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Entradas etiquetadas como ‘convivencia’

Se cuestiona el velo islámico

Por Pedro García

Una señora con un burkini en la playa (Atlas).

Una señora con un burkini en la playa (Atlas).

Francia ha reabierto el debate sobre la prohibición de la vestimenta islámica al vetar el “burkini” en muchas playas. Ahora Bélgica se plantea imitar al país galo mientras Alemania va más allá y propone sacar el velo de colegios y universidades.

Es curioso que sean los países menos próximos a las zonas de religión musulmana las que proponen estas prohibiciones. Es un asunto que, no obstante, puede causar fricciones, aunque también es cierto que la convivencia pacífica y la seguridad deben primar sobre los preceptos religiosos.

No más violencia de género

Por Eva Rodríguez

Tiroteo en Llíria.

Policía acudiendo ante la alerta por el asesinato de las dos mujeres que fallecieron en Llíria (Valencia). (EFE)

Ver el telediario a la hora de la cena se ha convertido en un deporte de riesgo. Con cada bocado que ingiero, introduzco en mi cuerpo una dosis de violencia y odio que no hace más que minar mi fe en la humanidad. Esta vez el fin de semana ha traído nuevas víctimas a la lista de muertes por violencia de género, cuatro más en total. Escucho que los asesinatos han sido cometidos en diferentes localidades del territorio español. Parece que se tratara de una epidemia que está lejana y que no me afectará. Los medios, la sociedad, los psicólogos y, en definitiva, todo el mundo con dos dedos de frente recalcan que el machismo es el nuevo mal que nos rodea y señalan al hombre como brazo ejecutor de esta maldad.

En este momento del discurso es cuando caigo en la cuenta de que la culpa no es enteramente del hombre sanguinario, misógino y desequilibrado que se dedica a cercenar la vida de las mujeres que lo rodean. Dos amigas mías sufrieron maltratos por parte de sus parejas pero esa situación no fue repentina, ellas aguantaron muchos pequeños “gestos” porque los consideraban muestras de amor de sus parejas.

Las “soluciones” propuestas se centran en educar al hombre para respetar a la mujer pero nadie habla de educar a la mujer para respetarse a sí misma y no tolerar faltas de respeto. El «quien bien te quiere, te hará llorar» ha llegado muy lejos y en nuestras manos está pararlo.

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Por Marta Baró

Maifestación contra la violencia de género.

Manifestantes con pancartas reivindicativas en la primera marcha estatal contra la violencia machista. (SERGIO FRANCO)

En menos de 24 horas, dos asesinatos por violencia de género en España, uno en Córdoba, otro en Valencia. ¿Hasta cuando estos asesinatos estarán rodeados de silencio judicial? ¿Cuántas mujeres más tendrán que morir para que sus sufrimientos sean escuchados y tenidos en cuenta por la Justicia? ¿Qué se quiere demostrar con manifestaciones multitudinarias si estas no sirven para atajar sus muertes, su dolor, su día a día? Tal vez en vez de debatir entre asignaturas de ética o religión, debería proponerse la de «Convivencia», impartida desde la tolerancia 0 hacia el maltrato y con la igualdad de sexos como telón de fondo.

Mientras esto no suceda, las mujeres continuaremos siendo víctimas cada vez que intentemos ser nosotras mismas.

¿Qué pasaría con las leyes si las víctimas fuesen hombres y las asesinas mujeres? ¿Continuarían estancadas en el mismo punto?

«Los tacones y el perro de mi vecina, un sinvivir»

Por Carlos Gómez-Pazos de la Fuente

Todos tenemos un asesino en serie dentro de nosotros. No tengo ninguna duda. Yo lo tengo, por supuesto. Ahí está, más o menos escondido, pero su presencia se hace notar, sobre todo en esos momentos en los que las circunstancias resultan, digamos, molestas.

Por poner un ejemplo cercano, una situación que resultará familiar. Pongámonos en situación: estás en casa, tranquilo, nada perturba tu pequeño paraíso, cuando de repente tu vecina de arriba decide que es el mejor momento para probarse esos tacones que tanto le gustan.Tacones que casualmente producen un ruido semejante al de disparos de francotirador y te provocan micro-infartos a cada paso que da. O imaginemos otro caso: el vecino de arriba (siempre es el de arriba, por supuesto) es el orgulloso dueño de un perro. Un perro pequeño, poca cosa, pero como buen perro pequeño que se precie tiene un mal genio terrible. Y cada diez minutos, a la mínima que oye/huele algo, ladra como si no hubiese mañana, dándole igual la hora que sea.

Una mujer con tacones. (HARPER'S BAZAAR)

Una mujer con tacones. (HARPER’S BAZAAR)

En ambas ocasiones nuestro pequeño terrorista interior se revuelve, quiere acabar con esa situación de la manera más fácil, imaginaos cuál será. Menos mal que tiene poco poder sobre nosotros.

Y ahora mismo me hallo en una situación combinada de las dos anteriores. Vecina taconeadora poseedora de una pequeña bestia ladradora que, para mayor inri, no deja de correr por toda la casa, rayando todo el parquet con las uñas y haciendo un sonido bastante molesto.

Es una suerte que sea una persona pacífica, amable y comprensiva con mis vecinos, porque si no fuese así, ya me imagino los comentarios de mis vecinos un día de estos: «Nos ha sorprendido mucho, no parecía un chico violento. Siempre saludaba».