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Entradas etiquetadas como ‘felicidad’

La fuente de la alegría

Por Venancio Rodríguez Sanz

Joven africana sonriendo.

Una joven sonriendo. (RYSZARD KAPUSCINSKI)

A primeros de diciembre preguntaba a la gente: «¿Qué tal se preparan las fiestas?» Y la gran mayoría me contestaba que ojalá ya hubieran pasado. Ahora que ya quedaron atrás, cuando me intereso por cómo fueron éstas: unos me contestan, sin mucho entusiasmo, que muy tranquilas; y otros que menos mal que ya han pasado. Entonces, a hurtadillas, escudriño sus ojos para leer en ellos y puedo ver la tristeza. Recuerdo que mi madre decía que lo normal en la vida era tener problemas, que solo cuando morimos terminan y que hay que aprender a convivir con ellos.

Tenía un amigo que se fue con una ONG a un pueblecito de África para enseñarles a soldar. Cuando volvió, organizó una serie de charlas para intentar captar voluntarios. Recuerdo que nos dijo que allí, a pesar de la extrema pobreza en la que viven, la gente ríe mucho. Yo le argumenté que se notaba que al él se la habían contagiado por el entusiasmo con que nos explicaba su experiencia. Y es que tanto la alegría como la tristeza se trasmiten. Con la diferencia de que la primera es una fuente de la que todo el mundo quiere beber, y la segunda, de la que todo el mundo huye.

No estamos contentos con nuestro trabajo

Por A. Cases Monge

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Grupo de personas en su trabajo (ARCHIVO)

Los jóvenes que estamos en edad de trabajar y tenemos “la suerte” de poderlo hacer, no nos sentimos afortunados ni estamos contentos con nuestros trabajos. La mayoría ocupamos puestos de trabajo por debajo de nuestra formación, cobrando sueldos miserables, ahora el mileurista es el rico de la pandilla. Pero el dinero no es el problema, el problema es el sistema empresarial y cómo se trata al trabajador.

Eres una pieza más del engranaje que en cualquier momento se puede sustituir. Trabajar con esta sensación acaba en desmotivación e indiferencia, ahora se le llama zombificación laboral o despido interior. Huyes del compromiso, pasas por alto la participación, escapas de tu equipo y te resignas a malvivir en un entorno productivo con el cual has construido una relación insatisfactoria, después de una prolongada y variable secuencia de vivencias laborales negativas.
Porque somos jóvenes nacidos a la era digital donde todo se comparte y todo el mundo tiene voz y voto, por eso no podemos encajar en este tipo de empresas. ¿Qué nos queda? Aceptarlo y morir en vida trabajando, ir cambiando de trabajo o intentar cambiarlo desde dentro.
En Barcelona hay una empresa donde no tienen horario ni jerarquías, trabajan por objetivos y la felicidad del trabajador es primordial para la empresa. Los trabajadores se implican y se sienten parte de la empresa. ¿No es mejor tener un empleado que haga 25 horas semanales, cumpla los objetivos y sienta que la empresa en parte también es suya?
Este sistema funciona, está comprobado. Entonces ¿por qué solo hay una empresa en todo el Estado que sea así? ¿Os imagináis qué tipo de sociedad seríamos yendo contentos a trabajar?

Quijotes para guiar a los Sanchos

Por Pedro Argüello Mur

Siempre llamaron mi atención los versos finales de la primera copla de Jorge Manrique, aquellos que dicen: «cómo, a nuestro parecer / cualquier tiempo pasado / fue mejor». Pero Manrique no es el único. Existen muchas otras referencias a este tópico en la literatura, como por ejemplo en el mito grecolatino de las edades del hombre relatado por Hesíodo, en el relato del Génesis, y hasta en el lenguaje coloquial, pues ¿quién no ha escuchado a un anciano decir aquello de «esto en mis tiempos no pasaba»?

(MICHAEL HUGUES)

(MICHAEL HUGUES)

Y sin embargo, aunque se trate de un pensamiento común a todas las generaciones, a mi parecer en la mía es una gran verdad: una generación perdida, carente de ética, sin más dioses que la lujuria y el dinero, una generación de hombres despojados de su alma, máquinas, una masa uniforme de la que nadie se separa no sea que le tachen de loco. Y hacen falta locos, Quijotes que defiendan los más puros ideales del hombre; Quijotes que busquen la verdad, Quijotes honrados, Quijotes humanistas; Quijotes que, ante una sociedad que les tacha de arcaicos o de locos, no renuncien al camino de la virtud, por el cual el hombre alcanza la felicidad y perfección. Quijotes, locos al fin y al cabo, que iluminen, enseñen y lideren a los Sanchos que les siguen.

 

 

 

Empecemos a soñar despiertos

Por Marc Martín*

El secreto está en conservar la alegría de vivir de cuando se es niño. (EFE)

El secreto está en conservar la alegría de vivir de cuando se es niño. (EFE)

Actualmente los españoles vivimos cada vez más estresados y angustiados. No es de extrañar ya que la situación por la que estamos pasando no es nada desdeñable. Es por esta razón que está surgiendo una de las mayores epidemias del siglo XXI, la resignación.

Ya no soñamos, nos limitamos a seguir el camino más fácil y eso hace que nos cerremos puertas, puertas que quizás jamás se vuelvan a abrir. Es triste vivir el día a día haciendo algo que nos desagrade, ¿no? Mucha gente me respondería que así es la vida. Pero si la humanidad a lo largo del tiempo hubiera aceptado esta respuesta, nada habría cambiado; no tendríamos los derechos que hemos conseguido, la tecnología no habría avanzado, la esclavitud sería aún una realidad…

Con esto quiero decir que debemos despertar, dejar de actuar como simples máquinas y empezar a buscar nuestra felicidad, no ser simples peones en esta sociedad cada vez más involutiva.

*Estudiante de 2º de Bachillerato.

Aprender a ser más tolerantes como propósito para 2014

Por Yoselyn Marcano

Puerta del Sol. (EFE)

Puerta del Sol. (EFE)

Usualmente nos proponemos muchísimas cosas para comenzar el nuevo año con buen pie, como adelgazar, conseguir el éxito, pasar más tiempo con la familia, un nuevo coche, etc. Utilizando todos estos propósitos como medios para alcanzar lo que solemos llamar felicidad, sin darnos cuenta que estos no son los medios adecuados. Por ello propongo como propósito de año nuevo, «comenzar a buscar la humanidad que hemos perdido entre el consumismo, la falta de valores y la violencia”; reconozco que es un camino largo y difícil de recorrer, pero con constancia todo es posible.

Como primer paso deberíamos aprender a ser más tolerantes, entender que todos utilizamos lentes diferentes para ver la vida e interiorizar que no debemos ofendernos por nimiedades o desacuerdos, sino relajarnos y asumir que cada uno tiene su propia verdad.

Como leí en uno de mis libros favoritos, “la civilización no es más que un fino barniz sobre el estado animal de la naturaleza humana”, no dejemos que este se desgaste y salga lo peor de nosotros. Les invito a traer a nuestra humanidad de regreso que eso es lo que nos hace diferentes.

Un visión en positivo: ¡aprovecha tus oportunidades! ¡Gana tu vida!

Por María Gilabert Hernando

FelicidadIncierta, así es la vida. Con eso es con lo que tienes que aprender a vivir, con la incertidumbre. No sabemos lo que sucederá con nosotros, con nuestras familias, con nuestras situaciones… ¿y si lo único que tienes que saber es cómo estás aquí y ahora y encargarte de gestionar lo mejor que puedas lo que tengas oportunidad de vivir en este momento?

La mayoría de las personas, en muchas ocasiones, vivimos situaciones que nos resultan difíciles de llevar o que incluso llegan a paralizarnos:  no sabes cuándo acabará la crisis, no sabes a qué dedicarte, no tienes claro si estás haciendo lo correcto, no sabes si conseguirás ese cliente que tanta dedicación te está costando, no sabes si te renovarán el contrato en tu trabajo actual, no sabes si aprobarás esas oposiciones que estás preparando con tanto esfuerzo, te has quedado sin trabajo y no sabes qué harás ahora, no sabes cómo pagarás las facturas de final de mes, no sabes si mañana te desalojarán, etc.

Son infinitas las situaciones en las que muchos nos encontramos y no sabemos cómo llevar pero, aun cuando no puedes escoger qué situaciones te toca vivir, todavía puedes elegir cómo interpretarlas, cómo actuar y qué sacar de ellas. Mi abuela me explica la época de la Guerra Civil española (1936- 1939) con pocos recuerdos negativos y muchos positivos y esa actitud ante la vida siempre le ha ayudado. Pase lo que pase, ella sigue despertándose cada día y sigue respirando, disfrutando y avanzando porque, a pesar de la infinidad de situaciones difíciles que ha tenido que vivir, ella es así, feliz. Tú también puedes escoger si quieres vivir las situaciones que te toquen vivir con ansiedad, tristeza, apatía, nerviosismo, irritabilidad, mal humor… o aprender a aceptar esa incertidumbre como una parte de tu vida intentando centrar tu atención en el resto de cosas buenas que te suceden cada día. Lo que resistes persiste, lo que aceptas se transforma.

La semana pasada me comunicaron que, desgraciadamente, los padres de una conocida mía fallecieron en un accidente de tráfico. Probablemente ellos pensaban que iban a vivir mucho más tiempo sin embargo mucha otra gente, que en ocasiones hemos sentido que “la vida se nos acababa”, hoy seguimos vivos y todavía tenemos tiempo para disfrutar y para dedicar a lo que queremos. Todos tenemos fin ya que el tiempo es limitado así que piensa, decide y actúa, hoy y ahora. Detecta qué problemas ocupan tu mente y qué puedes hacer para solucionarlos. Lo que puedas hacer, ¡hazlo! Pero si ya has hecho lo que consideras que debías y no puedes hacer nada más, aprende a vivir feliz con la situación que te toca vivir. Todo el mundo quiere felicidad sin dolor, pero no se puede tener un arcoíris sin lluvia. No busques siempre culpables ni trates de justificar todo lo que sucede continuamente, dedica ese tiempo a otras cosas ¡sonríe, sueña, investiga, crea, baila, ayuda, construye, crece, mejora, descubre, prueba, siente, ama, disfruta, vive!

Observa tu situación y detecta las oportunidades que se te presentan hoy y ahora, pero… ¡mantén los ojos bien abiertos y disfruta de cada momento que te regale la vida ya que si estás cegado por tus problemas será difícil que puedas ver algo! Deja de pensar en lo que no puedes cambiar y empieza a realizar lo que sí puedes hacer. ¡No te preocupes, ocúpate! ¡Gana tu vida!

Un viaje inesperado en el tren

Por Lara López Martínez

86548He subido al tren de las 15.01 horas dirección Vilassar en la estación Sants de Barcelona. Iba leyendo la última entrega de 50 Sombras de Grey, así que evidentemente estaba interesada. A los segundos de ponerse el tren en marcha, ha empezado a sonar una guitarra y mis ojos se han dirigido immediatamente hacia la persona que la tocaba con cierto fastidio.

Una chica joven, sencilla, con un pañuelo en la cabeza, delgada y con ojos claros llenos de dulzura, me ha sonreído. Al poco, ha empezado a cantar. Qué sorpresa la mía al ser consciente de la cara de pánfila que se me ha quedado, con una sonrisa tonta en la boca. Una voz dulce, melodiosa y sencillamente preciosa ha inundado el vagón durante 5 minutos, una parada. Antes de bajarme le he sonreído ampliamente y ella ha hecho lo mismo, satisfecha de haberme sorprendido.

Sólo quería darle las gracias por esos 5 minutos en los que he disfrutado de su voz y de su canción. No he llorado por vergüenza. Qué lástima que no pueda disfrutarla más gente. Si lees esto, que tengas suerte en la vida. Sólo por lo que transmites con tu voz, te la mereces.