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Entradas etiquetadas como ‘democracia’

¿Sería muy estúpido plantearse la creación de un carnet de votante?

Por Daniel Ramírez Martín

Una persona metiendo su papeleta en un sobre (Europa Press).

Una persona metiendo su papeleta en un sobre (Europa Press).

Las recientes decisiones políticas tomadas a lo largo del mundo me han hecho plantearme una pregunta: ¿Cuál es la inteligencia media del votante?

No estoy hablando únicamente de España, donde el partido con más casos de corrupción de la democracia ha vuelto a vencer en las elecciones generales, aumentando el número de votantes. La reciente victoria del brexit en Reino Unido, a la cual siempre había considerado una de las sociedades más capacitadas para el acto del voto, denota una falta de conocimiento por parte de dicha sociedad. Pasando por el ascenso de popularidad, ganándose el apodo de candidato a la Casa Blanca, de Donald Trump al otro lado del charco.

Todos estos hechos me hacen pensar en la calidad, llámenla intelectual, de las sociedades modernas. Y no estoy hablando, en ningún caso, del nivel de estudios de una persona, eso no tiene nada que ver, pero ¿realmente estamos capacitados para decidir nuestro futuro y el de todas las personas que nos rodean con nuestro voto?

De todo problema planteado se puede sacar una solución, y es que ¿sería tan estúpido plantearse la creación de un carnet de votante? No estaríamos hablando de un examen demasiado complicado, solo algo que permitiese saber si una persona realmente está capacitada para votar, y es que, bajo mi punto de vista, el voto debería ser algo que se gana y no un derecho. Creo que esto llevaría a una mejora de la calidad política de nuestro país, y ya que los políticos son un reflejo de la sociedad, a su vez llevaría a mejorar la calidad de la sociedad en la que vivimos.

 

Somos una ciudadanía que lucha por la Champions pero no por nuestros derechos

Por Miguel Fernández-Palacios

Los jugadores del Real Madrid a su llegada a Cibeles con la undécima (EFE).

Los jugadores del Real Madrid a su llegada a Cibeles con la undécima (EFE).

La vida no es fácil y, en consecuencia, no se debe desaprovechar la ocasión de divertirse en cuanto se presente. Por eso resulta maravilloso que para celebrar la undécima del Real Madrid, miles de personas llenaran calles, plazas y un inmenso estadio, festejándolo en apasionado jolgorio.

O cuando en 1995 los aficionados entendieron que el descenso administrativo a segunda de sus equipos era una decisión injusta, y dos ciudades como Sevilla y Vigo se llenaron de protestas hasta revertir el veredicto.

Sin embargo esa expresividad espontánea se torna en amargo desencanto cuando, en este mismo país, se recortan derechos laborales, libertades, gastos sanitarios, educativos, de dependencia, etc. Cuestiones nada baladíes conquistadas con mucho sufrimiento y que hacen la vida más justa, pero las avenidas y plazas no se abarrotan en igual medida. No cabe duda de que la individualista sociedad moderna es moldeada en gran medida por los políticos, que forjan ciudadanos indiferentes para que no les incomoden en sus turbios enredos.

Y he aquí la piedra de toque: la indiferencia ciudadana es el peor de los males posibles para una democracia, porque la deteriora hasta ponerla en grave riesgo. Esperemos que los nuevos partidos, en un esfuerzo titánico por el bien y la pervivencia de la libertad democrática, reviertan esta perversa tendencia y sepan ilusionar a la gente formando ciudadanos responsables y comprometidos con lo cívico.

Votar o no votar

Por Ángel Villegas

Elecciones (Europa Press).

Elecciones (Europa Press).

Hay quien dice, con todo su derecho, que no piensa votar en las elecciones que nos esperan; alegan que están hartos, que los políticos les han llevado al hastío, unos por unas cosas y otros por otras; que son todos iguales y que en todas partes cuecen habas.

Yo también estoy harto pero, a pesar de todo, sí pienso votar. No quiero quedarme al margen, no quiero dejar de expresar mi opinión respecto a la legislatura pasada y no quiero dar un cheque en blanco a nadie. Tampoco creo que todos sean exactamente iguales o, por lo menos, unos son más iguales que otros. Y, desde luego, no en todos los calderos se cuece la misma cantidad de habas.
Voy a votar, porque es una de las cosas que podemos hacer los ciudadanos; algo que nos permite la democracia y, por ello, no pienso renunciar a mi derecho. Y lo hago con la esperanza de que mi voto valga, por lo menos, un poquito más que si no lo hubiera emitido. Lo hago porque, durante muchos años no lo pude hacer y tuve que aguantar calladito lo que me echaran. No me quedaré en silencio.

Casta política, basta ya

Por Rafael Bueno

El Congreso de los Diputados (Europa Press).

El Congreso de los Diputados (Europa Press).

Señores políticos, basta ya de abusar y engañar. Ustedes saben muy bien que no representan al pueblo, sino a los partidos que os imponen en esas listas cerradas y bloqueadas. Ustedes saben igualmente, que esto nunca ha sido una Democracia, sino una Partitocracia pura y dura, que mantuvo la oligarquía de poder del franquismo.

Ahora hay que repetir elecciones, porque ustedes no se han puesto de acuerdo en la defensa de vuestros intereses particulares, sin importar los del pueblo. No hay derecho a que vivan ustedes como dioses a costa de un pueblo pobre y sin futuro, por vuestra culpa.

Ni hay derecho a que las cárceles estén llenas de pobres robagallinas, mientras que los grandes saqueadores permanecen impunes, al no haber la imprescindible separación de poderes que garantice una mínima justicia. ¡Basta ya!

¿Van a esperar ustedes a que el pueblo reviente?

Carta a Adolfo Suárez

Por Álvaro Céspedes Reus

Adolfo Suárez, sentado en el hemiciclo del Congreso de los Diputados (Gtres).

Adolfo Suárez, sentado en el hemiciclo del Congreso de los Diputados (Gtres).

El 30 de marzo de 1979 el pueblo español observaba delante del televisor cómo su persona, don Adolfo, se convertía en el primer presidente democrático de España.

Como usted recordará, su investidura fue relativamente fácil, pues en la primera votación obtuvo mayoría absoluta con 183 votos a favor y 149 en contra. Así nuestro país iniciaba su primera legislatura en democracia y el bipartidismo moderno se instauraba.

Pero han pasado 37 años, el panorama político dejó atrás ese concepto del bipartidismo y cuervos e inmovilistas se pugnan el poder mientras el ciudadano se pregunta: ¿dónde quedó el talante, el consenso y la agudeza mental que usted y los de su tiempo mostraron en esa España en blanco y negro?

Por último, gracias Adolfo.

La visita de Obama a Cuba llegó tarde

Por Jon García Rodríguez

Obama en Cuba.

Barack Obama en Cuba. (EFE)

Ahora que ya no sirve para nada, Obama parece haberse dado cuenta de que es Premio Nobel de la Paz. Su visita a Cuba para limar asperezas y normalizar las relaciones con este país llegó tarde. Ha perdido ocho años de mandato en los que podía haber ayudado a democratizarlo y haber levantado el embargo comercial que les asfixia.

A pocos meses de que diga «adiós» a la Casa Blanca, su visita a la isla caribeña más bien parece creada como broche a su carrera. A los Castro se les ha dado todo tipo de justificaciones -durante los cincuenta años que ha durado el bloqueo comercial y financiero-, con los que han podido lobotomizar a sus compatriotas haciéndoles creer que el enemigo es todo aquél que vive al otro lado de sus fronteras.

Tenemos que reconocer con vergüenza que hemos dejado a los cubanos les demasiado solos. Nos va a costar mucho ganarnos su confianza. Después vendrá la democracia.

No es democracia, es plutocracia

Por Gerardo Hernández Zorroza

Estelada gigante avanzando por las calles de Barcelona durante la manifestación de la Diada (EFE).

Estelada gigante avanzando por las calles de Barcelona. (EFE)

Me llama la atención que, con la que está cayendo, la gente siga manifestándose detrás de banderas, credos y demás historias. No se si conocen, pero Jordi Pujol, en el Parlament catalán el 25 de septiembre de 2014, advertía muy seriamente al Estado que si ingresaba en la cárcel «se iba a montar una gorda». Y yo añadirá: no caerá esa breva…

En esta democracia actual, perdón plutocracia, donde los altos cargos de la judicatura son elegidos por los partidos, todo empieza a oler raro, muy raro, a podrido. Desde los ámbitos políticos se ha esgrimido siempre la «defensa del Estado de Derecho», defensa que queda claramente en entredicho, que suena a hueco cuando, como todos sabemos, la presidencia de la judicatura es elegida por los partidos.

Por ello, el empoderamiento ciudadano en el futuro ha de huir de los viejos esquemas sociales al uso, para abrir paso a una era distinta, consciente y verdaderamente participativa. Y el primer escollo a vencer no es organizativo como se piensa, ni tampoco reformista como se nos propone desde el viejo modelo, sino que se trata de algo mucho más sutil y distinto a esos cambios superficiales y a menudo complejos que se proponen; se trata, digo, de educar y crear una nueva conciencia ciudadana, que surgirá del autoconocimiento, la autenticidad y, entonces sí, libre elección.

 

‘El apoyo a la cadena perpetua, una mala noticia para la democracia’

Por José Antonio Pozo M.

Cárcel de Soto del Real (ARCHIVO)

Cárcel de Soto del Real (ARCHIVO)

Según un estudio de Metroscopia dos terceras partes de los españoles, el 67%, están a favor de la prisión permanente revisablemodo eufemístico de designar la cadena perpetua-.

El 90% de los votantes de derecha (PP, UPyD y Ciudadanos) están a favor de dicha pena; y la mitad de los votantes de izquierda (PSOE, IU y Podemos), también. Que los votantes de la derecha estén a favor tiene cierta lógica; no tanto que lo estén la mitad de los de izquierda.

En fin, una mala noticia para la democracia, pues la cadena perpetua se opone claramente al espíritu de nuestra Constitución. Como decía la canción de Golpes bajos –allá por los 80- son «Malos tiempos para la lírica».

Creo en los que día a día hacen el cambio

Por Alejandro López Parejo

2014 es ya Historia, pero como afirmaba el escritor mexicano Carlos Fuentes «el pasado está escrito en la memoria y el futuro está presente en el deseo». Y el deseo hizo que irrumpieran con fuerza nuevas formaciones políticas, ideas frescas y declaraciones insólitas hasta el momento en un panorama político hasta entonces desolador. Sobre la memoria del pasado poco queda por decir, aquellos que entonces fueron «molt honorables» se postulan hoy como «molt sobornables», al tiempo que la sociedad civil arguye la necesidad de un cambio no sólo de rostros, sino también de ideas.

Y hay quien decía que el 15M no sirvió de nada. Llegaron los que no querían, los indeseados, los “frikis” a fin de cuentas. «¡Viva la democracia!», proclamaban quienes al tiempo alentaron el miedo a lo nuevo en una muestra, otra más, de incoherencia democrática y sociológica como sólo ellos nos tienen acostumbrados. Pero el hartazgo era (y es) sublime. Cambiaron caras para seguir diciendo lo mismo y haciendo lo propio. Felipe VI demostró nada más llegar que no estaba dispuesto a ceder ante quienes le reclamaban un referéndum que a todas luces habría reforzado su autoridad y respaldo. Pero en la España democrática los referéndums son sinónimo de inconstitucionalidad; preguntar a la ciudadanía constituye delito para quienes durante décadas ampararon cajas, regalos y cuentas en B.

Una urna en un colegio electoral J. L. Cereijido / EFE

Una urna en un colegio electoral. J. L. Cereijido / EFE

Frente al shock inducido por los continuos casos de corrupción cabría preguntarse por qué ahora. Torres-Dulce dimitió al mismo tiempo que en el Supremo se firmaba un escrito exigiendo mayor independencia con la Justicia por parte del Gobierno; todo mientras Ruz apura como puede sus últimas semanas al frente de la trama Bárcenas, de la que pronto será relevado. Del 2014 algunos hemos confirmado nuestras sospechas de que la transparencia de la que hablaban, la regeneración que prometían y los cambios que proclamaban no eran más que palabras vacías. No entienden nada.

Pero yo hoy creo. Creo en quienes día a día hacen el cambio, en quienes frente a las palabras vacías, responden con épicos actos de valentía, acciones que transforman y cohesionan una sociedad empachada de la retórica y avaricia de (no lo olvidemos) unos pocos muy notables. Sólo cuando la ciudadanía toma conciencia de su poder, las instituciones caen en la cuenta de su debilidad. Es entonces, y únicamente entonces, cuando el cambio deja de ser un deseo futurible y pasa a convertirse en un hecho formidable. Feliz 2015.

Los ciudadanos debemos sufragar la prensa

Por J. Fdez del Pozo,

Cuando la copa rebosa, algo va mal.

Una prensa libre, sin miedos, es la principal arma de defensa para que una democracia funcione como tal, en plenitud y no a trancas y barrancas como ocurre en nuestro país.

Llegar al estado de cosas que hoy en dia nos ocupa se debe a que la prensa — tanto la politizada, como la supuesta independiente — o bien a tenido miedo al poder político o al poder económico.

No existen noticias de despidos de periodistas que no se someten a las ordenes de sus jefes por defender la verdad, periódicos que van a la quiebra y tienen que cerrar por la misma razón, aún recuerdo el cierre y desaparición del diario Madrid.

Debemos releer los artículos escritos sobre este tema por los periodistas Greenwald y Pérez Reverte, debe existir un medio de autofinanciación para una prensa libre e independiente, que los ciudadanos debemos sufragar ya que es la única defensa que tenemos contra las injusticias del poder gubernamental y financiero.