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Entradas etiquetadas como ‘escuela’

No me gustan los profesores que enseñan que las mujeres somos cosas a las que se puede pisar o violar

Por Elisabet Ruano

Imagen de la polémica presentación (Twitter: @Niuria123)

Imagen de la polémica presentación (Twitter: @Niuria123)

Hay días en los que te encuentras en la prensa algo que no debería permitirse: una clase de futuros médicos ve una serie de diapositivas donde las mujeres nos convertimos para los alumnos, – gracias a la iluminación del profesor- en un cacho de carne, en un objeto. No se entiende muy bien cómo para explicar cualquier teoría o cualquier concepto es necesario exponer una imagen con una serie de palabras que nos convierten a las mujeres en indignas, totalmente denigradas. Una metodología no tiene por qué despojar de la dignidad a ningún ser humano.

A lo largo de mi vida nunca he tenido una experiencia de ese tipo: ver cómo se humilla a otras personas en un contexto académico. Y sigo en el camino del aprendizaje y no han acudido a métodos tan poco éticos y morales para explicarme a teóricos como Hobbes o Hannah Arendt; valga de por sí el modelo androcéntrico de cultura e historia que tenemos como para que además se tenga que acudir a unas formas totalmente fuera de lugar. Estamos en el siglo XXI y la dignidad de la persona se debe transversalizar a cualquier contexto. ¿Cómo es posible permitir eso?

No me gustaría que mi hija, que este año se incorpora a la educación, se encontrara a lo largo de estos años profesores/as que le enseñan que las mujeres somos cosas a las que se puede pisar, abusar o violar. No me gustaría que mi hija se sintiera inferior a otros/as niños/as. No me gustaría que a mi hija por el hecho de ser mujer se le limitara en la escuela o se le denigrara con imágenes como las que se han podido ver. Si no se quiere asumir que eso es un problema, entonces me parece que estamos ante una sociedad enferma.

 

Sobre las oposiciones al cuerpo de maestros

Por Silvia Moreno Hernández

Hace poco, en una conversación intrascendente, salió el tema de las oposiciones y el famoso examen de cultura general de Madrid y alguien me dijo que no era concebible que un maestro de primaria no se supiera, por ejemplo, todos los afluentes de España, no supiera conjugar el verbo «yerrar» o no supiera situar exactamente todos los huesos del cuerpo humano, mostrando un asombro absoluto ante el hecho de que el 80% de los maestros suspendan ese examen. No me extraña, hace un tiempo que los maestros tenemos que comernos una campaña para dejarnos como incompetentes: así pasa que asesinan a un interino y no se arma la de Dios. Total, los maestros se supone que somos esas personas que no valemos «para otra cosa», aunque luego quede en nuestras manos lo más importante: vuestros hijos. Pero lo que se suele pasar por alto es:

1) Que no es un examen orientado a averiguar lo que realmente sabe la gente, sino a descartar gente, por lo que ponen más preguntas de las que somos capaces de responder en hora y media, obligando a hacerlo deprisa. Imaginaos lo que supone, por ejemplo, de cara a cálculos que sabes hacer, pero te baila un número y te anulan toda la pregunta.

2) Que si realmente pretendiera ser un examen objetivo, las preguntas serían tipo test y no desarrollo (como sucede con otros exámenes de oposiciones no susceptibles a «interpretaciones») y, además, si pretendieran valorar realmente lo que sabemos no nos pondrían a hacer tres pruebas consecutivas en siete horas, como sucederá este año, en el que el examen comenzará a las 8:30 de la mañana y acabará a las 15 de la tarde. Ya a las 13 estaremos medio muertos y, después de que nos hayan fusilado a cálculos y preguntas diversas (cada examen es muy largo), tendremos que escribir con la mano machacada no menos de seis páginas del tema que nos toque de pura memorieta.

3) Además, si tanta importancia le dieran a que conozcamos unos contenidos y no otros, al igual que existen unos temarios oficiales para el tema a desarrollar existirían unos temarios de referencia para que sepamos lo que nos tenemos que estudiar y pudiéramos organizarnos. Se «supone» que la referencia es cualquier contenido que pueda caer en Primaria, pero cualquiera que haya visto los exámenes sabe que las preguntas realmente tienen un nivel de ESO y, a veces, de Bachillerato. Me gustaría saber cuánta gente superaría un examen de ESO-Bachillerato en la actualidad tras más de una década de dejar atrás esa etapa de su vida y tras haberse especializado en otras cosas. Así que no me vale eso de «si yo supiera que tengo un examen de cultura general me lo prepararía y no habría problemas». Los cojones. Y más cuando no se trata de una única prueba: tienes el examen de cultura, el de temario, la programación, la defensa, los cambios de legislación constantes que retrasan el trabajo, los preparadores que más que orientarte te desorientan para sacarte el dinero… ya, ya.

Un profesor. (GTRES)

Un profesor. (GTRES)

4) Que es normal que un maestro no sepa todo de todo, al fin y al cabo pocos titulados universitarios conozco que sepan resolver una raíz cuadrada o hacer correctamente un análisis sintáctico, los que hacen lo primero rara vez saben lo segundo, o viceversa. De todas las cosas que aprendemos como básicas durante la enseñanza obligatoria empleamos muy poco al final y hay un importante principio de la pedagogía que te enseña que aquello que no se utiliza, que no es significativo para la vida cotidiana, se olvida. Quién sabe si deberíamos replantearnos la enseñanza de ciertos contenidos que, siendo «tan importantes», todo el mundo de adulto olvida sistemáticamente.

5) En las carreras que tienen que ver con la didáctica (magisterios diversos, pedagogía o la difunta psicopedagogía) no nos enseñan cosas que podríamos repasar estudiando la Wikipedia, sino enseñándonos cosas en las que un maestro es insustituible como la didáctica de las áreas, la psicología infantil y juvenil, las herramientas que desde la psicología se pueden aplicar a la educación (lo que se sabe de motivación, atención, dinámica de grupos…), la atención a las diferentes necesidades educativas especiales, los diferentes modos de razonar para enfrentarse a la resolución de un problema…si no fuera así, nos bastaría tener como maestros a personas que fueran estupendas para jugar al Trivial en lugar de a profesionales de la educación. Aunque, visto lo visto, en realidad mucha gente quiere de enseñante al que ganaría uno de estos concursos de la tele. Luego si hacen cosas como las que se han visto recientemente en funcionarios (atar a los niños con cuerdas o castigarles a estar dentro de un contenedor) no pasa nada, que como son estupendos loritos ya les consideramos plenamente competentes.

Tal vez sería más interesante que hiciéramos psicotécnicos en lugar de estos «juegos del hambre» para maestros.

Así que quien considere que es fácil, que critique menos y se presente.

 

Salvaguardemos la calidad de nuestros oficios artísticos

Por Teresa Álvarez Sánchez

Esta semana se suceden las protestas ante la falta de profesorado en la Escuela de Arte La Palma, situada en el castizo barrio de Justicia, en el centro de Madrid. El lunes se paralizaron las clases y se realizó una protesta pacífica en la puerta de la Escuela para reclamar que se incorporen inmediatamente los 8 profesores que faltan. Después de un mes de iniciado el curso escolar, este año con la sorpresa de tener que pagar 180 euros de tasas, alumnado de bachillerato de Artes, y ciclos de formación superior se encuentran sin poder cursar algunas de sus asignaturas principales como dibujo artístico, vidrieras, ebanistería, etc.

La protesta terminó con la redacción de un escrito consensuado para llevar a la Consejería de Educación y la recogida de firmas entre el alumnado y vecinos y comerciantes del barrio que sienten simpatía por la escuela y los estudiantes de la misma pues forma parte del barrio. El martes se presentaron todas las reclamaciones en la Consejería. La escuela lleva sufriendo las consecuencias de los recortes desde el año pasado, donde los valiosos volúmenes que forman su biblioteca, muchos de ellos, descatalogados e imposibles de encontrar en otras bibliotecas o en el comercio, se quedaron sin la atención de la figura del bibliotecario, aliado imprescindible en la formación del alumnado.

España es un país con una larga tradición artística y uno de los mejores Patrimonios artísticos del mundo. Las Escuelas de Arte preservan ese buen “saber hacer” nuestro, al mismo tiempo que lo actualizan para resultar competitivos en los tiempos contemporáneos. No nos llevemos las manos a la cabeza ante la restauración aficionada del Ecce Homo y salvaguardemos la calidad de nuestros oficios artísticos. Son nuestra mejor marca.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

La escuela de música de Ciempozuelos, una de las cuatro mejores de España, en riesgo

Por Paqui Santacruz

Asisto perpleja a la desaparición de una de las cuatro mejores escuelas municipales de música de España y un referente en nuestro pueblo [Ciempozuelos, Madrid] sin que se haga el menor esfuerzo por salvarla ni por parte de nuestros representantes ni por parte de la población. Durante junio y julio, el Ayuntamiento, gobernado por el PP, estuvo buscando la manera de deshacerse de la escuela y sus profesores e invitar a alguna empresa a tomar las riendas de la escuela para, según ellos, tener un coste cero en esta actividad.

Para ello mandaron un estupendo folletín a todo color explicando lo caro que eran los profesores y mintiendo descaradamente en cuanto a sus salarios y horarios. Para esto sí que hubo dinero; lo que no se menciona es que los profesores aceptaron bajarse el sueldo y estudiar una propuesta para salvar la escuela. Al final tamaña fechoría se perpetró con nocturnidad y alevosía y con la ayuda de la abstención del representante del otro partido, por cierto, ex alcalde y también metido en temas judiciales.

Llevo todo el mes de septiembre intentando que alguien me dé alguna información del futuro de la escuela. Ni en el ayuntamiento ni en la propia escuela -donde siguen estando los profesores en sus puestos pero sin saber qué va a ser de ellos ni que la empresa «fantasma» se presente- saben nada de ello. A 28 de septiembre solo sé que mis hijos, como tantos otros niños y adultos que se beneficiaban de la escuela, están en el «limbo» musical. Por cierto, para las fiestas de la localidad de principios de septiembre sí que hubo dinero para que siguieran siendo, en palabras de la alcaldesa, «las mejores fiestas del sur de Madrid.» ¡Qué triste!