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Entradas etiquetadas como ‘playa’

Mensaje en una botella

Por María José Viz Blanco

Mensaje en una botella (Lista).

Mensaje en una botella (Lista).

¿Alguien se acuerda de la botella de cerveza, con mensaje en su interior, aparecida en la playa de Baldaio, en Galicia? Unos alumnos de un colegio la habían encontrado.

Esta manera de enviar mensajes es algo muy novelesco. No siempre está claro qué lleva a alguien a usar ese tipo de mensajería. Tal vez, la soledad del que escribe, de su dolor por una pérdida o la fantasía de creer que la persona amada se encontrará la botella, estando a miles de kilómetros de distancia. También pudo querer comunicar algo que había ocultado toda su vida, por los motivos que sean. Esa persona se sentiría liberada al escribir y lanzar al mar esa nota. Desde luego, ha de ser paciente, puesto que el mar escupe lo que recoge pasados los años o los siglos…

Dejando aparte el romanticismo de este gesto, para ser realistas, el mar está lleno de botellas con mensajes -creo que en alguna ocasión se intentó hacer un cómputo y era una cantidad ingente- y eso significa incivismo, suciedad y contaminación para nuestros océanos. Eso sí, si  encontrásemos otra botella con mensaje sería algo que nos despertaría la curiosidad y nos generaría un sinfín de fantasías.

Frenemos las muertes por ahogamiento este verano

Por N. R.

Playa de Bakio, Bizkaia (Europa Press).

Playa de Bakio, Bizkaia (Europa Press).

En los nueve primeros meses del año pasado murieron en España por ahogamiento 321 personas; 240 se produjeron entre los meses de junio y septiembre. Este año llevamos 160 ahogamientos en playas, ríos, piscinas y otros espacios acuáticos, y los informes oficiales reconocen que 2016 está siendo un año especialmente dramático para las incidencias mortales en playas y piscinas.

Pero lo terrible es que muchas de estas víctimas son niños, personitas que juegan en el agua, que se divierten mientras ignoran lo peligroso que puede ser. En un despiste de 2 segundos –lo que se tarda en mirar si tenemos un whatsapp–, el niño puede haberse sumergido sin que nos demos cuenta, y para cuando nos percatemos lo mismo ya es demasiado tarde.

No quiero dar lecciones a nadie, pero por favor, un poquito más de cuidado en playas y piscinas, que son muy traicioneras.

¿La clase media se ha empobrecido?

Por Fidel Vela García

Atasco (Europa Press).

Atasco (Europa Press).

Según la época del año, veo a la gente zampando y bebiendo a lo grande en terrazas, bares y restaurantes llenos a rebosar; playas y piscinas donde es necesario entrar de perfil; campos de fútbol y macro-conciertos donde no cabe un alfiler.

Sólo en agosto, más de 81 millones de desplazamientos por carretera; en los puentes largos, atascos kilométricos; para acceder a museos o edificios emblemáticos hay que permanecer horas y horas en colas interminables; las ventas de coches se disparan, igual que el consumo de las familias: los aeropuertos y las estaciones del AVE, colapsados; de los supermercados salen miles de carritos cargados hasta los topes; cientos de personas paseando sus perritos o ensimismadas en toquetear sus teléfonos móviles de última generación

Esto es lo que yo veo en la calle y en los medios de difusión. ¿Será verdad que la clase media se ha empobrecido?

Desmemoriados… o no mirar a otro lado

Por Luis Remacha Elvira

Niño muerto, boca abajo en la playa, tan sólo hace un mes y ya está olvidado. Qué pronto olvidamos el dolor ajeno. Devoramos noticias decapitando nuestra memoria, lavando nuestras conciencias. Con amnesia aprendida miramos a otro lado. Egoístas de nuestro primer mundo maquillamos los recuerdos a nuestro antojo. A colorear la realidad es lo primero que aprendemos y enseñamos.

Aylan

Unos policías ante el cadáver del niño Aylan en una playa turca. (Dogan News Agency).

Volverá a pasar y nos estremeceremos como si fuera la primera vez. Brotarán lágrimas efímeras, repentinas, perecederas, secas en el segundo siguiente. Volverá a pasar y volveremos a olvidar. Desmemoriados, desviamos la mirada y nada ha pasado. Recordad desmemoriados, ¡recordad! No miremos a otro lado.

El niño de la playa

Por Joaquín Cortés

Periódicos, primera plana, la fotografía de un niño tumbado en la playa. El pie de foto lo decía claro: el pequeño estaba muerto. Es realmente aberrante ver a un niño de tres años dormido con la cara metida en el agua, y la figura del gendarme a su lado como si fuera inmune a esa situación. ¿También lo somos nosotros? Yo al menos no lo consigo. Ese niño duerme en la playa como lo hace mi hijo de tres años en la cama. Viste unas ropas similares a las que puede usar mi amado hijo.

Foto de Aylan Kurdi, el niño de la playa. (DOGAN NEWS AGENCY)

Foto de Aylan Kurdi, el niño encontrado en la playa. (DOGAN NEWS AGENCY)

¿Cuál es la diferencia? Pues es que ese pobre angelito nació en el país equivocado, con dirigentes equivocados, en una economía equivocada… ¿Tal vez mi hijo también haya nacido en otro país equivocado? ¿Acaso aquí alguien va a hacer algo por remediar la muerte de pequeños como éste? Señores periodistas, absténgase de poner esas fotos en portada, en nuestro país nadie va a mover un dedo: ni ciudadanos ni políticos. Y sí, me hicieron llorar.

El mito del corte de digestión

Por David M. Villaraviz

En estos días de playa, sigo escuchando a madres y padres limitando el baño de sus hijos con las tres palabras malditas: corte-de-digestión. Malditas por ir seguidas de las dos horas más tediosas (e innecesarias) del verano. ¡El corte de digestión no existe!

26280PISCINASiempre que decidamos bañarnos, (inmediatamente después de haber comido o en cualquier momento), debemos entrar poco a poco al agua, permaneciendo un tiempo prudencial en la orilla o en la zona baja de la piscina, para prevenir un shock termodiferencial o síncope de hidrocución. En caso de sentir algún tipo de malestar como mareo, escalofríos, nauseas, visión borrosa, etc.; salir del agua. Así que no corte a nadie en bañarse después de comer.

No me gusta ir a la playa a tostarme, sino a divertirme

Por Marina Fernández Rodríguez

Empieza la temporada de ‘qué negra estás’ y ‘me voy a la playa a ponerme morenita’. Siempre he sido de tez muy blanca y no por ello menos orgullosa. A estas alturas, amigos y conocidos están los fines de semana en la playa, cosa que me parece perfecta. Eso sí, el ‘jolín, qué blanca estás, ¿no vas a la playa?’, sobra.

Varias mujeres tomando el sol en la playa. (ATLAS)

Varias mujeres tomando el sol en la playa. (ATLAS)

No me gusta ir a la playa a tostarme, me gusta ir a divertirme, si coges un poco de color, siempre con su cremita correspondiente, pues mejor, si no, pues me da igual.

¿Por qué os molesta a todos que cada año, en pleno agosto no haya cogido color?, ¿por qué tenéis que ser tan pesados todos? A mí me gusta mi piel, no tengo por qué ser como vosotros. La sociedad solo ve que si no estás morena en verano es porque algo has hecho mal.

Si no estás morena en verano, malo. ¿Por qué no
probáis a guardaros vuestros comentarios?, ¿por qué no disfrutáis más del verano? Hay mil cosas que hacer: festivales de música, amigos, salidas, acampadas, barbacoas, viajes, visitas, paseos… Siempre que me dicen que por qué estoy tan blanca les contesto que soy de belleza clásica y chimpún.¡Yo soy feliz como soy!

Mi mascota no ensucia ni molesta en la playa, son las personas

Por Marina Fernández Rodríguez

Dentro de poco empieza el verano, ‘el caloret’ ha vuelto a nuestras vidas. Como otros tantos, iré a la playa. ¿Mi problema? A mí me encanta la playa y a mi perra también, pero ella no puede ir. Hay una norma que dice que no puedo llevar a mi querida mascota conmigo a disfrutar de un día de playa, ya que ensucian o pueden molestar a los demás. Sólo a partir de las 20h puedo darme un paseo con ella por dicho territorio.

Un perro en la playa (ATLAS)

Un perro en la playa (ATLAS)

¿Cuál es mi enfado? Que no hay respeto. Yo sí puedo ir a la playa y ver como muchos adolescentes dejan su basura de los botellones tirada en la costa, bolsas de plástico llenas de alcohol y desperdicios. Puedo ver a la gente dejar que sus hijos molesten a los demás mientras intentan disfrutar del sol. Puedo ver gente poniendo música a toda pastilla cuando a mi no me interesa su música ni tengo por qué oírla. Pero claro, si yo llevo a mi perra domesticada y bien educada que se queda conmigo en la toalla, que va donde yo vaya y a darse un baño conmigo, es una total falta de respeto hacia los demás usuarios de la playa.

Necesitamos respetar un poco más, no puede ser que tenga que ir a la playa sin ella y dejarla en casa una mañana o una tarde sola cuando puedo disfrutar ese rato con mi fiel compañera. Y me lo tengo que perder por una norma que no tiene ningún fundamento, siendo nosotros quienes menos respeto tenemos hacia nosotros mismos, ellos se pierden la diversión a causa de nuestra poca vergüenza.

Aquí no hay playa… y tampoco la necesitamos

Por Marta Mayo

He oído que Madrid tendrá playa. Y no una playa cualquiera, sino una donde practicar surf de más de 300 metros de largo, allá en el Campo de las Naciones. Y me pregunto si acaso a los madrileños nos sobra el dinero para invertirlo en tan anhelado deseo.

Plaza de Lavapiés (MANUEL H./ EFE)

Plaza de Lavapiés (MANUEL H./ EFE)

No es la impresión que tengo cuando salgo a la calle. Aquí en la plaza Cascorro, en diez pasos, me he torcido el tobillo cinco veces porque faltan la mitad de los adoquines y la otra mitad está desnivelada. Debo sortear basura porque el señor barrendero que antes pasaba dos veces al día por mi calle, ahora pasa una cada dos días. Ya ni me acuerdo de cuándo fue la última edición del famoso plan de rehabilitación del barrio Lavapiés, donde las casas se caen por decrépitas y la suciedad inunda todo.

Y tal vez las autoridades no estén al tanto, pero este es un barrio que atrae a un gran número de turistas.Y si éstos vienen o no a Madrid creo que nada tiene que ver con que tenga o no playa (que para eso ya está Barcelona, Bilbao y tantas otras ciudades), sino con lo auténtico de Madrid y de barrios tan castizos como Lavapiés, por mucho que la señora alcaldesa se empeñe en condenarnos a la más absoluta ruina.

Gracias a los héroes de Cala del Plomo

Por Marta Dre

¡Hola! Me llamo Marta, mi padre se ahogó y murió en Cala de Plomo (Níjar, Almería) el sábado 16.08. 2014. Me dirijo a toda la gente que estuvo en esa playa ese día y me salvaron la vida a mí y lucharon por la vida de mi padre.

Cuando vi que mi padre se estaba ahogando me metí en las olas para ayudarle. Ahora sé que ese gesto solo me sirvió para una cosa: evitar que mi padre muriera solo en esas olas. Supo que estuve allí con él. Pero no sé que habría pasado a partir de ese momento si no fuera por la gente que estuvo en esa playa. No sé si yo hubiera sobrevivido. carta

Fueron hombres y mujeres valientes, verdaderos héroes y heroínas los que nos sacaron del agua a mi padre y a mí. Las personas que estuvieron en las olas con nosotros y las personas que formaron una cadena humana para sacarnos a la orilla. Después varias personas estuvieron reanimando a mi padre durante un tiempo que a mí me pareció una eternidad: sin parar. Mientras ocurría todo eso delante de mí y de mi madre, otras personas cuidaron de nosotras: sin parar. Y cuando por fin llegó la ambulancia ya no había vidas que salvar porque ya era tarde.

Mi padre perdió la vida en esa playa. Pero a mí me salvaron la vida las personas que fueron a por mí. A mi madre le salvaron la vida las personas que agarraron con todas sus fuerzas a una mujer desesperada viendo su marido e hija luchando contra las olas. Mi padre murió en esa playa. No culpo a nadie de eso. Fue un hombre adulto que como tantas otras personas que están de vacaciones, decidió darse un baño en una playa maravillosa. Es triste y trágico porque era un buen nadador y de joven fue socorrista. Pero eso es otra historia. Lo que pretendo con esta llamada es dar las gracias de todo corazón a los héroes y heroínas de la Cala del Plomo que estuvieron allí el 16 de agosto de 2014. Tenéis que saber que lo que hicisteis allí es un acto de humanidad en su puro estado. Tenéis que saber que voy a recordar a esa playa toda mi vida y no solamente por mi tragedia. Jamás voy a olvidar a las personas que estuvieron en esa playa y me salvaron la vida. Mi padre murió, pero a mi me salvasteis. Gracias, gracias, gracias.