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Entradas etiquetadas como ‘emigracion’

Los emigrantes españoles estamos en el olvido institucional, descuidados y maltratados

Por Inés Alonso

Funcionario

Un funcionario frente a un ordenador. (ARCHIVO)

Mi nombre es Inés, tengo 31 años y soy una de tantas jóvenes que abandonaron España en plena crisis esperando encontrar mejores oportunidades laborales en el extranjero. Hace tres años me vine a Montreal, en Canadá, donde actualmente resido. Las «aventuras» a las que nos enfrentamos no solo relatan la historia de la adaptación, el aprendizaje del idioma y la cultura o la más dolorosa nostalgia de nuestra tierra, familia y amigos. También, desafortunadamente, forma parte de nuestro día a día el enredo institucional al que nos vemos sometidos.

Pagamos miles de dólares para obtener permisos de residencia y sufrimos meses/años de espera en los que no podemos planear nuestro futuro más inmediato. Vemos como las instituciones españolas nos dan la espalda. Mucho se ha hablado del voto rogado, pero hay otras muchas barreras, como el hecho de que no podamos renovar nuestro DNI, ni registrar obras artísticas, ni solicitar documentos nacionales por correo. Muchos impedimentos que nos tienen haciendo cola en los consulados sistemáticamente y aceptando «no» como respuesta a las más simples demandas. Consulados que no atienden más que unas pocas horas por la mañana, que no responden ni emails ni llamadas (como el de Montreal), que no interfieren para solucionar problemas básicos. A seis meses de que mi pasaporte caduque (teniendo ya el DNI caducado desde hace meses), voy a tener que ausentarme del trabajo para que el consulado envíe un dichoso folio por correo en mi nombre solicitando la renovación. Algo que no puedo hacer yo (debe ser la dificultad) y que les he solicitado por email más de cuatro veces, sumando no sé ni cuántas horas de espera al teléfono para jamás ser atendida.

Los emigrantes españoles estamos en el olvido institucional. Descuidados, maltratados y a expensas de funcionarias con salarios mínimos que no ponen ni un minuto extra de su tiempo en facilitar las cosas.

Inmigración, cambio climático, Siria… las soluciones más baratas muchas veces no son las mejores

Por Patxi Aznar Bellido

Para encontrar la solución a cualquier problema hay que saber las razones que lo provocaron. Después, lo que desgraciadamente suele pasar es que la solución más lógica no sea a corto plazo la más barata y por ello se desestime.

¿Quién no recuerda que hasta hace poco para frenar el fenómeno migratorio lo que se hacía era poner más trabas al mismo? Más policía, vallas más altas y algunas veces hasta con concertinas. No hace mucho que oí decir al Sr. Rajoy que lo que había que hacer era invertir en los países de origen de los emigrantes, y es que está claro que las soluciones más baratas muchas veces no son las mejores.

Lo mismo con el cambio climático; nos decían que el comportamiento anormal del clima dependía exclusivamente de los ciclos de la naturaleza. Ahora, en cambio, nadie pone en duda que el cambio climático está directamente relacionado con la actividad humana.

Una persona rinde homenaje a las víctimas de los atentados de París, en la Plaza de la República (Ian Langsdon/EFE).

Una persona rinde homenaje a las víctimas de los atentados de París (Ian Langsdon/EFE).

Para finalizar terminaré con la intervención en Siria, no sin recordar de antemano tanto los atentados de París como el bombardeo de los Estados Unidos, a pesar de estar avisados de un hospital de Médicos sin Fronteras en Afganistán. Lo curioso en este caso es que el país más potente de la tierra no acepte una investigación independiente, lo cual, para cualquiera que se llame persona debería ser vergonzoso, pero desgraciadamente en este mundo quien tiene la fuerza parece que tiene patente de corso y por ello por mucho que digan van a seguir pasando atrocidades parecidas.

Ahora los países occidentales hablan de la intervención en Siria aunque conocen perfectamente la responsabilidad de Occidente en el crecimiento del radicalismo islámico. Teniendo todo esto en cuenta yo me pregunto, ¿no sería más lógico estudiar cómo ha surgido el conflicto y tomar otro tipo de medidas que no sean las fracasadas intervenciones militares de Afganistán, Irak o Libia?

 

El valor de mi formación

Por Noelia Roncero

Escribo para expresarles la frustración con la que está viviendo un gran colectivo en España como es el de los licenciados. Y más especificamente aquellos licenciados que emigramos con la esperanza de mejorar nuestra formación y añadir valor al currículum para que se nos recompense en un futuro y a la vuelta nos encontramos con que las cosas siguen igual o peor. Mi intención es dar voz a aquellas personas que han luchado y sacrificado muchas cosas en países culturalmente diferentes a España con el reto que eso conlleva y que, a pesar de ello, no están incluidas en ninguna propuesta para el cambio ni en debates políticos ni en programas electorales.

Un estudiante borrando una pizarra

Muchos licenciados no encuentran su lugar en el mundo laboral. (D.R.)

Soy una licenciada en LADE de 28 años que emigró a Londres y luego a Cambridge con el objetivo de mejorar mi inglés. Empecé en Londres limpiando habitaciones (algo de lo que no me avergüenzo) y acabé trabajando en la Universidad de Cambridge como administrativa, algo que no ha sido fácil de conseguir. Aún así me considero afortunada por haberlo logrado, pues no es un camino fácil: los ingleses no te dan oportunidades fácilmente. Tienen que confiar en ti, y el idioma es una gran barrera. He invertido los ahorros en hacer un máster de Recursos Humanos en Cambridge con la esperanza de llegar a España y tener un currículum diferente y optar a puestos con un salario decente.

Sin embargo, he tenido que volver después de cuatro años por desafortunadas circunstancias y cuál ha sido mi sorpresa al ver que las pocas empresas que me han llamado lo han hecho para ofrecerme becas de 300 euros. ¿Eso es lo que valgo? ¿Tanto esfuerzo, tanta dedicación puesta en formarme para acabar teniendo la misma remuneración que tuve antes de irme?

Pues bien, mi caso es similar al de muchos otros jóvenes. Mi opinión es que los salarios de hoy en día se deberían valorar por la formación que hayas recibido, ya que es justo que, habiéndome gastado mis ahorros en mejorar mi nivel en idiomas, sea recompensada. Pero parece ser que en España todo vale, y si nos podemos aprovechar de los jóvenes inexpertos lo hacemos sin ningún escrúpulo. He llegado a ver ofertas de trabajo en las cuales lo único que te ofrecían como compensación era un zumo de naranja. ¿Es así como nos tenemos que malvender hoy en día en España?

Para que España sea competente tenemos que apostar e invertir en nuestro talento.

Recorte de pensión a una emigrante

Por Antonia García

He sido emigrante y desde hace cinco años estoy jubilada. ¡Creí que tendría tranquilidad y una vejez sin sobresaltos! No hay quien entienda mi pensión. Hacienda no me reclama nada ya que coticé en Alemania solo cuatro años y me la prorratearon con la de España. Como era una pensión muy baja me da un suplemento de 200 euros aproximadamente y por residir en España.

Foto de dinero. (FINANCIAL RED)

Todos los años tengo que hacer una declaración en la Seguridad Social asegurando que resido en este país, de lo contrario me quitarán el suplemento. Pero lo último ha sido la noticia de este mes:

He recibido una carta de la Seguridad Social en la que me informan de que, según ellos, me pagan de más y les debo 200 euros. Me bajan la pensión porque dicen que me paso. Cobro 97 euros de Alemania y de aquí cobraba 520, y ahora se me quedan en 400. Me comentan que eso es una ley que ha puesto nuestro queridísimo gobierno. Si alguien puede informarme acerca de este tema se lo agradecería enormemente.

Se han olvidado de una promoción entera de enfermeros

Por Ana Mª García González

¿Se acuerda de aquella alumna o alumno de enfermería que se encontró en el hospital? Estoy segura de que sí. Aproximadamente 400 personas nos graduaremos este año en Galicia como profesionales de enfermería. Después de 4 años de preparación, ¿qué opciones tenemos?, ¿qué futuro nos espera? Yo les explico:

En primer lugar nos graduamos tarde, muy tarde. Las facultades no se han adaptado a los tiempos que corren, en especial la mía. El 3 de julio nos darán el título, es decir, a partir de esa fecha podremos ejercer. En qué se traduce eso, en que las vacantes de verano en las instituciones privadas estarán cogidas, así que, mal vamos.

Imagen de archivo de una enfermera poniéndole una inyección a un anciano. (ARCHIVO)

Imagen de archivo de una enfermera poniéndole una inyección a un anciano. (ARCHIVO)

A las oposiciones del Sergas de 2015 no nos podemos presentar. Por un mes de plazo nos hemos quedado fuera. ¿Se pueden imaginar la cara que se nos ha quedado? Facultades de enfermería, instituciones sindicales y el propio Sergas se han olvidado de toda una promoción a la cual han formado. Así que lo de trabajar en el Sergas vamos a descartarlo hasta dentro de unos cuantos años.

Otra elección, preparar la especialidad de enfermería, conocido como EIR. Este año 2015 se han convocado para toda España 959 plazas para aproximadamente 13.000 aspirantes. Sí han leído bien: 13.000 aspirantes. Pero no acaba aquí la cosa, ¿sabía usted que existen seis especialidades y la única que en Galicia tiene lista de contratación es la de matrona? A usted no se le pasa por la cabeza que un cirujano cardíaco le opere de un riñón, a mí tampoco. ¿Por qué no avanza la profesión enfermera en este aspecto?

Como última opción tenemos irnos al extranjero. Hace poco en la facultad nos ofrecieron buenas condiciones de trabajo para Inglaterra y a sabiendas de que no va a ser fácil, muchos de mis compañeros van a emigrar y les puedo asegurar que si esto no mejora, no volverán.

La profesión de enfermería se fundamenta en una buena base de conocimientos y práctica, mucha práctica. El contacto con el paciente es fundamental y si nos apartamos durante años de ellos, todo el esfuerzo realizado hasta ahora se perderá.

¿Usted quiere ponerse en manos de una enfermera que lleva un par de años sin ejercer y que cuando lo haga será durante exclusivamente en verano? Ahora mismo puede pensar ¿y a mí qué me importa?, no va conmigo.

Reflexione: la enfermera es el profesional de la salud que más tiempo pasa con los pacientes y los cuidados que usted o su familia necesiten, está en nuestras manos. En un futuro nos va a exigir una atención de calidad, yo le pido ahora que nos ayude a hacernos escuchar.

Carta de una emigrante española en Francia

Por Virginia Gil Gallardo

Hace tiempo que los aeropuertos dejaron de ser para mí el preludio de unas alegres y merecidas vacaciones.

Tengo treinta años y hace cuatro, tras una concienzuda preparación y mucho esfuerzo, emigré a Francia en busca de una oportunidad laboral que mi país me negó (robó).

Me fuí, como bien podría decir una canción de Sabina, con una maleta repleta de besos con regusto amargo y sin billete de vuelta.

Hoy en día hago malabarismos con mi sueldo de enfermera para poder volver a mi hogar muy de vez en cuando.

Papel y bolígrafo en una imagen de archivo

Papel y bolígrafo en una imagen de archivo

Escribo esta carta en uno de mis viajes de regreso a Francia, donde como ya anticipaba en el título, el aeropuerto se ha convertido para mí y para muchos españoles en la Crónica de una muerte anunciada (con mi máximo respeto al Gabo).

En las terminales ahora les llora el alma a las madres y se les cae a los piés a los hijos. Mueren ilusiones y planes de futuro. Se secan y arrancan raíces, que con tanto mimo y esfuerzo plantaron nuestros abuelos.

Los señores políticos (soy generosa con el eufemismo) nos están robando algo más importante que el dinero, nos están robando nuestro pasado, nuestro futuro (del presente mejor ni hablar) y con ello nuestra felicidad.

Y algunos todavía tienen la osadía o la desvergüenza (apuesto más por ésto último) de llamarnos jóvenes aventureros.

Aventura es sobrevivir en España, excepto para una minoría privilegiada, de privilegios inmerecidos.

Permítanme decir, y con ésto acabo, que modifique el final de una obra maestra, que por desgracia sólo me quedó París.

Remito esta carta con la esperanza e ilusión de que la publiquen y así se de voz a muchos españoles que nos hemos visto obligados a emigrar para labrarnos un futuro. Seguro que conocen a algunos, a muchos me atrevería a decir.

No pude evitar emocionarme al escribir estas letras, seguramente ha ayudado el hecho de que tengo miedo a volar. Me despido con la ingenua esperanza de poder comprar algún día mi billete de vuelta.

Fdo: Una emigrante española más.

Emigrantes o inmigrantes

Por Gerson Hernández

(Juanjo Martín /EFE)

(Juanjo Martín /EFE)

Seis de la mañana, empieza la lavadora del vecino de arriba. Aunque quizá debo agradecer que ya no la ponga a las dos o a las tres de la madrugada como hace unos meses, y que ya no tenga que pasar el calvario de la vecina del quinto escuchando «bachatita» a todas horas. Aunque puede ser peor, como por ejemplo el del bajo, que tiene que soportar una iglesia que tiene alquilado el local de la esquina. Y así podríamos seguir un buen rato con este tema.

Hace unos meses, un periódico nacional, pedía a la gente que estaba en otros países buscando trabajo, que diera sus consejos a los españoles que planeaban seguir el mismo camino. Nadie hizo referencia a las normas de convivencia, de civismo o a un comportamiento adecuado a la cultura del país donde se encontraban. No hubo un: «debes ser respetuoso o educado en esto y aquello». ¿Tan difícil de entender es que, por diferente que sea nuestra idiosincrasia, es imposible querer que todo un país se amolde a nosotros? ¿No es más fácil seguir sus reglas, leyes, normas y costumbres? ¡Por favor! Dejen de sentir y creer que cuando llegan a un lugar remoto al que nacieron, lo vuestro es mil veces mejor. No es así, tan solo es diferente. No tachen a los nativos de cualquier ciudad, pueblo o país de racista simplemente porque no les dejan seguir la fiesta hasta las cinco de la mañana, tomar cervezas en el portal del edificio o sacar la basura cuando les venga bien, entre muchas otras cosas.

Un consejo para los inmigrantes y los emigrantes: «Cuando a Roma fueres, haz como vieres» (El Quijote II 53). Sencillo refrán y cuando se aplica, lo mucho que llega uno a ganar. ¡Ah!, por cierto, yo soy inmigrante también.

Las bicis también emigran

Por María Sanz

AmsterdamEsta mañana, al salir de mi casa para ir a trabajar me he encontrado con la sorpresa de que mi tan preciado medio de transporte había desaparecido. Mi bicicleta verde de paseo, la que poseo con cariño desde hace varios años, se había evaporado. No había rastro de la cadena que le ataba a la valla y ni siquiera un recuerdo de la cuerda que llevaba en el asiento trasero. Aunque al principio mi reacción ha sido de tristeza, segundos después me he dado cuenta de que posiblemente la bicicleta había decidido huir a un lugar mejor alejada de la contaminación y del barullo madrileño para iniciar nuevos rumbos en otros países donde la gente tiene consideración por ellas, donde están libres en la calle y hay hasta carriles exclusivos para que circulen.

No puede imaginar que un alma humana, aprovechando el silencio y la luz sepulcral de la noche, haya decidido llevarse mi bici para venderla en algún mercadillo de segunda mano. Si vais a alguno de estos países y la veis, decidle que vuelva, que yo mientras tanto, en mis viajes en el suburbano, me dedicaré a buscar en webs de reventa alguna hermana gemela.

Sigue el esperpento

Por Enrique Chicote

González PonsPrimero fue Fátima Báñez quien animó a nuestros jóvenes a buscarse la vida fuera, sin necesidad de llamar a eso emigración, sino «movilidad exterior», una actividad con mucha mejor prestancia que, por lo visto, convierte el hecho de salir de aquí a la fuerza en algo incluso apetecible. Mientras la emigración nos transporta a la imagen de Juanito Valderrama cantando El emigrante, la movilidad exterior y Enrique Iglesias son una misma cosa.

Pues bien, ahora Esteban González Pons y María Dolores de Cospedal han venido a reforzar la campaña con la siguiente aportación geográfica: trabajar lejos de España, en cualquier otro país de la Unión Europea, no es trabajar en el extranjero. Así por ejemplo, un joven sevillano que encuentre empleo en la Laponia finlandesa, de acuerdo con la teoría de los líderes populares, deberá sentirse como en casa. El esperpento nacional continúa en cartel.

 

Las bicicletas no son para España

Por Mónica García

Ciclista en CibelesEn los tiempos que corren, se fomenta la figura del emprendedor y se anima a la creación de PYMES, pero curiosamente a Edu Sentís, un empresario catalán, se le denegó financiación para llevar a cabo su proyecto.

La empresa de Edu Sentís creó una innovadora bicicleta eléctrica y tras haber ganado un concurso público en Copenhagen (Dinamarca) se le encargaron 11.000 bicicletas. Su oportunidad se esfumó cuando los bancos y administraciones de España le denegaron la financiación para fabricar dichas bicicletas. Finalmente, este joven ha tenido que vender la licencia a una empresa alemana.

¿Qué pasa en este país? Tenemos grandes talentos, personas creativas con muy buenos proyectos y que no se encuentran respaldadas para llevar a cabo sus sueños. Están pagando justos por pecadores. En cierto momento se daban créditos y se financiaba todo. Tras agotar estas fuentes ahora nos hallamos en plena sequía. El problema es cuando los emprendedores de este país tienen que acabar recurriendo a otros países. Los proyectos, los emprendedores y los jóvenes emigran en busca de oportunidades. Es lamentable que estén dejando marchar el futuro del país, el ‘ave fénix’ de la crisis. Queda patente que las bicicletas no son para España.