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Entradas etiquetadas como ‘espectaculo’

¿Esperar a qué en la tauromaquia?

Por Julio Ortega Fraile

Tauromaquia (Europa Press).

Tauromaquia (Europa Press).

Estadísticas como las de Gallup indican que el rechazo a la tauromaquia en la sociedad es mayoritario y creciente, consultas de ayuntamientos o periódicos en casi todos los casos demuestran que los ciudadanos no la quieren, que es una forma de violencia infantil; son palabras del Comité por los Derechos del Niño de la ONU.

Que el toro sufre está demostrado y que las corridas son inviables económicamente sin subvenciones salvo contadas ocasiones también. Va en declive y a eso hay que sumarle un pensamiento y costumbres que en 2016 no pueden ser las del siglo XVIII.

Sí, acabaría muriendo sola, pero mientras sigamos siendo cómplices de una práctica que da por lícita la violencia con animales por diversión, continuarán muriendo humanos y un dinero necesario para paliar tanto sufrimiento se estaría empleando en generarlo.

Cansada de pactos, corrupción y recortes

Por Ana Sánchez Saes

Los cuatro candidatos más votados para ocupar la presidencia del Gobierno (20minutos).

Los cuatro candidatos más votados para ocupar la presidencia del Gobierno (20minutos).

Cansada de llamadas que nunca suceden, cansada de pactos que nunca llegan, cansada de la corrupción, cansada de los recortes, cansada de políticos más sagaces en sus cuentas de Twitter que en buscar soluciones.

Pero sobre todo, cansada de presenciar un espectáculo de cuatro protagonistas que mediante sombras chinescas nos cuentan cada uno su versión del por qué el de al lado es aún peor que sí mismo, sobre un teatro a punto de derrumbarse en el que los ciudadanos somos espectadores sin voz ni voto.

 

La marquesa infiltrada

Por David Villar Cembellín

“¡Viva la señora marquesa!”, jaleaban los pobres que trabajaban en el cortijo de Los Santos Inocentes. Por la comunión de su nieto, esta les había invitado a cordero y les había dado unas monedas en una inolvidable escena.

Algo parecido experimenté viendo el jueves El Jefe Infiltrado, en La Sexta, donde un director de Domino’s Pizza conocía de primera mano —¡oh, sorpresa!—la situación de sus empleados. ¿Y con qué resultado se saldó? Se lo cuento, por si no lo vieron. Atentos: a los moteros les permitió seguir trabajando siempre y cuando previamente dieran un curso de Seguridad Vial, porque correr es algo muy malo y la seguridad es lo primero; a una cocinera que no podía conciliar su vida familiar y laboral le regaló un crucero para ella y su familia; a una encargada de tienda un curso de inglés y una semana en Londres, porque por lo visto es condición ‘sine qua non’ saber inglés para vender pizzas en Zaragoza; y al último, a un hombre que confesó llorando que con su contrato de 10 horas y los 300 euros mensuales que ganaba se veía obligado a pedir comida en Cáritas, le ascendió a encargado y le regaló una beca de formación de 10.000 euros para sus hijos.

Jesús Navarro, director de Operaciones de Domino’s Pizza, infiltrado como un trabajador más. (LASEXTA)

Jesús Navarro, director de Operaciones de Domino’s Pizza, infiltrado como un trabajador. (LA SEXTA)

El final fue apoteósico, digno de estos tiempos de desconcierto y absurdidad. Porque ¿quién necesita derechos laborales… pudiendo recurrir a la caridad? ¡Qué caray! ¿Para qué negociar convenios, estatutos, o reclamar protección laboral… siendo más fácil encomendarse al albur caprichoso de un jefe y su corazón bondadoso? A esto nos ha conducido las dos últimas reformas laborales, la primera del PSOE y la segunda del PP. A esta precariedad, a estas pequeñas tragedias personales que son espectáculo con final feliz en la televisión. Final feliz ideado a partir de la falsa caridad, de la hipocresía absoluta de unos oligarcas que en realidad no pretenden cambiar nada (porque no les interesa).

Os cuento: al final del programa casi todos los empleados de este magnánimo jefe parecieron mostrarse agradecidos, derramando densos lagrimones, dando efusivas gracias. Y os lo juro, casi les escuché gritar: “¡Viva la señora marquesa!”.

El deporte femenino, el gran olvidado

Por Lydia Alonso Carballo*

Partido de voleibol femenino en LondresQuiero hablar del deporte femenino. Al leer un tuit de Anna Montañana, nuestra jugadora internacional de baloncesto, que decía que es «muy difícil tener apoyos económicos si no hay exposición de la marca, que no es lo mismo que no tener seguidores, que de esto sí que hay», me ha hecho pensar en la realidad del deporte femenino y su escasa repercusión en los medios.

Cuando ganamos medallas, a todos se les llena la boca. Pero el día a día de las deportistas pasa desapercibido. Entrenan tanto o más que los chicos y sin embargo no se ven. Es más importante el anuncio de ropa interior de CR7 que la medalla de oro del equipo de gimnasia rítmica.

El otro día jugué un gran partido de voleibol: público en las gradas, cantidad de niñas animando, emoción… pero al día siguiente solo había una reseña en el periódico local y aún estoy dándole las gracias.

Es una pena que los medios no nos apoyen. Damos espectáculo, atraemos gente y si se nos viera, también atraeríamos a los patrocinadores y con ellos más gente. Muchos padres, abuelos y demás familiares solo compran periódicos si salimos nosotras. Y somos muchas. Desde aquí les animo a incluir deporte femenino en todas sus versiones, fotos, estadísticas, artículos de opinión, entrevistas…. En poco tiempo tendrán éxito garantizado, además de un público fiel y agradecido.

*Jugadora de la selección nacional júnior femenina de voleibol

¡Ánimo, Ara Malikian!

Por Jose Manuel García Robles

Ara MalikianEspaña, no te reconozco. ¿A dónde te llevan estos políticos que presumen de hacerte más justa, más equilibrada, más cosmopolita, más culta, más artística… ? La realidad es bien distinta.

Este miércoles desayuno con la desafortunada decisión de denegar la nacionalidad española a uno de los mejores violinistas del mundo, Ara Malikian, persona de gran relevancia internacional por quien cualquier país de los que se consideran de primera fila «mataría» como diría Belén Esteban, por tenerle entre los suyos.

Tal vez no es suficiente ser el primer violinista del Real, hacer conciertos y programas de televisión para niños, ir a centros penitenciarios, llenar el Teatro Español, fusionar y dar a conocer el flamenco, a Sarasate y la marca de España por todo el mundo.
No, no es suficiente, vivir quince años aquí, tener residencia legal, tener contratos de trabajo y encima ser empresario. No, no es suficiente para estos políticos que carecen de capacidad e inteligencia para ver más allá de sus narices. Como dice Malikian, «estoy flipado». En este país de quijotes solo triunfan los estafadores, los corruptos y los que no hacen nada.

Desde esta carta mando mi adhesión a este gran concertino que es embajador y caballero, luchador contra los molinos de ignorancia que gobiernan este país. Eres español porque es tu sentimiento y así lo sentimos todos tus admiradores. ¡Ánimo!

Otro atropello de Fernando Alonso

Por José Manuel Llera Lozano

Bahréin tiene un régimen especialmente injusto y tiránico. Imposibilitados para reclamar los más elementales derechos humanos, sus ciudadanos han intentado utilizar, como se hacía hace poco en España, un acontecimiento internacional para hacerse oír: la celebración de la F1. Después del gran número de manifestantes asesinados en la protesta en la F1 de 2011, el Gobierno las persigue aún más, calificando de terrorista cualquier protesta, incluso pacífica.Fernando Alonso

Preguntado Alonso de qué pensaba al respecto, respondió que él estaba allí sólo para “dar el espectáculo”, y que preocuparse por eso le obligaría a preocuparse también por el trabajo infantil en la India o la corrupción en España, como si el papel de la F1 y suyo propio fuera el mismo en esos países. Con ese burdo intento de engañar al público Alonso muestra con todo impudor, y más que otros, que no le importa un atropello más por ganar aún más para sí.

No cuenten conmigo para el espectáculo del maltrato

Por Ángel Villegas Bravo

Una vez más, y ya son muchas las que lo he hecho, apago el televisor para no ver ni oí, la forma (inapropiada, a mi juicio) con que se tratan asuntos relacionados con raptos, asesinatos, maltrato a mujeres, a menores, y asuntos de ese tipo. No me parece que sea decente «estirar» la información, que debe darse pero sin tanto detalle inútil, sin las opiniones irrelevantes de vecinos o conocidos, sin declaraciones de gentes que nada tienen que aportar y sin imágenes que son absolutamente prescindibles. MaltratoY todavía me parece peor que, a cuenta de tales sucesos, se llenen horas y horas de programación en las pantallas, con media docena de personas opinando y revolviendo en los sentimientos de las gentes. Cada uno es muy dueño de ver y escuchar lo que le venga en gana, pero conmigo que no cuenten para semejantes espectáculos.

¿Creencia religiosa o espectáculo de masas?

Por Agustín Arroyo Carro

La última semana de marzo, con motivo de la Semana Santa, España se movilizará para desempolvar santos, vírgenes, peanas, capirotes, cirios, velas, faroles, túnicas, pasos procesionales, tambores, cornetas y una omnipresente y envolvente staurolatría que anegará calles, plazas, templos, parroquias y catedrales.

Estas manifestaciones de religiosidad colectiva merecen todo el respeto que las creencias espirituales deben tener en una sociedad libre, plural y democrática. Sin embargo, se podría pensar, por parte de aquellos que no creemos en ninguna religión, ni semnconsideramos que la religiones sean imprescindibles para vertebrar una sólida estructura democrática, que la ocupación del espacio público, que también es plural y neutro, ha de estar regulado por normas estatales que estén en consonancia con los principios de legalidad y racionalidad constitucional que nos sirve de referencia para articular nuestra convivencia.

 

En España las autoridades eclesiásticas, deberían limitar esta inundación de supuesto pietismo y arrobo iconolátrico a ámbitos más restringidos. Digo esto porque la religión, su vivencia y su práctica,  que debería ser un profundo sentimiento, principalmente, de experiencia interior, no debería convertirse en un espectáculo de masas que, a veces, se asemeja más a una performance colorista de un folklorismo vacuo con más proyección turística que religiosa, que a esa religiosidad sincera que no necesita de este exceso escenográfico un poco agobiante.

Sobre la tragedia del Madrid Arena (III)

Por María Sánchez

«Soy menor y estuve allí»

Soy menor de edad, tengo 17 años y estuve en Madrid Arena, con esto quiero que conste que fueron muchísimos menores de edad, no solo de 17 años, sino también mas pequeños que yo conocía. Ha sido una de las peores experiencias de mi vida. Yo estaba en la pista principal y allí también hubo pequeñas avalanchas, yo sufrí una de ellas y estuve abajo, fueron los peores segundos de mi vida, no me quiero imaginar lo de las pobres chicas y la gente que estuvo en el túnel. La organización fue una autentica basura. Efectivamente no pidieron DNI ni registraron nada. También hubo bengalas dentro de la pista, porque a mí y a mis amigos nos tiraron una a los pies, y con eso ya se demuestra la irresponsabilidad por parte de la organización de no revisar las bolsas. Yo estoy segura de que la mayoría de los «guardas» ni lo eran, únicamente eran gente corriente con chalecos reflectantes, porque no sabían como actuar en esta situación de tanto estrés y peligro. Dentro de la pista, como es normal por la cantidad de gente que había, no se podía ni respirar, además de la cantidad de gente que estaba fumando, una amiga mía y yo nos mareamos mucho y fuimos hacia el túnel para ir al baño y refrescarnos un poco; los guardas no nos dejaron pasar, nos dijeron que nos comprásemos una botella de agua, pero que no podíamos pasar al otro lado, y vimos también cómo un chico que estaba a nuestro lado le suplicó que quería ir al baño, que tenía ganas de vomitar y su contestación fue: «no vas a pasar, vomita ahí, en esa esquina». Eso es algo que no se puede permitir.

Con el tema de las entradas, mi novio, también menor, fue uno de las relaciones públicas, él desde el primer día estuvo al tanto de las entradas que se iban vendiendo, cuatro días antes me dijo: «dame tu entrada, no quiero que vayas, se han vendido más del doble de las entradas permitidas y ahí se va a liar»; no le hice caso, y no me puedo arrepentir mas. Con esto quiero dejar constancia de que todo lo que se dice es verdad, y que ojalá la basura de Justicia que hay en España, por una vez, haga lo que tienen que hacer, únicamente por respeto a las familias de las cuatro fallecidas y de la herida gravemente.

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Por Mauro P.

«Entré en la cola con 15 amigos y salí de ella con uno solo»

Estuve en el Madrid Arena. Dentro del recinto era muy difícil desplazarse de un lugar a otro y más aun desplazarse de un lado a otro. Ni los baños ni las salidas de emergencia estaban
señalizadas, solo había carteles de «emergencias» pero mal situados, ya que estaban encima de las entradas a todos los túneles, los cuales eran de entrada y salida. Las escaleras de acceso a la pista central estaban abarrotadas de gente. Desde primera hora de la noche se reflejó el sobreaforo. Recorrimos 100 metros de cola entre empujones y apretones. Todo el mundo se
dispersó y los que íbamos con amigas íbamos agarrándolas para que no fuesen aplastadas. Yo entré en la cola con 15 amigos y salí de ella con uno solo. La sensación que tenemos todos es que la cola era un arroyo de gente, como un torrente de agua. Y la entrada de acceso al recinto también fue rápida y descontrolada. No había seguridad indicando a la gente cómo entrar o dónde moverse, simplemente metieron a más de 15.000 personas en un recinto cerrado a vistas de su suerte, como si fuéramos ganado, lucrándose de nuestro dinero; de nada sirve comprar las entradas con mes y medio de antelación ya que nunca iba a haber «sold out». Lo único que frenó la venta de entradas fue el alto precio en taquilla, 60 euros.

Fue el «sálvese quien pueda», nosotros fuimos un grupo grande y conseguimos «hacernos sitio» en la pista, pero apenas a 10 metros del fatídico túnel. Pasamos allí varias horas, bailando y disfrutando de la rave sin saber que a 20 metros moría gente. Incluso algunos amigos estuvieron en el túnel en el momento del tapón, a escasos dos metros de la montaña de gente, pero hay que imaginarse la cantidad de ruido, música, gritos que habría para que no se enterasen hasta el día siguiente de que a esa escasa distancia estaba muriendo gente. Según los dueños del recinto del Madrid Arena, la pista de baile estaba diseñada para albergar 3.600 personas, dos por metro cuadrado, y en cualquier foto se puede demostrar que no se acerca para nada a dicha cifra. La Comunidad de Madrid alquiló el recinto a una empresa, encargada de organizar la fiesta, pero si ésta no cumple las normas de uso es tu responsabilidad y más si te estás lucrando por ello.

Sinceramente estoy acostumbrado a que en la noche madrileña nos traten a los jóvenes como ganado, te gastes el dinero que te gastes en la entrada a una fiesta electrónica. Soy habitual en este tipo de eventos y te das cuenta de que si sales sin daños de este tipo de fiestas es porque te has preocupado tú por ti mismo, porque nadie de los organizadores lo va a hacer por ti. Y cuando ocurren cosas de estas lo primero que nos viene a mi y a mis amigos a la boca es: «esto solo pasa en España». Durante muchos años no podremos estar orgullosos de la nación donde nacimos.

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Por Ane

 “¿Cuántas mentiras más de la organización y de los políticos?”

Soy una madre cuyo hijo y quince amigos estuvieron en la fiesta. Tenían la entrada desde hacía tres meses. Fueron por ver a Steve Aoki. Mi hijo llegó a casa desencajado, nos contó que fue horrible, nos enseñó fotos, vídeos.  Hasta un mensaje de Twitter donde el anterior DJ hablaba de 20.000 asistentes, ¿cuántas había entonces cuando actuó Aoki? Puedo asegurar que en el vídeo se ven muchas más, por cierto el tuit dando las gracias desapareció en cero coma.

¿Cuántas mentiras más el Ayuntamiento, la organización, políticos, incluido la señora Botella nos van a contar? ¿Cómo puede ser que la policía ve que hay chavales en la puerta haciendo botellón y salten diciendo que no es competencia de ellos? ¿No dicen que está prohibido el botellón? ¿Cómo justifican los chavales que han estado si les han quitado la entrada? Mi hijo tiene fotos y vídeos, ¿pero y el que no tiene? La culpa no fue del DJ. Mi hijo en marzo estuvo en otra actuación de Aoki, diferencia abismal. En fin, quienes de verdad han perdido son las cinco niñas, las familias se recuperan pero ellas no. Reciban un saludo, una madre atacada por ver a su hijo mal y oír mentiras.

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 Por José M. G. Prado

 “¿Por qué todas esas puertas cerradas?”

Mi hija estuvo allí y dice que uno de seguridad les impidió el acceso a la zona central cuando empezaba a actuar el DJ, y tuvieron que rodear el recinto recorriendo pasillos y varias puertas cerradas hasta casi dar la vuelta al mismo y encontrar por fin una por la que acceder al espectáculo. ¿Por qué todas esas puertas cerradas?

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Sobre la tragedia del Madrid Arena (II)

Por Raquel Fernández

“Vi una tercera avalancha desde arriba, gente aplastada contra las barras”

Mi marido y yo (sí, marido porque tengo 35 años) llegamos sobre la 1 de la madrugada cuando todavía no había mucha gente. En la entrada a mí no me cachearon y a mi marido le tocaron por encima los bolsillos. Cuando llegamos donde supuestamente tenías que entregar la entrada enseñando el DNI solamente me pidieron la entrada, no comprobaron que la misma estuviera a mi nombre.

Una vez dentro nos quedamos en la primera planta (estaba la pista, primera y segunda planta). En un momento determinado decidimos bajar pero al estar abajo me agobié un poco porque había muchos «críos» bailando a empujones y además vi que dos de las salidas estaban cerradas (tenían precinto rojos y blancos con las palabras «No Pasar») y como no tengo ya 18 añitos pensando un poco en que si pasaba algo eso era una ratonera nos volvimos a la primera planta.

Desde la primera planta (estábamos situados junto a los técnicos de sonido que estaban justo encima de la salida donde ocurrió la tragedia) vi un par de avalanchas con gente por el suelo, la verdad es que ya se veía que algo malo iba a ocurrir porque no se veía a nadie de seguridad intentando controlar la situación. Vi una tercera avalancha desde arriba, muchísima gente por el suelo, gente aplastada contra las barras (ya que justo a la salida del pasillo había dos barras que impedían el paso de la gente hacia los laterales). Seguí observando y vi que la gente se levantaba, seguía habiendo tapón y cesó el tráfico de gente, yo lo interpreté como que el personal de seguridad de una forma sensata había restringido la entrada a la pista ya que allí no cabía un alfiler, lo que no imaginaba era lo que estaba sucediendo, que había gente muriendo sólo a unos metros debajo de mis pies.

Os aseguro que el aforo estaba sobrepasadísimo, he estado en muchos conciertos con mucha gente y creo que sé calcular más o menos, de verdad que allí había más de 10.000 personas. Steve Aoki en un momento de su actuación habló de 15.000 personas, supongo que alguien le dio este dato, no se lo inventaría…

Considero que el Madrid Arena era una ratonera, escaleras por todas partes que impiden una evacuación en condiciones si sucede alguna tragedia, salidas cerradas, poca seguridad… nada más poner el pie allí viendo un poco el ambiente se veía que tenían todas las papeletas para que ocurriese algo así, creo que el Madrid Arena no es un sitio que reúna las condiciones adecuadas para un evento de esta magnitud y parece que se ha demostrado.

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 Por Andrea

“Las puertas de seguridad de los lados estaban cerradas, era una autentica ratonera”

Me gustaría detallar todo lo que allí viví. Antes de llegar ya nos venían avisando que habían vendido muchas más entrada que aforo, que llegáramos antes por si acaso. Esto fue verdad, el pequeño y gran detalle fue que eso se hizo siendo conscientes, conscientes de que allí habría muchas más personas de las que cabían. Cuando llegamos y entramos no nos hicieron ni un control de lo que llevábamos, ni de bolsos ni de botellas, nada (hubo gente que metió dentro botellas grandes de alcohol, petardos, de todo).

Cuando entramos, ya nos pareció muy raro que no nos controlasen nada, ya que nosotros hemos asistido más de una vez a ese recinto a fiestas y siempre nos han chequeado y cacheado por seguridad. Quiero dejar claro que eso no se lo hicieron a nadie. Nadie pasó por un control, ni por tornos como está diciendo la organización. No existía un control ni de número de asistentes ni de objetos.

Otra cosa que me gustaría comentar para que lo sepáis es que no todas las entradas se contabilizaron. Es decir, no existe un verdadero control ni datos verdaderos porque es imposible, ya que no se controlaron todas las entradas, es decir, se la quedaron y ya, ni la cortaban y nos la devolvían, ni cuando había un código de barras que pasar en los que la llevábamos online. También es cierto que en todas estas fiestas siempre parten la entrada o la chequean y la devuelven ( yo tengo todas mis entradas de fiestas de ahí pasadas), allí no. Allí se quedaron con nuestras entradas, supongo que ellos mismos sabían que habían vendido muchas más de lo que cabíamos. En resumen, se quedaron nuestras entradas y muchas no las controlaron, era un autentico cachondeo, hablando mal y claro. Con todo esto se demuestra que era imposible que existiera un control del número de personas que estaban accediendo a la sala, ya que ni siquiera se podía contabilizar.

Al entrar todos, absolutamente todos los que íbamos juntos nos quedamos sorprendidos con la cantidad de gente que había, cuando intentamos bajar a la sala principal (donde ocurrió la avalancha) era imposible porque estaba colapsada con gente sin poder moverse, la gente quería entrar y salir por el mismo sitio, y esto era imposible. Todo eso se debió a que en una sala con infinidad de accesos estaban abiertos creo que 3 en total, y solo uno a la sala grande de abajo, la principal. Las puertas de seguridad de los lados estaban cerradas, estábamos en una autentica ratonera.

Otro matiz que me gustaría contar es la poca seguridad que allí dentro existía y cómo se les fue de las manos. Yo, por desgracia o por suerte, ya no lo sé, estuve presente en una pelea de 5 chicos contra mi novio, el cual no podía hacer nada frente a ellos; nadie, nadie de seguridad estaba ahí para ayudarnos, por más que gritaba desesperada ayuda y buscaba por los lados a gente de seguridad que parasen a esos locos. Cuando conseguimos que pararan nos fuimos en busca del Samur para que nos atendieran a él por la paliza y a mí por ataque de ansiedad y shock, allí fuera había un auténtico descontrol. Cuando estábamos esperando que alguien nos ayudase del Samur, uno de seguridad nos estuvo contando que estaba todo descontrolado, que la empresa solo había querido contratar seguridad privada, y que ya en el momento en el que las 5 personas se encontraban en parada cardiorespiratoria se llamó a la Policía y al Samur.

Cuando yo estaba fuera eran las 4,15 y estaban empezando a llegar las ambulancias, la avalancha empezó a las 4, es decir, nos dijo textualmente «que no había nada preparado ni organizado para algún problema, y menos para lo que estaba ocurriendo», y todo eso fueron palabras textuales de un seguridad que nos dijo que estaba sobrecogido y que él ni por 500 euros que cobraba la noche volvería a trabajar en algo tan descontrolado y mal organizado.

Las cosas se hicieron mal, muy mal. Y yo puedo estar contando esto gracias a Dios, pero esas 4 niñas que fallecieron no. Por eso cuento mi testimonio, para que se sume a todos los que queremos decir la verdad y explicar cómo nuestra propia vida y seguridad nos la quisieron comprar. De verdad que todo fue una autentica pesadilla, de la que todos queríamos despertar, pero no podíamos porque estaba siendo real. La organización fue pésima, no había control, no había seguridad ni gente preparada, se demostraba que lo único que quisieron fue abarcar demasiado y por ello una fiesta en la que todo íbamos con alegría y ganas de pasarlo bien con nuestra gente terminó en tragedia. 

Lo que está claro es que no se puede seguir permitiendo que pongan nuestra vida en peligro así, que nos compren de esta manera para que todo acabe en esto. Sales de fiesta con tus amigos y tienen que llamar a tus padres para decirles que has muerto. ¿Realidad? Totalmente. Cuatro chicas perdieron la vida en esto y una se debate entre la vida y la muerte, cuando su único objetivo era pasárselo bien en la noche de Halloween. Yo puedo estar contándolo, y doy gracias por ello. Mis amigos también. Pero ellas no. Aun así, es inevitable pensar que yo podría ser ahora mismo una de esas chicas para las que una fiesta terminó con sus vidas, y eso me tiene traumatizada. 

Jamás había visto el Madrid Arena así, tan mal organizado, y con tanto descontrol y tantísima gente. Lo que tengo claro es que es mi última fiesta de este tipo, y que gracias a Dios hoy puedo estar contando mi testimonio. Mucha fuerza a las familias de aquellas tres chicas. Espero que os sirva de ayuda para seguir sumando datos y vivencias a esta gran pesadilla. No dejamos que llenen de mentiras los organizadores para salvarse ellos, todo se hizo mal. Y todos nosotros pagamos las consecuencias de ello, y ellas más que nadie.

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