Por M. F. D.
Soy madrileña y de las afortunadas que durante estos meses de verano he podido disfrutar de algunos días en las costas españolas. He estado en playas de levante, del sur y del norte.
En todas y cada una de ellas — independientemente de que tuviera bandera azul, duchas, puesto de socorro, mucha, muchísima o poca gente, extranjeros, españoles, etc…— he sufrido lo mismo.
Consiste en el hecho de que al colocar mi toalla en la arena he tenido que ir quitando las colillas que otras personas han hundido y dejado allí.
Solo pido un poco de conciencia para mantener limpias las playas.