Por Javier Sanz Ridruejo
El gesto obsceno del gestor económico del PP durante décadas, Bárcenas, que le retrata tal y como es, no fue sólo una deliberada ofensa a los periodistas, sino también a mí y a todos los españoles. Esperemos que pronto no ya sólo una pulsera de vigilancia sino las esposas y la cárcel le impidan repetir ese gráfico “¡Que se jodan!” que ya pronunciara la provocadora diputada Fabra en pleno Congreso. Y que la Justicia actúe pronto con justicia contra esas aún peores burlas obscenas que nos está haciendo a todos la cúpula del PP, como, hasta sobre Bárcenas, las múltiples y desvergonzadas mentiras que cada día, distintas y contradictorias entre sí y con los hechos, nos echa cínicamente el mismo Rajoy.