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Entradas etiquetadas como ‘planeta’

Promover la conciencia ciudadana para dejar de destruir el planeta

Por Rosa Robledo

La contaminación que el ser humano está generando afecta directamente a la Tierra y destroza todo ecosistema llevándonos irrevocablemente a la destrucción absoluta del planeta.

Esta situación degenerativa mueve pocos hilos a la hora buscar una solución al problema por parte de las instituciones políticas. Creo que este asunto es tan importante como las circunstancias económicas que está viviendo el país en estos momentos. Si a esto no se le busca un remedio de inmediato, puede que entremos en un estado de no retorno, en el que lo único que nos quepa esperar sea ver cómo la Tierra va directa a un exterminio creado y garantizado por la raza humana. Tenemos el orgullo de ser la única especie que se autodestruye a sí misma, a sabiendas del desenlace tan fatídico al que va a desembocar.

Osos polares en un iceberg en deshielo, debido al cambio climático (Gtres).

Osos polares en un iceberg en deshielo, debido al cambio climático (Gtres).

El gobierno debería llevar a cabo unas medidas, tales como regular el consumo de productos con plásticos, restringir el uso de los mismos en productos naturales y prohibir la venta de envases de plástico, pudiendo volver a usar garrafas de vidrio, así como también botellas de este mismo material y botellitas pequeñas de materiales como el acero que, aunque también es contaminante, no se tendría que renovar con tanta frecuencia como las de plástico. También podríamos delimitar el uso del transporte personal y poner en práctica las alternativas a las fuentes de energía más contaminantes.

Hay que promover la conciencia ciudadana y que todo el pueblo se sienta identificado con la causa y busque su pequeño lugar en la tarea diaria de hacer de este planeta un lugar más limpio y habitable.

 

 

Calentamiento global: nuestro planeta está en llamas

Por Pedro Serrano Martínez

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Contaminación de una central de energía. (GTRES)

Somos más eficientes creando problemas que solucionándolos. Para crear el problema de las emisiones contaminantes, por ejemplo, todos nos hemos puesto de acuerdo sin negociaciones previas. Sin embargo, para ponerle solución, hemos transitado por diferentes cumbres del mundo y, a día de hoy, aún no se atisban en el horizonte soluciones rotundas y concretas.

El reciente acuerdo alcanzado en la Cumbre del Clima en París, ese que algunos califican de histórico, es un cúmulo de inconcreciones, en tiempo y forma, que, en la práctica, confía las soluciones a la buena voluntad de los países, las empresas y los ciudadanos. Voluntad que no arreglará el problema del aumento de la temperatura de nuestro planeta, al menos, con la premura que los terrícolas necesitamos para evitar el desastre.

Pero, ¿por qué no podemos confiar la solución a la voluntad? Pues porque solucionarlo significa renunciar a un modo de vida confortable y seductor; porque el mundo no se mueve por amor y cordura, sino por interés. Es la maldita guerra de intereses la que no nos deja conseguir los objetivos deseados. Imaginemos a una familia contemplando su casa en llamas y, a la vez, discutiendo acaloradamente sobre quién de sus miembros debe implicarse más en la extinción del fuego. Pues bien, eso es lo estamos haciendo con nuestro planeta en llamas.

Siendo realistas, se podría decir que el mayor éxito de la Cumbre de París ha sido la confirmación de que, por fin, el mundo entero ha tomado conciencia del problema del calentamiento global y sus consecuencias. Y es que, todos sabemos que la resolución de cualquier problema comienza con su reconocimiento; cosa distinta es que, una vez reconocido, estemos a tiempo de resolverlo.

 

La contaminación nos ahoga y la culpa es del sistema consumista

Por María Faes Risco

La contaminación en Madrid (Europa Press).

La contaminación en Madrid (Europa Press).

De Madrid a Pekín, las capitales de Eurasia se encuentran por primera vez con medidas extremas contra una contaminación que nos ahoga y produce miles de muertes al año, mientras estos mismos días en París se reúne una cumbre mundial impotente para resolverla. Su incapacidad es estructural, porque sus dirigentes han sido elegidos con el apoyo de muchas de las mayores empresas contaminantes del planeta.

La contaminación que nos enferma y mata no es sino el síntoma de un sistema consumista, cuyas fatales consecuencias se niegan a ver sus beneficiarios. De ahí que casi la única esperanza creíble que nos ofrecen de una mejora temporal se base en un cierto parón del ‘progreso económico’, hecho sobradamente elocuente de lo perverso de su sistema.

Además, de forma muy acelerada, el aire contaminado, el aire desde el cielo y el mayor nivel del mar por el deshielo nos están ahogando, mientras que muchos parece que esperan la solución de si se encuentra por fin vida inteligente extraterrestre o, lo que sería aún más increíble –a juzgar por lo que vemos– en la Tierra.

 

Es Navidad, ¡consumid, consumid, malditos!

Por Luis Fernando Crespo Zorita

El precio oficial del dinero en la UE está en mínimos históricos, vamos a ser capaces de orquestar la unión bancaria europea. El capitalismo es ya una cultura, con valores y una visión del mundo propios, enraizada en la mentalidad de los ciudadanos y que determina su comportamiento como una segunda naturaleza. Se ha conseguido la confluencia de intereses entre capitalistas y consumidores eclipsando la figura del trabajador sobre la que se sustenta realmente el sistema económico internacional. El “capitalismo popular”, desarrollado ideológicamente como “democracia económica”, predica que cualquiera podemos convertirnos en accionista de macroempresas anónimas y, con poco esfuerzo, participar efectivamente de los beneficios generados en ellas, por muy especulativos que estos sean.

Navidad, época de compras (Archivo)

Navidad, época de compras (Archivo)

La gran coartada, el bálsamo mágico que ha permitido que las cosas hayan sido  así hasta ahora, fue el consumo; en esta parte del planeta todavía hay casi para todos, en una oferta extensa e intensa a la vez, con un único requisito: tener poder adquisitivo previo. Pero es precisamente aquí donde radica la incapacidad funcional del mercado capitalista para vertebrar a la comunidad internacional en su conjunto; cada vez hay más clientes excluidos, aquellos que recibimos la oferta pero dado nuestro nivel de rentas no podremos acceder a ella nunca.

Además, el entorno natural no puede soportar el riesgo que significaría la extensión del consumismo occidental universalmente; los costes ambientales serían insoportables para el planeta. La única alternativa racional posible es reducir el consumo y que todos podamos acceder a ese bienestar mínimo imprescindible que, garantizando universalmente la dignidad humana, no ponga en riesgo la sostenibilidad del planeta como entramado vital en equilibrio. ¡Que consuman ellos!

Sin escapatoria ante la contaminación

Por Pedro Serrano Martínez

Ya no podemos huir de ella. Vayamos donde vayamos, allí estará presente y, en mayor o menor grado, sufriremos sus consecuencias. Me refiero a la contaminación que generamos y soportamos a nivel mundial. La globalización tiene estas cosas: para bien o para mal, todo lo compartimos y, en el caso de la contaminación, no iba a ser menos.126064

Las nubes, las corrientes de aire y las corrientes marinas se encargan de que cada habitante del planeta reciba solidariamente su ración diaria de contaminación, sea esta del origen que sea. Sin olvidar, por supuesto, los efectos que está teniendo y tendrá el cambio climático sobre todos nosotros como consecuencia de la contaminación producida por la desmedida e irresponsable actividad humana.

Estremece pensar que en poco más de 200 años de desarrollo técnico e industrial hayamos podido causar tanto daño al equilibrio natural del planeta. Asusta pensar en el futuro de la especie humana, teniendo en cuenta el ritmo demoledor de crecimiento poblacional, desarrollo, consumo y contaminación en cualquiera de sus formas. Espanta pensar en el destino de una especie inteligente que, al parecer, no lo es tanto como para ser capaz de detener esta estúpida inercia que parece conducirnos inexorablemente al desastre.

La basura, este sí es un recorte esencial

Por Úrsula Martín

Toneladas de basura acumulándose en las calles. Reflexionando es fácil darse cuenta de que esta forma de consumir es insostenible; dificulta y, en su día, imposibilitará la vida. En ocasiones como esta, estando los encargados de la recogida de la basura [de Madrid] en huelga, se hace todavía más patente la cantidad de residuos que generamos con el estilo de vida que llevamos. ¿Dónde, cómo y a costa de qué se generan todos esos plásticos, cartones, latas…? ¿Dónde acabarán todos esos desperdicios? Mucho estamos ensuciando. Imaginemos que no fuese posible retirar (no desaparece) toda esa basura; nos rodearía, nos inundaría, ¡viviríamos en un vertedero insalubre! Pues ahí vamos, en eso estamos convirtiendo el planeta. Vivamos conscientes y recortemos en este sentido.

¿Un premio Planeta politizado?

Por M. A. Carril

Por lo menos resulta curioso que el ganador del Planeta sea un madrileño que reside en Barcelona; han comentado que este año había obras muy buenas para merecer dicho premio, y qué casualidad que recaiga en un madrileño que vive en Barcelona,  espero que solo haya sido eso, una mera casualidad y que el criterio del jurado haya sido imparcial: seguramente sea solo un pensamiento acalorado con tanto bombardeo de los medios sobre la independencia de los catalanes. Personalmente creo que solo beneficia a unos pocos a los que les gustaría pasar a la historia, aunque sea perjudicial para el resto; el tío Paco intentó hacer desaparecer el catalán y ahora ellos ¿qué están intentando hacer? Mucho cuidado con lo que se dice y lo que se hace, las lenguas nos enriquecen y deberían unir a los pueblos. A veces creo que esto es un partido Madrid-Barça, lo malo es que el resultado será perjudicial para ambos y algunos no se dan cuenta.