Por Sandra Paré Rakosnik
Me siento orgullosa y feliz de la gran solidaridad que existe en Barcelona y en otras ciudades de este país, en esta larga y penosa crisis para algunas familias que no han tenido suerte porque el paro se ha aposentado en ellas o por otras circunstancias y se encuentran sin recursos para tirar adelante.
Me hace feliz comprobar la gran cantidad de ayudas que reciben estas asociaciones y por su perfecto repartimiento al entregar los alimentos en los centros de recogida.
Me hace feliz las felicitaciones que han recibido del extranjero admirándoles por la solidaridad del pueblo y por la gran cantidad de voluntarios para repartir los alimentos.