Tu blog Tu blog

Este es tu altavoz

Entradas etiquetadas como ‘hombres’

Cuando el machismo es femenino

Por María José Fernández

Pacientes en una sala de espera de un centro médico (Archivo).

Pacientes en una sala de espera de un centro médico (Archivo).

Al hilo de la noticia que publicasteis sobre el usuario que se negó a subir en un taxi porque la conductora era una mujer…  ¿qué me decís del machismo femenino? Este jueves por la mañana, en el Centro de Salud de Paseo Artilleros de Vicálvaro (Madrid), lo he padecido. He sido insultada y amenazada por un individuo en la cola de análisis clínicos, debido a que quería colarse y le he recriminado su actitud. Entonces ha empezado a proferir insultos de todo tipo y a decirme repetidamente que me iba a romper la cabeza.

He llamado a la policía, que ha llegado inmediatamente, y ni la gente que había por allí ni las enfermeras han salido para testificar nada; es más, una de las enfermeras –que pretendía esconderme como si fuera una delincuente hasta que el sujeto se fuera-, me ha dicho que me callara y que si le preguntaban a ella iba a decir que yo también le había chillado… increíble.

Finalmente no he denunciado debido a que no he tenido ningún testigo. ¿Qué os parece? Yo lo que siento es una impotencia terrible y una decepción bastante grande por parte de algunas mujeres que, en vez de ayudar, han optado por bajar la cabeza y no denunciar a este maltratador psicológico… Penoso todo.

 

 

 

El machismo entre los adolescentes

Por Candela Martínez Doceda

Pareja.

Imagen de una pareja paseando. (ARCHIVO)

Leí hace poco en la sección de cartas de los lectores de este periódico un texto que aludía a la necesidad de “prevenir desde la educación el dominio y el control que ejercen los adolescentes sobre sus parejas”. Lo cierto es que no podría estar más de acuerdo; lo incierto es que esta “lacra” no es que pueda continuar en la madurez si no se educa, es que aunque se haga, continuará existiendo.

Solamente cuando se reconozca la existencia del patriarcado y la necesidad de feminismo como herramienta de reconstrucción de los pilares sociales (lo cual dudo debido al factor de repelencia que, no entiendo todavía porque, arrastra dicha palabra), estas jóvenes seguirán viéndose ensañadas por su pareja machista. Y si no es suyo el golpe, lo será de cualquier otro que se vea apoyado por una cultura de desigualdad masiva.

Paz entre los sexos, Almodóvar

Por María Faes Risco

El director de cine Pedro Almodóvar, durante la ceremonia del Festival Lumiere en Lyon, Francia (Gtres).

Pedro Almodóvar, durante la ceremonia del Festival Lumiere en Francia (Gtres).

Lo del señor Almodóvar es de cine. Y estos días, más que nunca, por dos razones. Una, porque ha aparecido su nombre en los Papeles de Panamá, escasamente patrióticos y quizá también algo peor. Y la otra, porque ha declarado que las mujeres son mejores que los hombres. Si hubiera dicho lo contrario, quizá a estas horas habría tenido que refugiarse en Panamá.

Como ha criticado a los hombres, quiero defender a ese grupo diciendo que no hay razones científicas que avalen el que ninguno de los géneros sea mejor, y que es, por tanto, tan injusto como imprudente sacudir el avispero para ganar notoriedad.

Discriminan a la mujer poniéndole falda

Por M. Luisa Bello Selles

Semáforo paritario con falda en Valencia (Vídeo ATLAS).

Semáforo paritario con falda en Valencia (Vídeo ATLAS).

Qué bonita la foto del semáforo de la calle Xàtiva, ¿no? Una muñequita con falda para igualar al hombre y a la mujer. Pero quizá estén ustedes discriminando de otra forma a la mujer, ya que actualmente son más las que usan pantalones que falda. Hubiera estado bien ponerle, por ejemplo, en vez de falda un lacito en la cabeza, aunque está claro que la sociedad va evolucionando a un ser andrógino, y ya ninguno de los dos sexos es abanderado de nada.

Pero eso no es lo peor, hay que destacar lo horrible que queda la foto con la plaza de toros de fondo, que un año más se teñirá de rojo con la sangre y el dolor de inocentes, ninguneados por todos los políticos e ignorando que la igualdad es para todos, independientemente de su especie.

Seguimos pues inmersos en los verdaderos derechos, que son los que dan dinero y votos, y sumidos en las tradiciones más aberrantes, solo porque los que van a morir no llevan faldita, no son humanos y sobre ellos podemos descargar impunemente nuestros más bajos instintos.

 

El temor a volver sola a casa por la noche

Por Juan Ignacio Britos Solian

Perseguida.

Una mujer siendo perseguida en un aparcamiento. (GTRES)

Muchas de mis amigas me dicen, con naturalidad, que sienten miedo cuando vuelven a casa por la noche y lo hacen solas. Incluso a más de una la han seguido o la han agredido. Yo no lo entendía, diría que porque nunca he vivido algo así. Y al igual que yo, muchos otros hombres (dependiendo de su apariencia y sexualidad) tampoco han sentido este miedo. Y con la misma naturalidad que ellas admiten su miedo, nosotros vemos natural el no tenerlo.

Por esto, creo que debemos ponernos en esa piel que no es nuestra, en esa realidad. Fijarnos en cómo tratan a las mujeres otros hombres y en cómo las tratamos nosotros. Y partiendo de la empatía pasaremos a dejar de tolerar, pasivos, todo esto. Por tanto, a dejar de perseguir, de acosar, de abusar. Me parece que somos nosotros, el género masculino en su conjunto, la causa de este miedo. Y creo que está en nuestras manos el dejar de serlo, que podemos y que debemos.

Como una última reflexión, pregunto: ¿has tenido miedo alguna vez de que te persiga un grupo de mujeres por la calle, cuando vuelves a casa solo?

 

 

Ni machismo, ni feminismo, ni hembrismo: igualdad

248204-944-531

Manifestación por los derechos de las mujeres. (Archivo)

Por Ramón Belmonte

Ni machismo, ni feminismo, ni hembrismo, ni radicalismo, ni nada. Como todos somos iguales, igualdad. Porque lo dice la palabra: iguales, igualdad. Deducción lógica. En feminismo aparece la palabra femenino. Y eso es igual que machismo, porque aparece la palabra macho, y claro, eso quiere decir que un género es superior. Pero en igualdad solo aparece igual, así que igualdad. Porque la igualdad, como de todos es sabido, se reproduce por esporas.

Recientemente he comenzado a ver una serie magnífica donde las haya, tanto por su reflejo de la sociedad estadounidense tras la Segunda Guerra Mundial, consumista, capitalista y, curiosamente, represiva respecto a ciertas ideologías (vaya, vaya…), como por el tinte clásico del cine de los 60 o 70, con tanto humo y alcohol de por medio, que quién la haya visto entenderá por qué lo digo. Pero podemos exprimir esta serie algo más. Si observamos la serie desde una perspectiva de género y, como he comentado antes, una realidad social que de verdad ocurría, la mayoría de las personas nos quedamos atónitas y perplejas al ver el grado extremo de cosificación, paternalismo (en el sentido más negativo), menosprecio, marginación y desprecio al que se veían sometidas las mujeres. Y hasta no hace mucho.

Debemos entender, en primer lugar, que la tremenda desigualdad imperante que era visiblemente aceptada no ha desaparecido, únicamente se ha invisibilizado. Porque no nos engañemos, el machismo, al igual que el capitalismo, se transforma, varía y muta según la evolución cultural e histórica, adaptándose y perviviendo. Que tu atareado cerebro embotado por la parrilla televisiva de hoy en día no te permita verlo no significa que no esté. En segundo lugar, debemos entender que la espiral pauperizadora del machismo es histórica, en su primera raíz, más biológica que cultural; en su segunda, más cultural que biológica, consciente, construida, impuesta, basada en los roles reproductivos.

En tercero, comprender que el feminismo no es algo de “unas locas de ahora” que “no tienen nada que hacer” o que “solo saben quejarse” (por favor, eso es machismo…), sino un movimiento político. Sí, político, con una trayectoria histórica continua y de victorias sumativas considerable. En cuarto lugar, aprehender y aprender la diferencia entre el sexo que biológicamente desarrollamos al nacer (nuestro aparato reproductor, a grandes rasgos) y el género, el cual es una construcción cultural puesto que los roles que desempeñan y vienen asociados a cada uno de los dos, hombre y mujer o masculino y femenino (simplificándolos a dos), varían en función de la sociedad espacial en la que nos centremos, y también en el tiempo. Esto es, si existe la idea en el imaginario colectivo de que lo femenino es rosa, muñecas y pastel y lo masculino es rojo, coches y dureza, no es porque venga escrito en unas piedras mágicas entregadas a un barbudo o porque broten las ideas de las flores, sino por ser imposiciones sociales que percibimos y absorbemos desde el momento de la mínima consciencia.

En quinto lugar, y creo que uno de los aspectos más importantes que debe ser fuertemente reforzado, divulgado y comprendido por el grueso más amplio de la población, las conquistas sociales, económicas y políticas conseguidas en favor de la igualdad material, real y efectiva en el género, entre el hombre y la mujer, han sido, sin duda alguna, gracias al movimiento feminista, tanto el original, sufragista y natural, como al movimiento feminista radical. Ojo, radical, de su vertiente latina, radicalis – radix, raíz, que llega hasta la raíz- (no las que queman contenedores); gracias al cual se han conseguido los mayores avances socio-culturales modernos desde los años sesenta y setenta hasta nuestros días.

Por tanto, por tradición, por realidad, por conciencia, por inteligencia y, por favor, por respeto, ya basta. Dejemos de asumir la igualdad como si hablásemos de la polinización de una flor o del crecimiento de una seta. La igualdad no se desarrolla por ósmosis ni crece debajo de las piedras. La igualdad de género, es, ha sido, y será gracias al feminismo, a la fuerza incesante e inamovible de muchas mujeres que, como la marea, han conseguido desgastar un sistema fuerte como las rocas y alcanzar objetivos inimaginables hasta, como decíamos arriba, hace apenas unas décadas.

Gracias a mujeres y a hombres feministas podemos hablar hoy de igualdad y equidad de género. Gracias a personas, que deconstruyen y construyen las identidades sociales y las construcciones culturales para generar un cambio político y personal. Así que no, por si aun cabía duda, el machismo no es igual que feminismo, ni la igualdad es diferente al feminismo, ni el feminismo radical es una vaginodictadura ni cualquier historia que podáis escuchar en los vídeos de Álvaro Ojeda.

Si creéis en la igualdad, creéis en el feminismo; difundir la errónea idea de que el machismo es igual que el feminismo es minar el camino que tan difícil ha sido construir y que solo está a la mitad de alcanzar la verdadera igualdad real.

PD: El hembrismo no existe.

Confiemos en los jóvenes para acabar con la violencia machista

Por Luis Fernando Crespo

Imagen de la primera marcha estatal contra la violencia machista (J. J. Guillén/EFE).

Marcha contra la violencia machista (EFE).

En enero de 2016 cinco mujeres han perdido la vida como víctimas de violencia de género. La urgencia de la noticia no puede hacer que nos olvidemos de las que cayeron antes.

El Ministerio de Justicia a través del Registro Central para la protección de víctimas de violencia doméstica y violencia de género, en el que se inscriben las víctimas con orden de protección o medidas cautelares, señala que en lo referente a este tema, en el año 2014, las víctimas (mujeres) fueron 27.087, los denunciados (hombres) 26.987, las 13 infracciones penales previstas sancionaron 29.374 delitos (87 homicidios) y 2.113 faltas, las 14 medidas cautelares penales y las 11 cautelares civiles se aplicaron en 62.555 y 20.601 ocasiones respectivamente.

Estas cifras nos aproximan a la complejidad del problema, pero no deben desanimarnos, pues también nos señalan que existe un esfuerzo continuado de la sociedad española para combatir esta lacra; entre 2011 y 2014 las mujeres víctimas han disminuido un 15,99%, los denunciados son un 16,04% menos, las infracciones penales han caído un 17,6% y las medidas cautelares penales lo han hecho en un 15,95%.

No voy a negar la trascendencia y el significado de cada víctima mortal, sin embargo, deberíamos darnos una oportunidad como sociedad, de analizar qué estamos haciendo bien y potenciarlo, sabiendo que las consecuencias de la alienación y el conflicto, entre personas individuales, no siempre pueden preverse por el grupo, sigo confiando en la educación de los jóvenes como la mejor política preventiva posible.

 

Piropos, ¿sí o no?

Invade la intimidad

Por María Laguna Carretero

El piropo sí invade la intimidad de la mujer y sobre esto, principalmente los hombres, no tienen nada que añadir. Las que los recibimos somos nosotras y nosotras decimos cómo nos sentimos al respecto. Ningún hombre tiene derecho a opinar sobre mi cara o mi cuerpo, sea desconocido o no. Si ahora resulta que el piropo es el resultado de la expresividad o ingenio de algunos hombres, les animo a que escriban poesía o pinten lienzos, a nosotras, dejadnos en paz, no nos interesan vuestros comentarios machistas. Con respecto al elevado coste del Observatorio de Violencia, pregunto: cuánto cuesta todo el dispositivo policial cada vez que hay un partido de fútbol para que energúmenos violentos (se hacen llamar fascistas y antifascistas) no se maten y puedan matar a alguien que pasara por allí?Piropos

————————————–

¡Cómo se puede ser tan bruto!

Por Maite Gómez

Soy mujer y ningún piropo de ningún hombre me ha ofendido ni violentado jamás, sino más bien al contrario, la mayoría de las veces me saca una sonrisa, aunque a veces la oculte. Algunos piropos son sutiles y halagadores, otros originales e ingeniosos, pero incluso los más rudos me hacen gracia aunque solo sea por pensar cómo se puede ser tan bruto. Está de moda indignarse por todo, pero la vida está para tomarla con humor, y desde esa perspectiva todo es mucho más fácil, lo recomiendo.

Desigualdades de género en el deporte

Por David Creus Carrasco

Sé que con los tiempos que corren hablar en los medios de aquello que no es corrupción, no vende. Pero el que les escribe piensa en que es posible cambiar el mundo a través de la igualdad

 Rafa Nadal y Serena Williams durante un partido benéfico del 'Charity Day'. (Sergio Barrenechea / EFE)

Rafa Nadal y Serena Williams durante un partido benéfico del ‘Charity Day’. (Sergio Barrenechea / EFE)

entre hombres y mujeres.

Me dedicó a la enseñanza del tenis juvenil y las diferencias entre sexos son muy grandes en el siglo XXI. Podemos intentar diferenciar el tenis femenino del masculino o deporte en general, una y otra vez, sin razón alguna para hacerlo.

Dando privilegios por el solo hecho de creernos esa frase tan célebre de que las mujeres son más débiles. Eso es primitivo y sirvió en una época para resaltar el machismo humano ante la cobardía de que la mujer pudiera ser más inteligente.

Aquellos que lo hacen aún temen que sea así. ¿Qué tal si no excluimos y vivimos abrazando simplemente las capacidades humanas, vengan de donde vengan?

Las chicas existen, trabajan como el que más y merecen que lo empecemos a reconocer no con palabras, sino con hechos.

Los pechos de la Jolie, o los de cualquier otra

Por Noelia Clemente Mombiela

Últimamente, la mastectomía de Angelina Jolie está en boca de todos. Y, lamentablemente, estamos siendo testigos de reacciones vergonzosas. He perdido la cuenta del número de comentarios que he leído, en redes sociales, que apuntan a que el 87% de probabilidades de desarrollar cáncer de mama al que aseguraba enfrentarse la actriz no era más que una excusa para plantarse unos pechos de silicona con tal de vencer a la gravedad, que, según estas opiniones, comenzaba a pasarle factura. Y otros comentarios de índole machista que no es necesario mencionar.

Angelina Jolie

Es vergonzoso e indignante que juguemos a los comentarios despectivos hacia las personas cuando su salud podría estar en peligro. Especialmente, me resulta repugnante cuando el comentario viene de un hombre. Es decir, opinar sobre algo que jamás podría ocurrirte resulta sencillo, desde luego, pero también gravemente aventurado. Sólo una mujer sabe cuánto cuesta tomar tamaña decisión. Hoy hablamos de Angelina Jolie, pero los medios nos enseñan cada día cómo la situación de la mujer parece ir reculando. En una pieza del Telediario de TVE ya nos dijeron cómo vestir: ni minifaldas, ni camisetas con los hombros al descubierto. Y la violencia de género, lamentablemente, sigue a la orden del día en 2013. Primero, les diremos a las mujeres qué deben hacer con sus pechos, incluso a riesgo de sus vidas. ¿Y qué será lo próximo? Regocijémonos, pues nuestro Gobierno ya ha pensado en ello: quitarles el derecho al aborto.