Por Ángel Villegas
No voy a dar nombres; no quiero señalar directamente a nadie. Además, ellos y sus reiteradas manifestaciones son por todos conocidas. Algunos obispos de la Iglesia católica parecen empeñados en creer que el tiempo no ha transcurrido, que el mundo y las gentes no han evolucionado, que estamos aún en los tiempos del nacional-catolicismo. Y fieles a su pensamiento retrógrado insisten en anatematizar a las personas por su opción sexual.
Yo les rogaría que miraran más la propia palabra de Cristo (que ellos dicen seguir), que no condenó a la Magdalena, que predicaba, ante todo, la misericordia y el perdón y que solo se enojó, emprendiéndola a latigazos, con los mercaderes del Templo.
Sin embargo, a esos mismos obispos no les he oído una palabra acerca de esa tercera parte de la población española que tan mal lo está pasando y que se acerca al umbral de la pobreza.
En todo caso, miren hacia el papa Francisco, que parece estar muy lejos de sus posturas maximalistas.