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Entradas etiquetadas como ‘ilegal’

La Unión Europea, muy malherida

Por Martín Sagrera Capdevila

Campamento de refugiados en Idomeni, Grecia (Orestis Panagioutou/EFE).

Campamento de refugiados en Idomeni, Grecia (Orestis Panagioutou/EFE).

Los atentados de Bruselas apuntan al corazón de la Unión Europea. Coinciden con los días en que muchos cuestionan como nunca el que la UE tenga corazón, dado el trato ilegal e inhumano que da a quienes, con cruel ironía, llama –cuando hace todo lo que puede para que no lo sean- “refugiados”.

Estas son personas de carne y hueso, hombres, mujeres y niños que huyen para salvar sus vidas de largas y muy sangrientas guerras, ocasionadas en gran parte por los intereses estratégicos y las armas vendidas a sus asesinos por distintos países de la Unión. Países que, bajo la batuta alemana, han arruinado el Estado social de muchos de sus propios territorios, y han coartado sus libertades democráticas.

¿Tendrán de nuevo los jefes de la UE el valor de invitar al pueblo, como en París, a manifestarse sin miedo contra el terrorismo, mientras que ellos cometen la increíble bajeza de hacerse la foto en un lugar seguro e intentar hacer creer después que estaban con sus conciudadanos? Muy, muy malherida está la UE, máxime cuando esos políticos -y los poderes fácticos que los manejan- montan mil grandes embustes para desprestigiar e incluso eliminar los movimientos sociales que intentan en distintos países salvar los valores humanos que parecían ya consolidados en Europa.

 

Inmigrantes sirios y las fronteras de Europa

Por L.F.

Tras la reunión de urgencia del Consejo se ha decidido duplicar los fondos comunitarios destinados a la lucha contra la inmigración ilegal en Turquía, mediante la devolución obligada de inmigrantes sirios desde la frontera europea, sin renunciar a la “manu militari” que ya se usa a través de la OTAN en el mar.

Voluntarios de la Cruz Roja atienden a un grupo de inmigrantes llegados a Ceuta (EP/Cruz Roja).

Voluntarios de la Cruz Roja atienden a un grupo de inmigrantes llegados a Ceuta (EP/Cruz Roja).

Hablar de lucha contra la inmigración aunque se le añada el calificativo de ilegal contribuye a mantener el falso imaginario colectivo que ve la diversidad humana como un riesgo para la identidad europea y, por tanto, legitima la vinculación de inmigración e inseguridad colectiva, idea perversa pero recurrente, sobre todo en tiempos de crisis económica y de empleos como los actuales; o en el mejor de los casos identifica a las personas desplazadas como gentes y grupos ajenos al modelo de convivencia y ciudadanía consolidado, y por lo tanto como una carga para el precario estado de bienestar que nos queda.

Olvidamos que los emigrantes dejan su país, en busca de una dignidad personal que allí no van a conseguir y que aquí les negamos sistemáticamente, creyendo que si mejoran su suerte es a nuestra costa, y no por el esfuerzo extraordinario que asumen desde que decidieron partir.

Se está utilizando, de forma retrógrada, la situación que sufren los desplazados forzosos contra ellos mismos, y como arma arrojadiza contra la libertad personal de todos nosotros. No me parece la conducta más apropiada para una Europa que quiere ser alternativa a los integrismos religiosos y al terror que ocasionan en Oriente Medio.

 

Llanto por la Comunidad Valenciana: donde antes había huerta hoy hay ladrillo

Por Ángel Villegas Bravo

La ex alcaldesa de Valencia, Rita Barberá (Atlas).

La ex alcaldesa de Valencia, Rita Barberá (Atlas).

Todos los años, durante casi veinte, he pasado mis vacaciones de verano entre Valencia y Alicante; he recorrido, antes y después, toda la costa desde Castellón a Jávea. He pasado días estupendos en Gandía, Cullera, Benidorm, Torrevieja… He visto, verano tras verano, desde la playa de Las Devesas, entre Oliva y Denia, cómo ardía el monte y, después, cómo se sembraba de casas el terreno que antes se había calcinado. He visto desaparecer grandes campos de naranjos y he podido contemplar la costa enladrillada.

 Ciudades, o pueblos que no quiero nombrar se han convertido en abigarrados bloques de apartamentos, con torres de dudoso gusto e inhabitables por la cantidad excesiva de turismo. Donde antes había huerta, por la que era una delicia caminar, hoy hay ladrillo, y ni siquiera se han respetado lugares que deberían haber sido protegidos.
Luego ha estallado lo que ha estallado; ha salido este estercolero de corrupción, esta banda de maleantes que han saqueado esta tierra maravillosa. Pero no son ellos solos los culpables; para tamaño expolio hacen falta muchos cómplices, muchos enchufados, muchos arrimados al pesebre. Y muchos que se han beneficiado de recalificaciones y de negocios de dudosa legalidad. Y ahora pagamos las consecuencias. Todos.

Ilegalidad en las sanciones del Ayuntamiento de Zaragoza

Por Marco Antonio Joven Romero

El pasado mes de julio circulaba por la ribera del Ebro a la altura de la Pasarela del Voluntariado con mi perro suelto a las dos de la tarde. Una patrulla de la policía local me dio el alto y procedió a formular boletín para sanción. Mi sorpresa llega cuando el Ayuntamiento de Zaragoza resuelve el expediente sancionador aplicando la Ley 11/03 de Protección Animal de Aragón y no la ordenanza municipal existente.

Ribera del Ebro (toniyolga, Flickr)

Ribera del Ebro (toniyolga, Flickr)

Realicé entonces dos escritos de descargos y alegaciones argumentando que la aplicación de una ley autonómica para una falta que se recoge en una ordenanza municipal -y que hasta entonces siempre había sido sancionada según la misma-, viola el principio de legalidad recogido en los artículos 127.1 y 127.2 de la Ley 30/1992 y el título IX de la Ley 7/1985.

Tras enviar el caso al Justicia de Aragón, el Ayuntamiento de Zaragoza aplicó la ordenanza municipal, pero no la de 1994 sino la entrada en vigor en enero de 2014 (sanción mayor). Al aplicarse una normativa de 2014 sobre un hecho de julio de 2013 se viola el principio de irretroactividad recogido en el artículo 9.3. de la Constitución, algo aún peor que lo anterior.

Nuestras instituciones no solo dictan las normas »del juego» sin atender la voluntad de los ciudadanos, además se saltan esas reglas cuando quieren. Aquí, el Ayuntamiento de Zaragoza hace gala de un desprecio absoluto por los principios más básicos de la democracia representativa con el objetivo de recaudar más.