620 euros de Madrid, es decir, el esfuerzo económico de las familias para acceder a la universidad puede verse casi triplicado en función del lugar de residencia dentro del territorio nacional. univer¿Obedece ello a los gastos en iluminación, calefacción, materiales formativos, salarios de personal o mantenimiento de instalaciones?  La mayor parte de la ciudadanía (entre la que me incluyo) no sabe con detalle qué variables intervienen y motivan una diferencia de semejante calibre, pero estaría encantada de conocer las causas de la disparidad existente en una materia social de relevancia como es la educación. En  otros asuntos de índole monetario e interés ciudadano (con independencia del lugar en el que se viva),  parece darse una mayor homogeneización: véase el importe del salario mínimo, la cuantía de las jubilaciones o la ayuda a parados de larga duración.

Los gastos de gestión al comprar por Internet

Por Paloma Ponce Adán

El otro día saqué unas entradas para un espectáculo. Realicé la compra en mi casa, encendí el ordenador que he comprado con mi dinero y mantengo en buen uso y, conectada a la corriente eléctrica que pago y con la línea ADSL que también cargan en mi cuenta dediqué mi tiempo a conseguirlas y las imprimí en mi papel con mi impresora. Compras por Internet

Por hacer yo todo esto me cobraron 3,80 euros más por cada una en concepto de gastos de gestión. ¿Gastos de gestión de qué: del alquiler del local, del personal que me ha atendido, de la corriente eléctrica, de la línea ADSL?

Lo mismo ocurre con los billetes de autobús o tren, o con cualquier otra cosa que uno mismo se gestione en su casa, con su dinero, su tiempo, su… Llámenme paranoica pero ¿es que, quién sea, está tanteando para ver cómo actuaremos cuando tengamos que pagar para que nos dejen utilizar los locales de las empresas en las que trabajemos, sus ordenadores, su ADSL…? Total, si ya nos están haciendo creer que el sueldo de los trabajadores no se calcula contando con los gastos e impuestos que tendrán que pagar por ellos.

Vamos, como si el panadero nos dijera que en el precio de las magdalenas no ha incluido el gasto de personal, de luz, de gas, el local… O como la basura en Madrid que, como no se nombraba en el recibo del IBI, nos la están cobrando otra vez.

Sobre el precio de la matrícula universitaria según la facultad en que se estudie

Por Natalia T.

El lunes sacasteis un artículo en el que se comentaban los precios de las matrículas universitarias y se comparaba el coste de la matrícula en Catalunya y otras comunidades autónomas y que el sobrecoste en algunos casos es de alrededor de 1.000 euros al año. Me gustaría compartir mi experiencia: estudio Enfermería (que, por cierto, junto a Medicina es la carrera más cara) en la Universidad de Barcelona-Escola d’Infermeria de Belvitge; el año pasado fraccioné el pago de la matrícula y me costó alrededor de 1.660 euros, este año matricular 60 créditos me hubiera costado más de 2.300 euros y a eso hay que sumarle los gastos de gestión de matricula de la Universidad, que se desconocen hasta el momento de la matrícula.

Este año en Catalunya se ha instaurado un sistema de precios en función de la renta familiar. En mi caso soy una persona emancipada y tanto yo como mi pareja tenemos la suerte de estar trabajando en estos momentos, por lo que me toca pagar el precio más alto 39,53 euros por crédito. Pues bien, si esta misma situación ocurriera en Jaén pagaría 12,20 euros por crédito, significa que cursar el grado de enfermería en Barcelona cuesta el triple que en Jaén. Entiendo que los datos que manejáis se refieren a la media, pero me gustaría aclarar que en algunos casos ese sobrecoste se triplica.

http://www.matriculauniversitaria.cat/
http://www.ujaen.es/serv/sga/secrvirt/matr/precios.html