Por Raúl Rodríguez Escribano
Neil Patrick Harris es noticia y no es de extrañar. El actor, cantante y mago estadounidense ha sido el encargado de llevar la 87 edición de Los Oscar. En una edición marcada por la exclusión de nominaciones a actores de color, Harris ha sabido llevar la ceremonia de forma espléndida, y es que ya tenía práctica, puesto que ha sido varias veces el maestro de ceremonias de los premios Tony.
Sin duda alguna, el actor es todo un ejemplo a seguir. Tras su larga carrera interpretativa, ha demostrado que vale para cualquier cosa que le echen encima. Y no sólo eso. Después de darse a conocer internacionalmente por su mujeriego personaje en la ‘sitcom’ Como conocí a vuestra madre, Harris hizo pública su homosexualidad demostrando a la industria cinematográfica que el talento interpretativo no se mide según la orientación sexual. Sin embargo, no todos corren la misma suerte.
Su antecesora como presentadora de Los Oscar, Ellen DeGeneres, se vio obligada a dejar de lado la interpretación tras su salida del armario. Esperemos que el polifacético actor no se vea afectado por ello, pues es un modelo a seguir en su trabajo.