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Entradas etiquetadas como ‘estudiar’

¿Y para qué estudiar tanto? ¿Cuántos políticos no tienen carrera ni idiomas?

Por Raquel F.
Selectividad

Selectividad en la Universidad Complutense de Madrid. (JORGE PARÍS)

«¿Y por qué tengo que estudiar tanto?» «¡Y esto no ha hecho más que empezar!» Después de la temida selectividad aún me queda la doble licenciatura, porque una ya no es suficiente, el o los másters y uno no, dos o tres idiomas que controle.

Esto mismo pasa por la cabeza de miles de estudiantes que, como yo, ven que tienen que estudiar y estudiar para conseguir un trabajo. Y si quieres trabajar de lo que te gusta será más fácil si te vas al extranjero.

 La cosa es que los que nos exigen todo esto no lo cumplen. ¿Cuántos políticos no tienen la carrera de lo que están ejerciendo? ¿Cuántos ni siquiera hablan un idioma? La respuesta todos la conocemos. Por eso, antes de exigirnos tantísimo a los jóvenes, deberían aplicarse el cuento y dar ejemplo a las generaciones que llegamos.

Todas las empresas deberían potenciar la motivación laboral

Por María José Viz

Cuando tenemos que elegir qué camino profesional seguir, en plena adolescencia, vemos muy difícil acertar con el adecuado; en muchos casos, lo resolvemos casi echándolo a suertes. Estudiamos una Formación Profesional o una carrera, sin tener ni idea de si terminaremos los estudios y, de hacerlo, si trabajaremos en las salidas profesionales que estos ofrecen. No menos importante es no tener ni idea de si nos gustará el trabajo elegido.
Estudiantes universitarios en una biblioteca (EFE).

Estudiantes universitarios en una biblioteca (EFE).

Por todo ello, me resulta encantador ver cómo muchos –permítanme que me incluya-, por azares de la vida, estamos desempeñando profesiones para las que no nos habíamos preparado, en un primer momento, y que, ahora, sentimos como la verdadera vocación de nuestras vidas.

Por supuesto, no quiero obviar una realidad imperante hoy en día, opuesta a lo dicho anteriormente: muchos trabajadores no se sienten realizados. Influye el hecho de que abunden los contratos temporales; en esas condiciones es muy difícil “enamorarse” de un oficio.
Un escollo enorme para sentirse a gusto en un trabajo colectivo es que haya empleados vagos, cizañeros y malos compañeros, preocupados tan solo de disfrutar de las ventajas del puesto, olvidándose de que también existen obligaciones. Se podría decir que son las ovejas negras que, desgraciadamente, empañan el prestigio de cualquier empresa, pública o privada.
Quizás sea ese desencanto generalizado el que me haga fijarme más en las vocaciones, innatas o adquiridas, de otra parte de la población. Todas las empresas deberían potenciar la motivación laboral pues es básica, tanto para que el proyecto funcione, como para que el trabajador o trabajadora se levante, cada día, con ilusión renovada.

Dificultades en el estudio

Por Vanesa Ordóñez

Alumnos de Secundaria levantan la mano en clase. (GTRES)

Alumnos de Secundaria levantan la mano en clase. (GTRES)

Un niño, un adolescente o un joven en la escuela, en el instituto, en la facultad o haciendo un curso, se encuentra, en muchas ocasiones, con el tremendo inconveniente de que hay que estudiar.

Esta palabrita parece ir perdiendo su significado debido a la falta de práctica. Es definida por el diccionario de la Real Academia Española como «ejercitar el entendimiento para alcanzar o comprender una cosa«.

Actualmente, aprender a estudiar es una asignatura pendiente para todos nuestros niños y jóvenes. En muchas ocasiones oímos expresiones no correctas sobre el trabajo de nuestros hijos: “No tienen voluntad y nunca llevan la tarea hecha”, “estudian mucho, pero no sacan rendimiento al tiempo de estudio”, “se distraen tan solo con una mosca”, “le cuesta mucho concentrarse y pierden el tiempo”.

Todas estas manifestaciones son las que cualquier padre tiene en la cabeza, cuando su hijo no obtiene buenos resultados académicos y sufre de fracaso escolar. Esto no solo tendrá repercusiones en la formación y futuro laboral del hijo, sino que será detonante de discusiones en el hogar familiar, pero, se podría hacer una pregunta, ¿Sabe mi hijo estudiar? ¿Es mi hijo feliz? ¿Está sufriendo por no sacar rendimiento de su estudio?

Según Fernando Alberca, Asesor en Rendimiento escolar y Relaciones familiares, en un artículo publicado recientemente en el periódico El Mundo, afirma que “ni la pereza, la falta de voluntad o la escasa capacidad para estudiar son la causa del fracaso escolar”. Si un alumno saca malas notas, es por falta de autoestima y motivación. Los ingredientes para sacar buenas notas están en todos los seres humanos, solo hay que activarlos.

Hay tres premisas básicas: motivación, autoestima y método. Lo importante es ayudar al alumno a confiar en él, en su capacidad, teniendo en cuenta que primero está la confianza y luego el compromiso.

Cualquier alumno, dicen los expertos, puede sacar buenas notas si está motivado, tiene autoestima y le enseñan los pasos para lograrlo.

Vergonzoso retraso de las becas

Por Mar Fernández

Estudiantes universitarios en la biblioteca. (ARCHIVO)

Estudiantes universitarios en la biblioteca. (ARCHIVO)

Me dirijo a vosotros para denunciar la dejadez de este año en la tramitación de las becas y el abono de las cuantías. Mientras que el año pasado me concedieron la beca de mi hija y me la abonaron en cuenta el 25 de diciembre, este año nos ingresaron en cuenta la cuantía fija en febrero y a fecha 12 de abril la cuantía variable está sin tramitar.

Es vergonzosa ya la dejadez. No solicitamos las becas porque sí, las solicito porque somos una familia de cuatro miembros, en la cual los ingresos mensuales ascienden a setecientos euros ya que soy parada sin ningún tipo de ayuda y el único que trabaja es mi marido con un contrato de fin de semana. Es una verdadera pena que nuestros hijos tengan que ser ciudadanos de segunda por no tener medios económicos para que puedan estudiar.

Tanto que dice el ministro Wert que él estudió por becas, a mi hija le está quitando la opción de estudiar al no concederle las becas a tiempo. El curso escolar comienza en septiembre pero las becas nos las dan en febrero… ¿Qué les decimos a los libreros? ¿Que nos fíen los libros hasta que los señores del MEC se dignen a tramitar las becas y a concederlas? Vergonzoso.