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Entradas etiquetadas como ‘OMS’

La mirada enfermera es la garantía del éxito y reconocimiento internacional de nuestro Sistema Nacional de Salud

Por Juanjo Sánchez Requena

Carta de una enfermera al presidente del Gobierno:

Sr. Sánchez Pérez-Castejón, en primer lugar, por el bien de los ciudadanos españoles, le deseo muchísimos aciertos y éxitos al nuevo gobierno que usted preside.

En segundo lugar, como enfermero, tengo un mensaje claro y conciso que transmitirle. Como usted bien sabe, la OMS proclamó 2020 «Año Internacional de las Enfermeras y Matronas”. Las enfermeras estamos de celebración y, por supuesto, reivindicamos abiertamente el rol enfermero del cuidado que ejercemos en todos los ámbitos posibles de nuestra sociedad y sistema sanitario.

Sin un número adecuado de enfermeras nuestro país no logrará un total desarrollo sostenible ni la cobertura sanitaria universal ni el objetivo de salud para todos (mandatos todos de la OMS).

Una enfermera

Una enfermera prepara un carrito de medicación.

Ustedes, políticos y legisladores, tienen la oportunidad de apostar por la profesión enfermera. Estudios científicos avalan que, en una sociedad con ratio enfermera acorde a las necesidades de la población, mejora proporcionalmente la calidad de vida de todos los ciudadanos.

Sr. Sánchez, sean valientes, legislen, establezcan normas de obligado cumplimiento estatales, garanticen el reconocimiento de las enfermeras, su desarrollo y carrera profesional, unas condiciones laborales y contractuales dignas y unas retribuciones salariales acordes a nuestro nivel competencial y de responsabilidad e impacto en la sociedad. Apuesten, y mucho, por todos los ámbitos de capacitación enfermera, pero muy especialmente por la Atención Primaria y Comunitaria.

Las enfermeras somos un pilar imprescindible del Sistema Nacional de Salud (SNS), hacemos visibles las vulnerabilidades de las personas, somos garantía de seguridad clínica y apostamos por un sistema sanitario público, universal y equitativo.

El cuidado de los ciudadanos requiere de unos presupuestos acordes, entre otras, a las necesidades enfermeras, para garantizar un sistema sanitario excelente y eficiente. Las enfermeras sabemos optimizar recursos y conocemos perfectamente las políticas sanitarias que precisa nuestro país, cuenten con nosotras, escúchennos y déjennos participar activamente en las decisiones políticas.

La mirada enfermera y el rol enfermero son la garantía del éxito y reconocimiento internacional de nuestro SNS. Le deseo tino en sus decisiones y un largo viaje de progreso para nuestro país. Atentamente, un enfermero del Sistema Sanitario Público Catalán.

Demasiada carne

Por M. S. Capdevila

Son muchos los alimentos que, en distinto grado y según su dosis y modo de preparación, producen cáncer. El reciente estudio de la Organización Mundial de la Salud no ha hecho sino concretar más algunos aspectos suyos en lo relativo a la carne, rompiendo –y eso es muy importante- el muro de intereses que intentaban disimularlo.

245863-620-465La industria cárnica ha cuadriplicado su producción en cincuenta años, a costa de “cultivar” una carne con productos muy perjudiciales para la salud, tanto respecto al cáncer como a otras enfermedades. Ha propagado la idea insana de que hay que comer carne en cantidades antes impensables.

Esto produce una erosión acelerada de los suelos, obliga a labrar otros nuevos y desgasta nuestra única Tierra. Un mismo terreno produce de diez a veinte veces más proteínas vegetales que animales.  La cría de ganado consume la mitad de los cereales y agua del mundo. Una dieta a base de carne cuesta el triple. También agrava la desnutrición de una gran parte de la humanidad.

De ahí que por mi salud, por mi economía, por mi planeta y por solidaridad con los demás y también con los animales  -criados en forma bárbara para el matadero- procuro, desde que fui tomando conciencia de estos hechos, consumir menos carne que la que mi ambiente me habían inducido a comer y que de tantas maneras nos perjudica, directa o indirectamente, a todos.

La incoherencia de no vacunar

Por Óscar Doñate Palos*

El Estado, con sus razones, nos obliga actualmente a llevar casco o cinturón de seguridad, aunque sólo nos afecte a nosotros el no usarlo. Tampoco nos permite conducir demasiado rápido, ni hacerlo después de haber bebido, ni fumar en según qué sitios o retirar la mayoría de medicamentos de las farmacias sin presentar la receta.

Un doctor pone una vacuna a un niño. (GTRES)

Un doctor pone una vacuna a un niño. (GTRES)

Sin embargo, el mismo Estado considera perfectamente lícito que padres (que por lo general no son profesionales sanitarios cualificados) desoigan las recomendaciones de los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de las principales agencias de salud pública, así como de sus pediatras, médicos y farmacéuticos, y decidan no vacunar a sus hijos, poniendo así en peligro tanto la vida de estos niños como la de los que les rodean, sobre todo los más débiles.

Y me pregunto: ¿Se hace todo lo posible para evitar las muertes por accidente de tráfico pero se puede permitir que muramos de una enfermedad que, además, se puede evitar? No encuentro una explicación coherente a este hecho.

(*) Padre, farmacéutico y miembro de la Junta de la Asociación de Farmacias de Barcelona.

Las doulas se defienden

Por M.F.F.

«Tras el informe sobre las doulas…»

Llevo más de 10 años leyendo su periódico el cual consideraba de lo más neutral que había visto hasta ahora en diferentes aspectos, pero hoy me he levantado con la sorpresa de que ustedes también han caído en el vicio de ofrecer noticias con una información sesgada o «medio falsa».

Han sacado una noticia referente a las doulas, en la que recogen el famoso informe (hasta ahí entiendo que ese es su trabajo) y, después, una breve opinión de una doula de la que no he visto publicada un explicación detallada de qué hacen y, sobre todo, de lo que no hacen vistos los últimos acontecimientos.

Incluso al final de la noticia se atreven a decir que hay mujeres perjudicadas por su labor pero que no se atreven a denunciar por miedo o vergüenza. Esto, además de ser una opinión personal (no sé si de ustedes, de quien escribió la nota o de la asociación de enfermería), es una temeridad ofrecerlo como información sin contrastar. También, existen multitud de matronas que no están denunciadas por miedo o vergüenza y otras que sí que están denunciadas oficialmente, pero de eso no hablan a pesar de la gravedad que conlleva que un profesional sanitario regulado esté denunciado por mala praxis.

Las doulas nunca, repito, nunca ejercen de matronas, nunca dan su opinión personal respecto a ningún tema, ya sea sanitario o no, jamás aconsejan/recomiendan/obligan/prohíben porque su labor se basa exclusivamente en acompañar y ofrecer la información que solicite la madre, de fuentes oficiales (OMS, AEPED, Ministerio de Sanidad y profesionales sanitarios que trabajan codo con codo con las doulas) y de forma absolutamente neutral, no se traspasan sus preferencias porque como doulas no las tienen. Como personas o como madres tendrán su propia opinión (igual que los sanitarios), pero no la compartirán con nadie como doulas. Partiendo de que el código ético prohíbe ni tan siquiera aconsejar, es evidente que no aconsejan a ninguna madre en ningún momento y bajo ninguna circunstancia que dé a luz en casa, que no acuda a su matrona o médico, que deja al padre a un lado (fomentan la unión familiar) y, por supuesto, tampoco barbaridades como obligar o aconsejar comer placenta y demás lindezas falsas que se están publicando.

Una madre y su recién nacido, en un paritorio. (ARCHIVO)

Una madre y su recién nacido, en un paritorio. (ARCHIVO)

No realizan ningún intrusismo laboral, y toda aquella que se extralimite de sus funciones y no respete el código ético no es doula, será una consejera/asesora/naturista/mística del embarazo o lo que quiera ser, pero no es doula, puesto que sus funciones son muy claras y concretas.

Sin tan peligrosas son, sin tan dañinas parecen… ¿cómo puede ser que en Europa estén reguladas, reconocidas y en algunos países se cubre su servicio por el Estado cuando una mujer se queda embarazada? ¿Por qué en Holanda están reguladas y se ofrece una formación de 3 años para ello? ¿Por qué hay matronas, médicos, obstetras y hospitales (como el de Torrejón en Madrid) que trabajan conjuntamente con las doulas?

No pido una defensa de las doulas, ni tampoco un ataque a la enfermería, pido la objetividad que hasta ahora pensé que tenían como periódico.

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Por Natalia Restrepo

«El papel de la doula frente al desconocimiento»

La educación sin libertad y sin oportunidad de cuestionamientos que han tenido nuestras abuelas, madres e incluso mujeres de nuestra generación es el resultado de mentes con estructuras arcaicas y limitadas de muchas de las que hoy denuncian con miedo a las temibles doulas de ser caníbales y atentar contra la vida de madres y bebés.

Resultado también de mujeres, con un legado celular patriarcal, que han olvidado el amor propio y que combaten en una lucha que va contra su naturaleza y la de las próximas generaciones (sus hijas y sus nietas), inhibiendo la posibilidad a todas nosotras de usar nuestra fuerza creativa para concebir y parir como mujeres y no como enfermas: “La ignorancia y el miedo son las llaves de toda guerra”.

Desafortunadamente una gran cantidad de matronas en España, ignoran los estudios científicos realizados respecto a la figura de la doula y las estadísticas que demuestran que ella es una pieza fundamental en el parto. Así, en el norte de Europa, en países como Holanda, con la menor tasa de mortalidad perinatal, donde un 40% de los partos tienen lugar en el propio hogar, la cesárea se aplica de un 8 a un 10% de los casos, la epidural en un 8% y las episiotomías no superan el 10%. Pues bien, allí, la doula y la matrona, conviven en armonía.

Otro dato importante que ignoran los “especialistas de la maternidad”, que juzgan como poco profesional nuestro trabajo como doulas, son las importantes funciones de la oxitocina (hormona encargada de las contracciones uterinas para el proceso natural del parto): dónde se segrega, cómo funciona y cuáles son las prácticas (habituales en los paritorios) como la luz, la falta de silencio, hablar innecesariamente, los tactos vaginales constantes, entre otras prácticas comunes que inhiben la posibilidad de tener un parto sin sufrimiento, no medicalizado y respetuoso con la integridad de la mujer.

Subrayo que la matrona, figura “femenina” que nos ha acompañado a lo largo de la historia, es la pieza clave en cualquier nacimiento. Sus conocimientos y su trabajo son dignos de respeto. Muchas de las mujeres que trabajamos como acompañantes, madres o común y mundialmente llamadas “doulas” deberíamos agradecerles por su entrega a esta labor. Son muchas las matronas con inquietudes que trabajan ahora respetando los principios básicos para el desencadenamiento de un parto humano, sensible y no medicalizado.

Esto no es una lucha como desafortunadamente se ha propagado en los medios de comunicación en estos días con titulares como “la guerra en los paritarios” o “las doulas caníbales” que dejan de lado el sentido común y realzan la poca profesionalidad de dichas casa informativas, el sensacionalismo y la poca información respecto al tema.

Sin embargo, el eco ha servido para restablecer criterios y que la comunidad de doulas de España trabajemos en la regularización de nuestro trabajo, creando un curriculum y exponiendo con claridad cuál es nuestra labor, que en nada se enfrenta al de la matrona, solo se complementa.

La tasa de mortalidad perinatal en España, según los datos de 2013 del Insituto Nacional de Estadística, es del 0,19%, la de cesáreas es del 26´33 % en hospitales públicos y, curiosamente, de un 44´76% en hospitales privados, todos ellos índices significativos como para alertar al sector de la maternidad. Sin embargo, no se trata aquí de desmeritar el trabajo de la matrona y sus conocimientos sino de complementar su valioso trabajo con el conocimiento neuronal y emocional de la doula con el fin de que cada vez más madres tengan un parto sin violencia obstétrica, teniendo en cuenta sus necesidades reales fisiológicas y psíquicas y que el parto no produzca efectos colaterales en sus vidas y en la de sus hijos.

En el encuentro que tuvo lugar este pasado fin de semana en Valencia, en la Universidad de Ciencias de la Educación, se concluyó sin cuestionamientos que lo más importante en este terreno no es la batalla de los títulos ni los nombres institucionales y la libertad de acción que estos tienen en nuestra sociedad, sino el estudio profundo de las necesidades básicas de una mujer de parto: “seguridad, silencio y oscuridad” y que toda práctica que se aleje de estos principios es violencia.

El seminario fue dirigido por Michel Odent, obstetra francés, mundialmente reconocido por su larga experiencia en partos respetados. Con más de 15.000 partos atendidos, escritor de 14 libros y numerosos artículos científicos en las más importantes revistas de ciencia y medicina que han sido traducidos en varias lenguas. Al encuentro acudieron entre 250 y 300 personas, entre ellas una gran cantidad de matronas de la comunidad y doulas valencianas.

“La verdadera ciencia se basa en la observación, la experimentación y la continua adaptación de los procesos del pensamiento y creencias de acuerdo con los descubrimientos empíricos, y lo mismo puede decirse de la confianza de nuestra guía interior”, señaló la doctora Christiane Northrop.

Ojalá este huracán sirva para remover la tierra estancada y las mujeres, cuidadoras de la semilla, aunémos nuestros caminos y con ellos nuestros conocimientos para que los frutos de nuestras venideras generaciones nazcan, vivan y convivan en armonía y paz.

Enfermedades incurables con fecha de alta médica

Por Anna Ciurana Sala

La OMS (Organización Mundial de la Salud) reconoce la fibromialgia y fatiga crónica como enfermedades desde 1992. Son invisibles, con escasa conciencia social y poco conocimiento.

Como hija de una mujer afectada grito “¡basta!”. Basta de la insensibilidad social a enfermedades que se padecen a escondidas.

Una mujer se lleva las manos a la cabeza por el dolor. (GTRES)

Una mujer se lleva las manos a la cabeza por el dolor. (GTRES)

Basta de recortar en investigación que impide avanzar. Pero por encima de todo, basta de arrancar la dignidad a bofetadas y no respetar los diagnósticos de los médicos.

No puede ser que reconozcan la baja como solución temporal pero cuando toca decidir la definitiva, la disputa entre las instituciones acerca de quién paga fuerce altas sin sentido.

Las administraciones tiran la piedra de la responsabilidad al vecino, forzando situaciones indignantes. Es maltrato institucional, reconociendo la enfermedad con fecha de caducidad: “reconozco tu incapacidad laboral hasta el día que toque decidir si es definitivo. Ese día te doy el alta”.

Los pacientes son un número, lejos de buscar soluciones viables, se fuerza a ir a trabajar a quien no está capacitado. La vía judicial es otro pozo sin fondo teñido de lo mismo: interés económico y olvido de los derechos de las personas.

Mi madre lleva así 5 años, aprendiendo a vivir con una enfermedad crónica invalidante y con la angustia de saber que hay fecha límite para la administración:

-¿Eso es que por fin estoy sana, ya me he curado?.

-No mamá, eso es que las decisiones se inspiran por intereses económicos y miopes que a la larga hacen más daño y salen más caras a la sociedad.