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Entradas etiquetadas como ‘crueldad’

Stop al tiro de pichón

Por Yolanda*
Tiro de pichón

Cazador practicando el tiro de pichón (F. GONZÁLEZ)

El tiro de pichón consiste en lanzar palomas y codornices a mano o mecánicamente, mientras los escopeteros esperan para dispararles al vuelo. Algunas aves mueren del propio disparo y caída, otras son rematadas a golpes después y otras tantas quedan en el suelo agonizando hasta morir.

Las leyes de protección animal prohíben esta práctica, al igual que prohíben las peleas de perros o de gallos. Pero al mismo tiempo, abre la posibilidad de que las autoridades competentes concedan licencias como excepción. Lejos de ser excepciones, son actos que repiten semana tras semana en toda España. ¿Es esto una excepción?

Este tipo de prácticas suponen un maltrato animal se mire por donde se mire: animales criados en granjas dentro de jaulas sucias y rodeados de infecciones, que solo salen de esas jaulas para morir de la peor forma. Siendo abandonados malheridos, los animales quedan fuera de las leyes de protección animal, otra ley más que los cazadores se saltan impunemente.

Por ello, pedimos ayuda contra esta barbarie, que solo en tiradas oficiales se lleva al año 250.000 palomas y 200.000 codornices.

*En representación de la asociación Mis Amigas las Palomas:

A la cárcel los que torturan animales

Por M.ª Fernanda Zulueta

España, en el tema del trato a los animales, es un país enfermo, pero la situación se ha tornado en terminal y me temo que irreversible. Hay que tomar soluciones drásticas. Para erradicar la enfermedad la mejor medicina es la educación: enseñar a los niños a respetar a todos los seres, inculcarles que no se trata de juguetes que se pueden exhibir, golpear, patear… Pero ha llegado un momento en el que la hemorragia es tan intensa que las medidas deben ir en consonancia con la magnitud del problema: hay que multar y encarcelar a los que maltratan animales.

Activistas antitaurinos durante una acción en la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona para mostrar su rechazo a los encierros y a las corridas de toros de los Sanfermines. Jesús / EFE (ARCHIVO)

Activistas antitaurinos en una acción en la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona para mostrar su rechazo a los encierros y corridas de toros de Sanfermines. EFE (ARCHIVO)

No me basta con tener una sanidad y una educación de calidad, unos servicios sociales que se preocupan por los desfavorecidos, leyes modernas que se acuerdan de las minorías. Necesito gobernantes que se comprometan y me hablen de acabar con las barbaridades que se cometen en los festejos, que prohíban la caza con perros, las corridas de toros, las becerradas y los espectáculos que tienen de protagonistas a seres inocentes; gobernantes capaces de encarcelar al que cometa actos violentos contra los animales.

Algunos podrán pensar que exagero, pero la realidad es la que es y mi cercanía con protectoras así lo constata. Y aunque mañana deje de leer periódicos, ver telediarios o entrar en las redes sociales, los casos de maltrato me seguirán llegando y seguiré clamando por un cambio de la realidad animalista de este país podrido, cruel y desalmado como pocos.

 

 

La violencia como entretenimiento, negocio y devoción

Por Julio Ortega Fraile (*)

¿Cómo escribir con educación y con mesura, cómo conservar la calma y la mano izquierda cuando tiembla de rabia y dolor la derecha, cómo hacerlo cuando al final de este texto hay un muerto inocente?

Un muerto todavía vivo, un muerto con la muerte anunciada. Un muerto que antes de estarlo será torturado. Un torturado que acabará siendo asesinado. Hablo de Vulcano, no el dios romano del fuego, no la raza ficticia de Star Trek ni el planeta hipotético entre Mercurio y el Sol. Vulcano es un toro, el próximo Toro de la Vega que alancearán hasta la muerte en Tordesillas el 17 de septiembre. Y el miedo y el dolor de Vulcano en la vega tordesillana no serán ficticios ni hipotéticos, sino tan reales como la demente autorización a esta mugrienta tradición, a este espectáculo pensado por y para desequilibrados, a este crimen cobarde perpetrado por cobardes. A la vergüenza que no cabe en estas líneas. Al asco que me declaro incapaz de reflejar en mis palabras. Porque hasta el diccionario se queda corto para expresar lo que semejante aberración enciende en cualquier ser humano de bien con un mínimo de inteligencia y sensibilidad.Toro de la Vega

Desde aquí, desde el espacio que encuentro en los diarios que anteponen la justicia a la cobardía, puede que no los de más tirada pero sí los de más ética. Desde la razón que sólo niega una excepción perversa a una ley justa. Desde la asunción plena y consciente de toda la responsabilidad por mis palabras os digo, lanceros y políticos de la Junta de Castilla y León y del Ayuntamiento de Tordesillas que hacéis posible cada año este ritual enfermizo que sois seres nocivos, sádicos, imprescindiblemente prescindibles en esa faceta por el bien de la sociedad. Y que no entiendo y no acepto -por eso no dejaré de luchar contra ello como el resto de mis compañeras y compañeros del movimiento por los derechos de los animales– que podáis hacer de la violencia diversión, negocio y asignatura. Y sobre todo que se os consienta.

Pero hay algo que escapa a mi comprensión todavía más que vuestros actos, pues estos al fin responden a la frase de Honoré de Balzac: la ignorancia es la madre de todos los crímenes. Lo que más me asombra y repugna es que los españoles, los que saben y callan, los que saben y toleran, seguirán pensando que ellos nada tienen que ver con los pueblos que realizan sacrificios, que practican la esclavitud o que educan a los niños en la brutalidad. Que los políticos españoles sigan jurando defender la libertad cuando amparan la tortura y la ejecución de inocentes. Y que los políticos europeos vayan de políticos y de europeos cuando sufragan la violencia.

Y ahora ya podéis denunciarme, desde el Patronato del Toro de la Vega al departamento jurídico del Partido Popular por calumnias, que a ver qué juez tiene los redaños de decir que he hecho otra cosa que describiros.

(*) Coordinador Plataforma «Manos Rojas».

 

¡Por fín se acabó San Fermín!

Por María Pilar García Maza

Al fin ha terminado San Fermín, una de las fiestas más crueles y repulsivas de España, donde son asesinados 48 toros sin piedad.

No solo tenemos que tolerar año tras año la tortura de los toros en las plazas de este país, sino que además nos promocionan este maltrato como una diversión, todos los días del “festejo”, en todos los telediarios y todas las cadenas. Pero ¿por qué no se dignan también a contar lo que les pasa en el ruedo a estos pobres toros cuando terminan los encierros? Como siempre detrás de estas torturas está el enriquecimiento de muchos que se benefician con este terrible maltrato animal. Sanfermines

Nos saturan hasta la saciedad con estos encierros en todos los medios televisivos, pero ¿qué es lo que celebran los toros? Sufrimiento, dolor, miedo y muerte. Porque estos mansos animales no van voluntariamente a esta mal llamada “fiesta”, ellos son llevados a la fuerza por despiadados que se divierten a costa de su sufrimiento.

El dolor y el terror para el toro en los encierros con sus terribles caídas y huesos rotos es sólo la antesala de un tormento más sangriento que acaba con la muerte del animal atravesado repetidas veces con ferocidad por un verdugo.

Pronto esta tortura terminará, porque el dinero de subvenciones no será suficiente para acallar a la aplastante mayoría de los españoles y del mundo entero. Mientras tanto, grito al mundo mi sufrimiento por estos 48 toros y seguiré cambiando de canal.