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Entradas etiquetadas como ‘denuncia’

Indignada con la ineficacia política ante Filomena

Por Maribel Alonso

“Colaboración y solidaridad ciudadana» están entre las palabras más escuchadas durante la última semana. Y, ¿qué tal si cuándo llegue el momento de pagar impuestos pedimos lo mismo a los políticos?

Como muchos de los españoles de bien, me describo como ciudadana que cumple con sus obligaciones sociales “tragando y tragando” constantemente e intentando digerir lo mejor posible que ellos, nuestros políticos, sin embargo no suelen cumplir con las suyas.

Pero es que ya últimamente, entre pandemia y Filomena, mi capacidad de resistencia ante la incompetencia/pasividad ha tocado techo. Vivo en Pinto, una localidad madrileña de aproximadamente 50.000 habitantes pero que, al menos mi calle, parece más bien una aldea del Pirineo a 2.000 metros de altitud.

Calle Manuel Hernánde Mompó

Aspecto de la calle Manuel Hernández Mompó de Pinto este 15 de enero, con la escuela infantil pública Tragaluz y el colegio público Dos de Mayo (FOTO: Maribel Alonso).

Con la magnitud de la borrasca Filomena es evidente que nadie pretendía que al día siguiente tuviéramos todo limpio como si nada hubiera pasado pero ¿esperábamos que 5 o 6 días después no hubiera pasado nadie, y digo bien nadie, limpiando muchas de las calles de la mencionada localidad de Madrid?

Pues así es, como digo, cinco días después muchas calles siguen exactamente igual que el día de la gran nevada pero convertidas en pistas de hielo. El día 13 nuestro alcalde anuncia en Twitter que, por fin, han conseguido una máquina quitanieves.

Tengo el placer de presenciar con mis propios ojos cómo dicha máquina duró lo que duró mi ilusión al verla, porque no sé si debido al desconocimiento, la incompetencia, la mala suerte, en fin…. la pala dio con un bordillo y ¡se partió! Si esto fuera una película, un sketch, un comic, sería graciosísimo, pero ¡es la triste realidad!

Con el agravante de que nadie en su sano juicio es capaz de entender qué hacía la primera máquina que nos llega a Pinto limpiando un aparcamiento que sólo se usa para patinar e ir en bici los fines de semana cuando muchísimos de los vecinos no podemos salir de casa sin el 90% de posibilidades de rompernos un hueso.

En fin, demasiadas preguntas sin respuesta, me temo…

Cuando el machismo es femenino

Por María José Fernández

Pacientes en una sala de espera de un centro médico (Archivo).

Pacientes en una sala de espera de un centro médico (Archivo).

Al hilo de la noticia que publicasteis sobre el usuario que se negó a subir en un taxi porque la conductora era una mujer…  ¿qué me decís del machismo femenino? Este jueves por la mañana, en el Centro de Salud de Paseo Artilleros de Vicálvaro (Madrid), lo he padecido. He sido insultada y amenazada por un individuo en la cola de análisis clínicos, debido a que quería colarse y le he recriminado su actitud. Entonces ha empezado a proferir insultos de todo tipo y a decirme repetidamente que me iba a romper la cabeza.

He llamado a la policía, que ha llegado inmediatamente, y ni la gente que había por allí ni las enfermeras han salido para testificar nada; es más, una de las enfermeras –que pretendía esconderme como si fuera una delincuente hasta que el sujeto se fuera-, me ha dicho que me callara y que si le preguntaban a ella iba a decir que yo también le había chillado… increíble.

Finalmente no he denunciado debido a que no he tenido ningún testigo. ¿Qué os parece? Yo lo que siento es una impotencia terrible y una decepción bastante grande por parte de algunas mujeres que, en vez de ayudar, han optado por bajar la cabeza y no denunciar a este maltratador psicológico… Penoso todo.

 

 

 

Evitemos la demonización de las instituciones educativas

Por Cristina de Montemar

Un grupo de niños, aprendiendo inglés en clase (Gtres).

Un grupo de niños, aprendiendo inglés en clase (Gtres).

A raíz de la denuncia del padre de un alumno sobre presuntos abusos de un pederasta en una escuela de Barcelona se han ido sucediendo otras de exalumnos del mismo centro, incluso de algún otro de la misma institución.

Después de muchos años ahora salen a la luz esas agresiones que en su momento las víctimas no se atrevieron a denunciar por razones obvias propias de la edad.

Ante el escándalo provocado conviene observar cierta prudencia en las informaciones para evitar la demonización de una institución docente de gran solvencia pedagógica, en la que profesores y monitores pueden ser cuestionados sistemáticamente por la extraviada actuación de alguno de ellos. Se deberá comprobar con el máximo rigor la veracidad de esa cadena de denuncias, pero sin alentar un linchamiento moral que se convierta en algo parecido a lo que Arthur Miller describe en su famosa obra Las brujas de Salem.

Solo que aquí la hoguera es la estigmatización de un equipo docente que se esfuerza en llevar a cabo una gran labor pedagógica, y para el que hay que reclamar el máximo respeto. Aunque también la mayor diligencia para actuar con la debida severidad contra esos malos hábitos… que no son precisamente los que le son propios a la institución.

 

Robo institucional sin armas

Por Carlos de Frutos Cabrero

“En esta zona peatonal, estacionar obstaculiza gravemente el tránsito de peatones”. ¿Finalidad de la medida? Es difícil de entender y apreciar. Quizás el policía, agente o lo que sea, pues se desconoce, necesita justificarse, y la administración, cómplice, le respalda.

Coches aparcados en un descampado próximo a Casa de Campo

Coches aparcados en el descampado próximo a Casa de Campo (Carlos de Frutos Cabrero)

¿Objetividad, tipicidad, sentido de la denuncia? Se me antoja que es una fórmula para recaudar fondos sin límite. Y cuanto menos te avisen o notifiquen, mejor; más denuncias te caen, y seguro que somos muchos los pobres ciudadanos a los que nos ha tocado esta funesta lotería, este infortunio. Vergüenza de administración que lo tolera, permite o aplaude. ¿Se habrá enterado Doña Carmena?

¿Y dónde la proporcionalidad? Con la que está cayendo, casi nada, 200 euros de multa. Debe ser lo de “gravemente”. Todo está fuera de toda lógica, es algo kafkiano.

Consecuencia: indefensión, cabreo, desprecio de la administración y de las instituciones, por no hablar de las consecuencias económicas. Pues puede ir uno a la cárcel si no paga o no puede pagar. Y no hay derecho a réplica, ni a súplica. Nada vale.

¡Esto es un robo institucionalizado! Y cómplice -o autor necesario- la administración que lo respalda.

Sí, me reclaman 1.321,80 euros por vía de apremio por 6 multas, todas por el mismo concepto, supuestamente cometidas los días 3, 7, 12, 18, 24 y 29 de octubre de 2014. Y yo sin enterarme hasta que me fueron llegando algunas en enero de 2015 porque parece ser que se habían publicado en el tablón edictal de sanciones de Tráfico (vaya Vd. a saber qué es eso). Cuando me enteré no volví a dejar el coche allí y diariamente hacía 50 minutos andando hasta la Casa de Campo, que es costumbre muy sana. Pero da lo mismo, una vez que te han denunciado ya nada vale, la bola sigue y sigue.

Historia de un trato vejatorio

Por Pilar Palacios

El pasado día 25 de junio salí con mis compañeras para despedirnos antes de empezar las vacaciones de verano. Estuvimos de tapas por el centro de Madrid. A las 2:00 am aproximadamente nos dirigimos a un restaurante de comida rápida situado en la calle Fuencarral. Estábamos debatiendo quién hacía el pedido y qué queríamos cada una cuando me empecé a encontrar indispuesta. Rápidamente entré en el local y le pedí por favor al chico que atendía que me dejara entrar al baño que me encontraba mal y que era urgente. Éste me lo negó en varias ocasiones, a pesar de suplicárselo y pedírselo por favor.

196561-600-400En ese momento no pude aguantarme más y me vi en la situación embarazosa de tener que hacérmelo encima, mientras escuchaba al dependiente recriminarme que no lo hiciera… A continuación, y mientras yo recogía el estropicio, salió la encargada del local, con una bolsa que me alargó para que yo siguiera recogiendo. Al mismo tiempo seguían entrando clientes al local, lo cual me suponía una humillación tremenda, ya que todo el mundo miraba lo que estaba pasando. Cuando recogí como pude lo que había ensuciado, le pedí por favor y llorando a la encargada del local que me dejara ir al baño a limpiarme. Me lo negó sistemáticamente, en numerosas ocasiones.

Finalmente salí del local, manchada y con la dignidad por los suelos. Me pregunto, ¿hasta dónde hemos llegado? ¿Hemos perdido la humanidad? Ya no sabemos ponernos en lugar de la otra persona. Somos máquinas que actuamos sin sentimientos y nos importa muy poco cómo se pueda sentir el prójimo. Tenía confianza en el ser humano, pero comportamientos de este tipo me hacen pensar que algo está fallando.

Violencia de género

Por Pilpil Udó

No salgo de mi asombro cuando unos y otros abren titulares sobre las muertes de mujeres a manos de sus parejas. El número elevado de muertes es un escándalo, inaceptable, y cargado de una repulsa infinita.

Es increíble, como te invitan a marcar el 016, que más de uno me encantaría que lo usara para ver que te ofrecen en ese maravilloso número telefónico. Solo te dicen que denuncies, que detrás de la denuncia existen otros apoyos, pero por encima de todo, denuncia.

Te dicen que no deja rastro en la factura telefónica. Mi reflexión, habiendo usado ese teléfono en dos ocasiones para ayudar a dos conocidas, ¿cómo se puede decir tan alegremente que las mujeres agredidas, no pidieron ayuda o no llamaron para informarse? ¿Quién lo sabe? ¿Cabe la posibilidad que lo más cercano de pedir esa ayuda, superando la barrera del terror, haya sido marcar este número mágico al cual te remiten?

Imagen de violencia de género. (ARCHIVO)

Imagen de violencia de género. (ARCHIVO)

No todas tienen esa fuerza; para otros es normal y natural tomar la decisión de ir al juzgado o a la comisaria. Donde te armas de valor para ir a denunciar y encima te tienen en la sala de espera horas interminables, que hacen que desistas.

Habiendo sufrido agresiones físicas, verbales y amenazas constantes, rogó y suplicó ayuda, en un programa matinal de televisión y sin respuesta, marcho a los 6 meses fuera de España; con lo puesto y sus hijos, con todas sus denuncias bajo el brazo y todos los partes médicos de las agresiones.

Se dirigió a servicios sociales del nuevo país nada más aterrizar con sus 3 hijos menores de edad, allí también se hacen eco del número elevado de mujeres que mueren a manos de sus parejas en España y la pasividad de nuestros departamentos a dar soluciones a esta madre.

Con asombro, el protocolo para actuar fue rápido, en menos de 24 horas disponía de una pequeña casa para sus hijos, colegios, material escolar, ropa, alimentos, personal de apoyo para los niños y psicólogos designados hasta alcanzar un resultado óptimo en las vidas de los pequeños y encauzar sus vidas.

Todos siguen viviendo fuera de España felizmente y tienen nueva vida, cargada de proyectos y bonitos sueños que van logrando, todo lo que aquí les fue vetado.

El número de mujeres muertas sigue creciendo, indignante.

Normas de comportamiento en la iglesia

Por Fina Millán-Hita

Entre los sucesos «curiosos» e ininteligibles de que tenemos noticias, hay uno que me ha dejado perpleja. Se trata de la denuncia que un matrimonio ha interpuesto contra el párroco de un pequeño pueblo de Jaén, por aconsejar a su hija de 16 años un cambio de vestimenta para acceder a la comunión durante un funeral.

Un cura da la comunión a una mujer. (ARCHIVO)

Un cura da la comunión a una mujer. (ARCHIVO)

Los vecinos confirman que el párroco le había llamado la atención anteriormente y que en la puerta de la iglesia estaba colocado un cartel indicando las normas de vestir en el templo. Me sorprende la postura cabezona de los padres, que no quieren entender que la iglesia es un lugar sagrado y tiene sus normas de comportamiento, como cualquier otra entidad.

En los grandes teatros no se puede acceder en bañador, ni en camiseta; en algunos restaurantes no dejan entrar si se va en pantalón corto, camiseta y chanclas; en algunos hoteles se exigen ciertas normas de vestir; en las empresas hay un código ético y estético, que ningún trabajador debe saltarse; si se va de invitado a una casa, hay que respetar sus costumbres, etc.

¿Cómo puede resultarnos extraño u obsoleto que en el templo, y para una celebración litúrgica, nos pidan un poco de respeto?

Este hecho evidencia que los que se quejan no están muy habituados a frecuentar la iglesia, o que si lo hacen, valoran muy poco lo que eso significa. Un esfuerzo por educar a nuestros jóvenes en materia de modales y porte es lo mínimo que se puede pedir a padres y educadores, para evitar que – por lo menos – hagan el ridículo cuando salgan de casa.

Quizás deberíamos empezar por educar a los padres.

Multas curiosas

Por Tamara Fdez.

Imagen de dos turismos pasando la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). (EFE)

Imagen de dos turismos pasando la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). (EFE)

No sé si por un error informático o por un error producido para recaudar, me ha llegado una multa de la DGT, de importe 200 euritos, denunciando que me multaban por no haber presentado el vehículo a la ITV en el plazo debido.

La multa está fechada en abril de este año y la ITV pasada cuando se debía, en enero. Esta multa la han puesto sin pararnos ningún agente ni nada. Conozco a otra persona que ha recibido la misma multa un día antes de que le caducara la ITV.

Así que, ¿qué está pasando? ¿A cuántas personas les está pasando esto? Ahora toca moverse para hacer las alegaciones, perdiendo tiempo y dinero, sin necesidad ninguna.

Debido a mi situación he conocido más casos parecidos, ¿por qué ha sido? ¿Fallo en la red? Si alguno paga, ¿fallo para recaudar?

La verdadera armonía de los vecinos del Parque España de Valdemoro

Por I. G. L.

Plaga de mosquitos. (ARCHIVO)

Imagen de archivo de un mosquito.

Según reza la descripción oficial del Parque España de Valdemoro (Madrid), que se puede encontrar en la página web Todosobremadrid.com, «a lo largo y ancho de sus 45.000 m2 en el parque de España se combinan armoniosamente los elementos acuáticos y las praderas de césped, puesto que los dos lagos que tiempo atrás le dieron nombre continúan siendo la seña de identidad de esta zona verde, aunque ahora coronados por sendos géiser de gran altura».

¿Armoniosamente? Se refiere a los mosquitos con los árboles, creo. ¿Geiser de gran altura? El de arriba lleva desde noviembre sin levantar un palmo de agua.

«Por lo que se refiere a las especies vegetales que lo pueblan, en el parque de España convive un numeroso arbolado de sombra (paraísos, plátanos, negundos…)», continúa el mismo texto.

Todo eso —añado—, sin contar los caños que han crecido en la parte de arriba del lago debido a la ‘vegetación’ que hay en el fondo. Aparte de los negundos y paraísos, sí es verdad que hay cáscaras de plátanos en el lago, así como una fauna variada de latas y plásticos. Será la fauna que el botellón deja a su paso.

El Ayuntamiento de Valdemoro concluye la información: “Pinos de gran porte y otras coníferas ornamentales como cedros o abetos, junto a macizos de arbustos de distintas especies (espireas, adelfas, romeros, lavandas…)».

Lo dicho, les falta poner los juncos que han crecido al olor y sombra. Esto sin contar desde cuándo no se fumiga. Y recuerdo: «Fumigar. Del latín, fumigare. Desinfectar por medios de humo, vapor o gas adecuados. Combatir con estos medios las plagas de insectos u otros organismos nocivos», recoge la RAE.

Así pues, les recomiendo que pongan en la web lo siguiente:

“Conlleva a una gran fauna voladora (mosquitos, etc….) que se mete en las viviendas colindantes y a un gran aroma amazónico, sobre todo al calor de las noches, que es cuando los contribuyentes de este ‘paraíso’ intentan descansar para al día siguiente integrarse en el mundo urbano. Estas ‘mascotas’ dejan una gran huella en los habitantes en forma de picores y armonía nocturna sobre nuestros oídos”.

Espero que tomen soluciones ya, porque esto lo sufrimos desde hace mucho tiempo.

Humillación en la consulta del médico

Por M ª Ángeles Sánchez

Soy una mujer de 46 años afectada de EA (Espondilitis Anquilosante, enfermedad autoinmune reumática crónica y degenerativa de las articulaciones). Hace dos largos años que no sé lo que es pasar una día, incluyendo su noche, sin dolores. La desesperación de no tener un día de paz termina afectándome también psíquicamente.

Me presenté en el ICAMS (Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas y Sanitarias, Cataluña) con un informe de mi doctora de cabecera pidiendo que me dieran nuevamente la baja médica, puesto que no estoy en condiciones de cumplir con mi trabajo —en el que llevo 26 años—. Después de esta visita, lo único que conseguí fue salir de allí humillada, hundida psíquicamente y con la desesperación como futuro.

Un médico pasa consulta presencial. (ARCHIVO)

Un médico pasa consulta presencial. (ARCHIVO)

Me visitó un señor que se supone que es médico, cosa que me niego a creer ya que no cabe en mi cabeza que un médico pueda tratar a un enfermo de manera tan despreciable y vejatoria. Sin ni siquiera mirarme a la cara y mucho menos leer los informes que adjuntaba, me dijo que nada de baja y que me fuera al trabajo. Yo le comenté que era incapaz tanto física como psíquicamente, que incluso mi reumatólogo, traumatólogo y doctora de cabecera me habían recomendado reposo (justificado con los correspondientes informes que le aporté).

Totalmente indiferente a todo, me dijo que no tenía otra opción. Yo, en la desesperación por hacerle entender mi estado y con un ataque de ansiedad, le supliqué que me ayudara. Ante su indiferencia le pregunté qué tenía que hacer, si tirarme por la ventana o pegarme un tiro para dejar de ser una carga para el Estado. Su respuesta fue que ese era mi problema y que hiciera el favor de irme que tenía más visitas.

Es verdaderamente vergonzoso lo que están haciendo con las personas, no solo te tratan como a un indeseable sino que te hacen sentir como si sobraras en esta sociedad. Ni siquiera dejan que entres acompañada (al contrario de lo que pone en su publicación “Derechos y responsabilidades de las personas usuarias con su relación con el Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas”), supongo que para que no haya testigos del trato humillante.

Apelo al colegio de médicos a tomar cartas en el asunto y que no permita que estos médicos falten vergonzosamente al juramento hipocrático (está claro que no recuerdan la parte que dice «en cualquier casa que entre, lo haré para bien de los enfermos, apartándome de toda injusticia voluntaria y de toda corrupción») y sigan ejerciendo.

Y mucho menos quisiera creer que esta política corrupta que ha esquilmado las arcas del Estado en su beneficio haya llegado incluso a la Salud.