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Entradas etiquetadas como ‘credito’

Cada vez más puertas cerradas

Por Loli Sánchez

Son las 5 y media de la mañana, hora algo temprana para estar en pie siendo alguien en paro, pero bastante tarde cuando llevas toda la noche sin dormir a causa de darle vueltas a la cabeza intentando buscar soluciones, acabando por desear un milagro, porque es lo único que serviría de algo. Lástima que escaseen. Soy una persona anónima, en una “mala situación”, como tantas ahora mismo. Una persona con una familia a la que le han dado un plazo de un fin de semana para tomar la decisión de quedarse sin casa, sin dinero, con un crédito por pagar que sería, además, aumentado. Con deudas, y la incertidumbre de si podríamos permitirnos siquiera un alquiler. La otra cara de la moneda sería ejecutarnos la hipoteca, incrementándose cada vez más, ahogando, e incluso, dicho por esos mismos banqueros “que quieren dar facilidades y ayudar”, pasándose en herencia. ¿Quién dijo presión?

Una familia que la componen un padre trabajador, con un aguante insondable, metido en la hostelería desde siendo prácticamente un crío, esa profesión tan infravalorada hoy en día, tan maltratada, que aporta tan pocas cosas positivas y, en nuestro caso, tan pocos beneficios.

Una madre con un corazón que ni ella misma sabe lo grande que es, ama de casa, que agota todas sus energías cada día cuidando de todos nosotros, de quienes más dependen de ella.

Una abuela con alzheimer, la que, por suerte, todavía reconoce casi todo a su alrededor, a su gente, aunque en alguna ocasión repita una y otra vez la misma frase.

Un abuelo de 91 años, un abuelo que perdió a su mujer en esta misma casa después de una larga enfermedad, alguien que a pesar de su edad se da cuenta de las cosas y se lleva esas preocupaciones a su cuerpo y mente.

(ATLAS NEWS)

(ATLAS NEWS)

Y yo, una chica de 29 años sin poder ver un futuro gracias a que tener trabajo es casi una misión imposible, sin poder pensar en una vida propia sin dejar de hacerlo en las personas que más quiero, porque no sé qué va a pasar con ellos. Sin poder elegir, porque cada vez nos cierran más puertas, más oportunidades, más libertades, derechos y caminos en los que progresar como individuo.

Soy alguien cansada de ver cómo los mayores responsables de la situación son los que menos pagan, cansada de que perdonen deudas a gente y empresas con los bolsillos llenos (y algún que otro paraíso fiscal) y no a personas que realmente lo necesitan. Gente que da la espalda a un pueblo que muere, literalmente, porque no miran hacia ellos, porque se ríen en nuestra cara y a lo único que le dan importancia es a aprovechar todo lo que puedan, a los viajes de lujo, a ponerse caretas, a no dar la cara.

Es Navidad, supuestamente fechas de estar con los tuyos, para estar felices y sonreír al mundo, pero yo voy a recordarlas como las segundas más tristes de toda mi vida, recordarlas como las últimas que pasé en esta casa que vamos a perder, donde se han formado recuerdos, donde duele alejarse de ellos a la fuerza.

Y aún tengo que dar gracias, porque sé que hay gente que está todavía peor, que tienen hijos que les parten el corazón al no poderles dar hasta lo más básico. Gente que está en la calle, indefensos, hastiados de tanta injusticia.

¿Dónde están esos derechos de los que habla una Constitución de la que tanto alardean? ¿Dónde se ha quedado la verdad en los que gobiernan para, lo que debería, ser un país próspero?

Están matando personas, ilusiones y futuros. Matando voces que quieren protestar y no pueden porque es “ilegal”. Nos arruinan, tanto en bienes materiales como etéreos, y se van de rositas, intocables, vaciando un lugar que una vez llegó a ser un sitio agradable para vivir.

Vivir… esa gran utopía.

Juan Lanzas no es Miguel Blesa

Por Francisco Javier España Moscoso

Y podríamos establecer la misma analogía entre el juez Elpidio José Silva Pacheco y la jueza Mercedes Alaya. A saber:

Demos un breve repaso a los procedimientos de ambos jueces. Por un lado, la jueza Alaya mantiene las imputaciones basándose en: primero; las declaraciones del chófer del que fuera director general de Trabajo de la Junta de Andalucía, que en un alarde auto inculpatorio, dijo que era cocainómano y que compraba la droga con el dinero de los ERE. Segundo: un camello que corrobora lo dicho por este. Tercero: un mensajero que vende al mejor postor y en este caso al periódico de la conspiración del 11-M que Juan Lanzas le daba sobres llenos de dinero que llevaba a un bar cercano a las instituciones de la Junta, sin dar más detalles. Cuarto: en el rastreo del dinero, aparecen solo 80.000€ en la casa de Juan Lanzas, alias “el conseguidor”.

Blesa y LanzasPor otro lado, el juez Elpidio José Silva, está llevando dos procedimientos contra Miguel Blesa; uno relativo al crédito de 26,6 millones concedido a las empresas de Gerardo Díaz Ferrán sin las garantías necesarias y otro proceso abierto por la ruinosa compra por parte de Caja Madrid del banco City National Bank de Florida, que ya ha dejado unas pérdidas de 500 millones al banco; pero resulta que la cosa no se queda ahí porque parece que hay algún correo electrónico que habla de que en la operación sobran 100 millones y está claro que el deber del juez es rastrear dicho sobrante.

Tenemos la costumbre de ensalzar la actitud combativa de ciertos jueces en el desarrollo de su trabajo, pero es notorio que la norma se rompe cuando el justiciable pertenece a esa casta que podríamos calificar como la de “los intocables”, y de ahí que ciertos fiscales actúen como abogados defensores, o que se intente amedrentar a los jueces con la querella por prevaricación.

Y es que ni Juan Lanzas es Miguel Blesa ni Elpidio José Silva es Mercedes Alaya.

 

La banca siempre gana

Por Jesús Muñoz Ramírez

Ahora es la época de la especulación financiera a la baja. Cualquier comprador de un piso podría pensar ilusoriamente que ha hecho el negocio de su vida comprando una vivienda por un precio con una bajada de un 25 %. Sin embargo, si la compra la financia a través de un préstamo hipotecario, gran parte de la rebaja, o más bien toda, se verá absorbida por un incremento de un par de puntos en el diferencial que los bancos están aplicando en los préstamos hipotecarios, de manera que la cantidad a pagar mensualmente es equivalente. Hipotecas

Pongamos un ejemplo sencillo. Si usted pidió hace cinco años un préstamo de 300.000 euros a 30 años al euríbor + 0,5 de diferencial, la cantidad a pagar mensualmente es la misma que si pidiera hoy un préstamo de 225.000 euros al euríbor + 2,5 de diferencial. Conclusión: la bajada de 75.000 euros se la lleva el banco simplemente subiendo dos puntos porcentuales su diferencial. Y ello con el agravante de que si usted calcula la cantidad a pagar mensualmente con el euríbor actual (que anda por los suelos) se puede llevar la sorpresa de que dentro de unos años si este indicador sube un par de puntos le llegue a ahogar.

Curiosamente, si usted acude a cualquier banco podrá comprobar que el diferencial aplicado se mueve en unos márgenes muy similares. Habría que plantearse si con esta coincidencia en el precio del dinero se estaría vulnerando lo dispuesto en el artículo primero y siguientes de la Ley 15/2007, de 3 de julio, de Defensa de la Competencia, disposición en la que se prohíben expresamente las conductas colusorias en la fijación de los precios.