Por Elena Zapata
Hace 4 años a mi madre le robaron el perro del jardín de casa y hace pocos días el perro fue abandonado.
De esto me enteré porque una pareja lo encontró vagando por la noche, lo publicó en un grupo de Facebook sobre perros perdidos y entonces allí vi de nuevo al perro que tenía mi madre.
La pareja que lo encontró lo llevó al veterinario, quien les dio el teléfono del propietario real, el que constaba en el microchip y que era el número de mi madre, la cual se llevó una gran sorpresa.
Es un caso inusual que demuestra cómo la capacidad de organizarse logra hechos tan emotivos como este.
Desde que tengo perro he descubierto varios grupos en Facebook que promueven quedadas, comparten inquietudes sobre sus perros y se debaten problemas sociales.
También se informa de mejoras como el hecho de que se pueda llevar por fin al perro en el tren o de las normativas para llevarlo a la playa.
Gracias a páginas como estas, promovidas por los propios ciudadanos, estos casos pueden hacerse realidad. La comunicación juega un papel importante en nuestra sociedad y si sabemos usar las herramientas que Internet nos ofrece pueden ser muy útiles para el bien de todos.
Ahora el perro está en casa de nuevo y mi madre feliz de tenerlo.