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Entradas etiquetadas como ‘dimision’

Vicente Del Bosque, tu momento de gloria ya pasó

Por N. R.

Vicente del Bosque, entrenador de la selección española (Europa Press).

Vicente del Bosque, entrenador de la selección española (Europa Press).

A raíz de la reciente noticia de que Del Bosque deja la selección española, quiero dar mi opinión al respecto, y es que esa dimisión llega dos años tarde.

Después de ganar un mundial y una eurocopa, el seleccionador empezó a cagarla. En 2013, en la Copa Confederaciones España perdió ante Brasil con un 3-0, le siguió entonces el Mundial de 2014, momento en el que creo que el entrenador debió ser un poco más cauto, pararse a pensar que su momento de gloria ya pasó y que lo estaba haciendo mal y dimitir. No lo hizo entonces, y ha tenido que dejar escapar esta Eurocopa para darse cuenta de es hora de retirarse.

Joaquín Caparrós es uno de los nombres que más fuerte suenan a la hora de elegir al sustituto de Vicente Del Bosque, aunque también se oye el nombre de Camacho o de Rafa Benítez. En cualquier caso, un cambio es lo que le hace falta a ‘La Roja’ para volver a ser la que fue allá por 2010, cuando ganamos nuestro primer mundial.

 

Arantza Quiroga, tú no has fracasado

Por Jon García Rodríguez

Arantza Quiroga

Arantza Quiroga, ex presidenta ahora del PP Vasco. (EP)

La convivencia en el País Vasco siempre fue y aún sigue siendo difícil. Y Arantza Quiroga  -ex presidenta ahora del PP Vasco-  lo sabe. Por Irún, su tierra natal, y por otros lares de Euskadi hay quien descorcharía una botella de champán si la ‘kale borroka‘ y su hermano mayor, ETA, reapareciesen.

Arantza no cree, al igual que yo, que esto pueda ser imposible. Dales apoyo y una buena excusa y estos malnacidos vuelven. La iniciativa que Quiroga presentó en el Parlamento Vasco para lograr un acuerdo político por la paz y la convivencia en Euskadi, que incluyese a todos los partidos, inclusive EH Bildu, era del todo coherente. Contaba, además, con el visto bueno de todas las formaciones vascas.

Pero desde Génova no lo han querido ver así, y con su veto lo han echado todo a perder. De haber salido la enmienda adelante hubiera sido seguramente el primer paso hacia el proceso de paz. Que es lo que todos los vascos queremos.

Quiroga ha justificado su dimisión diciendo: «He fracasado a la hora de aunar voluntades para encontrar la paz en el País Vasco y creo que es mi responsabilidad dejar el puesto que tengo». Pues no, Arantza, no. Tú no has fracasado, lo ha hecho el Gobierno.

Ana Mato, la peor ministra de Sanidad

Por Diego Mas Mas

Ana Mato, en una imagen de archivo (GTRES)

Ana Mato, en una imagen de archivo (GTRES)

Una estupenda noticia. Ha dimitido por fin la que, a pesar de tener otros tristes precedentes, ha sido la peor ministra de Sanidad de la democracia.

Todavía sangra su increíble fracaso con la crisis del ébola, que podía haber tenido peores consecuencias y ha manchado la “marca España”.

Ha provocado, por primera vez en la historia, numerosas manifestaciones de médicos contra el desmantelamiento de la sanidad pública, siendo responsable última de dolor y muerte de españoles e inmigrantes, haciendo trágicamente honor a su apellido Mato.

Y ha sido un ejemplo tan evidente como pertinaz de aprovechamiento de sus cargos para lucro de su familia, lo que finalmente le ha obligado a dimitir.

Su dimisión constituye pues un esperanzador en el saneamiento de la Sanidad y de la política de nuestro país.

 

Sobre el ébola y el Código Penal

Por Fros,

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Artículo 142 del Código Penal:

1. El que por imprudencia grave causare la muerte de otro, será castigado, como reo de homicidio imprudente, con la pena de prisión de uno a cuatro años.

2. Cuando el homicidio imprudente sea cometido utilizando un vehículo a motor, un ciclomotor o un arma de fuego, se impondrá asimismo, y respectivamente, la pena de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores o la privación del derecho a la tenencia y porte de armas, de uno a seis años.

3. Cuando el homicidio fuere cometido por imprudencia profesional se impondrá además la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión, oficio o cargo por un período de tres a seis años.

Me pregunto lo siguiente:

Si una persona o grupo de personas deciden traer a una persona con una enfermedad muy grave, que causa la muerte en un gran porcentaje y para la cual no hay cura ni tratamiento eficaz, poniendo en peligro al personal médico que cuida de este enfermo, sin los medios ni la formación adecuados y, a su vez, a toda una población por posibilidad de un contagio masivo, ¿podría ser considerado como una imprudencia grave?

¿En manos de quién estamos?, ¿Vale con la dimisión; es decir, cambiar el sitio de donde reciben dinero?, ¿Se merecen los políticos al pueblo que tienen?

Gallardón, soneto inacabado

Por Agustín Arroyo

La dimisión y retirada, parece que definitiva, de Alberto Ruiz-Gallardón de la vida política española es la crónica de una ambición truncada casi en la cúspide.

El exministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. (EFE)

El exministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. (EFE)

Desde su ya lejano inicio en las filas de Alianza Popular de la mano de su padre y de Manuel Fraga hasta hoy, Gallardón ha sido un referente decisivo en la trayectoria e historia política de la derecha democrática española.

Sus guiños constantes y calculados al encuadramiento en una derecha no retrógrada ni cavernaria, le permitían ser tenido como un delfín de futuro primer ministro o presidente de gobierno en la sombra.

Su, a veces, petulante arrogancia y su no disimulada y correosa ambición, le hacían blanco fácil de otros barones más sinuosos dentro de su propio partido. Sus repetidas y aplastantes victorias en sendos combates electorales por la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid le prefiguraban, no sólo como ministro sino como futuro candidato a la más alta magistratura del Gobierno, su presidencia.

Su última deriva posicional e ideológica encarnando y propiciando reformas ampliamente contestadas desde la calle y su torpe instrumentalización por la ultraderecha montaraz del Partido Popular, le han puesto, al final, al pie de los caballos. Con todos mis respetos, retírese en paz.

Dimisiones (en el PP) y ética política

Por José Carlos Canalda

En el periódico del día 3 de septiembre leí en un titular que Teresa Gómez-Limón, diputada del PP en la Asamblea de Madrid, abandonaba su partido en protesta por el trato a las víctimas del accidente del tren Alvia del pasado año. Bien, pensé, al fin un político con principios éticos… pero no. Leyendo el artículo nos enteramos de que esta señora viajaba en el tren accidentado, por lo cual se trata, mucho me temo, de una cuestión puramente personal al estilo de cuando Iñaki Anasagasti «descubrió» que la kale borroka también era terrorismo el día que prendieron fuego al autobús en el que viajaba su madre, y no antes. Me gustaría saber si la señora Gómez-Limón hubiera actuado de igual manera de no haber ido en ese tren, aunque a juzgar por el silencio cómplice de la totalidad de los cargos públicos del PP, sospecho que no.

María Teresa Gómez-Limón, diputada del PP en la Asamblea de Madrid, durante una intervención en televisión. (RTVE)

María Teresa Gómez-Limón, diputada del PP en la Asamblea de Madrid, durante una intervención en televisión. (RTVE)

Pero aún hay más. La señora Gómez-Limón abandona el PP, pero no el escaño ni, por supuesto, su jugoso sueldo pese a que salió elegida en una lista cerrada bajo estas siglas, por lo que lo ético y lo decente sería que renunciara a ellos si tan disgustada está con el partido que la aupó al cargo.

Por último, resulta que también está muy molesta porque, según ella, se impidió participar a los familiares de las víctimas en un homenaje realizado el 24 de julio en Santiago. ¿No sería, pregunto, porque no pudo salir en la foto? En cualquier caso, este es un ejemplo claro, aunque por desgracia no único, de hasta donde ha llegado la mezquindad de nuestra clase política.

Sentido de la responsabilidad, pero de Italia, no de España

Por Juan Fernández Sánchez

“No quiero que la gente piense que malgastamos el dinero de los contribuyentes o que nos llevamos el dinero pese a haberlo hecho mal”. No, no son palabras de Del Bosque, ni de Villar, sino del seleccionador de Italia en el Mundial, formuladas en el momento de su dimisión. También ha dimitido el presidente de la Federación italiana de fútbol.

Del Bosque y Prandelli, el seleccionador italiano ya dimitido, durante el Mundial

Del Bosque y Prandelli, el seleccionador italiano ya dimitido, durante en el Mundial de Brasil.

Mientras tanto, Del Bosque y Villar, responsables de que la Selección haya preparado excelentemente el Mundial, jugando durante los últimos 12 meses partiditos a miles de kilómetros en África y en diversos países de América contra selecciones flojísimas, responsables de la elección del  lugar de concentración en Brasil con temperaturas a 15° para luego jugar los partidos a 30° o más, responsables de esa gran armonía dentro de los jugadores, con algunos de ellos ninguneados por el núcleo duro mercenario, con jugadores que amenazan con cortar la cabeza a un periodista, sin que digan algo al respecto, no sea que se enfaden los del núcleo y los que están por la causa, y responsables de la humillante forma de quedar eliminados en Brasil, dando una pobrísima imagen, ¿qué hacen ellos? Pues seguir, per saecula secolorum, eso sí cobrando un modesto suelto, con alguna dietilla aparte, pensando siempre en los jugadores, en el fútbol de “la roja” y en esas miles de personas ilusionadas con su Selección que apenas pueden llegar a fin de mes.

Mariano Rajoy, tus actos te condenan

Por Diego Mas Mas

Tus múltiples intentos de esconder las fechorías de quien ha sido el tesorero de tu partido durante décadas, “poniendo la mano en el fuego” por él, tus silencios, tu cobarde forma de rehuir una y otra vez incluso el pronunciar el nombre de Luis Bárcenas o tu no responder al instante ni cuando directamente él te denuncia demuestran una insoportable bajeza moral. Mariano Rajoy

Este patente comportamiento público, por sí sólo, te hace indigno de gobernarnos, además del no haber sido capaz de descubrir, o de frenar, o incluso haber sido probablemente un destacado cómplice de la corrupción en la cúpula del PP. Los hechos que ya conocemos sobre cuentas bancarias y los testigos de muy distinto tipo hubieran llevado a dimitir de inmediato a cualquier gobernante con un mínimo nivel ético para no dañar todavía más a su país, sin aferrarse al sillón para intentar escapar de sus responsabilidades. No nos queda otra, pues, a los ciudadanos, en legítima defensa propia, que utilizar los métodos adecuados para echarte lo antes posible.

Santa dimisión a imitar

Por Felipe Seara Navarro

106657-817-546Es muy significativo el que el papa Benedicto XVI haya presentado de repente ahora su dimisión. Él siempre se ha preocupado mucho por España, nos ha visitado más que a ningún otro país, aconsejándonos sobre lo celeste, lo terrestre e incluso lo acuático (el Plan Hidrológico Nacional, sin ir más lejos). Vista nuestra actual ‘sobre-crisis’, creo que ha querido darnos así ejemplo de cómo debe dimitir a tiempo un jefe supremo. Lección magistral que sin duda Rajoy sabrá comprender.

Quemados por la corrupción

Por Beatriz Cabello

«Corrupción: uno tras otro»

Cierto o no, me resulta indiferente. Solo sé que una vez más un presunto caso de corrupción vuelve a salir a escena en los medios de comunicación de un país inestable, de un país por el que muy pocos apuestan, ni siquiera sus jóvenes que día tras día marchan lejos de él. Triste pero cierto, en éste instante pocos sueños se pueden cumplir aquí en España y si no, vayan a los aeropuertos, existen más lágrimas de tristeza que de alegría, y es que en el país más soleado de Europa, en el que todo ha ido bien, ahora sólo aparecen nubarrones.  Me da igual que vengan por la derecha o por la izquierda. Lo que me da rabia es ver cómo las mentiras y las injusticias se adueñan de España, transmitiendo al exterior una imagen injusta, una imagen que nosotros no la creamos, nos la crean los trajes, los maletines en las gasolineras, los eres falsos… Me da lástima tanta avaricia, cuando muchos lo único que desean es despertar al día siguiente y poder trabajar, para que a sus hijos no les falte nada. Ojalá todos fuéramos conscientes de esta situación, incluidos los que gobiernan España como si se tratase de un monopolio y tal vez así nos vaya a todos un poco mejor.

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Por Luis Fernando Crespo Zorita

«Ética a demanda o cómo banalizar la corrupción«
Venga de donde venga el dinero que se repartían los gerifaltes del PP, no cabe duda de que el objetivo último de los donantes es interferir en el funcionamiento ordinario de las Administraciones en las que gobierna dicho Partido, buscando ventajas competitivas o una situación de privilegio para sus negocios frente a otros competidores o frente a la propia Administración. De tal forma que en las Administraciones españolas para corromperse no resulta indispensable quererlo o tener una voluntad deliberada de cometer este delito. La corrupción se produce sin la presencia de la inteligencia y de la voluntad de los implicados, simplemente, sin esfuerzo, casi apaciblemente, basta con presentarse y asumirse como un engranaje del sistema, estando además satisfecho de ser un buen engranaje. Es lo que nos han confirmado las sentencias  como la de Camps, el barullo de la Gürtel y Barcenas, el feo asunto de los ERES, Nóos, las ya casi olvidadas Filesa, Naseiro…

Todos los responsables cuando son sometidos al juicio de la opinión pública banalizan la corrupción en general para relativizar la suya propia, pero en realidad esto exige aberrar de la conciencia moral mínima exigible a cualquier ser humano, creándose la ilusión de que el corrupto controla el proceso completo: sintiéndose invulnerable  por su pericia para conjurar los riesgos, porque las consecuencias son intrascendentes, o porque no hay víctimas identificables;  y además, al ser descubierto, creerse un ser superior, uno de los miembros más valiosos del grupo, que no puede ser objeto de juicio o crítica por otros, que son inferiores. La falta de motivación para cumplir la legalidad se transforma en indiferencia afectiva hacia los demás, la ética pública se amolda a las exigencias del implicado y los más débiles, los administrados, solo somos meros espectadores. En sentido contrario, para mantenerse al margen de la corrupción sí resulta imprescindible una actitud proactiva, en defensa de la legalidad, por parte de los empleados públicos que no queremos participar en esa actividad deplorable.

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Por Pedro Serrano Martínez

«Recuperar la dignidad«

Quién nos protegerá de ta93994nta indecencia. Quién nos rescatará de esta ciénaga apestosa de corruptos y corruptores. Quién destruirá las cloacas que discurren bajo la aparente normalidad democrática, política e institucional. Quién nos salvará de tanta iniquidad, quién. Solo nosotros podremos salvarnos a nosotros mismos. Nosotros, los ciudadanos de bien somos mayoría y podemos desenmascararlos, arrancarlos del mundo de privilegios que han creado a su medida.

No será fácil expulsar a estos nuevos fariseos del templo, pero estoy seguro de que toda la rabia e indignación acumulada de cuantos nos sentimos afrentados y escarnecidos, logrará hacer frente a tanta rapiña, desgobierno e impunidad. Es hora de arrebatar a estos indecentes, inmorales y aprovechados el espacio mediático y político que están ocupando para dárselo al verdadero protagonista: el pueblo. Es la hora del clamor popular y del compromiso. Es hora de poner orden y recuperar la dignidad de este país vapuleado por la ineptitud y el latrocinio.

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Por J. V. S. P.

«Dimisión ya»

Los últimos acontecimientos, que enfangan a la cúpula del PP, constituye el escándalo de corrupción más grande de la historia de la democracia española. Jamás un presidente del gobierno ha tenido más motivos para dimitir y con él todos sus palmeros. No pueden continuar gobernando un país una banda de impresentables, corruptos y especualdores de lo ajeno. Mientras  nuestros jóvenes son ninguneados y despreciados, nuestros niños olvidados y nuestros impuestos despilfarrados, estos corruptos tratan de repartir sus miserias hacia todos los lados, buscando complots donde no los hay.

Nadie va en contra del PP, solo ellos mismos y sus amigos los banquero-empresarios, esos que han estado décadas dándoles bajo cuerda sobres, para que estos despreciables llevaran a España a la situción en la que se encuentra ahora. El pueblo español no puede, ni debe caer en la trampa de los corruptos. Los culpables son ellos y nadie más. No es el gobierno anterior, no son los sindicatos, no son los medios de comunicación. Son exclusibamente ellos, y solo ellos.  Dimisión ya.

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Por María de María

«Se puede decir más fuerte pero no más claro»

Ladrones. Sinvergüenzas. Ya no caben paliativos. Estamos hasta las mismísimas narices de ver cómo nuestros políticos se han creído que dedicarse a la política es igual a robar,  a disfrutar de privilegios, a recibir dineros negros, a permitir el tráfico de influencias, a colocar personas a dedo en las administraciones, a privatizar sectores esenciales para el conjunto de la sociedad y pasar el negocio a empresas de amigos o familiares, a recortar y deshacer las leyes que reconocían derecho subjetivos como la dependencia, insultar a los ciudadanos que dicen verdades como puños o proponer reformas que amordazan y meten miedo. No, no somos una sociedad tolerante con la corrupción, el fraude y el engaño. No, no queremos más incompetentes sinvergüenzas que vivan a nuestra costa, pero no renegamos de la democracia. Quién busque soluciones de otro tipo, que sepa que se quedará solo.