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Entradas etiquetadas como ‘estudiantes’

Sin beca, sin trabajo y sin sanidad

Por Aurora Soto

Estudiantes en un aula universitaria. (GTRES ONLINE)

Estudiantes en un aula universitaria. (GTRES ONLINE)

Diplomada en Magisterio de Lengua Extranjera Inglés, graduada en Trabajo Social y estudiante del Máster de Criminología. Tengo 25 años a punto de cumplir los 26 y a punto de vivir en mis carnes la próxima censura que este gobierno pretende hacer a los millones de jóvenes que tenemos 26 años y no trabajamos porque no nos dan trabajo. Mi situación la viven miles de jóvenes diariamente. Primero fue J. Ignacio Wert con su reforma de becas para la cual un estudiante con dos carreras no tenía talento y con una media de 6,89 no obtuve beca. ¿Es mejor profesional alguien con un 7,1 que con un 6,89?

Y ahora, la señora Ana Mato que castiga a aquellos hijos de españoles que llevan toda la vida cotizando para ganarse la vida sin sanidad. Solo aquel que tenga dinero podrá pagársela. Nunca entenderé las razones de este gobierno para castigar a las clases medias y sobre todo castigar a su futuro. Hemos dedicado parte de nuestra vida para ser buenos profesionales en un futuro pero no nos dejan ejercer y encima nos privan de algo tan necesario para muchos como lo son la sanidad y la educación. Las actuaciones no tienen justificación alguna. Hace mucho tiempo que muchos jóvenes dejamos de sentirnos españoles por estos motivos, ojalá algún día podamos sentirnos de nuevo.

Pienso, luego estorbo

Por Diana Peinado Serrano

Realmente no sé qué me inquieta más, que vayan a quitar la asignatura de Filosofía en la nueva ley o que la respuesta de algunos de mis compañeros de segundo de bachillerato sea «menos mal».estudiante

¿Menos mal? Puede que sea la única asignatura que tenga que ir más allá de la memorización. Puede que sea la única asignatura que nos ayude a comprender los ‘por qué’ que tanto nos martirizan. Puede que se la única asignatura que nos ayude a pensar por nosotros mismos y reflexionar más allá de lo convencional, de lo que nuestros padres y profesores nos han enseñado. Aunque viéndolo así, tiene sentido que la quieran quitar de nuestras clases ¿no crees?

Filosofía no puede ser de ninguna manera una asignatura más, de la cual no quiero volver a oír hablar cuando termine selectividad, no. Filosofía tiene que ser esa asignatura que me ayude a comprender qué es lo que realmente pienso y defiendo.

Si quitan esta asignatura y si realmente nosotros lo permitimos, estamos acabando con una de las pocas vías que tendrán en un futuro nuestros hijos para poder pensar por sí mismos.

Subida de precios en las universidades de Madrid

Por Soledad Miguel

Acaban de publicar en las universidades públicas los precios para estudios universitarios de 2013/2014. Estoy indignada y harta de tantas mentiras. Veo en los medios de comunicación que las matrículas han subido un 20% de media y me gustaría saber de donde se sacan esa media. Nadie se molesta en ver los precios del año anterior para ver cuanto han subido en realidad.

univTengo una hija que este año se matricula en segundo de Grado y con respecto al año pasado pago un 27% más siendo en primera matrícula. Para segundas y sucesivas matrículas han subido un 33%. Que alguien me explique la media del 20%. Los rectores ante la opinión pública se muestran indignados y en contra de la subida pero lo cierto es que su actuación no corresponde con lo que dicen. En el BOCM donde se publican los precios públicos se indica «hasta x euros» con lo que pueden poner el precio que consideren pero se limitan a poner el precio límite y no se complican. Lo único que demuestran es que les importa más su cargo que el facilitar la formación a una generación que no tiene ningún futuro.

Parece que estudiar en Madrid sólo es para privilegiados, puesto que en varias comunidades (Andalucia, Castilla y Leon y alguna más el precio de los créditos solo han subido el IPC) ¿Por qué en Madrid no se puede hacer eso?

Basta ya de manipular y engañar a la ciudadanía.

Me preguntan si veo eficiente el gasto en bibliotecas…

Por Iñaki González Moreno (auxiliar de biblioteca)

No sé muy bien qué contestarles, pero les hablo de la madre que pregunta por libros de matemáticas básicas porque en su tiempo no tuvo la oportunidad de estudiar; del joven que busca novelas en inglés porque ha decidido irse al extranjero; del estudiante que busca libros sobre arquitectura en la Comunidad de Madrid para hacer un trabajo; del padre que enseña a leer a su hija en la sala infantil; de las personas que echan de menos su tierra y buscan información sobre sus orígenes; del futuro médico de ocho años que se sienta allí a leer libros de anatomía para niños; del chico que viene a estudiar con sus amigos y mira de reojo a la chica de enfrente; del parado que viene a conectarse a internet para buscar un empleo; de la gente que devora las novelas simplemente porque les hace feliz leerlas o les ayuda a desconectar, por un momento, de su situación.Biblioteca

Les hablo de un lugar que reúne al chaval tatuado al que hay que explicar que no puede entrar sin camiseta con el señor del polo de color claro y pelo engominado. ¿Es todo esto eficiente? No sé muy bien a qué se refieren. O a lo mejor lo sé demasiado bien. La sensación que me da es que este lugar donde gente tan distinta es tratada por igual les asusta.

Seguramente esa es una de las razones poderosas por las que están dejando que las bibliotecas se apaguen. Les sobran este tipo de lugares. Luego tendremos que aguantarles hablando de cultura, ciencia, educación y cohesión social con cara de preocupación.

Robar en un instituto es gratis

Por Francisco Javier Bernal

Mi hijo de 15 años cursa 3º de la ESO en el I.E.S. Joaquim Mir de Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Cuando entró en el primer curso de la ESO, coincidió con la puesta en marcha de la inserción en el sistema del ordenador portátil, lo cual, en principio, parecía una buena idea desde el punto de vista de adecuación a los tiempos que corren.

Este primer año, sufrió junto con otros compañeros, en distintas fechas, la sustracción de su portátil por parte de un alumno al cual, otros alumnos de clase, identificaron como autor. Mi hijo se dio cuenta de ello ya cuando estaba en casa, al mirar su mochila y al hablar con la dirección del instituto, nos comentaron que si hubiera denunciado su desaparición ante el profesorado antes de la salida, se hubiera podido hacer un registro de cada alumno. De esta manera, se realizó la denuncia en la comisaría de Vilanova i la Geltrú, sin poder añadir en ella quién fue el culpable por no tener pruebas fehacientes y por el hecho de ser un menor. Más tarde fue archivada por falta de datos. Durante el resto del curso, mi hijo tuvo que convivir con dicho personaje en clase, sabiendo a ciencia cierta que había sido él. Clase en un IES

La dirección del centro, al tomar cartas en el asunto, se limitó a llamar a los padres del chico e informales del hecho pero no se consiguió nada. Frente a esto no se puede hacer nada y mi esposa y yo, preocupados por el año siguiente y posibles problemas con el profesorado, adquirimos otro portátil.

Hace escasamente unos días, mi hijo, revisando su mochila en el instituto a media mañana, volvió a echar de menos el nuevo portátil e, inmediatamente, denunció su desaparición. Le indicaron que marchara a clase que ya lo notificarían. Esa mañana salió todo el mundo del instituto y nadie hizo nada al respecto.

A parte del valor económico de dichos aparatos, que tal y como está la situación económica de las familias, merece un esfuerzo extra por parte de estas para adquirirlos, lo que más me desarma y me frustra de todo esto es que, desde que son pequeños, intentamos inculcar a nuestros hijos los valores de justicia y equidad para todos, intentando enseñarles que la vida es dura y tiene sinsabores pero también que la maldad, los malos actos, el robo, etc., tienen consecuencias. Trabajar por el bien común te hace noble y que los que hacen daño a los demás, tarde o temprano lo pagan.

Pues el mensaje a nuestro hijos es lo contrario. “Buscaros la vida. Robar es gratis. Si te roban, roba tú ya que no pasa nada». ¿Es esto lo que queremos que aprendan nuestros hijos? Yo no y por ello, comparto mi opinión con todos, en defensa, no sólo de los euros que han costado dichos aparatos sino por el desamparo de mi hijo y mi familia, y aliviar su impotencia y su frustración, para que crea de verdad que los malos actos tienen su consecuencia.

La soledad de la FP concertada

Por Mª Victoria Bullón Alonso*Alumnos de FP

El 20 de febrero la Comunidad de Madrid excluyó a la Formación Profesional de Grado Superior del concierto educativo. Esto significa que nuestros 7.000 alumnos tendrán que pagar por estudiar entre 200 y 300 € al mes. Eso o buscar una plaza en un centro público, en unos estudios con un número de plazas que no cubre la demanda. El próximo curso, tras la eliminación de las plazas concertadas, será aún más difícil estudiar FP. Se trata de un recorte en educación, ya que el dinero que se ahorre con la retirada de los conciertos, no se invertirá en la escuela pública. Nos dicen que no hay dinero para una etapa no obligatoria.

Desde la comunidad educativa estamos realizado una serie de actuaciones reivindicativas e informativas que no están teniendo repercusión en los medios. Y creo que esto es así por cuestiones ideológicas: los que creen en la educación como fuente de oportunidades quieren una escuela pública y los otros quieren que solo estudie el que pueda pagarlo. Y en medio está la formación profesional concertada, el lado menos glamuroso y más social de la educación concertada, abandonada a su suerte.

*Profesora en un centro concertado de FP

¿Productos de la crisis o productos de sus capacidades?

Por M. B.

Estamos ya a mediados de abril, a poco tiempo de empezar los exámenes finales. En un Colegio Mayor en Madrid, Sara, estudiante de primero de Matemáticas, llama a una amiga llorando para contarle que no le gusta su carrera, que ella siempre tuvo buenas notas y estudiaba porque quería, pero que este año no está motivada, que entró ahí porque se le daban bien. Un poco más lejos, Bea, estudiante de primero de Doble Grado en Matemáticas e Informática busca consuelo en una compañera, le dice que está desmotivada, que eligió su carrera por descarte pero no le gustan las salidas, no quiere pasar la vida haciendo problemas. En otra ciudad58934-249-302, Manuel, en primero de Ingeniería Civil, se echa las manos a la cabeza, no quiere seguir con el grado aunque no lo lleve mal, no quiere ese futuro, no se ve trabajando de ingeniero.

Sara quiere hacer Bellas Artes; Bea, Magisterio; Manuel, acabar el conservatorio y dedicarse a la música. Son tres ejemplos de  alumnos de matrícula haciendo grados acordes a sus capacidades pero nada acordes a sus gustos. Si se cambian de carrera, se enfrentan al rechazo de algunos colectivos que les reprocharán no aprovechar sus capacidades y se enfrentan aún más a la crisis por elegir grados con salidas ambiguas. Si no se cambian llevarán toda la vida la espina clavada de no hacer lo que quieren. Son alumnos que podrían sacarse la carrera que quisiesen pero no estudian lo que les gusta. Son otro producto de la crisis. ¿Les dejamos que cambien? Es triste tener que elegir entre la bolsa del paro o la de frustrados.

Me deniegan la beca por no ser… ¿una estudiante de provecho?

Por Laura Martínez Quintana

Soy una estudiante de Ciencias Ambientales de la Universidad de Barcelona. Este año he pedido la beca general y de movilidad, ya que vivo a 60 kilómetros aproximadamente de la universidad, lo que conlleva un gasto de unos 300 euros por cada t-jove, que dura 3 meses. Además mis padres están parados y somos 4 personas en casa. Los únicos ingresos que tenemos son los 380 euros que gano yo por trabajar los fines de semana y el dinero que puede proporcionarnos mi abuela por viudedad. No obstante, la beca me ha sido denegada, a pesar de que por mi situación económica es más que evidente que la necesito para poder estudiar. Examen en la universidad

¿Por qué entonces no puedo recibir la beca y personas que están en condiciones económicas superiores a la mía sí pueden recibirla? Muy sencillo, por una norma irracional e ilógica. El año pasado cursé en la Universidad Pompeu Fabra el grado de Enfermería. Esta universidad, al contrario que otras, funciona por trimestres no como otras. Por eso me matriculé del primer trimestre que son 20 créditos. No obstante, me di cuenta de que no me gustaba y no quería dedicarme a este oficio. Porque supongo que las personas humanas podemos equivocarnos al elegir aquello que queremos estudiar y más teniendo en cuenta la edad a la que tenemos que escoger nuestros estudios superiores. Así que dejé la universidad habiendo aprobado y con buenas calificaciones los 20 créditos.

Ahora me dicen que una de las normas del Ministerio de Educación para conceder becas es que el alumno haya superado 30 créditos, ya que este organismo debe de garantizar que el dinero será destinado a un alumno «de provecho». Señores ministros, ¿a caso están queriendo decir que yo no soy una alumna de provecho por no haber cursado simplemente 10 créditos más? ¿Me están diciendo que, a pesar de que la carrera no me gustase y consiguiera excelentes calificaciones, no soy una alumna de provecho? ¿Tengo que renunciar a estudiar, que es lo que más he deseado en mi vida, porque una norma injusta dice que tengo que superar 30 créditos? Me parece que es excesivo por su parte, y que hay situaciones en particular que deberían  ser analizadas detenidamente.

«Norma injusta»

Pero es más sencillo dar becas a «diestro y siniestro» sin saber lo que realmente está pasando en su sociedad y a sus ciudadanos. Me parece lamentable esta situación. La verdad es que no me extraña que las cosas vayan así en este país. Pero no creo que nadie vaya a quedarse de brazos cruzados delante de estas situaciones. Creo que merezco una explicación razonable sobre esta norma injusta e irracional y por supuesto una posible solución.

Filosofía, sin duda

Por los alumnos de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Salamanca

Ciudadano, llega a tu sistema educativo un revolucionario producto que eliminará cualquier germen de conocimiento económicamente estéril: LOMCE®, una divertidísima reforma educativa que te ahorrará la siempre engorrosa tarea de pensar. Diseñada por los mismos benefactores de la civilización que dieron vida a otros artefactos filantrópicos como “¡Genere seis toneladas de basura con tan sólo apretar un botón!”, “¡Coma todo lo que pueda por sólo un euro!” o “¡Mutílese, compre, calle y vote!”

Manifestación antirrecortes Educación¿Cansado del absurdo laicismo de las sociedades democráticas? ¿Harto de promover la tolerancia? ¿Aburrido de fomentar entre la juventud habilidades de pensamiento crítico que lastrarán su rápida inserción en un mercado laboral cada vez más competitivo? No lo pienses más ¡LOMCE® tiene la solución! Este revolucionario producto elimina las tediosas clases de Educación Ético-cívica de 4º de la ESO que hacían perder el tiempo a nuestros jóvenes comprendiendo los obsoletos valores democráticos sobre los que se apoyaba nuestra sociedad. ¿Te agota el imperativo categórico? ¿Temes que tus hijos inviertan en ideas y no en Bolsa? ¡LOMCE® tiene la solución! Con su refrescante sustitución de la Historia de la Filosofía por clases de Economía de Empresa en Bachillerato la moralidad no volverá a ser un problema para los jóvenes ni su futuro una preocupación.

¡No te dejes engañar por los partidarios de la educación! Ellos dirán que educar en ideas es formar individuos libres. Y tendrán razón. Ellos dirán que la calidad de una democracia depende de la calidad de los argumentos de sus ciudadanos. Y tendrán razón. Ellos dirán que el pasado no se puede desahuciar. Y tendrán razón. Ellos dirán que no vale más quien compite a cualquier precio. Y tendrán razón. Ellos dirán que la prosperidad económica no puede ser la excusa para convertir las escuelas en vertederos. Y tendrán razón. Ellos dirán que el futuro no se puede hipotecar. Y tendrán razón. Ellos dirán que con el sistema educativo no se puede mercadear. Y volverán a tener razón.

Pero ¿qué es todo eso comparado con la felicidad del consumidor satisfecho, con la eficiencia del productor a destajo, con el éxito del especulador sin escrúpulos, con la tranquilidad del votante gregario, con la autocomplacencia de quien no sabe nada, no recuerda nada y no piensa en nada?

No lo dudes más: compra LOMCE®. Si dudas, pierdes.

Y llegó el gran problema: ¿a qué cole le llevo?

Por Sara Mª Dapía

Por estas fechas, los padres de los niños que ya han cumplido o van a cumplir tres años se encuentran con el mismo dilema, ¿qué colegio elijo para mi hijo? Este año me ha tocado mí. Recuerdo, justamente hace un año, cuando algunas de mis compañeras de batallitas infantiles que se encontraban en esta situación me decían que la elección del centro escolar les quitaba el sueño. Entonces me parecía una exageración, pero ahora soy yo la que sufre de insomnio.

Por suerte, en nuestro barrio tenemos una amplia variedad de colegios entre los que escoger, aunque esto no hace más que acrecentar las dudas. ¿Público o concertado?, ¿bilingüe o no?, ¿religioso o laico?,… Un sinfín de preguntas a las que ahora con la ley por la que en la Comunidad de Madrid todos los colegios públicos que así lo deseen pueden solicitar el cambio de jornada, siempre y cuando lo apruebe el Consejo Escolar, debemos añadir otra igual de importante: ¿jornada continua o partida? A todos estos interrogantes tenemos que unir las opiniones y comentarios de otros padres; comentarios que más que ayudarnos aumentan nuestra indecisión. Nunca llueve a gusto de todos y lo que para un padre resulta la panacea educativa para otro carece de valor.

Por si fuera poco a esto hay que sumar las jornadas de puertas abiertas de los colegios públicos y las entrevistas individuales en los concertados, que en muchos casos tampoco resultan demasiado clarificadoras, puesto que los encargados de dar las charlas o hacer las entrevistas, lejos de “venderte” el centro y hacerlo atractivo a la vista de un padre, te incitan a que salgas corriendo. Por ello debemos hacer un gran ejercicio de abstracción, intentar ser objetivos y no dejarnos llevar por la impresión que nos causan estas personas, que quizás no hayan sido los más adecuados para realizar estas tareas.

En claseMi consejo, ante la dificultad que entraña esta elección, es que no la hagamos a la ligera y que siempre y ante todo pensemos en lo que realmente importa, la educación de nuestros hijos. Para ello os planteo que reflexionemos principalmente sobre estos tres aspectos:

– En primer lugar, y lo que yo considero primordial, ¿qué tipo de educación quiero para mi hijo? Para ello debemos conocer el Proyecto Educativo de cada centro (PEC). En este documento cada centro responde a las siguiente preguntas: ¿quiénes somos?, ¿qué queremos?, y ¿cómo nos organizamos? Además debemos indagar y comprobar que todo lo que se recoge en el papel se cumple en la realidad, para ello podemos pedirles que nos expliquen cómo se concreta todo esto (sus finalidades, sus objetivos curriculares, etc) en la práctica. Una vez que tengamos esta premisa clara el resto de argumentos que nos llevarán a nuestra decisión final serán más sencillos.

– En segundo lugar debemos preguntarnos si nos lo podemos permitir económicamente. Es triste pero es así. La diferencia entre los gastos que implican un colegio público y uno concertado es sustancial y con los tiempos que corren podemos vernos obligados a renunciar a un colegio que nos gusta porque no lo podemos pagar.

– Y en tercer lugar tenemos que preguntarnos qué colegio nos permite una mayor conciliación de nuestra vida laboral con nuestra vida familiar, en lo que se refiere a los horarios y a la distancia. Tenemos que intentar conseguir una mayor calidad de vida para nosotros y nuestros hijos.

A partir de aquí, podemos analizar otros aspectos más superficiales como, por ejemplo, las instalaciones, el funcionamiento del comedor o el número de actividades extraescolares que oferta. Estos aspectos tendrían que ayudarnos a poder elegir entre dos colegios que nos gustan y que cumplen los requisitos anteriores, pero nunca deberían ser la base fundamental de nuestra decisión ya que no contribuyen de forma directa en la educación de nuestros hijos.

Espero haber sido de ayuda a alguno de los padres que se encuentran en esta situación y sólo me queda deciros: ¡Buena suerte y buena elección!