Por Carlos Osorio
Con 170 comercios centenarios, Madrid se sitúa a la cabeza de las ciudades que conservan un patrimonio histórico y cultural de primer orden como son las tiendas con más de un siglo. Esta riqueza patrimonial merece ser conocida, protegida y difundida, pues no solo tenemos comercios útiles y bellos, sino que constituyen un atractivo turístico de primer orden. La importancia de estos comercios fue valorada en época del alcalde Tierno Galván cuando se protegió el mobiliario histórico de muchos de los comercios históricos.
Aunque pueda parecer lo contrario, estos comercios con solera han aguantado mejor la crisis que las nuevas tiendas. Pese a todo, se encuentran en peligro de extinción por la falta de apoyo de las administraciones. Los comercios familiares deben competir en igualdad de condiciones con las grandes superficies y las multinacionales. Las normas y la libertad de horarios parecen diseñadas para favorecer a las grandes superficies comerciales. Los comercios centenarios deben reparar su costoso mobiliario por sí mismos, carecen de todo tipo de apoyo, no tienen ningún tipo de beneficio fiscal, deben pagar unas onerosas tasas que los están asfixiando. Para colmo, en 2015 finaliza la antigua Ley de Arrendamientos Urbanos, llamada ‘Ley Boyer’, con lo que una parte significativa de nuestros comercios fundados hace más de un siglo va a tener que cerrar sus puertas. Hagamos lo que podamos para tratar de salvar uno de los patrimonios históricos más singulares de la ciudad de Madrid.