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Entradas etiquetadas como ‘pelicula’

La censura en el cine del franquismo

Por Jordi S. Berenguer

Sala de cine (Europa Press).

Sala de cine (Europa Press).

Durante el franquismo el cine que vimos había sido sometido a varias etapas de censura. La oficial del Estado suprimía secuencias y alteraba doblajes. Una vez aprobada la versión adulterada, al llegar a ciertos lugares el cura del pueblo también imponía su criterio y mandaba suprimir algunos planos que consideraba pecaminosos, por lo que según en qué villas Gilda no se quitaba ni el guante.

La mutilación cinematografica no acababa ahí porque, con la coartada de la censura, algunos empresarios de sala acortaban el metraje para ofrecer más sesiones. Y algunos operadores de cabina, especialmente en los cines de barrio con sesión doble, aligeraban aún más el celuloide -cuando no suprimían todo un rollo-, para que la jornada laboral no se prolongara hasta las tantas. Con ese recorrido tan poco respetuoso con la integridad de la obra cinematografica, comprender el argumento de algunas películas solo estaba reservado a los muy intuitivos.

Para el cine español la cuestión añadía aún más visos de surrealismo. El primer paso para rodar una película era someter el guión al censor, que solía devolverlo lleno de tachaduras y alguna que otra observación. Una vez terminada, la película era sometida a otra censura en la que se podría suprimir algún plano alegando cuestiones de forma. Lo curioso es que algunos censores también ejercian como críticos cinematográficos. Y se daba la paradoja de que en sus críticas no era raro leer algún reproche sobre supuestas incoherencias del guión… el mismo que el propio crítico había alterado como censor.

Con la democracia hemos ganado, entre otros, el derecho a disfrutar de la versión íntegra para participar de la grandeza del cine. Especialmente del nuestro… aunque los censores se hayan quedado sin trabajo. Así es la vida. Así era su cine.

‘Ma Ma’, un trabajo muy bien hecho infravalorado por la crítica

Por Alejandro Mulero Serralta

Penélope Cruz en 'Ma ma'

Penélope Cruz en ‘Ma ma’.

El pasado lunes fui al cine a ver Ma Ma de Julio Medem y me pareció una gran película. Otra obra maestra del séptimo arte, grandísimo Medem, gran Penélope Cruz, gran Tosar, fotografía, guion, música… toda la peli tan bien hecha, tan tierna. Fui contra todo pronóstico ya que las críticas son del tipo: «Cursi, blanda y llorona» (Luis Martínez en El Mundo), «Falsa poesía» (Jordi Costa en El País), «No tiene lógica» (M. Torreiro en Fotogramas), «Se mueve entre lo sublime y lo ridículo» (Beatriz Martínez de Fotogramas).

De lo que quiero dar constancia es de todo el daño que hacen los críticos de cine al propio cine y a los espectadores con esos comentarios que hacen, tan desproporcionados, insultantes y malintencionados. De cine se habla en otro tono, con respeto, sin descalificar y sin intentar hundir un trabajo que, por cierto, en este caso está muy bien hecho.

Así que les propongo que se olviden de todo lo que han leído sobre Ma Ma, incluyendo esta carta, y que vayan a verla, sin prejuicios. Medem les tiene preparado un camino de dos horas que es cine en mayúsculas, de disfrute y crecimiento personal.

Crítica a la corrupción en «B»

Pedro Casablanc interpreta a Luis Bárcenas en 'B'

Pedro Casablanc interpreta a Luis Bárcenas en ‘B’. (ÁLVARO GARCÍA CORONADO)

Por Eduardo Martínez Da Silva

El otro día fui al cine a ver la película ‘B’, ahora que por fin está en algunas salas más. Les ha costado llevarla al cine tras ser censurada en muchos sitios y han tenido que buscarse otros medios distintos de los habituales para financiarse. Tantas trabas son debidas al hecho de tocar un tema delicado para el actual gobierno.

Después del gran trabajo que han dedicado a realizar esta película, me parecía que como mínimo debía premiar el esfuerzo yendo a verla. Así de paso, he tomado conciencia de una manera original, de cómo funciona la justicia española y cómo un partido político aún en el gobierno, sale airoso de una situación que pintaba oscura. Una vez en la sala mi indignación iba en aumento a medida que avanzaba el metraje. En cada detalle de la trama, escuchando la declaración de Bárcenas, salí del cine con rabia ante la magnitud de los escándalos, la financiación de un partido con una contabilidad ilegal y paralela, sobres con dinero negro a diestro y siniestro, tráfico de influencias en administraciones públicas… todas ellas, prácticas propias de mafiosos.

Todos deberíamos ir a verla, que sepan que no olvidamos y que las disculpas de un presidente por confiar en su tesorero sólo se las creen los de su misma catadura moral. Ayudemos a difundir aquello que no quieren que sepamos, me dio mucha pena que sólo 13 personas estuvieran en la sala, cuando hubo numerosas colas para comprar entrada. Estas eligieron concienciarse, en cambio otras solo divertirse. Elevemos al nivel que se merece nuestro compromiso social, solo por ver sus caras al enterarse del éxito de la película, pagaría por verlo.

No hay entradas baratas para el cine español

Por Luis de Aza González 

Vista de la fachada del histórico cine Urgell, que cerró en 2013. (TONI GARRIGA/ EFE)

Vista de la fachada del histórico cine catalán Urgell, que cerró en 2013. (TONI GARRIGA/ EFE)

Recibo en mi correo un e-mail de CINESA con una promoción de entradas de cine desde el 25 al 30 de septiembre a 4,90 euros. Pienso: ¡estupendo!, yo que voy al cine todas las semanas, al menos me beneficio de esta promoción.

Pido dos entradas para ver la película española ‘La isla mínima’, que tiene muy buena pinta, y además somos unos enamorados del cine español, tanto mi mujer como yo.

Pero, ¡oh sorpresa!, me dicen que al ser una película distribuida por Warner Española no se acoge a ninguna promoción, y que las entradas me salen a 9,50 euros (parece ser que Warner no admite ningún tipo de promoción).

Es evidente que he sacado entradas para otra película, y que con el precio de una tengo dos.

Esperaré a que la película esté en el vídeo club de mi barrio y la veré por 3 euros. Flaco favor están haciendo al cine español ¡Qué pena!

¿De verdad tengo que ver 27 minutos de anuncios antes de la película?

Por Israel López Polo

[Este martes] fui a los cines Méndez Álvaro (Cinesa, en Madrid) a la sesión de las 19.05 h que, en realidad, empezó a las 19.32 h dada la gran cantidad de publicidad que pusieron. En taquilla pregunté la hora de comienzo y me dijeron que empezaría unos 10 minutos más tarde de la hora anunciada, algo comprensible si tenemos en cuenta algún trailer y algún anuncio… pero 27 minutos de anuncios me parece algo abusivo y que no puedo evitar si no sé la hora real del comienzo del pase.

Si el pase está anunciado a las 19.05 y empieza a las 19.32 ¿no es publicidad engañosa? Aparte de que no tengo por qué pagar un servicio para que me pongan publicidad. ¿No hay una regulación de la publicidad en los espectáculos? Si no la hay, ¿no debería haberla? Hace mucho tiempo dejé de ir a este cine porque ponían 20 minutos de publicidad.

Butacas de un cine (ARCHIVO)

Butacas de un cine (ARCHIVO)

[Esta vez] fui con la esperanza de que hubiera cambiado…y lo había hecho pero a peor. En otros cines ponen publicidad, entiendo que es necesaria si queremos que los cines sobrevivan, pero no es tan abusivo como lo que ocurre en estos. Cuando era pequeño (no soy tan mayor, tengo 36 años) recuerdo que en los periódicos ponían la hora de pase a la sala y la hora de comienzo real de la película.

Luego se quejan de que no van espectadores. Pagué 7 euros por ser socio de Cinesa y porque era martes. Propongo que los cines rebajen el precio a las personas a las que no les importe ver la publicidad, que para eso ya cobran por ella, y que dejen el precio habitual para las personas que no queramos tragarnos 27 minutos de anuncios.

Los cines urbanos, una especie en extinción

Por Carlos Simón Lázaro

Cines RenoirLos hemos visto morir poco a poco, uno a uno. Las calles del centro de nuestras ciudades se han ido quedando sin ellos. Dentro de poco ¿quién se acordará de la rivalidad entre el gigantesco cartel del Palacio de la Música y el del Avenida de Madrid?

Hubo un tiempo en que ir al cine no era acudir a un centro comercial, un tiempo en el que elegir una película no era un gesto tan anodino como empujar un carrito del supermercado. Dar una vuelta por la Gran Vía de Barcelona suponía encontrarse con espléndidas carteleras que contenían promesas de felicidad.

El cierre de algunas salas de los cines Renoir no es sino otro eslabón más de esta triste cadena.

¿No podrían dejar al menos un par de ellos en cada ciudad como vetustos dinosaurios de una forma diferente de ser espectador? Parece que los tiempos no están para pedir dinero, subvenciones, ayudas… y que vivimos en el momento de la exaltación de los mercados.

Ya sé que mis quejas pueden sonar a nostalgia sin futuro pero es necesario hacer algo, ¿no podríamos eliminar el ‘ivazo’ que tanto daño está causando para salvar nuestros cines urbanos, esa especie en extinción?

Verdaderas estrellas

Por J. R. Gallego

Teatro RealSiempre te has preguntado ¿cuánto habrá cobrado este actor o esta actriz por ese papel en esa película? Es posible que no vuelvas a hacerte esta pregunta. Últimamente están corriendo rumores de que este colectivo pretende crear una página web en la cual reflejar justamente este tipo de información.

Ya que el cine está subvencionado en este país, el ciudadano de a pie quiere saber cómo se emplea su dinero. Siguiendo la corriente actual de «transparencia» llevada a cabo por el Gobierno, la Casa del Rey, los sindicatos, el deporte, la banca y demás instituciones, este colectivo no quiere ser ajeno a estas reclamaciones populares.

Hay que reconocer que es un gesto que les honra. Lo bueno es que esta iniciativa tendrá efectos retroactivos, es decir, podrás saber toda la filmografía personal de cada uno/a y lo que percibieron por cada uno de sus trabajos a lo largo de toda su carrera, tanto personajes de cine como de televisión. No cabe duda de que es una buena noticia.

Tarde sin cine o cómo ser una clienta spam

Por Cristina González Fernández

Un jueves por la mañana recibí un mail en la carpeta de spam de la empresa Cinesa con ofertas ‘estupendifantásticas’ para ir al cine ese mismo día. Una de ellas era entradas a 3,40 euros para una película concreta (ya que era una reposición del film). Por ese precio ¿quién no va al cine? En el mail aparecían indicados todos los detalles de la promo, sesiones y cines donde se proyectaba (no había ninguna indicación o advertencia sobre ninguno, aún lo conservo). Invité a mi madre y nos dirigimos esa misma tarde a Cinesa Príncipe Pío a la sesión de las 16 horas. El cine abre las taquillas a las 15:30 y ya había cola. Un trío de mujeres que había delante rumoreaban que no veían la película en los paneles de la taquilla, una de ellas se acercó al mostrador, preguntó y a continuación se marcharon las tres. Yo, que tengo mucha fe en las empresas de cine… -que soy muy cabezota, vamos…- decidí esperar mi turno y no hacer caso de esas señoras, a pesar de los comentarios sarcásticos de mi madre: «ya me extrañaba a mí, el cine tan barato, ja, ja, ja, ja».

Al llegar a la taquilla el chico nos informó de que la película justo ese día (ya es casualidad, vaya) no se iba a poder ver ya que había otros prestrenos y proyecciones programadas. Sólo quedaban dos opciones, ver otra película a precio de atraco a mano armada o volverse a casa con la decepción. En ese momento no se me ocurrió poner una reclamación, que es lo que debería haber hecho y os recomiendo. Puse un comentario en el Facebook de Cinesa explicándoles que me había gastado en transporte casi 12 euros (6 por persona) para, por lo visto, acabar haciendo un tour turístico en transporte público por Madrid y quería una disculpa y una solución (que el dinero a los parados no nos llueve).

Su contestación fue redirigirme a la web de Cinesa para poner la queja y borrar mi comentario, no lo vaya a leer alguien y tendrían uno menos que acaba picando comprando una entrada a precio de riñón ya que está allí y por no volverse con la decepción a casa. Pasaron cuatro días sin obtener contestación ni disculpa ni solución ni ‘na de na de na’ y decidí volver a poner mi comentario en su página de Facebook, a lo que se me contestó con la amenaza de denunciarme como spam.

Conclusión: tras la cantidad de gente que comentó en su día que a ellos les había ocurrido también, entiendo que no fue casualidad que no se pudiera proyectar la película, que es una forma de atraer clientes o también llamado estafa. Que a Cinesa no le gusta dar información de estos hechos para que la gente actúe en consecuencia (ejemplo: si yo leo ese comentario y quiero ir al cine con esa oferta, antes de desplazarme llamaría por teléfono para informarme si proyectan o no la película), ya que perdería clientes que «ya que están aquí» acaban pagando la entrada a precio caviar de Beluga. Que no tienen respeto por sus clientes, total, por que se quejen unos cuantos… en España hay millones de personas a las que seguir estafando. Y por último, aunque sea un tedioso trabajo, pedid y rellenad las hojas de reclamaciones, es lo único que puede servir de algo.

P.D: Aún sigo esperando la contestación de la queja que puse en su web, como así me indicaron mis amigos de Cinesa Facebook, esos que me llaman clienta spam.