Por Carlos Juárez Gómez
A mí me hace mucha gracia la alegría con la que sus señorías incumplen su obligación de presentarse en sus puestos de trabajo.
El señor Errejón tiene un calentón en su partido y eso lo pagamos los demás costeándole su no asistencia al Congreso para cumplir con sus obligaciones.
Eso si, sus compañeros de partido se apresuran a decir que está trabajando, no se sabe dónde ni en qué. La próxima vez que yo tenga una discusión con mi mujer le diré a mi jefe que me quedo en casa reflexionando a ver si cuela.