Tu blog Tu blog

Este es tu altavoz

Entradas etiquetadas como ‘mujer’

El obispo de Córdoba vuelve a escandalizar

Por Rafael Bueno

De nuevo el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, para hacerse presente, vuelve a escandalizar. ¡Vuelta la burra al trigo! Ahora dice que la fecundación artificial es un aquelarre químico de laboratorio, y que cuanto más varón sea el varón, y cuanto más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa.

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández (Europa Press).

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández (Europa Press).

Mire, obispo: para empezar le diré que cuanto más cristiana sea la jerarquía eclesiástica, mejor para la Iglesia de Cristo, pero desgraciadamente tenemos lo que tenemos, de lo que usted y los mercaderes del templo de su Iglesia son la peor muestra. Eso sí que es un aquelarre satánico.

Y en cuanto a lo del hombre y la mujer, le diré que mis amigas y amigos gays son muchos más cristianos, coherentes y honrados que usted y los suyos, que con su doble moral se saltan todos los votos y especialmente el de castidad (dicho sin generalizar, por supuesto). Limpie primero su casa, obispo, y después hablamos, ¿vale? Porque para dar clases de moral a los demás primero hay que predicar con el ejemplo. ¡Felices fiestas!

 

 

Violencia machista: homicidas que antes amaron con intensidad a mujeres a las que acaban asesinando

Por Agustín Arroyo Carro

Violencia machista.

Precinto policial en la puerta de la vivivenda de una mujer asesinada por violencia machista. (EFE)

¿Qué ocurre en la mente de muchos hombres que pasan de amar intensamente a odiar con la misma intensidad a sus mujeres o exparejas? La frontera entre el amor y el odio o la repulsión más acerba es muy delgada, y es fácil transitarla en muy poco tiempo. Algunos hombres no soportan la frustración de asumir la ruptura con las mujeres que habían creído, falsamente, de su propiedad.

Nadie es propiedad de nadie, porque los seres humanos no somos mercancías ni entes cosificables sometidos al tráfico mercantil o al trueque. Las mujeres cometen tantos errores como los hombres en las relaciones amorosas, pero esto no justifica en absoluto la agresiva y enloquecida criminalidad de la que son objeto cada día a lo largo del año. Ya son 53 las víctimas mortales en España de homicidas que antes amaron con intensidad a esas mujeres a las que acaban asesinando. ¿Y cuántas más son agredidas psicológicamente, semana tras semana, con insultos, desprecios, vejaciones, ninguneos, humillaciones varias y acosos, soportando este calvario en silencio y con una tristeza resignada porque no se atreven a poner fin a una relación que las envilece y amarga?

«El infierno son los otros», decía Sartre, y en este caso, esas miles de mujeres están viviendo esa condena en vida que no merecen soportar ni un segundo más. La sociedad española debe reaccionar ya ante esta lacra social que parece no tener fin.

No más violencia de género

Por Eva Rodríguez

Tiroteo en Llíria.

Policía acudiendo ante la alerta por el asesinato de las dos mujeres que fallecieron en Llíria (Valencia). (EFE)

Ver el telediario a la hora de la cena se ha convertido en un deporte de riesgo. Con cada bocado que ingiero, introduzco en mi cuerpo una dosis de violencia y odio que no hace más que minar mi fe en la humanidad. Esta vez el fin de semana ha traído nuevas víctimas a la lista de muertes por violencia de género, cuatro más en total. Escucho que los asesinatos han sido cometidos en diferentes localidades del territorio español. Parece que se tratara de una epidemia que está lejana y que no me afectará. Los medios, la sociedad, los psicólogos y, en definitiva, todo el mundo con dos dedos de frente recalcan que el machismo es el nuevo mal que nos rodea y señalan al hombre como brazo ejecutor de esta maldad.

En este momento del discurso es cuando caigo en la cuenta de que la culpa no es enteramente del hombre sanguinario, misógino y desequilibrado que se dedica a cercenar la vida de las mujeres que lo rodean. Dos amigas mías sufrieron maltratos por parte de sus parejas pero esa situación no fue repentina, ellas aguantaron muchos pequeños “gestos” porque los consideraban muestras de amor de sus parejas.

Las “soluciones” propuestas se centran en educar al hombre para respetar a la mujer pero nadie habla de educar a la mujer para respetarse a sí misma y no tolerar faltas de respeto. El «quien bien te quiere, te hará llorar» ha llegado muy lejos y en nuestras manos está pararlo.

————————————————————————

Por Marta Baró

Maifestación contra la violencia de género.

Manifestantes con pancartas reivindicativas en la primera marcha estatal contra la violencia machista. (SERGIO FRANCO)

En menos de 24 horas, dos asesinatos por violencia de género en España, uno en Córdoba, otro en Valencia. ¿Hasta cuando estos asesinatos estarán rodeados de silencio judicial? ¿Cuántas mujeres más tendrán que morir para que sus sufrimientos sean escuchados y tenidos en cuenta por la Justicia? ¿Qué se quiere demostrar con manifestaciones multitudinarias si estas no sirven para atajar sus muertes, su dolor, su día a día? Tal vez en vez de debatir entre asignaturas de ética o religión, debería proponerse la de «Convivencia», impartida desde la tolerancia 0 hacia el maltrato y con la igualdad de sexos como telón de fondo.

Mientras esto no suceda, las mujeres continuaremos siendo víctimas cada vez que intentemos ser nosotras mismas.

¿Qué pasaría con las leyes si las víctimas fuesen hombres y las asesinas mujeres? ¿Continuarían estancadas en el mismo punto?

La batalla que gané

Cáncer de mama.

Una mujer con una pañoleta rosa, color representativo de la lucha contra el cáncer de mama. (ARCHIVO)

Por Rosa Matacás Cámara

Cada día sale de nuevo el sol, para recordarme que sigo sintiéndolo rozar mi cara. Hace ya muchos años de mi gran mal momento, pero aun recuerdo cada minuto, cada día, cada segundo de lucha. Me estremezco cuando recuerdo recorrer por mi sangre, ese liquido que a la vez que me sanaba, también me maltrataba duramente. Pero gracias a eso hoy puedo estar escribiendo estas líneas.

Al igual que muchas mujeres luchan hoy en día por lo mismo que luché yo, es un sentimiento con necesidad de ser compartido. Cada vez que mis ojos se abrían por la mañana, era un pensamiento positivo. «Sigo aquí». Momentos en los que ves que vas a caer, pero en unos segundos vuelves a levantarte. No piensas en nada, ni en nadie, solo en dos hijas que son mi vida y mis ganas de seguir luchando, aunque eso me mate por dentro.

Ver sus caritas, sus ojos clavándose en mi mirada, porque no entienden por qué su madre no tiene pelo. Sentir que siendo pequeñas, saben que no quieren ver a su madre de esta manera. Saber que por ellas esta lucha vale la pena, y no perderte ni un momento de sus juegos, de sus risas y de sus caricias.

Es duro mirarse al espejo y no verte, porque no quieres mirarte. Pero sí es cierto que aunque todo ello es duro, ahora recuerdo aquellos momentos y sé que pude, que me levante, que me sentí orgullosa de haber ganado la batalla. Con ayuda del amor y unas manos familiares a las que poderte coger. El amor de una madre que pasa contigo cada tratamiento, sin mirar lo que le cuesta ver cómo te vas destrozando, cogiéndome de la mano para que se haga el camino más fácil. Y por supuesto un marido al que ves no decaer, al que ves como busca la manera de suavizar todo para ser feliz.

Al final todo en esta vida es lucha, y la mía no es mejor que las de todas las mujeres que lucharon, luchan y seguirán luchando para seguir viviendo y sonriendo a la vida con ilusión.

¿Por qué no incentivan la contratación de mujeres embarazadas con ayudas directas?

Por Granada Santos García

Uno de los graves problemas que padecemos en la actualidad es la dramática situación del paro, miles de historias detrás de los más de cinco millones de personas desempleadas. Entre ellas quiero hacer especial mención a una realidad concreta: «mujer joven embarazada busca…»

Foto de una mujer embarazada. (ARCHIVO)

Foto de una mujer embarazada. (ARCHIVO)

Existen muchas herramientas, tanto públicas como privadas, que nos ayudan a la búsqueda activa de empleo, pero el problema se suscita cuando sabes a ciencia cierta que esa búsqueda será infructuosa, que aunque te llamen mil veces para una entrevista, solo el mero hecho de aparecer ya es motivo de rechazo porque tu hija está dentro de ti y se hace más que evidente.

El tiempo corre siempre en tu contra y la luz al final del túnel está fundida.

Puedo comprender los motivos de una empresa, pero entonces, si realmente no voy a tener posibilidades de encontrar un empleo en mi estado, ¿por qué tengo que consumir un derecho adquirido por todos los años trabajados como es la prestación por desempleo?, ¿por qué no existe una figura en las administraciones que contemple esta situación?, ¿por qué no hay ayudas directas a empresas que incentiven en un momento determinado la contratación de mujeres embarazadas?

Las delgadas de talla 34 no somos anoréxicas

Por María Monrabal Pacheco

El otro día apareció en mi muro de Facebook una viñeta publicada por una revista de título “El problema con tu cuerpo lo tienes en la cabeza”, que llegó a mí porque una conocida lo había compartido.

Me puse a leerla ya que la viñeta era bastante llamativa, pues aparecían distintas caricaturas de cuerpos de mujeres, cada una de una talla distinta, situadas en fila y, bajo estos, un comentario sobre cada uno.

Por el título pensé que la revista trataría de defender que todos los cuerpos de todas las mujeres son distintos, sí, pero que no por ello unos deben ser criticados.

Sin embargo, mi sorpresa vino cuando otra vez, para variar, se hacía una crítica, mediante la ironía, de las tallas pequeñas. Pues se decía que tener la talla 34 significaba procurar comer cero grasas, cero calorías y tener «cero fuerzas para dedicar tu vida a algo más». Vamos, una talla 34, según interpreté, era sinónimo de una persona obsesionada con su peso y poco sana.

Una joven hace ejercicio físico (GONZOO)

Una joven hace ejercicio físico. (GONZOO)

Asimismo, leyendo la viñeta completa pude ver que solo le daba el visto bueno a las tallas intermedias o en menor medida, a las grandes. Se dejaba ver que por tener unos kilos de más no tienes por qué sentirte insegura, pero, claro, si estás por debajo de la talla media ya eres una persona enferma.

Hablo en nombre de muchas personas cuando digo que tener una talla 32, 34 o 36 no es siempre sinónimo de aceptación social como se piensa, para nada. De hecho, parece que ser delgada autoriza a la gente para que te juzguen y hagan preguntas como “¿eres anoréxica?”, “¿sabes que estás demasiado delgada?”, “¿no deberías comer más?”.

Pues perdón, en mi caso, uso una 34. Soy una persona sana, practico deporte, como de forma sana, hago todas las comidas al día, como cantidades absolutamente normales, jamás he tenido ningún problema de salud relacionado con mi alimentación. Sin embargo, la continua descalificación por parte de la sociedad, reflejada en los medios hacia las personas delgadas como yo, ha hecho que me sienta incómoda en muchas ocasiones y que me sienta mal por no poder ganar más kilos.

Me he dado cuenta de que no importa qué talla gastes, sino que seas una persona sana y feliz con tu cuerpo. Cada cuerpo es propenso a mantenerse en una línea. Si tiendes a ganar peso no debes sentirte mal, si tiendes a perderlo, tampoco debes hacerlo.

Ya está bien de tener que aguantar las críticas por no tener una talla estándar. Ya está bien de tener que escuchar las palabras de la ignorancia y de la mala educación, por ser delgado o delgada.

Soy una chica de la talla 34 y mi cuerpo sí tiene grasas, sí tiene calorías, sí tiene fuerzas y sí tiene salud. Posiblemente, alguien debería decirle a los medios que difunden las ideas contrarias que se preocupen más de resolver su ignorancia que de tratar de criticar y cambiar cada cuerpo.

Piropos, ¿sí o no?

Invade la intimidad

Por María Laguna Carretero

El piropo sí invade la intimidad de la mujer y sobre esto, principalmente los hombres, no tienen nada que añadir. Las que los recibimos somos nosotras y nosotras decimos cómo nos sentimos al respecto. Ningún hombre tiene derecho a opinar sobre mi cara o mi cuerpo, sea desconocido o no. Si ahora resulta que el piropo es el resultado de la expresividad o ingenio de algunos hombres, les animo a que escriban poesía o pinten lienzos, a nosotras, dejadnos en paz, no nos interesan vuestros comentarios machistas. Con respecto al elevado coste del Observatorio de Violencia, pregunto: cuánto cuesta todo el dispositivo policial cada vez que hay un partido de fútbol para que energúmenos violentos (se hacen llamar fascistas y antifascistas) no se maten y puedan matar a alguien que pasara por allí?Piropos

————————————–

¡Cómo se puede ser tan bruto!

Por Maite Gómez

Soy mujer y ningún piropo de ningún hombre me ha ofendido ni violentado jamás, sino más bien al contrario, la mayoría de las veces me saca una sonrisa, aunque a veces la oculte. Algunos piropos son sutiles y halagadores, otros originales e ingeniosos, pero incluso los más rudos me hacen gracia aunque solo sea por pensar cómo se puede ser tan bruto. Está de moda indignarse por todo, pero la vida está para tomarla con humor, y desde esa perspectiva todo es mucho más fácil, lo recomiendo.

Activad las alarmas contra la violencia de género

Por Adriana Llanos

Spot del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para prevenir la violencia de género en la pareja.

Spot del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para prevenir la violencia de género en la pareja.

Yo que vengo de Venezuela un país latinoamericano donde la violencia está a la orden del día, aún sigo impresionada al ver que cada vez son más las muertes de mujeres por sus parejas, un hecho que parece ser más de la época barbarie que de pleno siglo XXI.

La mayoría de mujeres no denuncia y las que lo hacen aún siguen siendo atacadas ya que no se les brinda la mayor seguridad. Es un tema complejo, todos nos quedamos sorprendidos ya que al parecer en su mayoría eran parejas felices y normales, pero es que vemos caras y no corazones así como de la puerta de casa hacía adentro las cosas pueden resultar muy diferentes a lo que demuestran en su entorno.

A todas las mujeres que son agredidas y atacadas de manera física y psicológica no dejen de denunciar, de acudir a las autoridades o especialistas sino que también confíen en sus familiares y activen las alarmas.

 

Él me educó en la igualdad

Por Marta López Ruiz

El 15 de octubre falleció mi padre y este fin de semana le despedimos definitivamente. Por esta razón he decidido enviarles la carta que a continuación les remito, como un homenaje a él, basándome en uno de los pilares fundamentales de mi educación: la igualdad.

Igualdad

Mi padre, aunque no fue un personaje conocido ni importante, sí fue una grandísima persona. Le estaré eternamente agradecida que me inculcase el amor a los libros y los números y me proporcionase los medios necesarios para aprender a valerme por mí misma, sin depender de nadie o estar con un hombre sólo para que me mantuviese, porque yo podría ser capaz de lograr lo que yo quisiese. Mi padre consideraba que nosotras, las mujeres, no éramos, ni mucho menos, ni débiles ni inferiores, sino iguales a los hombres.

A día de hoy sus enseñanzas me han servido para salir adelante, valerme por mí misma y llevarme el calificativo (en sentido despectivo) de feminista. Pero estoy orgullosa de lo que pienso y se lo debo a él, a mi padre. ésta es la herencia intelectual que me ha dejado, mucho más valiosa que cualquier otra. Gracias papá.

Sobre la publicidad basada en ‘el cuerpo perfecto’

Por Toni García

«The perfect body», traducido «El cuerpo perfecto», fue el nuevo lema de una conocida marca de lencería femenina. Este lema se acompañaba con varias jóvenes de cuerpos delgados y en buenas formas.

La publicidad y los medios de comunicación difunden una imagen de la mujer delgada, esbelta, sin arrugas… resumiendo, mujeres irreales.

Imagen de la campaña  'The perfect Body' de Victoria's Secret.

Imagen de la campaña ‘The perfect Body’ de Victoria’s Secret.

Aceptando que el bombardeo que se ejerce sobre la mujer es muy duro, me gustaría decir que el problema no solo reside aquí, el problema está en otro sitio.

Por ejemplo, ahora hay una gran cantidad de anuncios en televisión que incitan a jugar al bingo desde casa, a la ruleta, al póquer, etc. Lo que podría verse como una peligrosa invitación a la ludopatía.

En el caso de la imagen de la mujer, sí que hay chicas que se ven empujadas hacia determinadas conductas que ponen en peligro su salud.

Pero el problema no está simplemente en los anuncios, sino en la educación en su sentido más amplio. Los padres tienen que hacer ver a sus hijos e hijas que esos cuerpos no son verdad, los colegios deben educar sobre estos temas, los medios de comunicación deberían mostrar otros tipos de cuerpos y la publicidad podría dejar de fijarse solamente en chicas de 20 años que encima están retocadas con programas informáticos.

Con más educación, y sobre todo con más comunicación, se podrían evitar muchos problemas. Cuando existe confianza, no hay presión.