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Entradas etiquetadas como ‘despidos’

Sobre la presidenta del Círculo de Empresarios y los trabajadores

Por Óscar Martín García

Sugerencias extremoliberales

Las declaraciones de la  presidenta del Círculo de Empresarios; con disculpas posteriores por los términos y las formas; son el reflejo de una corriente de pensamiento ultraliberal que quiere importar a nuestro país un modelo socioeconómico que está destruyendo la sociedad estadounidense y que amenaza Europa. El ardor con el que algunas personas  defienden el ultraliberalismo ha hecho que me venga arriba y desde estas líneas quiera animarles a que no se corten, que den un paso más, que se pongan a la vanguardia y proclamen bien alto que el ultraliberalismo ha muerto y abracen con fervor orgiástico el EXTREMOLIBERALISMO (Así, en mayúsculas. Con un par).

He aquí parte de su ideario, extraído de las publicaciones de la Asociación de Empresarios Extremoliberales de España:¿Por qué  indemnizar a un trabajador con 18 días por año trabajado cuando podrías  obligarle a pagar a la empresa una indemnización cuando lo despidas? ¿Salario Mínimo? ¡Por favor! Lo competitivo es pagar con vales para el supermercado.

¿Recortar la prestación por desempleo? Eso es de liberales aguados. El dinero de las prestaciones por desempleo rendiría más si se dedicara a levantar Campos de Formación por toda España, donde serían recluidos los parados hasta que acreditaran un nivel de formación tal, que el empresario que pague por ellos no tenga que perder dinero y competitividad asignándoles un formador interno.

¿Tolerar que un parado de larga duración camine por la calle orgulloso de su situación y riéndose de los que le pagan el subsidio? Los extremoliberales dicen: ¡No! Por eso apoyan que a los parados de larga duración se les marque a fuego una “P” escarlata en la frente.¿No buscas trabajo porque te sacias comiendo opíparamente en el comedor de tu parroquia y la compra te la suben a casa esos malditos voluntarios de las ONG´s? ¡Nunca más! Los extremoliberales piden que se cierren los comedores sociales y se pene con la cárcel a quién de alimentos a un parado o cualquier miembro de su familia.Los extremoliberales lo saben: ¡Quien no trabaja es porque no quiere!

(La Asociación de Empresarios Extremoliberales de España invita a sus socios a la proyección de la visionaria película “12 años de esclavitud. Uncensored” el próximo día 1 de Mayo en la sala de cine de la mansión social. Se recuerda a los socios que deben traer sus propios pañuelos de papel con el fin de mantener limpia la tapicería de las butacas).

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Por Ángel Villegas

Lágrimas de cocodrilo

Las palabras de doña Mónica de Oriol acerca de los jóvenes y el salario mínimo, son lo suficientemente claras y rotundas para que dejen lugar a dudas y, a mí entender, vienen a ratificar el desprecio y la falta de respeto que algunos empresarios sienten por la clase trabajadora.

Bastaría remitirse a declaraciones del anterior patrón de patronos, ahora encarcelado, e incluso del actual y algún otro, para encontrar manifestaciones semejantes, carentes, en algún caso, incluso de humanidad, como las de aquél señor que nos recordaba que el fallecimiento de un familiar no requería de permisos tan amplios, «porque ya no se viaja en diligencia».

Mónica de Oriol (izda.), durante un acto en la Universidad de Deusto. (Universidad de Deusto/Flickr)

Mónica de Oriol (izda.), durante un acto en la Universidad de Deusto. (Universidad de Deusto/Flickr)

De dónde salen estos empresarios, quién y cómo los elige, es un misterio que no alcanzo a comprender: Qué falta de tacto, de diplomacia, de consideración, de estímulo para los trabajadores de sus empresas; que forma tan inepta de dirigir a quienes deben trabajar para ellos, para la prosperidad de todos; que forma tan burda de echarse tierra encima.

Que luego nos vengan con disculpas dadas de mala gana, y cuando ya no hay remedio para su falta de ética y estética, no mejora nada, porque a todos nos queda la sensación de que es su verdadera opinión, su sentimiento hacia los que trabajan para ellos, su ser natural, el que les hace decir tamaños disparates.

Quiero pensar que hay muchos empresarios que no son así, pero, ¿por qué no lo dicen? ¿Por qué no destituyen y apartan de ellos a tales dirigentes?

No quiero disculparme por todo lo que antecede; no quiero decir aquello tan socorrido de pedir disculpas «si alguien se ha podido sentir ofendido». En resumen, no quiero derramar lágrimas de cocodrilo.

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Por Alfonso Garrido

A la presidenta del Círculo de Empresarios

Quizá usted no se ha explicado bien en sus declaraciones. Debería haber propuesto que a todas las personas que no tienen estudios y cualificación se las despida, ¿por qué no sirven para nada, no? Empleadas de limpieza, transportistas, camareros, mensajeros, porteros, vendedores, dependientes, comerciales, taquilleros, barrenderos, chóferes, albañiles y un largo etcétera a la calle por ineptos e improductivos.

Todos ellos podrán ser personas con poca formación o cultura y lo que usted quiera, pero son gente con ganas de trabajar porque muchas dejaron de estudiar para eso, para trabajar y hacer ricos a un montón de golfos, corruptos y presuntos delincuentes como el señor Blesa o, el mejor de los ejemplos, el Sr. Díaz Ferrán todo un representante de los empresarios.

Le recuerdo que esta gente a la que usted ha acusado poco menos que de analfabetos, son los que a finales del siglo pasado han llevado a nuestro país a donde está ahora. Son los empresarios, aunque no todo, los que con sus políticas de avaricia han destruido una buena parte de nuestro tejido empresarial, los que se han forrado a pelotazos. ¿Qué ha sucedido en Viajes Marsans?

En este país, el empresario que monta una empresa y al segundo año no tiene un chalet y un BMW, cierra. Esa es la gente a la que usted representa. Es usted una presunta analfabeta, pero de la vida.

Los ‘fusilamientos’ (de personal) en El Prado

Por Juan Martínez Alonso

Llegó febrero y con su venida mi adiós al Museo del Prado; he sido vigilante de salas durante seis años y medio (como empleado público); la experiencia, maravillosa a pesar de que algunos se hayan esforzado en fastidiarla a última hora.

Hace unos meses tuvo lugar el último proceso selectivo y resulta que de casi 300 integrantes de la Bolsa de Trabajo anterior sólo pasaron el corte 15 personas. Se inventaron un test para evaluar las “competencias profesionales” que no superó casi nadie. Por lo visto durante seis, ocho o diez años las obras maestras del museo estuvieron en manos de desalmados e incapaces (tres entrevistas personales pasé y más de 25 períodos de prueba, sin tacha).

La Galería Central del Museo del Prado (Leonardo Wen / EFE)

La galería central del Museo del Prado (Leonardo Wen / EFE)

La antigüedad (los trienios), la experiencia (muchos de nosotros por encima de los 45 años) y nuestro incipiente inconformismo (quejas ante las degradadas condiciones laborales de los últimos tiempos), nos condenó. Señor Zugaza Miranda, director de la Institución, es usted el responsable último, por acción u omisión de nuestro ajusticiamiento. ¿Por qué se ha atrincherado en su despacho y no ha dado la cara? ¿Por qué ha mandado al peonaje a hacer el trabajo “sucio”? ¿Era necesario ensañarse?

Se han negado a dar información sobre el proceso selectivo desde el primer minuto: ¿Por qué tanto oscurantismo? ¿Qué esconden? Quizás todo tenga una sencilla explicación: la patente de corso de la que algunos gozan por ser prebostes del Museo del Prado ¿o me equivoco? Y todo esto en la gran pinacoteca nacional, en la joya de la corona, en el “último bastión” de la cosa pública, otro chasco para la animosa muchachada de las mareas ciudadanas, el Prado es una empresa más, otra que trata a patadas a su personal. Perros tiempos estos en los que la dignidad de los trabajadores vale muy poco.

La ley del embudo

Por Pedro Pablo Pellón

Dos empleados en una oficina. (GTRES)

Dos empleados en una oficina. (GTRES)

Los cuarentones y cincuentones se acordarán de esta ley, a la que de niños solíamos apelar cada vez que queríamos sacar ventaja de cualquier situación frente al resto de grupo. Muchos de aquellos niños hoy en día son empresarios y/o altos directivos de grandes empresas españolas, ahora son hombres y mujeres que llevan inoculada la «ley del embudo«, es decir, «lo estrecho para otros y lo ancho para mí», y la aplican en sus empresas que, incluso en plena crisis económica, les permiten subirse el sueldo casi un 7%, mientras que para el resto de sus trabajadores se traduce en bajadas del 3,18% para mandos intermedios y de sólo el 0,47%, ¡qué detallazo!, para el resto de empleados.

Eso sí, estos empresarios triunfadores y ejemplares que no se cortan a la hora de echar el cierre o iniciar un ERE a la mínima ocasión, son los mismos que luego acuden al Gobierno de turno para «llorarle» y decirle que «la cosa está fatal, hace falta abaratar, más si cabe, el despido y reducir los costes laborales«. ¿Y no se les cae la cara de vergüenza? Son casi tan golfos, insolidarios y ruines, como los directivos de las cajas que, sabiendo los pufos de sus preferentes y que sus cajas se hundían, se subieron sus sueldos, repartieron beneficios y prepararon suculentas indemnizaciones antes de que el Estado, con el dinero de nuestros impuestos, les rescatara.

Creo que somos el único país del mundo que indemniza a los directivos y/o ejecutivos que hunden empresas y/o saquean bancos o cajas de ahorros. Realmente «Spain is different«. A mí me han dicho que en otros países los meten en la cárcel, pero no termino de creérmelo.

Luego los sesudos tertulianos y los asesores de los políticos, se sorprenden de que la ciudadanía salga a la calle por una nimiedad como la construcción de un aparcamiento. Lo raro es que la tensión social se esté canalizando tan «suavemente», porque sí desde arriba no escuchan, cambian y dejan de subir el fuego, esta «olla exprés» en la que estamos los ciudadanos (los garbanzos) puede estallar en cualquier momento. Ojalá que nunca pase.

Ferrol, sin el naval, se hunde

Por Eva Rivera

Ferrol se derrumba a pasos agigantados. Quienes no quieren vivir el desastre en primera persona huyen cuando creen que todavía están a tiempo. Los demás, incapaces de dejar nuestra ciudad por diferentes motivos, parece que lo único que podremos hacer es quedamos a ver cómo desaparece ante nuestros ojos. La crisis económica que azota nuestro país se hace evidente en Ferrol. En los últimos años han cerrado infinidad de tiendas en las calles más céntricas, los bajos comerciales vacíos se cuentan por decenas y, como se escucha entre los ciudadanos, “pasear por el centro deprime a uno”.

La crisis en el naval es todavía más preocupante. Nuestra ciudad, la “ciudad del mar”, se queda sin encargos para sus astilleros. Los astilleros, sin trabajo. Los trabajadores, sin futuro. Y Ferrol… Ferrol se hunde.

Manifestación en Ferrol en defensa del astillero (EFE)

Manifestación en Ferrol en defensa del astillero (EFE)

Uno de nuestros mayores problemas es que hemos tardado demasiado tiempo en darnos cuenta de que Ferrol sin el naval se hunde, de que si los astilleros cierran no sólo se verán afectados sus trabajadores, sino que nos veremos afectados todos y cada uno de los que vivimos aquí. Hemos tardado, sí… pero lo hemos hecho. En el último lustro he sido testigo de cómo los asistentes a las manifestaciones y movilizaciones a favor del naval se multiplicaban y de cómo la preocupación de la gente en torno a este tema iba en aumento. También de cómo iba cambiando un cartel situado a escasos metros de la puerta de los astilleros que indicaba el número de despidos de Navantia y sus empresas auxiliares, y que se incrementaba cada semana.

He sido testigo de promesas políticas sin cumplir y de la desesperación que muestran ahora esos políticos, incapaces de hacer nada por nuestra ciudad. He sido testigo del desencanto y de la frustración ciudadana. Mi mayor miedo ahora es tener que ser testigo de cómo Ferrol se ahoga hasta hundirse y de cómo todos nosotros corremos el peligro de ahogarnos con él.

¿Quién es el culpable?

Por Sergio López Ruz

Mi madre siempre había mantenido la esperanza de que los políticos arreglaran los problemas actuales; hoy, como si la televisión escuchara sus enfados, arremete con cierta ira contra toda la clase política en general. Y yo opino que, en parte, tiene razón.

Mi madre, una profesional de la docencia, trabaja, mejor dicho, trabajaba en una universidad pública; ahora, a pesar de la famosa estabilidad laboral, se ha convertido en una víctima de los políticos, aunque estos, desviando responsabilidades, la presenten como una víctima de la crisis económica. Con ánimo de atenuar la crisis alguien decidió, vía decretazo, disminuirle el sueldo y, con el objetivo de bajar el déficit español, otro alguien ha decidido suprimir su puesto de trabajo.Docencia

Lo más grave de todo es que una parte de la sociedad ve a mi madre como parte de esa deuda que se ha venido encima y no como una víctima más de quienes sufren la crisis. Su bajada salarial se aplaudió y su despido se justificó. Ante tal situación no es de extrañar rabia de mi madre ante la pantalla del televisor.

Oigo decir a mi madre que el desprecio de la profesión de empleado público lo riegan los políticos cuando acceden al poder. Argumenta que están tan acostumbrados a promocionar en el partido a base de lealtades y sumisiones personales que cuando llegan a gobernar no se fían de los funcionarios que se encuentran y que, en muchos casos los ven como burócratas que ponen objeciones a quienes piensan que no deberían tener límites por ser representantes del pueblo.

El otro día pille a mi madre reivindicando sus derechos al gobierno, muy de moda últimamente por culpa del famoso caso de corrupción, pero el señor presidente no la oía. La causa no era solo porque estuviera al otro lado del televisor.

La deslocalización del ‘telemarketing’

Por Olga González

TelemarketingSiento que esta carta debería haberla escrito hace mucho, mucho tiempo. Pero es verdad eso que dicen que generalmente nos movemos cuando algo nos afecta directamente. Y así nos va.

Quiero expresar, como afectada y como alguien que forma parte de esta sociedad, mi indignación por la destrucción sistemática de puestos de trabajo, concretamente en el sector del telemarketing.

Desde hace muchos años sabemos que es un sector que genera empleos precarios: bajos salarios, falta de previsión de horarios, estrés por el ritmo de trabajo… Pero nos quedaba el consuelo de saber que siempre habría oferta de empleo porque nunca se acabarían las llamadas ¿Cómo se iban a acabar las llamadas? Pues sí, también se acaban y se acaban porque hay grandes compañías de este país que deciden que les resulta más rentable deslocalizarlas. Es decir, que el Call Center esté ubicado en otro país donde los salarios son mucho más bajos, con lo cual el beneficio será mayor.

Y yo me pregunto: ¿es ético que en una situación de crisis como la que vivimos se pueda tomar este tipo de medidas? ¿No tendría que plantearse la administración algún tipo de regulación protegiendo un porcentaje del negocio del telemarketing en el país donde se presta el servicio?
En estos días he pensado en los directivos de esas grandes compañías y en todos aquellos responsables públicos que tienen en su mano el poder de cambiar algunas cosas. Estoy segura de que se sienten muy patriotas. Señores: en mi opinión, el patriotismo se demuestra con hechos y no con palabras.

¿Quién paga estas recepciones?

Por Tere Marcos

RecepciónEl pasado lunes 6 de mayo, mientras en el Palau de la Generalitat tenía lugar la reunión institucional de los líderes políticos, justo delante, en el Ayuntamiento de Barcelona se celebraba una recepción de todos los directivos de la empresa AREAS de más de 300 personas. Esta recepción ha implicado desplazamientos de personas desde toda la península con el consiguiente gasto de billetes de avión, tren, 2 noches de hotel, dietas y autocares. El evento incluía una cena. La pregunta es: ¿quién pagó este acto? Si lo pagó el Ayuntamiento, muy mal con la que está cayendo. Si lo pagó AREAS, que lleva 4 meses despidiendo personal por «causas objetivas», aún peor. Si se escudan en una hipotética bajada de ventas para los despidos las primeras partidas que tendrían que recortar son estos gastos prescindibles y no enviar al paro a más personas.

Jubilados sin más

Por Juana María Niño Ocaña

Cirujanos en el quirófanoMi marido es cirujano. Como cada día, nos despedimos temprano. Cuando vuelva no me dirá que ha hecho una intervención complicada. Es posible que me cuente cómo alguien, el paciente en su cama, un familiar, le han expresado su agradecimiento. El otro día, la víspera del puente en la Comunidad de Madrid, no fue así. Al volver me dio una carta que le acababan de entregar en mano en su hospital, en Móstoles. Hace cuatro meses, cuando cumplió la edad de jubilación, le dieron otro escrito aceptando la prórroga de su trabajo hasta 2017. Pero ahora le han dicho que se vaya, sin más.

No hay una palabra de agradecimiento por toda una vida de dedicación. No hay el consuelo de que vayan a contratar a un joven cirujano en su lugar. Ya no hay pacientes ni listas de espera. Es como si no hubiera un mañana para uno y otros. No creo que mi marido sea especial. Creo que las personas como él, plenamente satisfechas a cambio de esos agradecimientos y de un salario digno, no tienen cabida en una sanidad convertida en negocio. Afortunadamente mi marido tiene recursos, intelectuales y económicos, pero, ¿cuántas personas no?

Las ‘matemáticas’ del Puerta de Hierro

Por José Recio Rosa

Hospital Puerta de Hierro de MadridMe maravilla la capacidad para el engaño de esta derecha española, tan recalcitrante, que por lo visto nos hace ver hasta las matemáticas de un modo extraño muy distinto a como nos las enseñaron. Es como el falso dilema de que 2+2 = 5.

Esto lo digo porque este lunes 1 de abril nos informan de que en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, van a despedir, o trasladar, o a anular, o rescindir el contrato a 220 trabajadores fijos y 180 interinos. Pero aseguran que «se mantendrá la misma calidad«. ¡Toma ya! Esto derriba mis creencias en las viejas matemáticas, así como en las reglas de tres. Sean 20 operarios, que realizan un trabajo en 6 días. Entonces ¿cuántos días tardarán 10 operarios en realizar el mismo trabajo? ¿De qué forma harán el mismo trabajo los 10 operarios en iguales 6 días? ¿O este ejemplo no sirve para comprobar la chapuza que van a realizar en el Puerta de Hierro de Madrid? Garantizando «la misma calidad«.

Unas navidades tristes

Por Francisco Pineda Zamorano (Asesor en Relaciones Internacionales y Cooperación)

Se acerca inexorable la navidad y en muchas empresas se aprestan a celebrar la típica comida de empresa. Lejos del disfrute de años anteriores, estas comidas se han vuelto bastante trágicas debido, fundamentalmente, a las personas que ya no forman parte de la empresa por haber sido despedidos y porque los que aún trabajan penden del hilo de estar en la calle el año próximo.

Con la paga extra de navidad anulada, muchísimas familias verán recortadas sus opciones de consumo, regalos y fiestas, pesando como una losa la necesidad de ahorrar, o dejar de gastar, en previsión de peores tiempos.

Varios millones de personas están en una situación bien distinta a las anteriores. Su situación económica ya es gravísima y es bastante difícil que lleguen, no a final de mes, sino simplemente al día 10. Para este enorme colectivo las navidades van a ser un grave suplicio viendo como se despilfarra en la costumbre festiva sin poder acceder a lo más básico para alimentar debidamente a la familia.

Los bancos de alimentos multiplicarán su actividad procurando que todas las familias tengan algo que llevarse a la boca en tan señaladas fiestas, pero la demanda es tan fuerte que posiblemente no den abasto. Encomiable labor la de los voluntarios que demuestran su compromiso social tapando las miserias de un Gobierno insolidario y privatizador.

Aunque cantaremos los mismos villancicos de todos los años y nos divertiremos casi por imperativo legal, la procesión irá por dentro y muchos estarán pensando qué será de ellos el próximo 2013, si continuarán trabajando o se irán al paro, si sus hijos podrán estudiar en la universidad, si podrán seguir pagando la hipoteca o, el mejor de los casos, si podrán comprarse algo en las rebajas.

Construir un Estado de miseria es tan fácil que las políticas restrictivas del gobierno del PP lo han llevado a cabo en un año. No le han importado los daños colaterales: millones de personas bajando peldaños de clase social, adornar con la infelicidad la vida de todo un país en la ruina. Pero por suerte no hay mal que dure cien años.

No vamos a dejar que nadie ni nada nos amargue la navidad y, sobre todo, no vamos a dejar que estos políticos ineptos, los de antes y los de ahora, vuelvan a gobernar este país. De momento, a los Reyes Magos les he pedido carbón para el PP y el PSOE, por inútiles.