Tu blog Tu blog

Este es tu altavoz

Entradas etiquetadas como ‘fracaso’

Algo está fallando en España

Por José Morales Martín

Mariano Rajoy (EFE).

Mariano Rajoy (EFE).

Uno de estos días, hablando con unos amigos nos planteábamos diversas cuestiones sobre el porqué de la situación en la que políticamente se encuentra el país:

Llevamos casi un año sin gobierno porque cuatro políticos son incapaces de ponerse de acuerdo, mínimamente, para que alguno de ellos gobierne. Además, hay 350 supuestos representantes de los españoles y llevan un año sin hacer absolutamente nada, cobrando y viéndolas venir. Los propios políticos reconocen su fracaso y siguen igual. Son ellos, los líderes, los que hablan de la necesidad de reformas, de la Constitución, de la ley electoral y de muchos más aspectos fundamentales en una democracia, y nadie mueve un solo dedo para intentar hacer lo que dicen que hay que hacer.

Una y otra vez escuchamos las mismas vaciedades, los mismos tópicos, los mismos eslóganes. Por estulticia, malicia o simple incompetencia, todo un país está en manos de una persona que, contra toda razón, impide el gobierno y paraliza las instituciones. Cuando la tribuna parlamentaria de una nación sirve de altavoz a quienes no acatan las leyes de la democracia y pretenden desmembrar esa misma nación.

Concluíamos que alguna cosa estaba fallando en un sistema impotente para resolver los problemas que él mismo ha creado y da paso a inútiles y aprovechados que, por ende, constituyen un problema con su sola participación en la vida política. Finalmente, todos nos sentíamos culpables al reconocer que tal vez fuéramos los votantes los que hemos fallado, especialmente en la segunda votación.

 

Quien resiste, gana… o no

Por Jon García Rodríguez

El actual Presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (José Manuel Vidal/EFE).

El actual Presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (José Manuel Vidal/EFE).

Corrían los años 80 y tras varias veces de haber quedado finalista en los premios Príncipe de Asturias por fin se vio ganador Camilo José Cela. Se acercó al atril y dirigiéndose al príncipe Felipe, le espetó: «En España, yo os lo digo, alteza; el que resiste, gana».

Un sabio consejo que muchos llevan a la práctica, como es el caso de su paisano gallego Mariano Rajoy. Con su perseverante idea de formar un gobierno de gran coalición (PP-PSOE-C´S) demuestra que la cita de Cela no solo le engancha, sino forma parte de su idiosincrasia; y es su leitmotiv a la hora de sentarse a negociar. Hay quien ve en su forma de hacer política cierto autoritarismo o, dicho de otra forma, creen que carece de la necesaria ductilidad que todo líder debe tener para dar un espacio a las ideas que provienen de los demás.

Volviendo a lo de la perseverancia, no hace mucho leí un libro oracular titulado I Ching, en el que de manera recurrente aparece el siguiente consejo: «La perseverancia trae ventura, la perseverancia trae desventura». Lo que significa que la obcecación puede llevar tanto a lo bueno como a lo malo. En estos tiempos tan revueltos que vivimos, a los políticos como Rajoy que se enrocan siguiendo el consejo de Cela, habría que decirles que su cita no es del todo exacta. Lo correcto sería que hubiera dicho: «Quien resiste, gana»… O estrepitosamente fracasa.

 

Guerra de cifras: pierde el ciudadano

Por Javier Portela (Escuela Universitaria de Estadística. Universidad Complutense de Madrid).

Tras la manifestación en Madrid del 14 de noviembre, la Delegación de Gobierno cifró en 35.000 los asistentes. Los organizadores, en un millón. El artículo 20, 1, d) de la constitución reconoce al ciudadano el derecho fundamental de “recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión”. Y las instituciones públicas deberían velar más que nadie por nuestros derechos. El recuento de manifestantes suele realizarse a partir de la parcelación del espacio ocupado en áreas de igual densidad y de la estimación de las densidades en número de personas por metro cuadrado. Hoy en día la información digital facilita enormemente la tarea, y la estimación de densidades en el lugar se puede realizar con tres o cuatro equipos de 2 personas, para obtener una estimación de precisión satisfactoria para el ciudadano.

En el caso del 14-N, sin muchos medios, dividiendo las áreas ocupadas, utilizando el cálculo de áreas que hoy es sencillo obtener por Internet, y estimando densidades in situ en el momento de mayor aforo se obtiene una estimación del número de asistentes entre 175.000 y 260.000.

¿Es poco? Nuestras referencias sobre la cantidad de asistentes suelen estar sesgadas hacia valores demasiado altos, pues las cifras en eventos anteriores adolecen de la misma inexactitud que las del 14-N. Y nos acordamos vagamente de las cifras más altas, del millón, como una referencia. Pero es habitual que las cifras se inflen, aún en caso de estimaciones realizadas con cierta conciencia. Frecuentemente se utilizan densidades estándar de 3 o 4 personas por m2 cuando la densidad real es mucho menor.

La estimación de densidades in situ es más que necesaria pero no suele ser la práctica habitual. Además la construcción de áreas debe realizarse con cuidado pues los jardines, estatuas, coches, etc. reducen mucho el espacio disponible o bien la densidad. Por ejemplo, en la manifestación del 14-N el tramo de mayor densidad, la calzada central desde Colón hasta Cibeles, arrojaba una densidad promedio de poco más de 3 personas por metro cuadrado, con un mínimo de 2.5 y un máximo de 4. En los parterres y zona ajardinada de ese mismo tramo la densidad baja a 0,25-0,50 y en los laterales estaba entre 0,5 y 1 persona por metro cuadrado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hasta ahora, salvo en tres posibles excepciones (23-F, M. A. Blanco, 11-M), no se ha alcanzado el millón de asistentes en una manifestación en Madrid. Incluso habría que revisar bien esos datos: la cifra de 2 millones, consensuada en los medios, en la marcha tras el atentado del 11-M, situaría en un área limitada de Madrid al equivalente a la población conjunta de Valencia, Sevilla y Málaga. Son protestas que comparte casi toda la población y ello juega a favor de unas cifras espectaculares que a nadie le interesa cuestionar. Esto tiene un pernicioso efecto inflacionista en manifestaciones posteriores, donde los organizadores se ven obligados a proclamar cifras astronómicas.

Como consecuencia, mucha gente piensa que para que una manifestación en Madrid sea un éxito debe aproximarse a la cifra psicológica del millón. Eso es ciertamente absurdo, pero ¿cuándo se debe considerar que una manifestación es un éxito? Hay ciertos aspectos que nos pueden ayudar a evaluarlo en términos relativos, como pueden ser el colectivo representado, el motivo y el municipio. Puede tenerse en cuenta además la experiencia en el tiempo del mismo tipo de manifestaciones, y dónde se sitúa la que queremos calificar en comparación con las anteriores. Por ejemplo, en el caso del 14-N, aún a falta de estudios e información histórica fiable, salvo honrosas excepciones(1), la asistencia a esta marcha estaría por encima del 80% de las manifestaciones históricas del mismo motivo (contra la política de Gobierno), colectivo (general) y municipio (Madrid). Lo que los organizadores podrían considerar un éxito o no, dependiendo de sus expectativas a priori.

Es necesario por último hacer una reflexión sobre la frivolidad con que Gobierno, organizadores e incluso medios de comunicación abordan esta cuestión de las magnitudes estadísticas. No es ya que los ciudadanos tengamos derecho al saber, para ser más conscientes de nuestra realidad, y nos hayan escamoteado las cifras, conociéndolas. Es que posiblemente no se han permitido el esfuerzo de una estimación privada. Y entonces, ¿cómo puede el gobierno evaluar el malestar social, tenerlo en cuenta, o incluso permitirse ignorarlo, si no sabe cuantificarlo ni de manera aproximada?, ¿cómo pueden los organizadores sopesar si ha calado su discurso en la sociedad y si realmente esta es partícipe de la protesta?, ¿en qué se apoyan los medios de comunicación para presentar tantos análisis y opiniones cuando nadie ha dado ni una cifra cabal del número de manifestantes?

(1). Manifestómetro: recuento de multitudes y significados de la movilización. R. Adell. EMPIRIA. Revista de metodología de Ciencias Sociales nº 9 (2005).