Por Mª Victoria Bullón Alonso*
El 20 de febrero la Comunidad de Madrid excluyó a la Formación Profesional de Grado Superior del concierto educativo. Esto significa que nuestros 7.000 alumnos tendrán que pagar por estudiar entre 200 y 300 € al mes. Eso o buscar una plaza en un centro público, en unos estudios con un número de plazas que no cubre la demanda. El próximo curso, tras la eliminación de las plazas concertadas, será aún más difícil estudiar FP. Se trata de un recorte en educación, ya que el dinero que se ahorre con la retirada de los conciertos, no se invertirá en la escuela pública. Nos dicen que no hay dinero para una etapa no obligatoria.
Desde la comunidad educativa estamos realizado una serie de actuaciones reivindicativas e informativas que no están teniendo repercusión en los medios. Y creo que esto es así por cuestiones ideológicas: los que creen en la educación como fuente de oportunidades quieren una escuela pública y los otros quieren que solo estudie el que pueda pagarlo. Y en medio está la formación profesional concertada, el lado menos glamuroso y más social de la educación concertada, abandonada a su suerte.
*Profesora en un centro concertado de FP