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Entradas etiquetadas como ‘ministerio de sanidad’

Las doulas se defienden

Por M.F.F.

«Tras el informe sobre las doulas…»

Llevo más de 10 años leyendo su periódico el cual consideraba de lo más neutral que había visto hasta ahora en diferentes aspectos, pero hoy me he levantado con la sorpresa de que ustedes también han caído en el vicio de ofrecer noticias con una información sesgada o «medio falsa».

Han sacado una noticia referente a las doulas, en la que recogen el famoso informe (hasta ahí entiendo que ese es su trabajo) y, después, una breve opinión de una doula de la que no he visto publicada un explicación detallada de qué hacen y, sobre todo, de lo que no hacen vistos los últimos acontecimientos.

Incluso al final de la noticia se atreven a decir que hay mujeres perjudicadas por su labor pero que no se atreven a denunciar por miedo o vergüenza. Esto, además de ser una opinión personal (no sé si de ustedes, de quien escribió la nota o de la asociación de enfermería), es una temeridad ofrecerlo como información sin contrastar. También, existen multitud de matronas que no están denunciadas por miedo o vergüenza y otras que sí que están denunciadas oficialmente, pero de eso no hablan a pesar de la gravedad que conlleva que un profesional sanitario regulado esté denunciado por mala praxis.

Las doulas nunca, repito, nunca ejercen de matronas, nunca dan su opinión personal respecto a ningún tema, ya sea sanitario o no, jamás aconsejan/recomiendan/obligan/prohíben porque su labor se basa exclusivamente en acompañar y ofrecer la información que solicite la madre, de fuentes oficiales (OMS, AEPED, Ministerio de Sanidad y profesionales sanitarios que trabajan codo con codo con las doulas) y de forma absolutamente neutral, no se traspasan sus preferencias porque como doulas no las tienen. Como personas o como madres tendrán su propia opinión (igual que los sanitarios), pero no la compartirán con nadie como doulas. Partiendo de que el código ético prohíbe ni tan siquiera aconsejar, es evidente que no aconsejan a ninguna madre en ningún momento y bajo ninguna circunstancia que dé a luz en casa, que no acuda a su matrona o médico, que deja al padre a un lado (fomentan la unión familiar) y, por supuesto, tampoco barbaridades como obligar o aconsejar comer placenta y demás lindezas falsas que se están publicando.

Una madre y su recién nacido, en un paritorio. (ARCHIVO)

Una madre y su recién nacido, en un paritorio. (ARCHIVO)

No realizan ningún intrusismo laboral, y toda aquella que se extralimite de sus funciones y no respete el código ético no es doula, será una consejera/asesora/naturista/mística del embarazo o lo que quiera ser, pero no es doula, puesto que sus funciones son muy claras y concretas.

Sin tan peligrosas son, sin tan dañinas parecen… ¿cómo puede ser que en Europa estén reguladas, reconocidas y en algunos países se cubre su servicio por el Estado cuando una mujer se queda embarazada? ¿Por qué en Holanda están reguladas y se ofrece una formación de 3 años para ello? ¿Por qué hay matronas, médicos, obstetras y hospitales (como el de Torrejón en Madrid) que trabajan conjuntamente con las doulas?

No pido una defensa de las doulas, ni tampoco un ataque a la enfermería, pido la objetividad que hasta ahora pensé que tenían como periódico.

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Por Natalia Restrepo

«El papel de la doula frente al desconocimiento»

La educación sin libertad y sin oportunidad de cuestionamientos que han tenido nuestras abuelas, madres e incluso mujeres de nuestra generación es el resultado de mentes con estructuras arcaicas y limitadas de muchas de las que hoy denuncian con miedo a las temibles doulas de ser caníbales y atentar contra la vida de madres y bebés.

Resultado también de mujeres, con un legado celular patriarcal, que han olvidado el amor propio y que combaten en una lucha que va contra su naturaleza y la de las próximas generaciones (sus hijas y sus nietas), inhibiendo la posibilidad a todas nosotras de usar nuestra fuerza creativa para concebir y parir como mujeres y no como enfermas: “La ignorancia y el miedo son las llaves de toda guerra”.

Desafortunadamente una gran cantidad de matronas en España, ignoran los estudios científicos realizados respecto a la figura de la doula y las estadísticas que demuestran que ella es una pieza fundamental en el parto. Así, en el norte de Europa, en países como Holanda, con la menor tasa de mortalidad perinatal, donde un 40% de los partos tienen lugar en el propio hogar, la cesárea se aplica de un 8 a un 10% de los casos, la epidural en un 8% y las episiotomías no superan el 10%. Pues bien, allí, la doula y la matrona, conviven en armonía.

Otro dato importante que ignoran los “especialistas de la maternidad”, que juzgan como poco profesional nuestro trabajo como doulas, son las importantes funciones de la oxitocina (hormona encargada de las contracciones uterinas para el proceso natural del parto): dónde se segrega, cómo funciona y cuáles son las prácticas (habituales en los paritorios) como la luz, la falta de silencio, hablar innecesariamente, los tactos vaginales constantes, entre otras prácticas comunes que inhiben la posibilidad de tener un parto sin sufrimiento, no medicalizado y respetuoso con la integridad de la mujer.

Subrayo que la matrona, figura “femenina” que nos ha acompañado a lo largo de la historia, es la pieza clave en cualquier nacimiento. Sus conocimientos y su trabajo son dignos de respeto. Muchas de las mujeres que trabajamos como acompañantes, madres o común y mundialmente llamadas “doulas” deberíamos agradecerles por su entrega a esta labor. Son muchas las matronas con inquietudes que trabajan ahora respetando los principios básicos para el desencadenamiento de un parto humano, sensible y no medicalizado.

Esto no es una lucha como desafortunadamente se ha propagado en los medios de comunicación en estos días con titulares como “la guerra en los paritarios” o “las doulas caníbales” que dejan de lado el sentido común y realzan la poca profesionalidad de dichas casa informativas, el sensacionalismo y la poca información respecto al tema.

Sin embargo, el eco ha servido para restablecer criterios y que la comunidad de doulas de España trabajemos en la regularización de nuestro trabajo, creando un curriculum y exponiendo con claridad cuál es nuestra labor, que en nada se enfrenta al de la matrona, solo se complementa.

La tasa de mortalidad perinatal en España, según los datos de 2013 del Insituto Nacional de Estadística, es del 0,19%, la de cesáreas es del 26´33 % en hospitales públicos y, curiosamente, de un 44´76% en hospitales privados, todos ellos índices significativos como para alertar al sector de la maternidad. Sin embargo, no se trata aquí de desmeritar el trabajo de la matrona y sus conocimientos sino de complementar su valioso trabajo con el conocimiento neuronal y emocional de la doula con el fin de que cada vez más madres tengan un parto sin violencia obstétrica, teniendo en cuenta sus necesidades reales fisiológicas y psíquicas y que el parto no produzca efectos colaterales en sus vidas y en la de sus hijos.

En el encuentro que tuvo lugar este pasado fin de semana en Valencia, en la Universidad de Ciencias de la Educación, se concluyó sin cuestionamientos que lo más importante en este terreno no es la batalla de los títulos ni los nombres institucionales y la libertad de acción que estos tienen en nuestra sociedad, sino el estudio profundo de las necesidades básicas de una mujer de parto: “seguridad, silencio y oscuridad” y que toda práctica que se aleje de estos principios es violencia.

El seminario fue dirigido por Michel Odent, obstetra francés, mundialmente reconocido por su larga experiencia en partos respetados. Con más de 15.000 partos atendidos, escritor de 14 libros y numerosos artículos científicos en las más importantes revistas de ciencia y medicina que han sido traducidos en varias lenguas. Al encuentro acudieron entre 250 y 300 personas, entre ellas una gran cantidad de matronas de la comunidad y doulas valencianas.

“La verdadera ciencia se basa en la observación, la experimentación y la continua adaptación de los procesos del pensamiento y creencias de acuerdo con los descubrimientos empíricos, y lo mismo puede decirse de la confianza de nuestra guía interior”, señaló la doctora Christiane Northrop.

Ojalá este huracán sirva para remover la tierra estancada y las mujeres, cuidadoras de la semilla, aunémos nuestros caminos y con ellos nuestros conocimientos para que los frutos de nuestras venideras generaciones nazcan, vivan y convivan en armonía y paz.

Ana Mato, la peor ministra de Sanidad

Por Diego Mas Mas

Ana Mato, en una imagen de archivo (GTRES)

Ana Mato, en una imagen de archivo (GTRES)

Una estupenda noticia. Ha dimitido por fin la que, a pesar de tener otros tristes precedentes, ha sido la peor ministra de Sanidad de la democracia.

Todavía sangra su increíble fracaso con la crisis del ébola, que podía haber tenido peores consecuencias y ha manchado la “marca España”.

Ha provocado, por primera vez en la historia, numerosas manifestaciones de médicos contra el desmantelamiento de la sanidad pública, siendo responsable última de dolor y muerte de españoles e inmigrantes, haciendo trágicamente honor a su apellido Mato.

Y ha sido un ejemplo tan evidente como pertinaz de aprovechamiento de sus cargos para lucro de su familia, lo que finalmente le ha obligado a dimitir.

Su dimisión constituye pues un esperanzador en el saneamiento de la Sanidad y de la política de nuestro país.

 

Subida de medicamentos

Por Mariángeles Sánchez Manso

Un hombre sale de una farmacia. (ARCHIVO)

Un hombre sale de una farmacia. (ARCHIVO)

Me gustaría llamar la atención sobre el salvaje incremento del precio de algunos medicamentos que están aplicando las farmacéuticas en respuesta callada a los recortes del Gobierno con el beneplácito del Ministerio de Sanidad.

Como muestra un botón: Cariban (único preparado recetado para los vómitos, náuseas y ardores del embarazo) no está cubierto por la Seguridad Social y ha pasado esta semana de 16,45 a 19,80 euros: ¡una subida de más del 20%!

Más dolorosa aún si tenemos en cuenta que algunas pacientes tenemos que tomar tres pastillas al día durante todo el embarazo y la caja nos dura una semana, por lo que nos vemos obligadas a abonar casi 80 euros al mes.

¿Cómo es posible que este único fármaco no lo cubra la Seguridad Social? ¿Cómo se explica que no exista un genérico más económico en el mercado cuando la autorización del Ministerio para su comercialización data de 1967?