Por Raquel Fernández
“Vi una tercera avalancha desde arriba, gente aplastada contra las barras”
Mi marido y yo (sí, marido porque tengo 35 años) llegamos sobre la 1 de la madrugada cuando todavía no había mucha gente. En la entrada a mí no me cachearon y a mi marido le tocaron por encima los bolsillos. Cuando llegamos donde supuestamente tenías que entregar la entrada enseñando el DNI solamente me pidieron la entrada, no comprobaron que la misma estuviera a mi nombre.
Una vez dentro nos quedamos en la primera planta (estaba la pista, primera y segunda planta). En un momento determinado decidimos bajar pero al estar abajo me agobié un poco porque había muchos «críos» bailando a empujones y además vi que dos de las salidas estaban cerradas (tenían precinto rojos y blancos con las palabras «No Pasar») y como no tengo ya 18 añitos pensando un poco en que si pasaba algo eso era una ratonera nos volvimos a la primera planta.
Desde la primera planta (estábamos situados junto a los técnicos de sonido que estaban justo encima de la salida donde ocurrió la tragedia) vi un par de avalanchas con gente por el suelo, la verdad es que ya se veía que algo malo iba a ocurrir porque no se veía a nadie de seguridad intentando controlar la situación. Vi una tercera avalancha desde arriba, muchísima gente por el suelo, gente aplastada contra las barras (ya que justo a la salida del pasillo había dos barras que impedían el paso de la gente hacia los laterales). Seguí observando y vi que la gente se levantaba, seguía habiendo tapón y cesó el tráfico de gente, yo lo interpreté como que el personal de seguridad de una forma sensata había restringido la entrada a la pista ya que allí no cabía un alfiler, lo que no imaginaba era lo que estaba sucediendo, que había gente muriendo sólo a unos metros debajo de mis pies.
Os aseguro que el aforo estaba sobrepasadísimo, he estado en muchos conciertos con mucha gente y creo que sé calcular más o menos, de verdad que allí había más de 10.000 personas. Steve Aoki en un momento de su actuación habló de 15.000 personas, supongo que alguien le dio este dato, no se lo inventaría…
Considero que el Madrid Arena era una ratonera, escaleras por todas partes que impiden una evacuación en condiciones si sucede alguna tragedia, salidas cerradas, poca seguridad… nada más poner el pie allí viendo un poco el ambiente se veía que tenían todas las papeletas para que ocurriese algo así, creo que el Madrid Arena no es un sitio que reúna las condiciones adecuadas para un evento de esta magnitud y parece que se ha demostrado.
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Por Andrea
“Las puertas de seguridad de los lados estaban cerradas, era una autentica ratonera”
Me gustaría detallar todo lo que allí viví. Antes de llegar ya nos venían avisando que habían vendido muchas más entrada que aforo, que llegáramos antes por si acaso. Esto fue verdad, el pequeño y gran detalle fue que eso se hizo siendo conscientes, conscientes de que allí habría muchas más personas de las que cabían. Cuando llegamos y entramos no nos hicieron ni un control de lo que llevábamos, ni de bolsos ni de botellas, nada (hubo gente que metió dentro botellas grandes de alcohol, petardos, de todo).
Cuando entramos, ya nos pareció muy raro que no nos controlasen nada, ya que nosotros hemos asistido más de una vez a ese recinto a fiestas y siempre nos han chequeado y cacheado por seguridad. Quiero dejar claro que eso no se lo hicieron a nadie. Nadie pasó por un control, ni por tornos como está diciendo la organización. No existía un control ni de número de asistentes ni de objetos.
Otra cosa que me gustaría comentar para que lo sepáis es que no todas las entradas se contabilizaron. Es decir, no existe un verdadero control ni datos verdaderos porque es imposible, ya que no se controlaron todas las entradas, es decir, se la quedaron y ya, ni la cortaban y nos la devolvían, ni cuando había un código de barras que pasar en los que la llevábamos online. También es cierto que en todas estas fiestas siempre parten la entrada o la chequean y la devuelven ( yo tengo todas mis entradas de fiestas de ahí pasadas), allí no. Allí se quedaron con nuestras entradas, supongo que ellos mismos sabían que habían vendido muchas más de lo que cabíamos. En resumen, se quedaron nuestras entradas y muchas no las controlaron, era un autentico cachondeo, hablando mal y claro. Con todo esto se demuestra que era imposible que existiera un control del número de personas que estaban accediendo a la sala, ya que ni siquiera se podía contabilizar.
Al entrar todos, absolutamente todos los que íbamos juntos nos quedamos sorprendidos con la cantidad de gente que había, cuando intentamos bajar a la sala principal (donde ocurrió la avalancha) era imposible porque estaba colapsada con gente sin poder moverse, la gente quería entrar y salir por el mismo sitio, y esto era imposible. Todo eso se debió a que en una sala con infinidad de accesos estaban abiertos creo que 3 en total, y solo uno a la sala grande de abajo, la principal. Las puertas de seguridad de los lados estaban cerradas, estábamos en una autentica ratonera.
Otro matiz que me gustaría contar es la poca seguridad que allí dentro existía y cómo se les fue de las manos. Yo, por desgracia o por suerte, ya no lo sé, estuve presente en una pelea de 5 chicos contra mi novio, el cual no podía hacer nada frente a ellos; nadie, nadie de seguridad estaba ahí para ayudarnos, por más que gritaba desesperada ayuda y buscaba por los lados a gente de seguridad que parasen a esos locos. Cuando conseguimos que pararan nos fuimos en busca del Samur para que nos atendieran a él por la paliza y a mí por ataque de ansiedad y shock, allí fuera había un auténtico descontrol. Cuando estábamos esperando que alguien nos ayudase del Samur, uno de seguridad nos estuvo contando que estaba todo descontrolado, que la empresa solo había querido contratar seguridad privada, y que ya en el momento en el que las 5 personas se encontraban en parada cardiorespiratoria se llamó a la Policía y al Samur.
Cuando yo estaba fuera eran las 4,15 y estaban empezando a llegar las ambulancias, la avalancha empezó a las 4, es decir, nos dijo textualmente «que no había nada preparado ni organizado para algún problema, y menos para lo que estaba ocurriendo», y todo eso fueron palabras textuales de un seguridad que nos dijo que estaba sobrecogido y que él ni por 500 euros que cobraba la noche volvería a trabajar en algo tan descontrolado y mal organizado.
Las cosas se hicieron mal, muy mal. Y yo puedo estar contando esto gracias a Dios, pero esas 4 niñas que fallecieron no. Por eso cuento mi testimonio, para que se sume a todos los que queremos decir la verdad y explicar cómo nuestra propia vida y seguridad nos la quisieron comprar. De verdad que todo fue una autentica pesadilla, de la que todos queríamos despertar, pero no podíamos porque estaba siendo real. La organización fue pésima, no había control, no había seguridad ni gente preparada, se demostraba que lo único que quisieron fue abarcar demasiado y por ello una fiesta en la que todo íbamos con alegría y ganas de pasarlo bien con nuestra gente terminó en tragedia.
Lo que está claro es que no se puede seguir permitiendo que pongan nuestra vida en peligro así, que nos compren de esta manera para que todo acabe en esto. Sales de fiesta con tus amigos y tienen que llamar a tus padres para decirles que has muerto. ¿Realidad? Totalmente. Cuatro chicas perdieron la vida en esto y una se debate entre la vida y la muerte, cuando su único objetivo era pasárselo bien en la noche de Halloween. Yo puedo estar contándolo, y doy gracias por ello. Mis amigos también. Pero ellas no. Aun así, es inevitable pensar que yo podría ser ahora mismo una de esas chicas para las que una fiesta terminó con sus vidas, y eso me tiene traumatizada.
Jamás había visto el Madrid Arena así, tan mal organizado, y con tanto descontrol y tantísima gente. Lo que tengo claro es que es mi última fiesta de este tipo, y que gracias a Dios hoy puedo estar contando mi testimonio. Mucha fuerza a las familias de aquellas tres chicas. Espero que os sirva de ayuda para seguir sumando datos y vivencias a esta gran pesadilla. No dejamos que llenen de mentiras los organizadores para salvarse ellos, todo se hizo mal. Y todos nosotros pagamos las consecuencias de ello, y ellas más que nadie.
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