Por José Manuel Gil Molino
En estas últimas semanas hemos visto cómo el Gobierno, a «bombo y platillo», ha destacado los datos del descenso del paro y el aumento de la población activa, como sinónimo de la creciente recuperación del país.
Es cierto que el dato puede arrojar una cierta esperanza, pero me muestro bastante escéptico en cuanto a la verdad detrás de dicha esperanza.
La mayoría de los contratos firmados son a tiempo parcial, además, temporales. Ahora mismo el lujo no es tener trabajo, sino un trabajo que te permita vivir.
¿Cuántos nuevos trabajadores (o antiguos parados que han vuelto a la vida activa) tienen una jornada completa? Sólo tienen que pasarse por las páginas de búsqueda de trabajo y ver cómo cada oferta de trabajo se limita a 6 horas diarias, 4, o incluso 1 hora diaria (u ofertas para trabajar 1 día o 2 solamente). Si echamos cuentas y partimos de la base de que el salario medio son 1000€ por 40 horas, saquen la calculadora y escandalícense como yo lo he hecho.
Si eso es recuperación no quiero ni ver cuando nos «hayamos recuperado por completo».